CONCLUSIÓN

Durante este trabajo de investigación, la filosofía de la educación tuvo mucha relevancia para la fundamentación antropológica que se realizó al final del mismo. La educación es un fenómeno muy amplio, sin embargo, se ha podido realizar una propuesta de fundamentación de la educación integral desde la antropología educativa.

La antropología educativa, nos ayudó a establecer una realidad humana concreta, pero además, su reflexión sirvió para fundamentar la realidad que se pretende construir del hombre mismo. Al respecto, hemos de constatar que la realidad antropológica sobre la cual es fundada la educación integral, puede ser ampliada. Se justificó además, la posibilidad de ejercitar la educación integral sobre la ampliación de su propia visión antropológica. Esto fue un trabajo que no sólo se intuyó, sino que se fue elaborando frente a los nuevos retos que enfrenta la educación ante una realidad posmoderna.

A lo largo de este proceso de investigación pudimos hacer un análisis de la posmodernidad en la sociedad actual, el cual nos ha servido para poder hacer una reflexión desde la filosofía de la educación, relacionando el problema que se ha planteado de la educación integral, desde una perspectiva posmoderna.

Sobre la posmodernidad podemos concluir que no es sólo un fenómeno que se ubica con ciertas características específicas, sino que además ha logrado impactar tanto en la realidad del educando, que la ha simulado. El contexto antropológico de la posmodernidad, demuestra una realidad humana cinética, es decir, en movimiento, que experimenta constantes cambios, en los cuales constamos, que muchos de los jóvenes del contexto investigado no tienen parámetros que demuestren una estabilidad interna, que les lleve a ser educados integralmente.

Al hablar de un contexto simulado, habremos de concluir, que nuestra realidad realiza un proceso de corto circuito, es decir, que la desintegración humana que se puede constatar desde las características de la posmodernidad, realiza una separación entre lo que se pretende educar como idealidad y la realidad misma. Es como decir, que el contenido con el cual se educa, no es significativo para el educando, porque no tiene una realidad significativa y simbólica desde su realidad.

En este sentido fue muy relevante, lo que se investigó sobre la realidad juvenil en la ciudad de León Guanajuato. Estas nuevas subculturas juveniles que van construyendo su propia cosmovisión de la vida, son un fenómeno que encaja perfectamente con las características de la posmodernidad.

Estas subculturas se convierten en un reto para la educación, que tiene que educar sobre estas realidades, que construyen mundos sobre una realidad ya establecida. Todas estas realidades juveniles, no están ajenas ni a lo que fenomenológicamente se puede constatar en la calle, ni mucho menos a la realidad educativa, de la escuela. En medio de ella, conviven, hacen suyas una serie de situaciones que los unen o desunen bajo criterios distintos, bajo circunstancias paradójicas, pero que en el fondo de su propio ejercicio encuentra una cosmovisión de la propia existencia.

Este fue el problema fundamental que encontramos a lo largo de la investigación ¿Cómo unir la realidad posmoderna con la educación integral? Hemos de concluir como lo hemos realizado en el último capítulo, que la educación integral no puede separarse de su realidad, que la posmodernidad es un elemento fundante para educar integralmente, ya que si el hombre no se encuentra desintegrado, ¿Cómo es posible que se integre? No hubiera tenido sentido, seguir reflexionando sobre esta realidad, si no existiera la posibilidad de que a partir de la educación integral, se recupere la integralidad interna del ser humano.

Hemos de concluir además, que existen categorías fundamentales, que a lo largo de la historia del pensamiento han existido, que no pueden pasar desapercibidas, y que son elementos importantes sobre los cuales se pueden establecer estrategias educativas, para fomentar la integralidad de la persona humana. En este sentido el amor, la democracia, la libertad, la justicia y la verdad, son características antropológicas que tiene que seguir desarrollando el ser humano.

Además de las anteriores categorías, era importante establecer categorías que nos ayudaran a establecer un diálogo con la realidad posmoderna, con la cual la educación tiene que realizar su ejercicio. Es desde la posmodernidad como la educación tiene que ejercitarse integralmente, por lo que la responsabilidad, la igualdad, la tolerancia, la inculturación y el proyecto de vida, se han convertido en nuevas formas de ver la realidad cambiante, en la cual se tiene que educar.

En el análisis de todas ellas, hemos de concluir que un elemento muy importante para que el ser humano se pueda desarrollar integralmente es la familia. En ella se funda toda la integralidad del hombre. La familia misma se tiene que convertir en una realidad contingente y en devenir, jamás podrá tener la misma realidad. No se pueden comparar las familias de antes con las de ahora, ni las de ahora con las de un futuro. Cada una de ellas responde a unas situaciones particulares, que son importantes que se asuman desde su contexto particular.

Otro detalle importante que hemos de concluir, es que el fenómeno de la posmodernidad lleva consigo una realidad concreta, que a veces no es difícil de comprender, pero que a pesar de ello, no podemos dejarla pasar porque somos parte de ella, y que es junto con ella como lo sustentamos a partir del pensamiento de Heinrich Rombach, que nos ayuda a comprender el devenir de la existencia humana.

La educación como proceso de enseñanza tiene todavía muchas cosas que decir, no es una realidad estática o estable, sino que tiene un movimiento dinámico, en términos de la investigación que hemos realizado diríamos que se encuentra en devenir.

El devenir de la propia educación integral está en construcción, ya que sólo se puede encontrar en constitución, cuando los actores que fundamentan un proyecto de educación integral asuman el reto de hacer de su institución, una escuela que eduque la integralidad interna del individuo que se convierte en persona.

Este reto se podría trasladar a otras estructuras sociales, como lo puede ser el mismo gobierno, la familia, la economía, y toda aquella estructura que pueda ayudar al ser humano a integrarse interiormente. De hecho no es desconocida esta postura. Pero debemos insistir que con facilidad se pierde el principio fundamental, es decir, en las acciones concretas no se visualiza por completo, el fundamento de la educación integral. Por lo que al hablar de un gobierno integral, o del presupuesto de un crecimiento integral de la familia, cuando se pasa a los hechos concretos, se desvirtúa el fundamento sobre el cual tienen que regirse las acciones. O bien, siendo honestos, no se tiene clara la realidad antropológica integral sobre la cual se quiere actuar.

En el ámbito educativo, habremos de concluir que el siguiente paso para llevar a cabo estos presupuestos, son las estrategias de intervención educativas, que se deban de plantear durante la planeación estratégica institucional. Debe de quedar claro que la visión integral del ser humano tiene que ser fundamento para todo el ejercicio educativo, es decir, cualquier actividad educativa tiene como fin último integrar la realidad interna del ser humano que está en construcción.

Esta plataforma antropológica puede servir de guía en las acciones axiológicas, que se plantean en la realidad educativa como valores. Pero tienen que ser acciones o propuestas que involucren a todo, lo que hoy llaman comunidad educativa.

Este es el nuevo reto, que hay plantear teniendo una guía fundamentada de la educación integral, para contribuir en la constitución interna de ser humano.