BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

DESARROLLO SOSTENIBLE EN ESPAÑA EN EL FINAL DEL SIGLO XX

Alfredo Cadenas Marín y otros




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1.5 LOS INDICADORES, HERRAMIENTAS IMPRESCINDIBLES PARA EVALUAR LOS AVANCES HACIA EL DESARROLLO SOSTENIBLE ESPAÑOL

La disponibilidad de un marco de información adecuada es un requisito previo imprescindible para la planificación y puesta en marcha de todo plan de acción hacia el desarrollo sostenible. Pero el manejo de este tipo de información no es sencillo debido, por una parte, a la novedad conceptual de todo lo relacionado con la sostenibilidad y por otra, al complejo entramado de ideas, actores y sectores implicados. Por ello, hace tiempo que comenzaron a generalizarse el uso de indicadores ambientales como parámetros que, por su capacidad para resumir gran cantidad de información y exponerla en términos más sencillos, facilitan su comprensión general por parte de los responsables de la toma de decisiones políticas y el público no experto.

En el ámbito internacional el uso de indicadores como herramientas de información de los planes de acción hacia la sostenibilidad está bastante extendido. Son numerosos los organismos y agencias que trabajan sobre el tema; por citar los ejemplos más significativos, la Comisión de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, el Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, el Instituto de Recursos Mundiales y, a escala europea, Eurostat y la Agencia Europea de Medio Ambiente han desarrollado sistemas de indicadores con los objetivos tanto de evaluar la efectividad de sus propios planes de acción hacia la sostenibilidad, como de impulsar la utilización de este tipo de instrumentos a escala nacional, regional y local. Asimismo, numerosos países, regiones y ciudades cuentan con sus propios sistemas de indicadores ambientales.

Respecto a la situación de los indicadores ambientales en España, a escala estatal, el Ministerio de Medio Ambiente publicó en 1996 una primera propuesta para un Sistema español de indicadores ambientales que contenía un amplio listado de parámetros divididos según cuatro grandes áreas de política ambiental estatal: atmósfera, residuos, medio urbano y recursos naturales. Este listado se planteó como una propuesta que debería ser debatida y consensuada para derivar en un sistema de indicadores definitivo, cuya cuantificación sirviera para evaluar el estado del medio ambiente en el país y los avances conseguidos con la política ambiental. Con este objetivo, en 1996 se presentaron los indicadores para Biodiversidad y Bosques; en 1998 para Agua y Suelo; en 1999 para Atmósfera y Residuos; en 2000 para Medio Urbano; en 2001 para Costas y Medio Marino y, finalmente, en 2003 se presentó el “Sistema español de indicadores ambientales de turismo”. El informe más actual sobre medio ambiente basado en indicadores fue publicado en 2004 por el Ministerio de Medio Ambiente con el título “Perfil Ambiental de España 2004”. En él se amplían notablemente las áreas contempladas en 1996, incluyéndose algunas nuevas como riesgos, energía, industria, transporte, hogares, pesca o agricultura.

En el ámbito regional, algunos indicadores se utilizan en los informes periódicos que las administraciones ambientales autonómicas publican sobre el estado del medio ambiente. La comparación del valor de los indicadores en el tiempo permite evaluar si la situación ambiental mejora o empeora respecto a los años anteriores y comprobar de esta forma el éxito de las políticas ambientales regionales.

La Comunidad de Madrid y el País Vasco han sido algunas de las Comunidades Autónomas que han trabajado en la elaboración de un sistema de indicadores propio como instrumento de política ambiental; el resto de las Comunidades Autónomas, como más adelante comentaremos, suelen vincularlo a procesos de Agenda 21 Local. En 1999, su Consejería de Medio Ambiente publicó una Propuesta de indicadores ambientales para la Comunidad de Madrid con una filosofía y un formato bastante similar a la publicada por el Ministerio tres años antes. Es decir, se presenta como una base de discusión para la elaboración de un sistema de indicadores definitivo, que constituiría el núcleo de información básico sobre el estado del medio ambiente en la región y permitiría su acercamiento al público no experto en la materia.

En cuanto a indicadores de sostenibilidad, cabe destacar el “Informe Sostenibilidad en España 2005”, recientemente publicado por el Observatorio de Sostenibilidad en España, donde se analizan, a través de indicadores, las dimensiones social, económica y ambiental del desarrollo sostenible en nuestro país.

Aunque carecemos de datos objetivos para afirmarlo con seguridad, no sería muy desacertado aventurar que, en lo que respecta a España, es en el ámbito local en el que más y con mayor acierto se están utilizando los indicadores como instrumentos en pos del desarrollo sostenible. Para realizar esta afirmación nos basamos en los hechos de que en nuestro país es en este ámbito en el que más se está trabajando para la búsqueda de la sostenibilidad, gracias a los procesos de las Agendas 21 Locales, y a que, precisamente, una de las etapas en estos procesos consiste en la elección de un conjunto de indicadores de sostenibilidad que sirva para reflejar el estado de partida y posteriormente, para evaluar los avances conseguidos en el tiempo. Ciudades como Vitoria o Barcelona cuentan desde hace unos años con sus propios sistemas de indicadores, que utilizan para comprobar la eficacia de sus planes de acción ambiental o Agendas 21 Locales.

Además, un total de 11 localidades españolas , entre las que se encuentran las dos anteriores, han mostrado su interés por el uso de este tipo de instrumentos al adherirse a una iniciativa que el Grupo de expertos en medio ambiente urbano de la Unión Europea impulsó en febrero de 2000 con el objetivo evaluar la sostenibilidad local a escala europea y medir y comparar los avances conseguidos en el tiempo a través de una serie de indicadores comunes.

Como se adelantó anteriormente, los indicadores tienen la capacidad de traducir a términos sencillos la gran cantidad de información y los complicados conceptos e interrelaciones que se manejan cuando se trata acerca del desarrollo sostenible, lo que permite visualizar de forma clara los problemas y facilitándose la toma de decisiones políticas. Además, la comparación del valor de los indicadores en el tiempo sirve para evaluar si se avanza o no hacia una mayor sostenibilidad y otorga a los planes de acción la flexibilidad que requieren, al permitir detectar y corregir las pautas insostenibles, retroalimentando de esta forma los procesos.

Pero esto sólo es posible si los indicadores se eligen para un determinado ámbito espacio-temporal, a través de procedimientos que impliquen tanto a expertos y a políticos, como a todos los demás actores interesados. Los procedimientos para la elección de indicadores además, pueden ayudar a identificar a la ciudadanía con los objetivos de la sostenibilidad, lo que es de vital importancia para el éxito de las actuaciones en pro del desarrollo sostenible.

Como se ha adelantado más arriba, el panorama respecto a la utilización de indicadores en España no es demasiado satisfactorio ya que, si bien es cierto que se vienen observando esfuerzos para potenciar su desarrollo, su aplicación en la práctica todavía no es muy reconocida. Sin duda, esta situación deberá cambiar en los próximos años ya que este tipo de instrumentos, por las características que se han ido citando en estas líneas, son herramientas muy potentes que, si se eligen y se utilizan de la forma adecuada, pueden ser de gran utilidad en el largo camino hacia la sostenibilidad.


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