BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

HISTORIA NATURAL DEL HOMO SCIENTIPHICUS O CARTA DE UN PRIMATE A LOS ANTROPÓLOGOS

Alfonso Galindo Lucas




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8.7. Educación e inmigración

El tema de la inmigración ilegal está indirectamente relacionado con la reforma del sistema educativo, a imagen y semejanza del modelo estadounidense. Como denunciaba Carl Sagan (1995), las inversiones en educación superior en Estados Unidos estaban cayendo en picado, mientras que se estaban incrementando en países como Japón o Cuba. Esto indicaba, a la vista de los resultados presentes, que los gobernantes norteamericanos esperaban importar mano de obra cualificada, aprovechando las inversiones de dichos países. Los controles y las políticas de búsqueda en origen por contingentes, tienden a explotar los sistemas educativos de países periféricos, provenientes de inversiones públicas y, por ese motivo, se considera económicamente desarrollado un país (o bloque económico) en el que la educación superior se auto-financie (o auto-destruya). El argumento ya mencionado de las necesidades del mercado está presente en Wihtol de Wenden (2006: 2663) cuando se afirma que los países exportadores de mano de obra "suelen formar a más personas cualificadas de las que pueden absorber" dichos mercados, como si el estado no pudiera crear su propia demanda de trabajadores cualificados e inducir incluso un incremento en la demanda de élites académicas en el sector privado. Al ser la educación un bien público, existen sujetos interesados en parasitarla (free riders), pero, al estar el parasitismo situado a una escala supra-nacional, el ámbito de actuación actual (la jurisdicción del Estado-nación) no es capaz de garantizar la educación como recurso económico y, por lo tanto, prescinde de garantizarla como derecho de sus ciudadanos. A pesar de que la cualificación obtenida en los países de origen sean un beneficio para la economía del país de acogida, eso no significa que, del total de la población de origen, los licenciados tengan más propensión para emigrar que los no-cualificados. Para el caso de Estados Unidos, en Cornelius y Salehya (2006: 213) no se encuentra una relación estadísticamente significativa entre nivel educativo y propensión a emigrar, pero desde el punto de vista del país que recibe al trabajador, "hay una fuerte demanda de emigrantes altamente cualificados con estudios superiores" (p. 203). Esto indica que las inversiones en formación, en los países industrializados no es suficiente para satisfacer las proverbiales "demandas del mercado".

En relación con la homologación de títulos académicos, la demora en su obtención es uno de los factores indicados por los inmigrantes con titulación para trabajar en puestos de baja categoría social y salarial. En Francia, un estudio (Venturini, 2004, p. 28) señala a la "barrera lingüística" como causante de esta "provisional" degradación laboral. Sin embargo, tanto en Francia como en España, el problema afecta en gran medida a licenciados provenientes de antiguas colonias (que hablan el mismo idioma que los nativos).

La cuestión étnica o racial está presente en el hecho consumado del país de procedencia del inmigrante; "la hipótesis de la homogeneidad no está confirmada por los hechos". Determinados estudios encuentran que los puestos de trabajos y sectores de mayor comodidad y prestigio están reservados a nacionalidades "afines", incluso en el resto de labores (agrícolas, servicio doméstico, construcción) pueden tener prioridad países europeos o latinoamericano sobre los africanos. Como consecuencia del sector y la categoría profesional, la productividad y los efectos en la economía serán diferentes (Venturini, 2004: 29). El echo consumado de que la sociedad de destino sea discriminatoria a veces lleva a los investigadores a conclusiones que son discriminatorias: "Si las olas más recientes de los que llegan están compuestas de trabajadores más educados, la mayor similitud de éstos con los trabajadores nacionales les ha vuelto también más competitivos" (p. 30).

8.8. Educación y Religión. El Evangelio Europeo de Educación Superior

El tema de la religión se ha tratado con profundidad más arriba y aquí sólo procede hacer algunos comentarios de pasada. El tema central de este apartado es definir como nueva religión el componente ideológico de las nuevas reformas universitarias. En la comunidad universitaria española hay gente religiosa, mayoritariamente católica, pero eso no es obstáculo para los nuevos dogmas pedagógicos, que parecen ser compatibles con otras religiones.

Durante siglos, la universidad consiguió salvaguardar el saber antiguo o clásico y otros conocimientos objetivos, en una época en que el fanatismo religioso y el dogma de la revelación había tomado posesión de las instituciones. Ahora nos encontramos en una situación similar. Es cierto que es más difícil que los conocimientos se pierdan, pero, teniendo en cuenta la gran cantidad de información y desinformación que circula, es preciso crear un espacio para las verdades y las necesidades del conocimiento, al igual que los monjes medievales, con sus bibliotecas y sus amanuenses calígrafos. En aquél entonces, el saber estaba apartado del mundo. En el momento actual, es preciso analizar dónde está el saber, puesto que las universidades se están llenando de fanatismo y estupidez, como pretendemos ilustrar. No basta con que las obras estén almacenadas; es preciso que se estén enseñando, comentando y debatiendo. Este es el origen de las actuales universidades, que habían re-descubierto a Aristóteles, traduciendo sus escritos del árabe andalusí al castellano. El saber (el dato) estaba almacenado, pero su conocimiento (la información) se había perdido en el mundo cristiano.

Las grandes doctrinas extra religiosas (el darwinismo, el psicoanálisis, el marxismo) resultaron ser, en la práctica, contrarias a la religiosidad de la enseñanza, pero muy útiles para comprender la realidad. Muchas de las mejores instituciones docentes siguieron siendo las religiosas, pero también se crearon escuelas laicas y universidades como la Institución Libre de Enseñanza. La ciencia terminó siendo claramente extra-religiosa, de modo que las universidades tuvieron que convertirse en servicios ajenos a lo confesional. Como toda institución en que el ser humano desarrolla parte de su vida, las universidades pueden tener un componente espiritual, pero éste vendrá dado, en todo caso, por la libertad de pensamiento y la honestidad, no por los dogmas establecidos por las entidades financiadoras.

Lo que en España se pueda decir acerca de las instituciones católicas, seguramente es trasladable al protestantismo del mundo anglo-sajón o a las universidades del mundo musulmán. En Estados Unidos y sus ámbitos de influencia (Colombia, por ejemplo) hay universidades para todos los gustos, en las que se paran las clases para ir a rezar o en las que se enseña una biología creacionista, en las que el acceso a la universidad tiene como condición suficiente ser atleta o pagar un determinado importe, etc.

Bien es cierto que, en universidades de determinados países, han actuado como religiones oficiales el comunismo, el patriotismo, la superioridad racial y otros dogmas e ideologías diversas. En la época actual, el capitalismo se está convirtiendo en una nueva religión, bajo nombres como "globalización", "homologación", "eficiencia" y "calidad" y se está introduciendo en el sistema universitario público y (teóricamente) laico. También las confesiones religiosas tienen sus universidades pontificias, católicas, etc. (y también las aulas de las universidades públicas tienen sus crucifijos). En este tipo de instituciones "para-universitarias", cargadas de éxito económico-financiero, se limitan la difusión de avances tan importantes como la teoría de la selección natural, la relación de las células embrionarias con las enfermedades humanas y, en general, de toda actividad que proporcione un beneficio público o colectivo.

Si bien las cátedras surgieron del ámbito religioso en toda Europa y especialmente en España, hoy el papel de la Iglesia, separada del Estado, es el de fundadora de universidades e institutos privados. El problema no es quién crea esas instituciones, sino las consecuencias de la iniciativa privada, que cumple siempre la máxima "el que invierte, manda". Eso se ha conseguido evitar, por ejemplo y por poco tiempo, en Grecia y otros países donde la Iglesia ortodoxa había perdido, frente al laicismo, la batalla que en Occidente están ganando el catolicismo y el protestantismo. Por eso, la constitución griega, propugnando un servicio netamente público y con muy buen criterio, prohibió expresamente el establecimiento de universidades privadas. Ahora Europa revierte ese gran logro social, causando graves disturbios.

Como se ha dicho, todo imperio debe basarse en el poder de mando y que todo autoritarismo necesita de una religión para poder implantarse. La Iglesia Católica, por ejemplo, sirvió a esta labor con gran resultado en el Imperio romano y sus resurrecciones, en la España de Franco y los regímenes dictatoriales del Cono Sur, etc. Incluso en la Alemania de Hitler, ocupó un papel transitorio, pero importante, en el proceso de elaboración de una religión definitiva para el Reich. Aunque sólo sea por el simple motivo de que la religión pedagógica introduce un nuevo tema de discusión, a los reformadores les merece la pena, pues les sirve como maniobra de distracción para desviar la atención hacia cuestiones docentes, mientras se van implantando y consolidando las reformas verdaderamente importantes. Precariedad del personal, encarecimiento de las tasas, obstrucción y persecución de las libertades, recorte en la financiación pública, utilización de los escasos recursos en beneficio de intereses privados, privatización de servicios, introducción de grandes mentiras y falacias en los programas y materiales obligatorios de las asignaturas, etc.

Algunos profesores ya nos hemos visto enfrentados a tesituras similares a las vividas por Unamuno en 1936, en la Universidad de Salamanca. Una nueva e inhumana ideología, a la que ya denominan “Plan Bolonia”, se cierne sobre el ejercicio de nuestra profesión.


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