EDUCACIÓN MATEMÁTICA Y FORMACIÓN DOCENTE

Silvia Vázquez Cedeño y Gustavo Mazcorro Téllez

El Desarrollo de las Habilidades Comunicativas en los Docentes: un Reto de Planes de Formación

IDALBERTO AMADO PÉREZ LÓPEZ

YANELIS DE LA CARIDAD POMPA MONTES DE OCA

ISP CONRADO BENÍTEZ, CIENFUEGOS, CUBA.

INTRODUCCIÓN

Para el profesional de la educación la comunicación constituye un proceso de esencial importancia en el desempeño de su labor, de ahí que éste deba estar en condiciones de enfrentar de manera óptima este proceso en su quehacer diario.

Resulta necesario recordar que la formación general de maestros y profesores, y el desarrollo de sus habilidades profesionales, en específico, así como la calidad de su práctica pedagógica, son algunos de los temas más tratados por la ciencia en los últimos tiempos, lo que justifica que en la actualidad se les dediquen numerosos estudios en el orden filosófico, sociológico, psicológico, ético y, por supuesto, pedagógico.

Considerando entonces que la concepción para la formación de estos profesionales debe tener como premisa dar respuesta a las demandas de los mismos para el cumplimiento de su encargo social y con la calidad requerida; es evidente la necesidad de una organización en los diseños curriculares que responda a ello. Toda carrera exige una excelente preparación, integrada por el elemento académico, la formación cultural y el desarrollo de competencias, donde se incluye la habilidad comunicativa, pero en este caso adquiere una relevancia vital.

Si se analiza que la educación constituye un componente esencial en la práctica social y es un sistema de influencias múltiples y diversas que intervienen en la preparación del hombre para la vida, se puede plantear que el trabajo del maestro es un proceso de comunicación constante, que exige, por tanto, una permanente preparación en este orden, máxime cuando investigaciones realizadas revelan que muchos de los problemas en la educación e instrucción de los niños, adolescentes y jóvenes se deben a dificultades en este sentido.

Es ineludible, sin dudas, la necesidad de potenciar en los maestros la formación de habilidades de este tipo, no sólo por ser necesarias para su desenvolvimiento en la sociedad, sino por representar una exigencia para su desempeño profesional. Se debe recordar que las habilidades son importantes componentes de las características calificativas del maestro y su formación es parte del sistema de preparación pedagógica profesional, ya que estas permiten que el mismo pueda interactuar con el educando en función de su transformación.

No se debe ignorar que la educación es una actividad social dirigida donde se establecen las relaciones entre los hombres; tiene gran importancia para el desarrollo de la personalidad desde sus dimensiones de enseñanza, educativa, y desarrolladora. Es un proceso donde se debe comprender al hombre como ser social, lo que necesariamente implica analizar las relaciones que establece y su preparación para el enfrentamiento a éstas, las cuales no pueden darse sin la comunicación.

Para lograr esta formación integral, es de vital importancia que, en primer lugar, el desarrollo del proceso enseñanza-aprendizaje sea ejemplo de un espacio de verdadera comunicación, donde cada participante pueda expresar sus criterios de forma abierta y respetuosa, y se establezca el debate, la valoración y reflexión sobre temas de interés para ambos polos y, en segundo lugar, cuando el profesor que dirige la actividad haga uso de todas las herramientas para establecer este clima.

Tener en cuenta la correcta formación de habilidades profesionales, especialmente las de tipo comunicativas, es de sumo interés en la organización de los diseños curriculares de todas las carreras de perfil pedagógico, tema de vital importancia en la preparación de los estudiantes para el futuro desempeño de su labor, como se ha venido reiterando.

Es imposible una mirada integradora al sistema educativo si se prescinde del proceso de comunicación, pues la educación constituye, precisamente, un componente esencial en la práctica social. Se considera, según las diferentes bibliografías, un sistema de influencias múltiples y diversas que intervienen en la preparación del hombre para la vida. Es necesario, entonces, desde la perspectiva del currículo, acercarse a la formación y desarrollo de habilidades comunicativas de los profesionales que cursan carreras pedagógicas.

Considerando que éste abarca todo el proceso de formación; todo lo que se aprende en, desde y fuera del espacio escolar, caracterizándose por estar localizado en el ámbito de las relaciones sociales de la escuela, por permitir el cumplimiento de la labor ideológica de ésta y porque puede abordarse a nivel social, institucional y de aula, entonces, incluye también en su concepción al proceso comunicativo que se desarrolla en el ámbito educacional y su función dentro de él.

Es objetivo de este trabajo realizar algunas consideraciones en el orden teórico sobre la importancia que cobra la adquisición de habilidades para la comunicación profesional que deben ser del conocimiento de todo el que se enfrente a la tarea de educar y proponer algunos postulados que pueden ser punto de partida para potenciar estas en la formación del profesional.

DESARROLLO

La comunicación profesional pedagógica, a veces tratada indistintamente como comunicación educativa, o vista como una parte de la última, es considerada, según diferentes autores, como un sistema de interacción socio psicológica entre el profesor y los educandos, que incluye procedimientos y hábitos de su contenido, y no sólo consiste en el intercambio de información, sino que es un medio para la solución de tareas y problemas en el orden, no sólo docente, sino también educativo y formativo, y para la organización de la interrelación entre el profesor y los estudiantes que garantice el éxito de este trabajo.

Este fenómeno social juega un papel indispensable en el desarrollo con éxito del proceso docente educativo; como consecuencia es un elemento que no puede descuidarse en la formación de los profesionales con dicho perfil, por lo que es sumamente significativo contar con un currículo que incluya la preparación en tal sentido de los estudiantes que cursan este tipo de carreras, un proyecto que responda a las necesidades de ellos de convertirse en expertos comunicadores para el correcto desempeño de su labor.

Es necesario volver sobre el enfoque que aún predomina en la organización y planificación del currículo de estas carreras, donde prevalece el académico sobre el profesional. Se debe señalar que el educador recibe una formación psicopedagógica amplia, pero no una preparación suficiente para definir los problemas centrales de la comunicación educativa o profesional pedagógica en orden a tomar sus propias decisiones didácticas en momentos que lo necesiten, lo que afecta la adquisición y desarrollo de habilidades que son de vital importancia para su desempeño. Aunque se debe reconocer que en los últimos años se ha dirigido la atención con mayor fuerza que en épocas anteriores a los estudios de los problemas de este tipo, no sólo en el orden educativo y profesional, sino también psicológico, filosófico y social; son precisamente estas cuestiones el punto de partida de la propuesta.

El estudio teórico realizado sobre el tema en cuestión indica que esta categoría ha sido motivo de un amplio análisis. En las obras de los clásicos, por ejemplo, existen múltiples referencias sobre este proceso, visto desde su importancia para el establecimiento de las relaciones sociales, sin embargo como se planteaba, durante un largo período este no fue objeto de examen filosófico ni social pormenorizado, pues la comunicación había sido considerada una categoría de la Filosofía Idealista y se desecharon por mucho tiempo las posibilidades teóricas y metodológicas que le son inherentes.

Según estos estudiosos, la comunicación es un proceso tan complejo como la actividad humana cumpliendo con la función, hablando en términos filosóficos, de concretar el trato entre los hombres, se inserta en el contexto social en todos los planos, encontrando su expresión concreta en la dialéctica materialista con la comprensión material de la historia y tiene un carácter social por su contenido y esencia, e individual por la forma en que se despliega por sujetos individuales. Se demuestra además, que es multifuncional pues abarca todas las interrelaciones humanas.

A partir de los planteamientos de las diferentes bibliografías, y de la experiencia de la propia vida, es conocido que la comunicación es una capacidad sólo del hombre, y que además, para su estudio se debe comprender la esencia socio histórica de este y la posibilidad de objetivizarse en su propia obra o actividad. Los seres humanos forman comunidades porque se comunican; y esta relación ocupa un lugar imprescindible en la interpretación del devenir social porque la esencia de este proceso es, precisamente, la relación sujeto – sujeto, y su vínculo a partir del apremio de las necesidades prácticas. Una de las expresiones más concreta de ello, a juicio de los autores de este trabajo, es la educación.

“El hombre es un animal racional”…, plantea Ana María Fernández González (1995), diferenciándose del resto de su especie por haber alcanzado un nivel superior de psiquismo, tema en el cual se sustenta gran parte de la obra de Vigostky (1968) y que es basamento para la concreción de la actividad educativa.

El hombre, según la primera autora mencionada, es un animal que habla, que produce signos mediante los cuales interactúa con los otros e intercambia significados, e insiste en que esto no es una cualidad innata, sino que está condicionada por el medio natural y la necesidad de transformarlo, reafirmando la tesis del segundo autor aludido cuando se refiere a la importancia del medio social y las relaciones que establecen los hombres en la formación de su personalidad. El hombre, en resumen, es un animal que trabaja y un animal social; y como consecuencia tiene que comunicarse para lograr su interacción con los demás. Lo aseverado por la autora confirma una vez más la importancia de la comunicación para el desarrollo del individuo en cualquier proceso social y particular.

Aunque es bien clara la importancia de este proceso, se debe recordar que fue analizado durante siglos más como un medio que como un fin en sí mismo, sin embargo desde las pinturas rupestres hasta las nuevas tecnologías, sin olvidar las obras de arte y la letra impresa, la comunicación ha sido en el ser humano tan inherente a su naturaleza como a su pensar.

En los manuscritos económicos de 1857 a 1858, C Marx, señaló que al hombre en tanto ser social “le es inherente la comunicación”. Los clásicos del marxismo también analizaron la actividad individual en relación con este fenómeno. Se expresa el criterio de que los términos “comunicación” , “relaciones comunicativas” y “formas de comunicación” fueron utilizadas originalmente para designar las relaciones de producción y que luego fue que hallaron el término exacto. Véase entonces la estrecha relación que se ha producido desde siempre entre estas categorías.

Las tendencias no marxistas que se han dedicado al estudio de esta en particular, sólo la han visto de forma empírica, y no aceptan los procesos mentales como parte integral de ella (actitudes, creencias, temores, intención). En el texto “Lecciones de Filosofía “ (2000), se plantea que estos analizan este proceso como algo secundario, y que no se orientan hacia el conocimiento de sus aspectos esenciales, ni lo vinculan con la personalidad e imponen limitaciones a su estudio. Pero en los últimos tiempos ha tomado gran fuerza la teoría de la acción comunicativa a partir de los estudios de la escuela de Frankfort con J. Haberman (1981), estos tienen su antecedente en la sociología, y plantean que la comprensión sistémica de la comunicación es una premisa insoslayable para la planificación científica del trabajo con el hombre. Elemento este tenido muy en cuenta para la conformación de la propuesta que hace en este trabajo.

Resulta, por tanto, imposible la elaboración de una teoría en relación con la comunicación y la profundización en un estudio científico al margen de una consideración real y objetiva de la práctica y las relaciones sociales que representan su esencia. Marx y Engels (1966) planteaban que: “…La verdadera riqueza espiritual del individuo, depende enteramente de la riqueza de sus relaciones reales”.

Es precisamente el empeño de la educación encontrar en cada ser su verdadera riqueza espiritual, cada elemento analizado indica un nuevo motivo para elevar los esfuerzos en la preparación de los maestros para que éste sea el camino de las nuevas generaciones; y es indiscutible el papel que juega en ello la comunicación.

Por otra parte, subraya L. P. Búeva (1979):

“La comunicación es una realidad directamente observable y la forma concreta de todas las relaciones, su personificación, su forma individual. Del mismo modo que la sociedad no existe a modo de persona aislada, al margen de los individuos que la integran, las relaciones no existen al margen de la actividad real y la comunicación de las personas”.

El principal interés u objetivo de este proceso está dirigido a resolver las necesidades de relación que tienen los individuos, tanto para lograr la transmisión de información e ideas, como de afecto y aprendizaje traducido en crecimiento personal. Es importante recordar que su tipo y forma está determinada por las relaciones interpersonales. A decir de algunos psicólogos el lugar y carácter de la vida de cada persona constituyen su piedra angular.

Éstos plantean, además, que en los seres humanos la comunicación es un acto propio de su actividad psíquica, derivado del lenguaje y del pensamiento, así como del desarrollo y manejo de las capacidades psicosociales de relación con el otro. Esto permite al individuo conocer más de sí mismo, de los demás y del medio exterior, mediante el intercambio de mensajes que le permiten influir y ser influidos por las personas que lo rodean. Es decir, la comunicación juega un papel indiscutible en la formación de la personalidad, como se ha venido reiterando.

Es evidente que el desarrollo del ser humano está condicionado por el de todos los demás y en su comunicación se establece un proceso de creación, no sólo física, también espiritual; es el momento de creación de “las personas por las personas”. Esto no sólo representa un papel central en el desarrollo de la vida motivacional, también es esencial en el desarrollo del hombre como sujeto integral de su comportamiento, a decir de Fernando González Rey (1989).

Otro elemento que interviene en las relaciones que establecen las personas que se comunican es el tipo de interacción que mantienen. Aunque no debe identificarse interacción con comunicación en lo cual insisten los diferentes estudiosos sobre el tema, tampoco deben verse como fenómenos aislados, ya que se dan, simultáneamente, en una situación de relación interpersonal y se condicionan mutuamente; éste es un elemento de suma importancia a considerar en las relaciones grupales. Dice C. Marx (1966): “El desarrollo del individuo, está condicionado por el desarrollo de todos los demás individuos con los cuales entra en comunicación directa o indirecta”

Se ha demostrado que la personalidad se desarrolla en el proceso de la actividad social y en la propia, lo que obliga a reflexionar en el sistema de relaciones que debe establecer el maestro con sus estudiantes y éstos con los demás gracias a la comunicación.

González Rey (1989) en su artículo “Personalidad y comunicación”, demuestra que la importancia concreta que va tomando la categoría comunicación en el aspecto categorial de la Ciencia Psicológica, no es producto del desarrollo de una categoría más, como suele plantearse en la Psicología no marxista. De esta misma manera, habría que analizarla y estudiarla en la Ciencia Pedagógica, donde juega un papel determinante (como se ha venido insistiendo). Podría incluso ser examinada como un componente más dentro de la didáctica de la educación, o como una variable que condiciona el desarrollo con éxito de ésta.

Este autor asume algunas conclusiones que, si se analizan desde el punto de vista educativo, constituirían la base para la organización de la enseñanza en la escuela, en busca de un aprendizaje cooperativo, significativo y desarrollador. Plantea que el proceso de comunicación es una vía esencial en el desarrollo de la personalidad, la cual tiene su especificidad en relación con la actividad objetal concreta. La comunicación es esencial para explicar los procesos y formaciones más complejas de la personalidad, como base fundamental del principio de la unidad de lo cognitivo y lo afectivo; y su estudio en Psicología es inseparable del estudio de la personalidad en calidad de sujeto de este proceso, aunque ambos tienen su especificidad. La significación de la comunicación acota depende de las características de los sujetos implicados en ella; a su vez las características de éstos determinan el propio proceso.

Vigotsky (1968), por su parte, destaca que las funciones psíquicas superiores no responden a la línea de la evolución biológica, sino que son el resultado de la asimilación de los productos de la cultura que surgen sólo a partir de las relaciones entre los hombres; aspecto al que se hacía referencia anteriormente. Lo natural y lo social, según el autor citado, se interpenetran, para lo cual es imprescindible el proceso comunicativo. Es de esta manera, precisamente, como se producen las interrelaciones entre el profesor y el alumno.

Se coincide con este criterio pues el desarrollo de la comunicación no es sólo un fenómeno biológico, sino que ha estado, más que influido, condicionado por la necesidad que impulsó el desarrollo social. Quiere decir entonces que, como plantea la Teoría Marxista, una categoría central necesaria para comprender la evolución de la personalidad y sus regularidades esenciales, así como su desarrollo en la sociedad y por tanto en el ámbito educativo, es la comunicación.

Existen profesiones como la del magisterio que por su propia esencia tienen como instrumento esencial este proceso; Ana M Fernández González plantea que el profesor tiene la función de ejercer influencia desarrolladora en los alumnos y promover la comprensión del nuevo conocimiento y la asimilación de nuevas formas de conductas, así como la interiorización de valores, y normas morales. A decir de esta, la buena comunicación en el ejercicio de esta profesión es condición imprescindible para garantizar un ambiente de colaboración y el logro de los objetivos propuestos se concretan en la adquisición del conocimiento y en el desarrollo de normas de conductas, hábitos, habilidades y valores morales.

Cazden (1990), señala, que si bien el acuerdo sobre la importancia del lenguaje entiéndase éste como comunicación en los procesos educativos es prácticamente total entre los investigadores, no existe ese mismo acuerdo respecto a la manera más adecuada de estudiarlo y analizarlo. Por tanto, habría que dirigir la atención a este aspecto, pues es de suma importancia, sobre todo en la preparación del personal que enfrenta esta labor.

El trabajo del maestro es un proceso de comunicación constante, es una tarea más difícil que la de cualquier otro profesional, como plantea Vicente González Castro (1989).

La maestría pedagógica, no sólo supone la acumulación de conocimientos y experiencias, sino el dominio de esta habilidad, pues, además de trasmitir contenidos, en la realización de este proceso se expresan vivencias, valoraciones y sentimientos, por lo que una adecuada comunicación entre el profesor y el alumno contribuye a la asimilación consciente por parte del estudiante de las influencias educativas que se expresan en la formación de convicciones.

Para influir en el estudiante es necesario organizar adecuadamente este proceso con ellos, lo que indica que la formación de habilidades comunicativas no debe dejarse a la espontaneidad, necesita de ejercicio para su entrenamiento, porque además de preparar al maestro, también desarrollan y enriquecen su personalidad.

Es importante, así mismo, tener en cuenta el medio en que se desarrolla la relación entre el profesor y los estudiantes, y entre los últimos, porque ya se ha planteado que el contexto social es capaz de determinar los signos y códigos a utilizar en este proceso, condicionando incluso hasta el estilo que utilice el maestro en función del logro de su objetivo. Estas cuestiones son estudiadas por la Semiología, Saussure fue el primero que habló de esta ciencia y la define como la que estudia la vida de los signos en el seno de la vida social.

Toda conducta humana es comunicativa, esto es condición necesaria para la existencia del hombre y uno de los factores más importantes en su desarrollo social. Este es un proceso que se va transformando continuamente a través del tiempo y la conformación del carácter humano es posible gracias a ello, pues es necesario vivir en respectividad con los demás, lo que permitirá conformar el propio conocimiento de cada persona a partir de la experiencia social; pues el aprendizaje significativo es el que las personas consiguen por sí mismos, y sólo es posible en el ámbito de la cultura y la educación.

La comunicación siempre tiene el propósito, no sólo de informar, sino de hacer que algo o alguien cambie; esto le da la posibilidad al profesor de no imponer sus conocimientos sino de convertirse en un facilitador del aprendizaje grupal e individual, a partir del dominio de las habilidades comunicativas.

El educador debe estar capacitado también para proyectar el enfoque comunicativo y desarrollador en la escuela, además de en el aula, en la familia y comunidad, para poder enfrentar la misión de orientar correctamente a sus alumnos para su vida en sociedad y el respeto a sus semejantes. Es por ello que el educador que juega un rol fundamental para el logro de una sociedad más culta y con ello más humana, debe dominar la habilidad de comunicar, pues ésta es esencial para el logro de su empresa.

La eficiencia profesional del maestro depende en gran medida de su fuerza comunicativa. También la seguridad del comunicador, su control emocional, y su autenticidad le da mayor credibilidad a sus palabras. Debe saber en todo momento “qué”, “a quién”, “cómo” y “para qué”, va a comunicar. Y es además muy importante considerar, en el proceso docente, su función afectiva, lo que permitirá la comprensión mutua y el interés hacia el desarrollo del aprendizaje verdadero, el que construye el propio individuo.

A partir de los nuevos enfoques educativos se plantea la necesidad de dejar de entender la enseñanza como una mera transmisión de conocimientos por parte del profesorado para poner el acento en la construcción de este por parte de los estudiantes. Es importante recordar que a decir de Luci Nussbaum y Amparo Tusón (1996)

“…la lengua es un instrumento de transmisión, de representación y de construcción del conocimiento; un instrumento para mostrar lo que se ha aprendido y un instrumento de relación y de expresión de las identidades individuales y colectivas en ese sistema social que es el aula”.

Por tanto, el análisis de la comunicación que se produce en la escuela es imprescindible para comprender los mecanismos de influencia educativa que se operan en las situaciones escolares de enseñanza y aprendizaje, a ello se refieren César Coll y Javier Onrubia, (1995) en una de las tesis relativas a la importancia del discurso educacional.

Es importante recordar, además, que la educación es un conjunto de prácticas de naturaleza social con una función básicamente socializadora de manera sistemática y planificada y es un instrumento de desarrollo personal, por lo que los sujetos no sólo se integran como miembros de un grupo social, sino como personas individualizadas.

Edwards Marcer (1988), citado por César Coll y Javier Onrubia (1995), dice:

“nos preocupa más el contenido que la forma”. Es decir, que interesa lo que las personas se dicen unas a otras, de que hablan, que palabra utilizan, que dan a entender y también la problemática de cómo se establecen esos entendimientos y se construye a partir de ellos según se desarrolla el discurso”.

Esto significa que preocupa no sólo el discurso en sí, sino también aquellas actividades y marcos no lingüísticos que constituyen el contexto dentro del cual tiene lugar el discurso. Lo cual debe tenerse en cuenta cuando en sentido general de comunicación en el ámbito educativo se trate.

El profesor puede y debe llegar a convertirse en un comunicador por excelencia, por lo que es importante que desarrolle estas habilidades a partir del conocimiento del proceso mismo, sus componentes, mecanismos, funciones, niveles, barreras, lo que va conformando su estilo personal.

La educación sólo tendrá sentido para los que participan en ella si parte de los códigos conocidos o si se dan las condiciones para aprender y usar otros. La comunicación refleja la necesidad objetiva de los hombres de asociación y de cooperación mutua y es también condición del desarrollo de la individualidad, originalidad e integridad de los mismos. Su influencia en el desarrollo de la personalidad es indiscutible.

Se ha venido analizando la importancia que cobra este proceso en todos los ámbitos por lo que queda demostrado que es este un elemento esencial en la formación y preparación de los profesionales pues la correcta comunicación en todos los tipos de grupos que se establezcan, sobre todo en las instituciones escolares, constituye un elemento aglutinador de sus integrantes, es un indicador de desarrollo que favorece el crecimiento de los mismos.

El conocimiento teórico sobre dicho proceso y el dominio de este tipo de habilidades ayuda a la mejor orientación en el desempeño docente, a ser más observadores y a no descuidar las diferentes expresiones de cualquiera de las dos partes si de ser convincentes se trata.

A partir de estas reflexiones y evidentes necesidades en la conformación de los currículos de los profesionales de la educación se propone un grupo de postulados a tener en cuenta para la formación de habilidades comunicativas que permitirán la completa preparación del profesor para el desempeño de su ejercicio, porque estudiar la comunicación, explica cómo se da la comprensión entre los hombres y su actividad conjunta, cómo llegan a entenderse ya sea en el grupo familiar, de juego, estudiantil, o laboral.

Ellos son los siguientes:

• Que el estudiante desde el primer año reciba las asignaturas que lo preparen como un comunicador competente.

• Que estas asignaturas se conciban desde dos posiciones: desde la condición de hablante del futuro egresado y la de profesional.

• Que se potencie la actividad investigativa relacionada con la Comunicación profesional.

• Que exista homogeneidad en los diseños curriculares de todas las carreras de perfil pedagógico con respecto a la preparación de los futuros egresados en el orden comunicativo.

• Que predominen las actividades reflexivas y prácticas donde el alumno deba poner a prueba el conocimiento adquirido.

• Que estas habilidades comunicativas sean punto de partida para el trabajo de todas las disciplinas.

• Que el tratamiento de los contenidos tenga salida por los tres componentes: académico, laboral e investigativo.

• Que se organice un sistema de actividades desde el 2do a 5to año de manera que se potencie este tipo de habilidad profesional.

• Que se programe un postgrado o diplomado de carácter obligatorio para la superación del personal docente como se realiza con la metodología de la investigación, el idioma y los problemas sociales de la ciencia.

• Que la comunicación ocupe un lugar prioritario en la formación de los profesionales de las carreras con perfil pedagógico.

No cabe duda de que la adquisición de una competencia comunicativa profesional pedagógica por parte de los educadores perfeccionará su trabajo docente y con ello su influencia educativa en el desarrollo de la personalidad de sus estudiantes, preparándolos así para el enfrentamiento a la sociedad, de ahí la validez de tener en cuenta la preparación de los docentes que impartan esta disciplina y la observancia de los postulados anteriores en los planes de formación.

CONCLUSIONES

El análisis teórico sobre la categoría comunicación ha evolucionado con el curso del tiempo, llegando a ser considerada como un fenómeno social con un valor incuestionable en el desarrollo y evolución del hombre como ser racional, y en su actividad como personalidad, donde se incluye como una prioridad el proceso de enseñaza y educación.

Es necesario, por tanto, que ésta constituya una prioridad en la organización y planificación de los diseños curriculares de los estudiantes de las carreras con perfil pedagógico, pues la competencia comunicativa en los maestros condiciona su ejercicio docente, constituyendo la Comunicación Profesional la base, desde los elementos académico y afectivo, del proceso docente educativo.

La propuesta realizada contribuye a la visión y organización sistémica de la formación de habilidades para la comunicación profesional que pueden convertirse en punto de partida para resolver las deficiencias que presentan los estudiantes en el orden comunicativo.

Tener en cuenta los postulados que emanan de este estudio se convierte en una garantía para la adecuada concepción, diseño y desarrollo de la formación de los profesionales con perfil pedagógico.

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Dr. C. Idalberto Amado Pérez López

Lic. Yanelis de la Caridad Pompa Montes de Oca

ISP Conrado Benítez, Cienfuegos, Cuba.

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