CAPÍTULO: 1 LA EDUCACIÓN PLÁSTICA, VINCULADA A LOS CONTENIDOS DE LA LOCALIDAD, EN FUNCIÓN DE FORTALECER LOS CONOCIMIENTOS ARTÍSTICOS Y CULTURAL EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA APRENDIZAJE EN SECUNDARIA BÁSICA

Es inmensa la contribución hecha a la Cultura Cubana por las diversas expresiones de la creación artística y literaria. Desde los primeros momentos en que comenzó a cuajar el guiso, a decir de Fernando Ortiz,” hermosa y sabia ha sido la labor de intelectuales, creadores y artistas con el aporte de una gran diversidad de ingredientes para hacer más sabroso este ajiaco. No podemos hablar del protagonismo de una u otra manifestación, ellas todas, han desempeñado un importante papel en la formación, desarrollo y consolidación de nuestra identidad y nuestra cultura nacional”. (4)

1.1 Tendencias históricas en el proceso de enseñanza aprendizaje de las Artes Plásticas en el séptimo grado

La Educación Plástica es parte integrante de la formación ideológica de los estudiantes, pues sus componentes contribuyen a conformar una visión del mundo que se corresponda con la sociedad que se construye. En la capacidad que se tenga para atraer las grandes masas de niños, adolescentes y jóvenes hacia el arte como espectadores y creadores de la actividad artística, la educación desempeña el papel más destacado y no debe verse el trabajo cultural que se desarrolla en los centros de estudios como una carga más, sino como una actividad de interés de estudiantes y profesores en aras de elevar la cultura general integral.

También tiene un carácter apreciativo, práctico-visual, que abarca tanto el análisis vivo y directo del entorno como la creación plástica, unida al enjuiciamiento crítico y valorativo de las imágenes. A través de estos contenidos el estudiante comprenderá el valor y necesidad que tiene el hombre de estar en estrecho vínculo con la misma, atendiendo a su existencia en el espacio como es debido, que estime su dignidad y tenga conciencia de su personalidad colectiva:

En el largo proceso de evolución histórica, el hombre fue enfrentándose a las dificultades y resolvió las necesidades que su supervivencia le imponía. Fue el trabajo quien le permitió conseguir los alimentos, crearse los vestidos, construir lugares para dormir, entre otros requerimientos, cuya satisfacción le era indispensable para la vida.

La historia del hombre se vincula indisolublemente a la historia de los objetos creados para satisfacer sus necesidades. Lo útil, lo bello y lo ideológico son aspectos constantes en todo objeto creado.

El materialismo histórico enseña como las relaciones que se crean entre los hombres en el proceso del trabajo, de la producción, constituyen la base económica sobre la que se desarrollan las ideas e instituciones políticas filosóficas, morales, religiosas y artísticas. El arte en última instancia, está vinculado a la estructura económica, auque no es fácil percibir este vínculo entre los hombres desde sus inicios.

En la herencia artística de las civilizaciones antiguas, las obras de los artistas griegos y romanos ocupan un lugar especial y forman lo que se denomina arte de la antigüedad. Este término aparece por primera vez en el siglo XV, al formarse, en lucha contra la ideología eclesiástica medieval. Los filósofos y artistas italianos consideraban que el arte antiguo griego y romano era un ejemplo digno de imitación. Este arte los atraía por su fuerza optimista, por su conciencia de la belleza y el valor del ser humano y por su fe en las ilimitadas posibilidades creadoras del hombre.

Las mejores obras de arte fueron heredadas por generaciones subsiguientes. Inspiraron a poetas y escultores, dramaturgos y pintores, escritores y compositores de todos los países europeos a lo largo de varios siglos. Y como señalara C. Marx “... las obras del arte antiguo conservan aún en nuestros días su significado de norma y modelo inalcanzable “(5)

Durante cientos de años la Iglesia, como poder político, necesitó del arte en sus campañas proselitistas. A medidas que cambiaba la política eclesiástica, variaba la obra plástica. Es por eso que el renacimiento creó “titanes” en la pintura, escultura, y arquitectura, baste mencionar a Botticelli, Leonardo de Vinci, Miguel Angel, Rafael, Donatello y Brunelleschi.

Con el descubrimiento para los países de Europa del nuevo mundo, se nos impone a gran parte del continente un proceso de transculturación o deculturación, de sus costumbres, creencias religiosas y culturales, que costó cientos de años de espera, y sacrificio para recobrarlas.

El país también fue objeto de influencia en este proceso por varios siglos. Las principales manifestaciones del arte que se practicaban en la isla fueron: la pintura, el grabado, la escultura y la música. Todas impartidas y asesoradas por profesores ingleses, franceses, holandeses y españoles

Tal como ocurría en el resto de América, la educación, desde sus comienzos, estuvo vinculada a la Iglesia y fundamentalmente a las órdenes religiosas, siguiendo los moldes españoles. Según José Martín Félix de Arrate en su obra. Llave del Nuevo Mundo, antemural de las Indias Occidentales, de 1647 data la primera cátedra de esta disciplina entre nosotros, fundada en el Convento de San Francisco, donde se enseñaba por entonces latinidad, artes y teología. Para estos menesteres contaba el convento con un lector y tres maestros cuya orientación general era escolástica.

No será hasta 1790 cuando las figuras más representativas en los planos políticos y culturales comienzan a planearse la necesidad de modificar la concepción escolástica existente en la educación en general, impelidos por la necesidad de conocer la naturaleza.

En 1818, se funda la academia San Alejandro, auspiciada por la Real Sociedad Económica de Amigos del País, con el objetivo de sustituir la mano de obra negra y mulata en las cuestiones de artesanía y algunos trabajos relacionados con el arte. En 1878, el primer cubano Miguel Melero, pasó a dirigir la escuela y por primera vez la cultura, fue un proyecto de enseñanza criolla. Los temas trabajados dentro de la pintura eran los religiosos, familias acaudaladas (retratos), pero nunca se abordaba el tema de la esclavitud y del negro.

Durante el largo período colonial en Cuba, la Metrópoli no contó con el desarrollo de un proyecto educativo coherente como vía para ejercer su dominio ideológico sobre la conducta de los hombres. La ignorancia, la superstición, el fanatismo político y religioso, así como la intolerancia, constituían fuertes pilares de apoyo del poder colonial para imponer sus concepciones escolásticas.

Los pilares de la educación fueron José Agustín Caballero, Félix Varela y Morales y José de la Luz y Caballero. Estos iniciadores contribuyeron a preparar, desde sus aulas, las conciencias para los necesarios cambios que urgían a la patria.

Estos ideólogos propusieron que la educación y la escuela debían desempeñar un rol decisivo para afianzar el sentimiento de cubanía en la conciencia de las nuevas generaciones. Por esta razón, decidieron crear su propio camino en materia de educación y abandonaron la copia de modelos importados; su propósito fundamental sería luchar contra los postulados de la educación escolástica, dándole a esta un carácter desarrollador, para enseñar al niño a pensar y sentir en cubano.

La prolongación de este ideario educativo cubano del siglo XIX está presente en las primeras décadas del período republicano. Como necesaria respuesta a la positivización de la pedagogía, que tuvo un carácter eminentemente empírico y experimentalista, surge la filosofía de la educación. Es relevante destacar la decisión de los educadores de esta primera etapa de continuar la defensa de la cubanía y de la identidad cultural y nacional.