BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

EL FOLKLOR AFROCUBANO EN LAS MANIFESTACIONES RELIGIOSAS DE LA COMUNIDAD MOENSE

Elio Norka Góngora Arguelles




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1.4.2 LA REGLA CONGA O PALO MONTE

Esta expresión religiosa tiene su raíz en los cultos de origen Bantu, termino con que la etnología occidental reunió bajo una misma denominación a la comunidad de pueblos del África oriental, central y austral que hablaban esa lengua en cualquiera de sus variantes. Conocida también como Mayombe, esta Regla fue el resultado inicial de la transculturación de los credos bantúes a la sociedad cubana, en la que surgieron con la iniciación de los criollos otras vertientes como la Imbisa y la Brillumba, hasta llegar a la Kimbisa del Santo Cristo del Buen Viaje, organizada en el siglo XIX por Andrés Facundo de los Dolores Petit. La Regla Conga en general tiene como rasgos característicos la vinculación con las fuerzas de la naturaleza, a algunos de cuyos elementos, como la vegetación, consideran animados por espíritus, a los que ofrecen albergue también en las profundidades de la tierra. Los antepasados están representados en el agua.

El centro de la ceremonia en este credo es la Nganga, recipiente donde se supone se encuentra el alma de un muerto sometida a la voluntad del iniciado a través de un pacto que los alimenta a ambos. La posesión de la Nganga o prenda, junto a la posibilidad de emplearla sin limitaciones, es el elemento que distingue a la máxima jerarquía de esta expresión: el Tata Nganga o Tata Nkisi, quien puede realizar ceremonias de "rayamiento" (iniciación) y nuclear a su alrededor a su grupo religioso. Para sus funciones, el Tata se apoya en otras jerarquías menores de consagrados, como el Bakonfula ayonfombe y el Ngueyo, quienes junto al resto de los "ahijados" forman la Casa, la cual es autónoma en la realización de los ritos o ceremonias. Un lugar destacado en la Regla de Palo lo ocupan los símbolos gráficos de carácter sagrado (firmas) para identificar a los espíritus, antepasados y orichas a los que se solicita el permiso para realizar las diferentes ceremonias culturales. Al trazar las firmas los creyentes consideran que en ellas están representados los poderes sobrenaturales y que los mismos responden por la efectividad de la labor realizada. Cada una de ellas adquiere una función personal para cada iniciado, que la emplea para identificarse ante su fundamento (nganga) y ante el resto de los creyentes. Por otra parte, expresa la relación con el espíritu protector con el que ha realizado el pacto. El rasgo principal de los brillumberos consiste en el culto a las deidades de la santería*, las cuales reciben, de acuerdo al ritual palero, su correspondencia en objetos materiales. En la Regla Kimbisa existe un fuerte sincretismo y tolerancia entre el elemento congo, la Regla de Ocha, el espiritismo el catolicismo y las sociedades secretas masculinas Abakua. De las creencias de origen bantu tomaron, entre otras cosas, sus concepciones relacionadas con la nganga, el animismo de las plantas, las aguas y la tierra, y la influencia de espíritus y antepasados. De la Ocha encontramos sus orichas traspolados con otros nombres (Eleggua se convierte en Lucero Mundo; Yemaya, en Tiembla Tierra; Oya, en Centella), la asimilación del empleo del coco en la adivinación y la creencia de "alimentar" y "fortalecer" la prenda mediante sacrificios con efusión de sangre. Del espiritismo asimila la comunicación directa con las espíritus, sobre la base de que cuanto ocurre en la tierra esta regido por fuerzas del mas allá. La influencia del catolicismo se manifiesta a través de la adoración del Espíritu Santo y la utilización del crucifijo y oraciones del ritual católico. Además, el guía principal de los kimbiseros es San Luís Beltrán. El elemento Abakuá se verifica en el método de selección de sus aspirantes, quienes deben cumplir con determinado comportamiento social.

Históricamente, las practicas de la Regla Conga o Mayombe han recibido, por desconocimiento de la población, el calificativo de "brujería", opinión que evidencia entre los no informados la sobre posición del componente mágico de esa expresión religiosa al resto de los elementos que la identifican. La magia es solo el medio por el cual el iniciado equilibra las fuerzas del bien y del mal y evita cuanto frene el desarrollo normal de su vida diaria.

1.4.3 Regla Arará

Procede del África occidental, del antiguo Reino de Dahomey (hoy Benin) y, aunque los esclavos de esta zona de África que fueron traídos a Cuba no llegaron alcanzar las proporciones numéricas de los yorubas, congos y carabalíes, sus credos religiosos son reconocidos como tales en forma independiente o sincretiza- dos a su vez con la Regla de Ocha, el cristianismo católico y otras manifestaciones religiosas. La mayor cantidad de fieles en Cuba radica en las provincias de Ciudad de La Habana y de Matanzas. Sus ceremonias rituales religiosas se distinguen por la fuerza de su música, en la que los tambores arará se consideran mágicos o sagrados. Sus credos religiosos —en los que se manifiesta el culto a los antepasados y a los difuntos (kotoko) — se fundamentan en determinadas fuerzas sobrenaturales que están presentes en las plantas, los objetos inanimados y en las personas. Estas propiedades deben ser aprovechadas por el ser humano con el fin de evitar penas y asegurar el destino espiritual y material de los individuos. La Regla Arará posee una mitología constituida por más de una decena de dioses o deidades (fodún). Entre los más conocidos o populares, la mayoría de ellos sincrétizados a su vez con los credos de la santería y el catolicismo, están los siguientes: Naná Buruki. Es una deidad que participa en la creación del mundo, en la mayoría de los casos sincretizada con la santa Ana o madre de la virgen María de la Iglesia Católica. Asojano o Asojuano. Es el dueño de la tierra y de las enfermedades infecciosas. Por lo general se sincretiza con el Babalú Ayé de la Regla de Ocha o santería y con el san Lázaro del catolicismo. Es probablemente la más popular de las deidades de la Regla Arará. Hevioso o Gevioso. Es el dios dueño del trueno y los tambores, hermano menor de Asojano. Se sincretiza con el Changó de la santería y con la santa Bárbara del catolicismo. Frequeté. Es adorada como la diosa dueña de los mares. Resulta muy popular entre los creyentes. Se sincretiza en la Regla de Ocha con Yemayá y con la virgen de Regla de la Iglesia Católica. Olodeco o Achibiriki. Es el dios dueño de los me- tales, se sincretiza con Oggún en la santería y con el san Juan de los credos católicos. Dañe o Addano. Es la diosa dueña de los vientos. Se sincretiza con Oyá en la santería y con la virgen de la Candelaria y santa Teresa de Jesús de la Iglesia católica. Afrá, Jurangó, Jurajó. Es el dios dueño de los caminos, y mensajero entre los seres humanos y los dioses (fodún). Comúnmente es sincretizado con el san Pedro de la Iglesia Católica y en ocasiones con el Elegguá en la Regla de Ocha. Seguarizú. Es la deidad que se sincretiza con Olofin en la santería y en ocasiones con el dios supremo de la Iglesia Católica. Aggé. Es el dueño de los bosques y la cacería, por lo general sincretizado con las deidades de Ossaín y Ochosi de la Regla de Ocha o santería y con las figuras emblemáticas de san Silvestre y san Norberto de la Iglesia Católica.

1.4.4 LA SOCIEDAD SECRETA ABAKUA

Por Abakuá o ñañigo se conoce popularmente en Cuba al miembro de la sociedad secreta masculina Abakua, la única de su tipo existente en el continente americano.

Esta asociación surgió en las primeras décadas el siglo XIX en los momentos de mayor hostilidad hacia el esclavo y el negro, quienes, ante el acoso, solo hallaron un medio apropiado para evadir la represión: una agrupación mutualista bajo la expresión más desarrollada de su conciencia social, la religiosa. La primera sociedad de blancos se fundo a principios del presente siglo y llevo el nombre de Akanaran Efo Muon Ekobio Mucakara. Su creador fue Andrés Facundo de los Dolores Petit, celebre también por sus aportes a la Regla de Palo* con la elaboración del cuerpo conceptual y ritual de la variante Kimbisa.

Los antecedentes del abakuasismo se hallan en las sociedades secretas que existieron en la región nigeriana del Calabar, y su organización y contenido tiene como base una leyenda africana que narra la historia de la violación de un secreto por una mujer: la princesa Sikan encuentra al pez sagrado Tanze. Cuando este muere, los miembros de la tribu buscan la manera de reproducir su bramido en el tambor sagrado Ekue, para lo cual realizan varios intentos entre los que figura el sacrificio de la princesa para utilizar su piel como parche del tambor. El nañiguismo no puede desvincularse de las creencias africanas acerca de la influencia que ejercen los antepasados (espíritus), por lo que en todas sus ceremonias religiosas se les convoca para garantizar el desarrollo del acto cultural, según rigurosas normas litúrgicas. Un elemento simbólico indispensable en la dramaturgia con que se desarrolla el ritual es llamado Ireme o diablito, un representante de la naturaleza que vigila los pasos de los participantes e intervienen aun como protagonistas en algunos de ellos.

Las actividades de culto se realizan todas en templos, de los cuales existen 40 entre las provincias de La Habana y Matanzas, distribuidos en los municipios de Guanabacoa (14), Marianao (11), Regla (6), San Miguel del Padrón (4), Cárdenas (4) y Matanzas -ciudad-. En todos los ritos se utilizan trazos o grafías llamados Ekeniyo, que constituyen un sistema ideográfico de señales para inmovilizar y fijar las representaciones de hechos globales. Tales símbolos se trazan con yeso amarillo o blanco y comprenden tres categorías: los Gandos, las Firmas o Anaforuanas y los Sellos. Los Gandos representan situaciones complejas del ceremonial, se trazan en el suelo y sobre ellos se colocan diferentes objetos del culto y se sitúan los dirigentes religiosos (Plazas). Las Firmas o Anaforuanas representan a cada una de las jerarquías que integran la estructura de los Abakuá y cumplen una función consagratoria cuando se trazan sobre determinados elementos del ritual. Los Sellos son la representación o identificación de cada juego o potencia Abakua, de los que existen 123 en toda Cuba. En la actualidad, los Abakuá poseen órganos de coordinación municipal en los municipios de Cárdenas, Matanzas, Guanabacoa, Regla, Marianao y San Miguel del Padrón, y dos a nivel provincial en Ciudad de La Habana y Matanzas, encargados todos de controlar la obediencia a los reglamentos y principios de la sociedad.

Dentro del nañiguismo se reconocen varias jerarquías. El Ndisime es el aspirante a entrar en una potencia, mientras el Abanekwe es un hombre ya iniciado. Plaza llaman al que lleva muchos anos, ocupa un puesto relevante dentro del juego y esta encargado de preservar y hacer cumplir las normas y principios rituales y sociales. Títulos de Plazas son Iyamba, Mokongo, Ekuenon, Isue, Nkrikamo, Nasako y otros. En las sociedades secretas masculinas Abakua solo son admitidos hombres. Al indagar entre sus integrantes cual es el concepto de Hombre, expresaron: "Hombre no es solo aquel que no es homosexual, sino el que refleja la mas pura dignidad del ser humano como laborioso, fraterno, alegre, rebelde ante la injusticia, cumplidor del código moral establecido por los antepasados formadores del Abakua; es aquel que es buen padre, buen hijo, buen hermano y buen amigo".


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