BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

DESARROLLO SOSTENIBLE EN ESPAÑA EN EL FINAL DEL SIGLO XX

Alfredo Cadenas Marín y otros




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8.2 DESAFÍOS A SER ENFRENTADOS, ACTUACIONES CLAVE E INTEGRACIÓN DE LAS POLÍTICAS ACTUALMENTE EXISTENTES

La Estrategia Nacional de Desarrollo Sostenible (ENDS) de España, además de incorporar los principios anteriores, puede significar un salto adelante en una situación den la que una gran mayoría de las competencias administrativas en los ámbitos ambiental y territorial e incluso en materia social, corresponden a las Comunidades Autónomas. Además, la adopción en la legislación comunitaria a todos los niveles administrativos debería acelerarse al tiempo que se corrigen los desfases y desequilibrios estructurales y territoriales existentes en España en comparación con los del conjunto de países de la UE.

La ENDS podría comenzar su andadura seleccionando tanto los retos que es necesario afrontar como el repertorio de actuaciones clave y la panoplia de políticas a ser integradas bajo la óptica de la sostenibilidad del desarrollo español.

Los retos a ser enfrentados y las oportunidades de acción podrían derivarse del diagnóstico de la situación actual del desarrollo sostenible en las facetas económica, ambiental y social en buena medida reseñadas en capítulos anteriores de esta obra, incluyendo también los aspectos territoriales, los relativos al papel de las empresas y el conjunto de actores sociales y los referentes a las medidas de intervención social políticamente admisibles y económicamente viables.

De cualquier modo para que la ENDS española sea operativa es necesario establecer un conjunto de actuaciones prioritarias de forma que su puesta en práctica se articule, en un primer periodo, sobre un número reducido y manejable de temas. En etapas posteriores las actuaciones prioritarias deben articularse en la forma de metas concretas, a ser posible cuantificadas y en relación al amplio y variado conjunto de indicadores que, prudentemente, puedan establecerse a la luz de los avances científicos y tecnológicos disponibles.

Un repertorio oportuno de áreas clave hacia las que deberían dirigirse las actuaciones concretas en relación con las distintas facetas del desarrollo sostenible podría consistir en lo siguiente:

En relación con la faceta ambiental la planificación estratégica hacia el desarrollo sostenible en España debería consistir en:

1- Mejorar la ecoeficiencia de las actividades productivas relacionadas con; a) el sector agrario pesquero y alimentario b) el sector transportes, c) el sector energético d) el sector de la construcción e) el sector industrial f) el sector turístico.

2- Uso y gestión responsable de los recursos naturales y del patrimonio natural y cultural incluyendo a) la protección de la biodiversidad, b) la mejora de la planificación y el uso de recursos hídricos, c) la conservación del suelo para evitar la erosión y la desertificación, d) la preservación de los sistemas litorales y medio marino.

3- Afianzamiento y mejora de la calidad ambiental incluyendo la gestión de riesgos ambientales, tanto tecnológicos como naturales. Mención especial dentro de este área merecen: a) elevar la calidad del agua, b) reducir los niveles de contaminación atmosférica, d) gestionar los residuos urbanos e industriales de manera más eficiente, e) mejorar la salud ambiental y la seguridad y salubridad alimentarias.

4- Contribuir a prevenir, reducir y mitigar la crisis ambiental mundial cuyas más importantes manifestaciones se refieren a: a) el fenómeno del calentamiento global, b) el deterioro de la composición de la capa de ozono estratosférico, c) la acidificación por contaminación transfronteriza, d) la extinción de los caladeros de pesca, e) la pérdida de biodiversidad a escala mundial por efecto de la deforestación y contaminación inasimilable por la biosfera, etc.

En relación con la faceta social de la sostenibilidad podrían apuntarse las áreas relativas a la protección y la cohesión social y territorial, tales como las de conseguir una:

1- Estructura demográfica equilibrada tanta en el plano territorial como en el de su estructura interna en relación a sexo, edad, esperanza de vida consciente y saludable, etc. Los temas relativos a pensiones y seguridad social pertenecen también a esta categoría.

2- Mejora de oportunidades vitales, favoreciendo la integración social y reduciendo la exclusión de colectivos desfavorecidos: papel de la formación ocupacional y la educación.

3- Mejora de la sanidad y mantenimiento de la salud.

En relación con la faceta económica, la planificación estratégica del desarrollo sostenible debería contener estipulaciones relativas a:

1- La conveniencia de mantener una senda de crecimiento económico potencial que permita continuar avanzando de forma progresiva en la convergencia en niveles de renta, empleo y productividad con los países más avanzados de la UE. Para ello es imprescindible incrementar la capacidad productiva de la economía y aumentar su eficiencia.

2- La necesidad de configurar un marco de estabilidad macroeconómica, condición imprescindible para conseguir un crecimiento económico efectivo, equilibrado, duradero y capaz de generar empleo. A este respecto constituyen dimensiones prioritarias de política económica las referentes a: estabilidad de precios, equilibrio presupuestario y equilibrio de flujos comerciales y financieros al exterior.

3- La perentoriedad de reforzar la capacidad de generación de empleo, factor determinante de la equidad e integración social.

4- La exigencia de desvincular el crecimiento económico del aumento del transflujo de energía y materiales y, por ende, de los impactos negativos sobre la conservación de recursos y preservación del medio ambiente.

5- La conveniencia de mantener la solvencia económica española en sus relaciones con el exterior. Esta solvencia económica se basa, fundamentalmente pero no de forma única, en la competitividad internacional. Otros factores de solvencia internacional se refieren a cuestiones de reputación y ética en los negocios.

De otra parte, las actuaciones clave a incorporar en cualquier estrategia nacional y, por lo tanto, en la correspondiente a España deben enmarcarse en el desglose básico de los párrafos anteriores y, además, contemplar acciones relativas a los procesos de intervención social, expuestos en el capítulo 7 de esta obra y que, esencialmente, se refieren, en primer lugar a la integración de los aspectos ambientales en las políticas y medidas de intervención estatal, así como en los instrumentos económicos y financieros propios de una economía de mercado.

En segundo lugar al respecto de las actuaciones prioritarias conducentes a la consolidación de una senda de desarrollo sostenible, deben subrayarse las relativas al facilitamiento de la información; ya sea por parte de los medios de comunicación como de las empresas y las instituciones pertenecientes a la esfera de las administraciones públicas ya sean de la UE, nacionales, regionales y locales.

En tercer lugar, resultan esenciales las actuaciones tanto de la sociedad civil como del Estado en los ámbitos de la formación y la educación para el desarrollo sostenible. De igual forma, resulta imprescindible conducir el sistema de ciencia y tecnología en pos del avance del desarrollo sostenible y, ello, tanto en las facetas de las áreas de conocimiento de índole físico-natural, como humanitario (en relación con los valores) y social (en relación con las actitudes y comportamientos).

Finalmente, en cuarto lugar, debe destacarse aquí la importancia de la participación ciudadana en las tomas de decisión que traten de superar las debilidades, amenazas y retos de la sostenibilidad del desarrollo. A este respecto interesa sobremanera motivar a los ciudadanos para que aumenten su participación en aquellos foros e instituciones que, de alguna manera, contribuyan a los objetivos del desarrollo sostenible. Esta función podría concretarse como una oportunidad para integrar la sociedad civil en redes de cooperación público-privadas. En tal sentido, los planteamientos modernos de desarrollo local endógenos y los de flujos de comunicación de abajo a arriba y no sólo de arriba a abajo, deben jugar un importante papel al respecto de la participación social.

Por último, es evidente que las políticas de intervención pública y estatal existentes en la actualidad deben coordinarse en múltiples ejes para producir sinergias mutuas que acrecienten sus efectos finales. A este respecto interesa resaltar que tanto las políticas ambientales y sectoriales (agraria, transporte, industria, justicia, etc.) como las de protección civil, de consumo y sanidad, las de educación y formación ocupacional, las de ordenación del territorio, las relativas a temas sociales, a investigación-desarrollo-innovación y las referentes a cooperación internacional al desarrollo deben disponerse de una manera consensuada e integrada evitando incongruencias y contraposiciones mutuas.


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