BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

LA VIOLENCIA DE GÉNERO: UNA SISTEMATIZACIÓN TÉCNICO-JURÍDICA

Lisett D. Páez Cuba




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1.5. – La violencia doméstica: ¿una manifestación de la violencia de género?

Un término que merece la pena esclarecer es el de violencia doméstica: entraña un concepto amplio en el que pueden estar incluidos cualquiera de los diferentes tipos de violencia mencionados anteriormente.

La violencia doméstica o intrafamiliar es entendida como una manifestación familiar disfuncional, un abuso de poder, que lesiona a otro individuo física y psicológicamente, donde se han agotado otra posibilidad de interacción y comunicación. Entre sus manifestaciones encontramos la violencia psicológica y física con el cónyuge, el maltrato infantil y el abuso de los niños, de manera que las consecuencias de este tipo de violencia engloban a otras víctimas.

El abuso en el contexto de la pareja o ex pareja -también conocido como violencia doméstica- es toda acción que produce daños a la mujer, ejercida por su compañero, marido, ex compañero o ex marido. Se refiere a aquella que se produce dentro del hogar, tanto del marido a su esposa, como de la madre a sus hijos, del nieto al abuelo, etc.; y excluye aquellas relaciones de pareja en las que no hay convivencia.

Mientras la violencia de género está constituida por actos donde se discrimina, ignora y somete a la compañera, pareja o cónyuge, por el simple hecho de ser mujer, en el caso de la violencia doméstica sí podría hablarse del ataque de la mujer hacia el hombre, pero nunca al revés; así como incluir otros miembros de la familia. La violencia de género atañe sólo al género femenino.

La violencia doméstica supone como factor de riesgo a cualquier miembro del grupo familiar: los hijos, los padres, otros familiares de cualquier grado de parentesco, u otras personas vinculadas al núcleo familiar aunque no tengan parentesco consanguíneo, sino más bien civil como es el caso de los tutelados. La violencia doméstica es una modalidad de la violencia de género, por tratarse si así le pudiéramos llamar, de una violencia de género doméstica. No cabe duda de que la forma más común de violencia contra la mujer es la violencia en el hogar o en la familia. Las investigaciones demuestran sistemáticamente que una mujer tiene mayor probabilidad de ser lastimada, violada o asesinada por su compañero actual o anterior que por otra persona. Según datos de la Organización mundial de la Salud (OMS), cada 18 segundos una mujer es maltratada, y al menos, una de cada cinco mujeres sufre malos tratos, en sus hogares. En la práctica, de 100 mujeres agredidas, 90 lo son por su esposo.

Reiterados estudios reflejan que la familia es el lugar en el que se ejerce, de manera más constante violencia sobre el género femenino, sobre todo por parte de sus compañeros sentimentales. Asimismo, la OMS ha señalado, que cerca del 15 % de las mujeres en el planeta, aseguran que sus parejas las obligan a tener relaciones sexuales. La OPS ha cuantificado uno de los efectos de este hecho: las mujeres víctimas de agresiones tienen doce veces más intentos de suicidio que las que no las han sufrido.

En México, de acuerdo a información proporcionada por el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) se revela que la violencia intrafamiliar tiene lugar en el 30.4% de los hogares en forma de maltrato emocional, intimidación, abuso físico y sexual, principalmente hacia mujeres y niños. Del 94% de los casos de violencia familiar denunciados las “receptoras” son mujeres y en el 90% de los casos los “generadores”, son hombres .

Con cifras tan acuciantes, la naturaleza de la violencia contra la mujer en el ámbito familiar ha propiciado incluso comparaciones con la tortura. Las agresiones están destinadas a lesionar la salud psicológica de la mujer al igual que su cuerpo, y suelen ir acompañadas de humillación y violencia física. Al igual que la tortura, las agresiones son impredecibles y guardan poca relación con el comportamiento de la mujer. Finalmente, las agresiones pueden sucederse una semana tras otra, durante muchos años, dejando secuelas imborrables, y se puede presentar en cualquier familia, de cualquier clase social.


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