BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

DESARROLLO SOSTENIBLE EN ESPAÑA EN EL FINAL DEL SIGLO XX

Alfredo Cadenas Marín y otros




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6.2 CONSUMO Y MEDIO AMBIENTE

Los efectos que la actividad de consumo tiene sobre el medio ambiente dependen, en última instancia, del nivel de concienciación social y de las actitudes que subyacen en los valores y comportamientos de los individuos en sus roles de consumidores. Por ello, a continuación, se incluyen las conclusiones de varios estudios realizados sobre el comportamiento de los consumidores en relación al medio ambiente.

En su papel de usuario y consumidor, el ciudadano español, en general, se muestra dispuesto a colaborar en la mejora del medio ambiente. Durante los últimos siete años , por ejemplo, en relación a dos de los problemas más importantes del medio ambiente en España, tales como la reducción en el consumo de agua y la colaboración en los sistemas de reciclaje, los españoles han casi triplicado y duplicado, respectivamente, sus deseos de involucrarse en ambos asuntos. Así, resulta interesante identificar y cuantificar el repertorio de acciones a las que estaría dispuesto el ciudadano español a fin de mejorar el medio ambiente (Véase la Figura 6.1).

En general, en lo relativo a la percepción de los productos más perjudiciales para el medio ambiente, la ciudadanía se muestra bastante consciente de su capacidad transformadora y del efecto de su comportamiento como consumidor, pero considera que la responsabilidad final está fuera del ámbito de su decisión. Es significativo además que las mujeres están más preocupadas que los hombres por los efectos ambientales que producen sus actuaciones como consumidores. Mientras que las mujeres consideran que los productos más perjudiciales para el medio ambiente son aquellos que contienen más sustancias peligrosas (pilas y productos de limpieza), los hombres conceden una mayor importancia al uso de la energía y a la fabricación de productos de productos textiles y al papel.

Y en cuanto a la percepción de los productos ambientalmente más benignos hay que señalar que algo menos del 40% de la población española declara haber comprado productos menos contaminantes en los últimos tres meses, no habiendo crecido esta proporción durante los últimos años. Los productos ambientalmente correctos que el consumidor recuerda pueden ordenarse de mayor a menor en: productos de limpieza, alimentación, papelería e higiene personal.

Las motivaciones de los consumidores para efectivamente adquirir productos ambientalmente correctos se sitúan más en el ámbito del prestigio personal y el de la calidad del producto que en el de la propia mejora del medio ambiente. Menos de un 26% de las personas que los adquieren declara hacerlo con el fin de no dañar el medio ambiente. De otra parte, es interesante observar que, contrariamente a la intuición y según las encuestas realizadas, los consumidores se abstienen de comprar productos ambientalmente correctos no por tener que pagar un mayor precio, sino porque, o bien no se lo han planteado, o no encuentran dichos productos disponibles en el establecimiento de compra habitual.

6.2.1 Diagnóstico De La Situación Actual Y Perspectivas De Futuro

De lo anterior puede concluirse como diagnóstico de la situación del consumo de productos ambientalmente correctos en España, que un aumento de la información repercutiría muy favorablemente en la demanda de los consumidores ambientalmente responsables. Y, por el contrario, los consumidores reducirían su demanda de productos ambientalmente incorrectos o perjudiciales, si previamente estuvieran informados acerca de sus efectos dañinos.

Otro asunto que también interesa tratar en cuanto al diagnóstico de la situación actual y perspectivas de los hábitos de consumo ambiental en España se refiere a las concesiones que los consumidores están dispuestos a hacer en la dicotomía entre calidad/precio y mejora ambiental. En España los consumidores no aceptan reducciones de la calidad en bienes perecederos y ésta se asocia con su bondad en relación con el medio ambiente. Por el contrario, los consumidores sí están dispuestos a aceptar descensos en la calidad del producto si esto supone una mayor bondad del producto en relación a los aspectos ambientales.

Además, cabe destacar aquí que la población española se muestra un tanto incrédula en cuanto a la información facilitada en prospectos y etiquetas, desconfiando de que las aseveraciones que allí se hacen sean verídicas. La proliferación de distintivos ambientales en muchos productos ha hecho desconfiar al consumidor que percibe que dicha información es más una herramienta de márketing para incrementar las ventas que un esfuerzo sincero por parte del fabricante.

Finalmente, cabe anotar también en este diagnóstico de la situación del consumo que las ecoetiquetas existentes son mal y poco identificadas por parte del consumidor español. Coincidiendo con esta opinión los canales de comercialización opinan mayoritariamente que los consumidores se fijan poco o muy poco en las ecoetiquetas, y que la mayoría desconoce su significado.

En síntesis, debe subrayarse aquí que los consumidores y usuarios españoles están preocupados fundamentalmente por su propio bienestar personal y esto se asocia a atributos de los productos tales como su precio o su calidad, y no a la bondad ambiental de los mismos y a consideraciones de preservación del medio ambiente y del capital natural para las generaciones venideras.


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