BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

PROPUESTA DE GESTIÓN PARA EL MEJORAMIENTO CONTINUO DE LA COMPETENCIA PARA LA LABOR EDUCATIVA, EN EL CONTEXTO DE LA NUEVA UNIVERSIDAD CUBANA EN LA PROVINCIA DE GUANTÁNAMO

Yordanka Guzmán Mirás



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CAPÍTULO 1. FUNDAMENTOS TEÓRICOS QUE SUSTENTAN LA PROPUESTA DE GESTIÓN PARA EL MEJORAMIENTO CONTINUO DE LA COMPETENCIA PARA LA LABOR EDUCATIVA

1. FUNDAMENTOS TEÓRICOS QUE SUSTENTAN LA PROPUESTA DE GESTIÓN PARA EL MEJORAMIENTO CONTINUO DE LA COMPETENCIA PARA LA LABOR EDUCATIVA

1.1. Enfoques epistemológicos de las competencias profesionales, un modo de operar en la gestión de recursos humanos

La competencia presupone el desarrollo de la labor eficiente del profesional haciendo uso de los conocimientos científicos, teniendo en cuenta sus funciones que son concretadas a través de habilidades que debe poseerse para el cumplimiento de las tareas que desarrolla dentro de su campo de acción.

El concepto de competencia ha sido muy utilizado en la educación a partir de los años 70. Su origen parte tanto del desarrollo de algunas ciencias como la Lingüística, la Psicología Cognitiva, pero también de exigencias y demandas que plantea el mundo del trabajo a la educación. El autor más reconocido como iniciador en el estudio y uso del término es N. Chomsky quien comienza a trabajar la competencia lingüística desde una perspectiva de la Psicología Cognitiva. Así supone las competencias como un conocimiento organizado que se actualiza en situaciones concretas, teniéndolas como una representación, un conocimiento implícito en la actuación, que se utiliza en ella.

Algunos autores consultados (Fernández González, 2001; Castellanos Simons, 2002; Romeu Escobar, 2003) ubican los antecedentes de este término a finales de la década de los cincuenta. En la actualidad el concepto de competencia se ha extendido ampliamente, tanto en el contexto educativo como en el medio empresarial.

Hay múltiples definiciones y clasificaciones de competencias: Boyatzis, 1982 (citado en Vargas Hernández, 2002); Filmus, 1997; Mertens, 1997 (citado en Sosa Castillo, 2001); Ander Egg, 2000; Meister, 2000; Peiró, 2001; y Vargas Hernández, 2002, son algunos de los autores extranjeros que abordan el tema.

Existen variadas definiciones del concepto de competencia dadas por autores como Boyatzis 1982; Gonzci,A Athanasou,J. 1996 ; Wordruffe, 1993; Rodríguez y Feliú, 1996 ; Pujol 1999, un elemento común entre estos investigadores es reconocer la competencia como una compleja estructura de atributos necesarios (conocimiento, actitudes, valores y habilidades) para el desempeño de situaciones específicas.

En la comunidad científica cubana, cada día aumentan los investigadores que estudian las competencias en diferentes contextos: competencias en el ámbito empresarial: Cuesta Santos, 2000; competencias profesionales: González Maura, 2002; Sosa Castillo, 2002; De Angelo Hernández, 2001; competencia comunicativa: Fernández González,1997; Romeu Escobar, 1997; Rodríguez Fleita, 2002; competencias investigativas: CEE del ISPEJV, 2003, competencia didáctica: Parra Vigo,2002; competencia para el diseño didáctico del contenido digital: Michel Del Toro, 2004; entre otros.

Para Spencer (1993) citado por Agust, S. y Grau, R.M., (2000) la competencia incluye los siguientes elementos o características que resultan muy interesantes:

1. Motivos: Impulsan, dirigen y seleccionan conductas hacia ciertas acciones o metas.

2. Rasgos: Características físicas y respuestas consistentes a situaciones. Por ejemplo el autocontrol emocional. Algunas personas no se salen de sus casillas y actúan adecuadamente para resolver problemas bajo estrés.

3. Autoconcepto: Engloba las actitudes de una persona, sus valores y su autoimagen. Un ejemplo sería la autoconfianza.

4. Conocimientos: La información que una persona posee sobre áreas de contenido específico. Los conocimientos predicen lo que alguien puede hacer, pero no lo que hará en el contexto específico del puesto.

5. Habilidades: La capacidad para desempeñar una tarea física o mental.

Estos autores establecen una relación causal entre los diferentes elementos. Los motivos, los rasgos y el autoconcepto, predicen la puesta en práctica de los conocimientos y habilidades, que a su vez predicen el desempeño en el puesto, es decir, los motivos, los rasgos o el autoconcepto, proporcionan el impulso o el “empuje” para que los conocimientos y habilidades sean utilizados. (2)

Braslavsky, C, 1993, conceptualiza las competencias como: “Capacidades agregadas y complejas para desempeñarse en los diferentes ámbitos que hacen la vida humana”.

La citada autora, considera que las competencias permiten el desempeño del sujeto en diferentes ámbitos, por lo que de alguna manera hace alusión a los necesarios procesos de transferencia, las concibe como capacidades para el desempeño.

Las capacidades se revelan, se manifiestan en la actividad, que es siempre capacidad para algo, para uno u otro trabajo (González, V; Castellanos, D; Córdova, M.D; Rebollar, M; Martínez, M; Fernández, A.M; Martínez, N; Pérez, D, 1995).

A juicio de la autora de esta investigación, la capacidad se manifiesta en el desempeño del sujeto, que expresa la calidad con que es capaz de lograrlo. La competencia es capacidad en acción y la práctica constituye el eje vertebral para su desarrollo y manifestación. En la medida en que se estimulen las potencialidades, se propicia que el sujeto llegue a alcanzar buenos desempeños en su actividad y los nuevos desempeños propician la aparición y desarrollo de nuevas potencialidades. Toda acción que el sujeto realiza, está matizada e inducida por sus potencialidades y creará otras potencialidades para nuevos desempeños.

El término competencia constituye también un concepto integrador porque unifica en un solo término los elementos ejecutivos e inductivos de la autorregulación de la personalidad dentro del proceso docente-educativo (Ortiz E).

Pérez, Marques. (2002) hace alusión a las competencias presentes en un docente:

• Competencia cultural. Conocimiento de la materia que imparte y de la cultura actual.

• Competencia pedagógica. Habilidades didácticas, técnicas de investigación-acción, conocimientos psicológicos y sociales (dinamizar grupos, resolver conflictos).

• Competencia tecnológica. Habilidades instrumentales y conocimientos de nuevas tecnologías de la información y comunicación, lenguajes audiovisuales e hipertextos.

• Competencia personal. Características de madurez y seguridad, autoestima, empatía y equilibrio emocional

Las cualidades y competencias profesionales del docente son una consecuencia concreta de las funciones que él debe realizar y de las demandas de calidad integral de la educación que plantea en nuestros días la sociedad. Esta idea aplicada a las cualidades personales del profesor, significa vincular sus competencias a la calidad de su actuación profesional y humana, en un contexto dado y en su evolución. No se refieren solo a los conocimientos, habilidades, aptitudes y actitudes requeridas para lograr un resultado de trabajo exitoso. Tal afirmación se sustenta en el análisis de las competencias del profesor, y de su rol en general, desde un enfoque estructural-funcional y dinámico a la vez Ambos superan el enfoque cognitivo de las competencias al situarlas en un contexto personológico más amplio. (3)

En tal sentido la autora de esta tesis asume como competencia la abordada por González, V. 2002 quien la define de la siguiente forma:

“Es una configuración psicológica que integra componentes cognitivos, metacognitivos, motivacionales y cualidades de personalidad, en estrecha unidad funcional, autorregulando el desempeño real y eficiente del individuo en una esfera específica de la actividad humana, en correspondencia con el modelo de desempeño socialmente deseable, construido en cada contexto histórico concreto”.

Según González, F, 1995, la configuración es un sistema dinámico que expresa un sentido psicológico particular y simultáneamente, aparece como extendida y articulada con otras configuraciones que entran en otro sistema de sentidos de la personalidad. Toda configuración subjetiva responde tanto a determinantes intrapsíquicos, que expresan la integración y desintegración permanente de configuraciones más amplias, más relevantes, como a la actividad del sujeto, interactiva, pensante.

Asumir esta noción de competencia permite:

• Entender las competencias como expresión de un comportamiento eficiente del profesional. Este es un elemento distintivo en los conceptos de competencia para la formación de recursos humanos. Esta definición lo asume en su enfoque, según el cual no se es competente cuando existen potencialidades en el individuo sino cuando este muestra en su desempeño la eficiencia de su comportamiento. Este elemento a la luz de un enfoque humanista, no conduce a la formación de sujetos meramente productores, sino que contribuye al desarrollo de profesionales altamente competitivos que se insertan con éxito en el mundo laboral contemporáneo y a la vez portadores de una subjetividad plena.

• Propiciar un comportamiento autorregulado del sujeto. Esta integración permite que el sujeto regule su comportamiento en función de objetivos trazados y de su perfeccionamiento constante. Al activarse los diferentes recursos personológicos con que éste cuenta: necesidades, vivencias afectivas, componentes metacognitivos, conocimientos, habilidades, está en condiciones de perfeccionar constantemente su desempeño.

• Integrar elementos de las diferentes áreas de la personalidad: componentes cognitivos, afectivos, motivacionales y cualidades de la personalidad. No se reduce la competencia a capacidades, habilidades, u otros elementos concretos, tangibles y mensurables de la conducta de las personas.

Se puede plantear que las competencias son adquiridas a través de la educación, la experiencia y la vida cotidiana, se movilizan, y se desarrollan continuamente y no pueden explicarse y demostrarse independientemente de un contexto, la competencia depende del desarrollo del individuo, es parte de su acervo y de su coeficiente intelectual y humano.

Las competencias profesionales son definidas por Ortíz, E, como aquellas cualidades de la personalidad que permiten la autorregulación de la conducta del sujeto a partir de la integración de los conocimientos científicos, las habilidades y las capacidades vinculadas con el ejercicio de una profesión, así como de los motivos, sentimientos, necesidades y valores asociados a ella que permiten, facilitan y promueven un desempeño profesional eficaz y eficiente dentro de un contexto social determinado. Expresan un enfoque holístico de la personalidad en la unidad de lo cognitivo, lo afectivo y lo conductual.

La autora de esta tesis asume que las competencias profesionales son aquellas que permiten al individuo solucionar los problemas inherentes al objeto de su profesión en un contexto laboral específico, en correspondencia con las funciones, tareas y cualidades profesionales que responden a las demandas del desarrollo social.

En las competencias se integran las motivaciones del maestro, su base cognitiva, tanto conceptual como instrumental, los procesos metacognitivos que le permiten reflexionar y autorregular su desempeño y cualidades de personalidad que están en estrecha relación con las cualidades que plantea el modelo general del profesional de la educación.

La autora es del criterio que la competencia profesional no resulta de una sumatoria mecánica de conocimientos, habilidades, actitudes y valores. No se trata simplemente de una combinación de los componentes del contenido, esta postura resulta insuficiente desde el enfoque sistémico.

Investigaciones realizadas por Rita M. Alvarez de Zayas, identifican a las habilidades profesionales como aquellas que permiten al egresado integrar los conocimientos y llevarlos a la aplicación profesional, dominar la técnica para mantener la información actualizada, investigar, saber establecer vínculos con el contexto actual social y gerenciar los recursos humanos y materiales. (4)

La competencia profesional presupone la apropiación por el docente de un conjunto de cualidades formadas por habilidades

Se considera que las habilidades del educador, son habilidades pedagógicas, porque permiten que pueda interactuar con sus educandos, a partir de poseer el dominio no solo del contenido que debe impartir, sino de las particularidades psicológicas y pedagógicas de los alumnos, para desarrollar correctamente su función de educador, de transformador de la personalidad de estos. Son habilidades profesionales, porque lo diferencian de los profesionales de otras esferas del saber, porque las utiliza según las condiciones en que se encuentre y les permite diferenciar la atención psicopedagógica a los educandos de acuerdo con sus potencialidades y carencias. Por ello las habilidades del educador son habilidades pedagógico profesionales las que se definen como: el conjunto de acciones intelectuales, prácticas y heurísticas correctamente realizadas desde el punto de vista operativo por el sujeto de la educación, al resolver tareas pedagógicas, donde demuestre el dominio de las acciones de la dirección socio-pedagógica que garantiza el logro de los resultados de la enseñanza y la educación. (5)


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