BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

EL FOLKLOR AFROCUBANO EN LAS MANIFESTACIONES RELIGIOSAS DE LA COMUNIDAD MOENSE

Elio Norka Góngora Arguelles




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1.4 Religiones cubanas de origen africano

Se registra que en el período comprendido entre los años 1801-1865 se produce la entrada más cuantiosa de esclavos a Cuba. Esto trae como consecuencia que estas personas, a las cuales se les arrebata sus costumbres, cultura e ideologías se ven prácticamente obligadas a rescatar de alguna forma sus tradiciones. Esta forma no es otra que el sincretismo religioso. A los esclavos les era prohibido practicar su religión y se les obligaba a reverenciar a los santos católicos, por lo que estos comienzan a nombrar a dichos santos como a sus propios ídolos, por ejemplo Santa Bárbara es también conocida como Changó, la Virgen de la Caridad es llamada Ochún etc. A pesar de que la sociedad cubana es oficialmente atea, una gran parte de la población practica la Santería o Regla de Ocha. Es esta una religión politeísta, según la cual cada persona nace bajo la protección de un santo u orisha al que debe reverenciar de por vida mediante algunos sacrificios. Estos sacrificios se basan en la ofrenda de algún tipo de comida correspondiente al orisha, tocar el instrumento que a este le “gusta”, e incluso bailar para su santo. Los sacerdotes de esta religión son conocidos como santeros o santeras, y la autoridad superior la ocupan los babalawos, son aquellos sacerdotes que tras realizar estudios especializados y celebrar una serie de rituales alcanzan este puesto de preferencia. Raíces

El proceso de la formación de las distintas religiones en Cuba está marcado principalmente por el sincretismo religioso. Este se basa en la unión de varias creencias y culturas, las cuales básicamente devienen de las religiones africanas y el catolicismo español. Antes de 1742 la religión en Cuba era muy primitiva. Los aborígenes tenían algunos rituales sencillos para atraer la lluvia y mejorar las cosechas. Debido a que no había un idioma desarrollado entre los grupos aborígenes que poblaban la isla nos basamos en restos encontrados en las zonas montañosas como pequeños ídolos de piedra o madera, para afirmar que adoraban algunos elementos de la naturaleza como el agua o el fuego. Antecedentes

Las más disímiles etnias africanas, introducidas en Cuba durante la esclavitud del siglo XVI al XIX, aportaron variadas expresiones religiosas que en la isla influyeron entre sí, se relacionaron con lo católico y más tarde con el espiritismo y dieron lugar a distintos cultos conocidos popularmente como sincréticos a pesar de la imposición del catolicismo, bajo los rígidos conceptos de la evangelización, ésta derivó en simples preceptos, debido a los intereses económicos de los propietarios, a quienes no convenía la disminución de las largas jornadas laborales en aras de enseñar la catequesis, ni tampoco el descanso dominical para los esclavos. Por otra parte, los patronos consentían, en días de festividad, las prácticas mágico-animistas de los esclavos, quienes formaban fiestas, tocaban tambores, bailaban, y recreaban música y comidas propias. Los africanos fueron arrancados de sus medios naturales y tuvieron que enfrentar la esclavitud, por lo cual, en el nuevo contexto cambiaron las referencias de culto. En suelo cubano predominan los rituales de protección y adivinación, en detrimento de ceremonias tradicionales en África, como las dedicadas a la prosperidad agrícola. Tanto esclavos como libertos procedentes de una misma región o de distintos lugares, empezaron a sentir el interés de agrupamiento, y lo lograron en cofradías y cabildos. Con posterioridad, estas instituciones se fueron fusionando, admitieron criollos y otras etnias y favorecieron la preservación de las manifestaciones religiosas africanas, sometidas a un dinámico proceso de transculturación. A finales del siglo XIX algunas cofradías y cabildos se convirtieron en sociedades de recreo y socorro y otras pasaron a ser casas templo, donde se llevaban a efecto rituales de estas expresiones religiosas. Socio histórico diferente por principio a la objetividad de las cosas y la naturaleza.

El mito: refleja las relaciones comunitarias, las relaciones de parentescos entre los hombres expresados de forma ideal. Su propósito es consolidar, reproducir la dicotomía básica de la psiquis individual y la conciencia colectiva, la organización social en que se desarrolla; lograr la cohesión del grupo o familia religiosa y las diferentes actividades culturales. La continuidad de la tradición, vista desde el punto de vista atemporal, es decir permite regresar al pasado para predecir las normas religiosas, las costumbres y las conductas religiosas que debe cumplir el creyente. La leyenda: se diferencia de los mitos por su carácter secular, es un registro de la historia de la comunidad étnica y constituye un valioso elemento educativo religioso.

El proverbio: constituye una alusión oportuna que aclara, ayuda, y moviliza en la interpretación de los mitos y las ceremonias cultuales.

Los versos o rezos son expresión de formas del lenguaje que evidencia reglas específicas; cumplen funciones propiciatorias e invocatorias, expresado en el significado de su contenido religioso. La naturaleza: integrada por los elementos minerales, vegetales y animales son de obligatoria utilización por parte de los creyentes. Ellos la utilizan para restituir las fuerzas sobrenaturales protectoras y los que conforman su identidad personal. En realidad hay en este hecho mágico un intercambio constante, el cual es portador de energía, a los cuales les atribuyen el ser portador de fuerzas ocultas y vida. Siglos XX y XXI Durante la república neocolonial (1902-1958) estas prácticas afrocubanas fueron socialmente discriminadas, aunque continuaron su expansión hacia otras áreas del país por la migración interna, organizaciones autónomas y los vínculos de la “familia” religiosa. En el Código Penal de esta época se establecía como delito complementario la práctica de formas religiosas de raíces africanas, lo que fue eliminado con la Revolución. Después del triunfo revolucionario alcanzaron una justa valoración como expresión del respeto y trato equitativo a toda creencia religiosa; ello ha contribuido a la difusión nacional e internacional de la música, la danza y el canto de tales expresiones. Manifiestan en común un cuerpo teórico menos elaborado que las doctrinas cristianas. Institucionalmente, carecen de núcleos estructurales que rijan la liturgia y la doctrina, por lo cual conforman grupos independientes entre sí, pero en los últimos años se aprecian intentos de agrupación, como en el caso de la creación de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba y de la Sociedad Abakuá de Cuba, legalmente reconocidas como instituciones religiosas y que han venido organizando sus estructuras provinciales. Las religiones cubanas de origen africano son la Regla de Ocha o Santería, la Regla de Palo Monte o Conga, los Abakuá y otras con prácticas culturales locales como la regla de Arará.


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