RETORNO AL AYLLU: UNA MIRADA AYMARA A LA GLOBALIZACIÓN

Fernando Untoja Choque

El otro en el pensamiento del siglo XVIII

En el siglo XVIII, la realidad del mundo "salvaje" queda encerrada en una red de negaciones. Todo está visto por antítesis, el mundo salvaje, el mundo civilizado. La carencia, el vacío inmenso en el universo del salvaje se connota por estas expresiones: pueblos sin historia, sin escritura, sin religión, sin costumbres ni política. Esa carencia, ese vacío debe ser llenado por ese "pleno" que es el mundo civilizado. Por desencanto, por el deseo de acercarse a la naturaleza, será establecido el mito del "buen salvaje". La infinita felicidad, que el hombre debe sentir en el estado natural es transpuesta en la sociedad "salvaje", donde no existen ni amos, curas, leyes, vicios, ni propiedad. Aquí todavía es la carencia que se añora, pero que es útil para elaborar de manera positiva, la teoría del "buen salvaje". Entonces así que se percibirá el mundo del Otro. En nuestros días, el Otro, es el objeto de estudio de etnólogos y antropólogos pero que su especificidad cultural o social no se la toma en cuenta en las diferentes políticas de "desarrollo sostenido". En el siglo XVIII, el discurso sobre el Otro: el bárbaro, el no-civilizado aparece al interior del discurso filosófico. El otro es el objeto, lo observable, lo observado. El hombre civilizado, es aquél que actúa, el sujeto; aquél que civiliza, aquel que piensa y habla.  El piensa, su modo de acción deviene el referente de su discurso. Es con referencia a su cultura y a su organización política, económica y social que será juzgado el Otro, diferente, entonces la visión sobre el Otro permanece etnocentrista.
Es la pareja, salvaje-civilizado que prima en el pensamiento antropológico. Es sobre una concepción científica y naturalista que se establecen las teorías sobre el igualitarismo. El discurso científico y el discurso filosófico quedan confundidos. Buffon, por ejemplo, para quien la familia humana, no se compone de especies especialmente distintas, explica su evolución ulterior.  Al comienzo, había una sola raza de hombres que se multiplicó y se expandió sobre la superficie de la tierra.
La variedad de especies es la consecuencia de la influencia del clima, de la alimentación, de la manera de vivir, de cruzamientos entre individuos más o menos diferentes. Es a través de la evolución que él extrae y constituye los temas de una antropología; el hombre y el animal, el individuo y la especie, la sociedad animal y humana, el entendimiento y la perfectibilidad, estado salvaje y el progreso de las sociedades, la naturaleza y la cultura consideradas como las dos fases de una misma realidad, el anverso y reverso de un mismo devenir. La antropología se establece así, y constituyendo una unidad con la filosofía de la historia; así pensada, los seres, las razas surgidas de una misma especie han evolucionado, donde el hombre civilizado es la referencia, donde el hombre que vive en climas atemperados ocupa el primer puesto en la evolución.
La evolución de la especie humana, está en relación estrecha con las sociedades humanas. El hombre no es como un animal, sometido al determinismo del medio natural, sino adquiere una independencia, condición misma del pasaje del estado natural al estado de civilización. La antropología de Buffon da un fundamento filosófico a un nuevo modelo de colonización. Esta ofrece al "humanismo burgués" una solución de recambio, que permite a la ideología colonial de legitimarse. Así habla del hombre americano anterior a la colonización: "Todos los americanos naturales eran o son todavía salvajes o casi salvajes; los mejicanos y los peruanos están tan recientemente civilizados (pólices) que éstos no pueden hacer una excepción".
La civilización, no le es por consiguiente reconocida, y además este estadio es un estado que no debía evolucionar: "Suponiendo que ellos tuviesen, todos, un origen común, las razas estaban dispersas sin haberse mezclado: cada familia conformaba una nación semejante a sí misma y casi parecida a las otras, porque el clima y los alimentos eran también parecidos.  Ellos no tenían ningún medio de degenerarse, de perfeccionarse; no podían entonces mas que permanecer siempre los mismos y por todas partes más o menos los mismos. Es a partir de este nuevo discurso filosófico, histórico, naturalista que se reflejará la civilización. El estado de naturaleza, el estado salvaje.

1.-   Sobre la esclavitud
 
En el siglo XVIII se reproduce el mismo discurso que el en siglo XVI, sobre el esclavismo, y la colonización. Sin embargo los términos han cambiado. La crítica del sistema esclavista se funda sobre el humanitarismo. Se pasa de la crítica externa, es decir, (sustituir el esclavismo como mal necesario) a una crítica interna donde la esclavitud es considerada como un mal útil. El humanitarismo forja el anti-esclavismo, fundado sobre la razón.
La ideología colonial y la crítica al sistema esclavista se desarrollan sobre el tema de la revuelta. Desde 1730, el "negro" no es más un personaje conmovedor, más, este deviene una figura heroica en su rechazo de la injusticia, y por eso mismo adquiere la dignidad de hombre. Es al tema de la revuelta que el humanismo filosófico se refiere para dar su verdadero sentido.
 Pero es en los primeros textos, donde se nota el anti-esclavismo, donde se esboza una toma de conciencia; no hay propiamente, un progreso de un humanismo que impondría una concepción del hombre. De hecho, este nuevo humanismo, partidario del evolucionismo de la esclavitud de los años 1760-1789 se ajusta más a realidades de orden económico, social y político, y las soluciones propuestas coinciden a menudo con aquellas preconizadas, en el mismo momento, por los administradores de las diferentes colonias.
En realidad, se expresa cínicamente, la humanidad y el interés de la colonia. Los colonos maltratan a los esclavos, a tal punto que la sobrevivencia de la colonia hace problema contra los mismos colonos, entonces había que reformar el sistema esclavista o bien consentir la quiebra de la política colonial. Así Poivre, preconiza de dar al esclavo la ilusión de su libertad, no su libertad (propiamente) y que el amo considere al esclavo como a su semejante (y no su igual).
"Los amos sensibles, al grito estremecedor y poderoso de la humanidad ultrajada, saborearan el placer delicioso de suavizar la suerte de sus infelices esclavos, no olvidando jamás que estos, son hombres semejantes a ellos. El esclavo resarcido, siguiendo el espíritu de la ley, de la pérdida de su libertad por el consentimiento de la religión, consolado por la certeza de sus promesas, animado por la sabiduría, sus máximas: servirá a su amo con gozo y felicidad, se creerá libre y feliz aún dentro de la esclavitud"().
Los administradores de la colonia se encuentran confrontados a los problemas que crea la esclavitud y los consejos que da el rey a los diferentes administradores, al respecto sostienen: "Que los amos los traten con humanidad, y les den alimentos y vestimentas conforme a las ordenanzas. Es el medio más seguro de impedir las rebeliones que no es solamente desastroso para los habitantes sino también peligroso para la colonia"().
En los hechos la solución de Poivre es la que se retiene: "Suavizar "la suerte de los esclavos, haciéndoles perder por los buenos tratos, el deseo de la libertad. Este medio dictado por la naturaleza es solicitado al mismo tiempo, por lo visto, en el interés del habitante..."().
Maluet, quien era encargado de investigar sobre la exención progresiva de esclavos de Suriman, propone un proyecto, de liberar en 15 o 20 años y dirá: "La servidumbre de los negros en sus países tenia toda las caracteres de la barbarie, mientras que en nuestras colonias ella, los conduce a la civilización"().

2. Proposición de los fisiócratas

A parte de los filósofos y administradores de la colonia, los fisiócratas también se interesan a este problema. La posición de éstos es interesante, en el sentido, que sus críticas al sistema esclavista están ligados a la crítica global de un sistema económico caduco. Los fisiócratas, en este debate, ocupan un lugar particular, puesto que su posición hace en cierta manera del anti-esclavismo el prolongamiento natural, de la lucha llevada en Francia por la desaparición del servilismo (esclavitud) y su reemplazo por una mano de obra libre, interesada en el trabajo que ella otorga.
Es en el plano de la economía política, que los fisiócratas juegan un rol importante. Para los fisiócratas, el anti-esclavismo deja de aparecer como una consecuencia directa del sistema colonial- en efecto uno de ellos dirá: "nadie ignora que los esclavos sean malvados por naturaleza". Es por interés económico, que la esclavitud es condenada.
En efecto, ésta presenta un doble efecto: por una parte la mano de obra servil no es rentable y por otra la manera de tratar a los esclavos constituía un verdadero despilfarro del capital, inicialmente invertido. Poivre, es quien establece los lazos entre los fisiócratas y los administradores de la colonia, bien situado, para informar a los fisiócratas y en contrapartida propagar las ideas de estos, para sostener una política de reforma que confirmase la teoría de los fisiócratas.
"La libertad y propiedad son los fundamentos de la abundancia y de la buena agricultura: yo no he visto más floreciente, que en los países donde esos dos derechos del hombre estaban bien establecidos" ().
Es con esta concepción, que el esclavo y su revuelta toman su dimensión en la condición humana, y demuestra que por esta revuelta, toda relación económica contraria al "orden natural", está vaciada en su principio.
Para Turgot, uno de los representantes, de los más sutiles de esa corriente, la esclavitud ha aparecido en la historia de la sociedad, como resultado de una división de trabajo en los pueblos pastores. Es por una necesidad económica, que la esclavitud de la gleba y la esclavitud personal habían aparecido y desaparecido respectivamente con la misma fuerza, La esclavitud está ligada a una estructura arcaica de la economía: la esclavitud es un mal útil. Cuando el hombre es reducido a la esclavitud, no trabaja suficientemente, no es rentable. Es sobre esta noción, psicológica del hombre, reducido a la esclavitud que se desarrolla la teoría de los fisiócratas.
"El esclavo es flojo, porque la pereza es su único gozo y el único medio de recuperar, (en detalle a su amo), una parte de su persona, que su amo le ha robado por mayor. El esclavo es inepto porque no tiene ningún interés en perfeccionar su inteligencia. El esclavo es mal intencionado porque él esta en su verdadero estado de guerra, siempre latente contra su amo ().

3. Sobre la colonización

a) La reescritura de la Historia

Son sobre estas bases que se desarrollan las nociones del humanismo y del anti-esclavismo. Pero estas nociones, estas ideas no resurgen solamente de la historia de las ideas, ellas son un prolongamiento directo, un lazo estrecho con una otra historia, aquella de la colonización. La historia "precolombina" es re-escrita. No serán más utilizadas las fuentes de los historiadores, de los cronistas, sino la re-escritura de la historia de la colonización se basará sobre los datos fundados por la historia natural.
La colonización ha sido descrita en términos muy violentos por algunos historiadores. Ha sido escrito la historia de la destrucción de los indios. De las Casas, describe esta destrucción, no solamente como uno de los episodios más crueles de la historia humana, sino también como un asesinato colectivo, cometido a escala de un continente y este hecho es sin precedentes en la historia como él mismo lo afirma.  Voltaire descubre al historiador del "nuevo mundo" y escribe: "Bartolomé De Las Casas, obispo de Chiapa, testigo de esas destrucciones, reporta, que se iba a la caza de Indios, con perros. Esos infelices salvajes casi desnudos y sin armas, eran perseguidos como venados, en el fondo de los bosques, devorados por los dogos y matados a tiros de fusil, sorprendidos y quemados en sus habitaciones.
Este testigo ocular dice a la posteridad, que a menudo se hacía golpear por un dominicano o un franciscano, a esos infelices, a someterse a la religión cristiana y al rey de España y después de este formalismo y que era una injusticia mas, se los degollaba sin remordimiento"().
La destrucción de los indios, la manera cómo éstos han sido tratados, es conocida, y descrita. El debate que se instaura se refiere a la importancia de la destrucción. ¿Ese continente estaba entonces verdaderamente bien poblado o prácticamente vacío? ¿Cuál es la importancia de esta hecatombe? La contradicción será entre sostener la idea de un continente casi vacío, y la de la destrucción de multitudes de "indios", a través de diferentes interpretaciones.
Para De Pauw, el continente americano estaba bien poblado, él evaluaba la población total de las "Indias" occidentales, de 40 a 50 millones de individuos, pero niega que la población haya sido exterminada en proporciones importantes. De Pauw, refuta el testimonio de Las Casas, lo mismo que el testimonio de los historiadores españoles. Para otros autores, el "Nuevo Mundo", estaba poco poblado. El continente "descubierto", "conquistado", era en hecho, un continente inmenso, desolado, abandonado en barbecho por pueblos groseros, esparcidos. Las pocas ciudades reducidas a rango de aldea no fueron tampoco importantes. Entonces la historia de los Inka desaparece. La historia es re-escrita por estos autores no para reconocer sino para negar la violencia. Y es esta violencia que continua aún a pesar de los 500 años

b) Condenar la violencia y negar la sociedad

Con la re-escritura de la historia la organización social, económica, de la población Aymara-Quechua, desaparece. Pero la destrucción de los “indios” es vista como una falla irreparable; el discurso que se tiene sobre esta destrucción es todavía un discurso sobre el otro como inferior. Se dirá entonces: "Los españoles se sirvieron habilidosamente del desorden de los indios, como un pretexto legítimo para anonadarlos". Aún aquí la condena misma de los españoles contiene un prejuicio; los españoles eran fuertes y los indios débiles.
Los españoles han abusado de su fuerza. Si la destrucción es reconocida, ésta es legitimada por una doble inferioridad: Los Indios son víctimas de la crueldad de los conquistadores por su propia debilidad, de una parte, y por su territorio, su clima, juzgado poco favorable al desarrollo de la industria humana por otra. Es gracias a esta noción de fatalismo, que pesaba en las cabezas de los españoles, que se legitima la destrucción, y se justifica los crímenes contra nuestros pueblos: "Toda la fuerza y toda la injusticia estaba del lado de los europeos. Los americanos no tenían más que debilidades, ellos debían ser entonces exterminados e instantáneamente. Sea como fuese, esa fue una combinación funesta de nuestros destinos o una resultante necesaria de tantos crímenes y tantas faltas. Es cierto que la conquista del "Nuevo Mundo" tan famosa y tan injusta, ha sido la más grande de las desgracias que la humanidad haya experimentado"().
La destrucción y su importancia es expresada como sigue: "El despoblamiento de la América, fue el efecto deplorable de esta confusión. Los primeros pasos de los conquistadores fueron marcados por ríos de sangre. Tan sorprendidos de sus victorias, como el vencido lo estaba de su derrota, tomaron en la ebriedad de sus éxitos, la decisión de exterminar a aquellos que, ellos habían despojado. Pueblos innumerables desaparecieron de la tierra con la llegada de estos bárbaros"().
La falta cometida, el etnocidio perpetrado y la destrucción de la mayoría de la población son ocultados. El pensamiento se situará sobre un otro problema, ocultar la falta. El discurso deriva sobre la civilización de esos pueblos, o más bien sobre la ausencia de civilización. El discurso sostenido es como sigue: en lugar de destruir habría sido preferible civilizarlos. Se contaba lograr; sin guerra sin violencia y sin esclavitud, civilizar a los Indios a convertirlos, acostumbrarlos al trabajo, y hacerles trabajar las minas"().
En realidad el mundo "salvaje" debía ser civilizado, Y la metáfora de la infancia, del adulto continuará, siendo el elemento justificador. "La política se asemeja, por el objetivo y la meta, a la educación de la juventud. La una y la otra tienden a formar hombres y deben, bajo muchos puntos de vista, asemejarse por los medios: los pueblos salvajes cuando están reunidos en sociedades quieren ser conducidos como los niños con suavidad y reprimidos por la fuerza... el gobierno debe ser iluminado para ellos y conducirles por la autoridad hasta la edad de las luces"().
Y qué mejor, para influenciar el carácter indolente de los indios que la música: Bessner al respecto propone: "entre los medios de civilizar estos pueblos, la música será uno de los medios más eficaces. Su música se siente hoy de la indolencia de su carácter y lo expresa correctamente. A pesar de que ellos tengan instrumentos, que son una especie de flautas, que les gusta tocar, ellos no se sirven más que para hacer ruido de manera muy desagradable, sin marcar ningún ritmo y sin ninguna melodía.
En sus danzas, los sonidos lúgubres y redundantes de las flautas adormecen el paso de los bailarines, en vez de animarlos. Hay en apariencia una música viva y alegre a la cual sería fácil habituarlos y esta música influenciaría su carácter, como su carácter ha influenciado hasta aquí sobre su música. Para operar este cambio será suficiente que cada misionero esté equipado de un pequeño órgano portátil donde serán anotados aires musicales"().
En ese perfil sobre los indios, se puede notar, hasta qué punto el Otro puede ser objeto de estudio, observado y siempre visto en forma negativa. El etnocentrismo está ahí totalmente marcado. La idea de civilización desarrollada nos remite a la sociedad europea. La organización de la sociedad Inka en ningún momento es mencionada. Mas bien al contrario, no existe civilización sino un mundo inorgánico, donde los hombres deben ser guiados hacia la felicidad, la luz de la civilización occidental.

c) El pensamiento de A. Smith sobre el otro

La particularidad de A. Smith, en su pensamiento sobre el Otro, consiste en introducir la noción de Nación, al interior de la cual se piensa la división del trabajo, la productividad y pone en comparación las Naciones civilizadas y las Naciones bárbaras. Entonces es a través del concepto de sistema de intercambio que Smith evalúa y compara las naciones.
Así, en su introducción pone al centro de su trabajo las cualidades de las naciones civilizadas. "Ahora bien, esta proporción se regula en toda nación por dos circunstancias diferentes: la primera, por la aptitud, destreza y sensatez con que generalmente se ejercita el trabajo, y segunda, por la proporción entre el número de los empleados en una labor útil y aquellos que no están. Sea cual fuere el suelo, el clima o la extensión del territorio de una nación, la abundancia o la escasez de su abastecimiento anual depende, en cada situación particular, de aquellas dos circunstancias.
La abundancia o escasez de esa provisión depende más, al parecer, de la primera que de la segunda de dichas condiciones. En las naciones salvajes de cazadores y pescadores, todo individuo que se halla en condiciones de trabajar se dedica a una labor más o menos útil, y procura obtener, en la medida de sus posibilidades, las cosas necesarias y convenientes para su propia vida, o para la de los individuos de su familia o tribu que son muy viejos, o demasiado jóvenes, o no se hallan en condiciones físicas adecuadas para dedicarse a la caza o a la pesca.
Estas naciones se hallan sin embargo, reducidas a tal extremo de pobreza, que por pura necesidad se ven obligadas muchas veces, o así lo imaginan en su ignorancia, a matar a sus hijos, ancianos y enfermos crónicos, o bien les condenan a perecer de hambre o a ser devorados por las fieras. En las naciones civilizadas y emprendedoras acontece lo contrario: aunque un gran número de personas no trabaje absolutamente nada y muchas de ellas consuman diez o, frecuentemente cien veces más productos del trabajo que quienes laboran; el producto del trabajo entero de la sociedad es tan grande que todos se hallan abundantemente provistos y un trabajador por pobre y modesto que sea, si es frugal y laborioso, puede disfrutar una parte mayor de las cosas necesarias y convenientes para la vida que de aquellas que pueden disponer un salvaje"().
Texto ejemplar en el cual se re-encuentra toda la dicotomía salvaje-civilizado, remitiendo a las oposiciones rareza-abundancia, pobreza-riqueza. Todas esas diferencias parecen ser el resultado del grado de desarrollo de la organización del trabajo. La noción de pobreza aplicada a pueblos salvajes, donde todos parecen ser pobres, donde ningún signo de riqueza existe: en esas condiciones ¿tiene algún sentido la noción de nación? Esos dos conceptos, pobreza y riqueza ¿no sirven acaso más bien para medir el grado de desarrollo de las dos naciones?
El hecho de encontrar solo pobres en las naciones bárbaras, resulta el desconocimiento de la parte de A. Smith, de las condiciones materiales de organización y del régimen de apropiación propio a estas sociedades. La organización económica parece existir solamente en la sociedad civilizada. Este argumento sirve al mismo tiempo de ideología, ya que en la sociedad civilizada, incluso muy jerarquizada el individuo que no posee más que su fuerza de trabajo puede poseer objetos y vivir mejor que cualquier individuo, viviendo en la sociedad de los salvajes. Porque en ese país, mal organizado, los hombres son condenados de la hambruna, a la violencia e incluso obligados a separarse de sus hijos o de sus parientes.

i) El pillaje y civilización

Smith, reflexiona al contacto de dos sociedades en el momento de la colonización. Es bajo pretexto de evangelización que se instala el sistema colonial. Es su objeto confesado, pero en realidad es la sed del oro a nivel individual de los conquistadores, el saqueo de riquezas destinado a la metrópoli para acelerar el proceso de acumulación primitiva que acentúa y empuja a los colonizadores a ejercer violencia contra los autóctonos.
Así Smith, insiste sobre la cupidez de los conquistadores en la búsqueda del oro. "Los mismos motivos que animaron las primeras empresas de los españoles en el Nuevo Mundo excitaron las que siguieron a los descubrimientos de Colon. Fue la sed insaciable de oro que la llevó a Ojeda a Nicuesa, a Vasco Núñez de Balboa al Itsmo de Darién, a Cortés a México, a Almagro y Pizarro a Chile y Perú. Cuando estos aventureros llegaban a alguna costa desconocida, lo primero que preguntaban es si en aquellos países había oro y por los informes que les daban sobre el particular, resolvían dejar el país o establecerse en él"().
Para sostener la actividad de los pillos y para facilitar la transferencia de las riquezas de la colonia hacia la metrópoli, la corona autoriza a los conquistadores a guardar la mitad de la plata o del oro pillado. Pero dejemos hablar a los textos. "En vista, pues, de los relatos de Colon, el Consejo de Castilla resolvió tomar posesión de países cuyos habitantes eran incapaces de defenderse por si mismos, y la piadosa intención de convertirlos al cristianismo santificó la injusticia del proyecto. Pero el solo motivo que llevó a poner en movimiento aquella empresa, no fue otro sino la esperanza de encontrar en ellos grandes tesoros de oro y para reforzar ese propósito propuso Colon que la mitad de los metales preciosos que se encontraban pertenecerían a la Corona de Castilla, y esta proposición recibió la aprobación del Consejo.
Mientras la mayor parte del oro importado en Europa por los primeros aventureros se hubo obtenido por los procedimientos tan sencillos como el expolio de los indefensos indígenas, posiblemente no resultaba muy difícil satisfacer un impuesto tan gravoso. Pero tan pronto como los nativos fueron desposeídos de todo lo que tenían, lo cual se cumplió lo mismo en Santo Domingo que en los otros países descubiertos por Colon, en el espacio de ocho años y fue necesario recurrir a la explotación de las minas para conseguir más cantidades, entonces no hubo ya posibilidad de pagar una contribución tan onerosa"().

 

ii) Aporte de la civilización

A pesar de la pobreza de esas naciones bárbaras; es sobre el pillaje que se fundará la riqueza de la nación civilizada. La colonización visto por Smith, es un aporte de civilización gracias a la introducción de la técnica, la creación de instituciones sociales y la instauración de un gobierno. Cuando los colonizadores llegan a un país salvaje, encuentran solo una economía de subsistencia. La población puede apenas alimentarse, rodeados de una riqueza considerable.
"En la época en que los españoles descubrieron Cuba y Santo Domingo, los naturales de esas dos islas, adornaban con pequeñas placas de oro sus vestidos y sus cabelleras: ellos veían ese metal con la misma óptica con la cual nosotros veríamos pequeñas piedrecillas que estarían por encima de aquellas de clase común: en una palabra, ellos estimaban tanto como para recogerlas pero no tanto como para privar a alguien. También les cedía al primer pedido de sus nuevos invitados: estaban tan lejos de pensar que hacían un presente de valor alguno. ¿Cuál debió ser su sorpresa cuando ellos vieron el apresuramiento, más aún el furor y la codicia de los europeos por procurarse este metal?".
Se puede explicar la falta de alimentos, por el estado en el cual se encuentra la agricultura. La falta de técnicas se generalizaba a todas las actividades. Es interesante notar que después de una tal descripción del pillaje, Smith insiste sobre el aspecto civilizador de la colonización. En tal nación, solo son tomados en cuenta para juzgar: el estado de desarrollo, los instrumentos de trabajo, los animales. La organización económica y social, de las sociedades donde el oro no tiene valor es ignorada, parece más bien no existir. He aquí, como Smith describe de manera detallada, los elementos de trabajo constitutivos de la nación bárbara.
"Antes de la conquista de los españoles no había ganado de carga en México ni en Perú. La llama era la única bestia de carga y su fuerza era muy inferior a la de un asno. No se conocía entre los indios el arado, ignoraban el uso del hierro, carecían de moneda acuñada u otro instrumento útil de comercio, reduciéndose éste a la permuta. El principal instrumento de que se servían en la agricultura era una especie de madera: los pedernales les servían de cuchillos y hachas para cortar: con los tendones de ciertos animales y las espinas de ciertos peces confeccionaban agujas de coser y a esto, poco más o menos se reducía todos los útiles de sus oficios.
Parece absolutamente imposible que cualquiera de aquellos imperios hubiese adelantado tanto, ni hubiera llegado a estar tan bien cultivado como lo vemos actualmente, si no se hubiera introducido en ellos abundancia de ganado de toda especie, el uso del hierro, el del arado y otras muchas artes de los que entonces florecían en Europa. La población en todos los países guarda proporción con los adelantos de la agricultura y de las artes industriales"().
Es entonces, a una obra civilizadora que se libra la colonia. Los resultados son evaluados por el aumento de la población en los dos imperios, a través de la introducción de la técnica, e incluso gracias al mejoramiento de la especie de los criollos: "A pesar de la terrible destrucción del elemento indígena, que siguió a la conquista se encuentran estos dos imperios mucho más poblados al presente de lo que pudieron estar antes de ella. Además, la población del país es seguramente muy distinta, pues debemos reconocer que el elemento criollo es en muchos aspectos superior al indígena"().
La obra civilizadora se ha extendido al dominio político por la instauración de un gobierno, de instituciones sociales e incluso mejorando la especie humana gracias a los criollos: aquí cabe recordar el análisis de F. Quesnay cuando más bien sostiene que el gobierno de los Inkas fue un régimen próspero en la agricultura y no como sostiene A. Smith.
De igual manera Smith, al insistir sobre la ausencia de organización económica, parece inferir que la organización política de esas sociedades salvajes como él dice, es inexistente. La sociedad a la cual hace referencia carece de poder político es decir, es desorganizada. La franqueza de Smith, es remarcable en lo que concierne a su admiración por la misión y aporte que la Europa lograba en las colonias. Es el elogio del europeo como portador de civilización a pesar de que miles de bárbaros hayan muerto, en ese sentido Occidente para los originarios es la Civilización de la muerte.


M. Duchet; Anthropologie et Histoire en siècles de Lumières.

M. Duchet; Anthropologie et historie au siecles de Lumières Pag. 153

M. Duchet op.cit. Pag. 153

M. Duchet op.cit. Pag 157

M. Duchet Idem. Pag. 154

M. Duchet, op. cit Pag. 196

M. Duchet; op. Cit. Pag.196

M. Duchet. Op. Cit. Pag. 207

M. Duchet. Op. Cit. Pag. 196

M. Duchet. Op. Cit. Pag. 208

M. Duchet. Op. Cit. Pag. 210

M. Duchet. Op  Cit. Pag. 218

Smith. A. La  R.D.N.  Pag. 3

Smith. A. Libro 4 Pag. 500

Smith. A. op.cit. Pag. 500

Smith A.  op. cit. Pág. 506

Smith. A. Idem

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