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HISTORIA NATURAL DEL HOMO SCIENTIPHICUS O CARTA DE UN PRIMATE A LOS ANTROPÓLOGOS

Alfonso Galindo Lucas




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Acerca de esta obra

En un principio, esta obra se adscribió a una publicación colectiva basada en un seminario que se realizó en Cádiz en 2007, con el título de “naturaleza y cultura”, con el título “40 años desnudos”, en alusión al célebre libro de Desmond Morris. Se escribió una segunda parte que también figura aquí incluida, intercalada. Por motivos presupuestarios, esta obra finalmente no se publicó. En este trabajo se hablaba de la evolución humana, desde un punto de vista más bien zoológico. Ya se me había solicitado y había concluido de redactar una segunda parte, dedicada a desarrollar y completar las explicaciones presentadas en la primera parte. Estaba prevista una tercera parte, que también se ha recogido en este libro, orientada en torno a la evolución, social, intelectual y demográfica del ser humano, aunque ya en el apartado metodológico (recogido en gran parte en aquél trabajo aceptado y no publicado), se pone de manifiesto que ha sido necesario estudiar la evolución del pensamiento para tratar de explicar por qué el estado del arte está lleno de prejuicios no científicos.

De todas formas, la buena opinión que la obra causó a las personas encargadas de la edición, antes de que surgieran dichas presiones, me ha animado a re-formular y estructurar como libro este trabajo. Hay que aclarar que, en un principio, este autor pensó en determinadas presiones editoriales oscuras que impidieron la publicación de la obra, pero pronto esos temores se disiparon y parece ser la crisis económica global la causante de que este trabajo haya tardado en publicarse y que se haga en otra editorial. Es cierto que las obras de los célebres Desmond Morris y Peter Singer resultan duramente criticadas, como ha sucedido con el premio Nobel de Economía, Krugman, en otro trabajo que me fue publicado en 2009 y en cuya edición participó mi Universidad o, hace unos años, otro premio Nobel, Stiglitz, mucho más interesante que Krugman. El propio Arsuaga, que se dignó a mantener conmigo amables conversaciones, a pesar de estar inmerso en mil proyectos, llega a ser en ciertos aspectos criticado o cuestionado a lo largo de esta obra. Por eso, quede claro, no ha habido censura intelectual ni intento de hacerla. Lo que sí es innegable es que la obra ha sido revisada y mejorada de forma considerable gracias a los retrasos en la publicación.

A lo largo de la elaboración de este trabajo, se ha consultado con múltiples expertos de distintas ramas, entre ellos, como acabo de comentar, el catedrático Juan Luis Arsuaga, quien tuvo la deferencia de hacer algunos comentarios útiles a esta obra. Es preciso mostrar también mi agradecimiento a las personas que leyeron el manuscrito y aportaron ideas; en concreto, Elia Manuela Mera Chará, experta en ecología, quien también ha publicado comentarios sobre el curioso libro de Andrews y ha aportado abundante información sobre temas medioambientales, geofísicos y biológicos: a Rafa Gómez Sánchez y a Sylvain Le Gal, a quienes dedico este libro, a Gabriel González de la Torre Benítez, neuropsicólogo y partener de largas y profundas conversaciones, a Juan Carlos Martínez Coll, experto en bio-economía y divulgador de primera línea internacional en Economía y Ciencias sociales en general, a María José Gómez de la Calzada Guerrero, experta en lenguaje y especializada en antropología, etc.

Se ha añadido, en los últimos capítulos, ideas ya publicadas del autor, acerca de los siguientes temas: Sistema educativo, migraciones laborales, sistema financiero internacional y crisis actual del capitalismo, método científico, etc. Por último, se han añadido ideas nuevas, especialmente en el capítulo 4.

En el primer capítulo, se abordarán cuestiones epistemológicas, es decir, acerca de cómo se acumulan los conocimientos acerca del ser humano, cómo se divulgan y cómo se enseñan. Se habla de darwinismo, de marxismo, de imperialismo y de creacionismo. Se defiende un punto de vista filosófico materialista, que viene a significar que unas determinadas condiciones materiales ―y no las ideas― determinan todo lo que somos y todo lo que ocurre, incluidas las ideas y las modas. El enfoque opuesto es la tesis idealista o mística, que tiende a identificar los fenómenos estudiados con los deseos del estudioso, de manera que a los hechos se les atribuye el carácter de designio y se subliman las voluntades y las virtudes individuales, en su posible repercusión e incluso determinación de dichos hechos.

En los siguientes capítulos, se establecen las condiciones materiales, empezando por el sistema solar, el medio biológico y las condiciones para la selección natural: Competencia, aislamiento, escasez de recursos, cambios ocurridos en el pasado y acumulados a modo de condiciones materiales.

El tercer capítulo es tal vez el motivo central de esta obra; por así decirlo, el tema que sirve de soporte a la tesis materialista: La evolución humana. Se comentan algunas lagunas y también algunos mitos que se manejan hoy en relación con nuestra historia biológica. En él se defiende la hipótesis de la fase acuática y se hace una revisión de la historia evolutiva, introduciendo algunas sugerencias heterodoxas.

En el cuarto capítulo, se profundiza en el tema de la evolución humana y sus posibles vías muertas, abundando en el planteamiento epistemológico, generalmente aceptado, de que la evolución no es finalista, sino casual.

Los mitos y conocimientos acerca de la sexualidad humana forman parte también de nuestra historia intelectual y social y se analizan en el capítulo quinto.

Y en el sexto capítulo se entra en un repaso de todos los mitos y dioses que se confunden con el conocimiento y se explica cómo pudieron surgir. Se explica el origen de las diferentes disciplinas, ya sean religiosas, científicas, técnicas, etc. En dicho origen, se toma como causa principal el tamaño del cerebro humano, fruto de la evolución ligada a las circunstancias materiales, pero portador también de posibles problemas pendientes de solventar por selección natural.

Conectando con el tema de la inteligencia humana, se aborda la cultura en el capítulo siete y se propone el reciente enfoque de aplicar la selección natural para explicar las causas de las ideas o los conceptos con más éxito (por ejemplo, las religiones).

En el capítulo ocho, se analiza el sistema educativo, por un doble motivo; Primero, porque al sistema educativo se le supone, por así decirlo, el culmen de la evolución intelectual de la humanidad o de una parte de ésta. Segundo, porque de los fallos de dicho sistema pueden provenir también los defectos en la divulgación y la enseñanza de la antropología y el sistema de creencias relativas al ser humano y su naturaleza. Se incluye un estudio sobre conocimientos científicos generales que podría justificar, por sí solo, la realización de toda labor divulgativa. En el trasfondo metodológico que surca esta obra no puede faltar una dura crítica al sistema universitario, pues es de esperar que de la universidad provengan todos los méritos y los despropósitos del conocimiento humano, especialmente, el que tiene de sí mismo (es decir, el objeto de este libro).

En el último capítulo, se hace una prospectiva en grado de tentativa y una especie de repaso, a modo de conclusión, de lo que ha sido la evolución humana, hasta llegar a las creencias, incluidas las creencias acerca de la propia evolución.


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