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EL FOLKLOR AFROCUBANO EN LAS MANIFESTACIONES RELIGIOSAS DE LA COMUNIDAD MOENSE

Elio Norka Góngora Arguelles




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CAPITULO 2 ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL FOLKLOR AFROCUBANO EN LAS MANIFESTACIONES RELIGIOSAS DEL MOENSE

La ciudad de Moa, está caracterizada por la heterogeneidad de su población y el colorido de su tierra, con un microclima que la identifica. Moa significa: Aquí agua ; Según el historiador Moense Carlos Sánchez Cutiño en su monografía Apuntes para la historia de Moa¨ plantea que en la lengua Arauca las letras oa funcionan como sufijos de localización y el fonema m se traduce como agua o sea Aquí agua.

El municipio de Moa es uno de los más reconocido en el ámbito nacional e internacional por sus grandes riquezas minerales. Se encuentra ubicado al nordeste de la provincia Holguín, limita al norte con el océano atlántico, al sur con la provincia Guantánamo, al este con el municipio de Baracoa y al oeste con el municipio de Sagua de Tánamo y Frank País; su extensión territorial es de 730 Km. cuadrado. Durante muchos años la presencia de aborigen en Moa fue tratada en término de suposición pero con la visita del espeleólogo cubano Manuel Rivero de la Calle, luego de recorrer la geografía local del municipio, destacaba que algunos lugares por sus condiciones reunían las características para que en ellos se encontraran restos de asentamientos aborígenes. Las predicciones del doctor Rivero se hicieron realidad después de 20 años; cuando desde la comunidad de Cañete se recibió el reporte de un sitio que parecía un cementerio aborigen. Gracias a un equipo de especialistas integrado por: Investigadores, especialistas, guías y vecinos de Cañete se realizó la expedición los días 10 y 11 de abril del 2004 en Cayo Guarico, Tiguabillo y en las orillas del río Jaguani (Melba) se encontraron varios objetos y artefactos de piedras y cerámicas que demuestran la presencia de aborigen. Como población hasta la época actual se ha planteado que Moa fue habitada desde finales del siglo XIX por la zona este por el magnate Francisco Cañete quien apodó el nombre del lugar con su apellido, posterior a este se asentaron otras familias procedentes de Baracoa y otros lugares cercanos de distintas procedencias como dominicanos, haitianos y españoles trayendo consigo sus creencias, tradiciones y costumbres. Estos elementos hacen posible afirmar que las manifestaciones religiosas afrocubanas se introdujeron en el municipio desde el mismo momento en que fueron habitados por los primeros poblados.

El asentamiento poblacional empieza por Cañete, ubicado a 22km del centro de la ciudad en la zona este y costa de 20km cuadrado de extensión; donde la pesca y la agricultura son la principal fuente de alimentación. Con la llegada de las diferentes familias en la primera década del siglo xx que se asentaron en esta zona, contraen matrimonio los hijos de las mismas y comienza la expansión de la población por el territorio y la conservación de la cultura tradicional para incrementar la autóctona.

Con la poca distracción y mucho trabajo de los pobladores, las celebraciones de algunas festividades religiosas comienzan a formar parte de la vida de la comunidad, brindándole un sello distintivo.

Entre las principales manifestaciones que identifican a estos pobladores:

-La fiesta de los mamarrachos: Fiesta de mascara que se celebra los días 25 de Julio (en homenaje a Santiago Apóstol) y 8 de septiembre (día de La Caridad del Cobre); festejo que se inicia con una corrida de hombres que se disfrazan de cerdos gibaros (puercos jabalí) a los que llaman verracos, los que a sus pasos recogían comestibles que encontraban en los diferentes hogares, guardándolos en un lugar acordado. Luego venía una conga que empezaba su marcha con el aviso de un fotuto, hacia un recorrido por todas las casas del barrio; mientras el colectivo cantaba y bailaba, cuatros hombres disfrazados de perros hacían la segunda requisa llevándose todo lo que encontraban junto con los otros cuatros ya mencionados. Se reunían en una casa o lugar determinado y comenzaba el baile por parejas, en esto entraba el personaje principal “La Yegua Loca” que bailaba desordenadamente haciendo grandes movimientos lujuriosos con la cabeza y la misma se convertía en el centro de admiración de la fiesta. Todo esto se realizaba acorde con el sonido de los instrumentos musicales confeccionados por ellos mismos como: el bodú, bongoes, botellas, palos, latas, guitarras y machetes. Al llegar la media noche se quitaban los disfraces y se retiraban a sus casas cuando ya no quedaban provisiones de alimentos recogidas por los recolectores; es decir que estas fiestas duraban hasta que se acabaran las provisiones. Esta fiesta goza del reconocimiento de los pobladores y es considerada como una de las más tradicionales que han identificado a los habitantes de Cañete.

Es posible encontrar otras actividades de tendencias religiosas, entre las que se destacan: -Los Montes Calvario: Se celebran los días 24 de Junio (día de San Juan). Se le cantaban himnos y plegarias a diferentes santos, no solo al homenajeado. -Fiesta de Santa Bárbara: días 3 y 4 de diciembre donde se cantaban canciones folclóricas. - Fiesta de San Lázaro: días 16 y 17 de diciembre con las mismas características de Santa Bárbara. - Fiesta de Noche Buena: día 24 de diciembre. - Fiesta de fin de año y año nuevo: días 31 de diciembre y 1 de enero. - Altares de la Cruz: fecha variable según el santo. - Altares de promesas: Fecha variable según el santo. Es importante destacar que todas estas fiestas se han celebrado durante mucho tiempo, sin embargo en el transcurso de la investigación no se ha celebrado ninguna con características religiosas. Otros de los barrios fundados en Moa fueron: Joselillo y Los Mangos. En el caso de Joselillo, según fuentes de entrevistas, antes del triunfo de la Revolución en 1959 solo se celebraban Altares de Promesas, Fiesta de Noche Buena y Fiesta de fin de Año; pero después del triunfo revolucionario, viene a vivir a este barrio una señora conocida como María Stinlay Padilla procedente de Santiago de Cuba más conocida por la santera o curandera mujer de Valentín. Fue entonces desde este momento que se escuchó en esta zona los toques de los tambores de origen africano pero con la tumba francesa y las celebraciones de diferentes tipos de santos. - “Le decían la curandera porque santiguaba, quitaba empacho, mal de ojos y mandaba remedio; al principio los muchachos le tenían un poco de miedo porque era una jabá clara muy alta de ojos grandes pero luego, todo cambió. Su casa era de piso de tierra, tabla de palmas y techo de guano, en un cuarto tenía todo tipo de santos en un altar muy grande, sus collares y prendas eran de semillas y palo con colores muy chillones, cuando se escuchaban los tambores poco a poco se iba llenando su casa y ahí se podía ver todo lo que hacía- (Fuente de entrevista)”. En los primeros años venían a su hogar ahijados y creyentes de Santiago de Cuba pero a medida que pasaba el tiempo sus fiestas de santos eran más conocidas y asistían todos los que querían, tanto los del barrio como los de otros lugares, pues entonces la llamaban María la de Valentín. Sus principales fiestas eran dedicadas a los santos de origen yoruba de La Regla Ocha o Santería: Santa Bárbara (changó), San Lázaro (babalú ayé) y La Virgen de la Caridad (ochún). Aquellos que le bailaban a Santa Bárbara (changó) lo hacían a medida que los toques de los tambores se escuchaban, daban varias vueltas con un rompimiento de brazos desde arriba hasta bajo como si estuviera una espada, venciendo a todo aquel que se para delante, siempre con alguna prendas o atributo de color rojo o blanco.

El que bailaba a (babalú ayé) San Lázaro, era de una forma más pausada como si estuviera enfermo o cansado y a veces como si quedara cojeando o con unas muletas arrastro pero siempre tratando de curar y ayudar a los enfermos. El color preferido de este santo es el morado. En nuestro municipio la gran mayoría de sus seguidores visten con atuendos de saco o con colores rojo; es decir, este santo según el lugar existe la tendencia de vestirlo de diversos colores, por ejemplo en la Habana y Matanza se visten con el color morado .

En el caso de la Virgen (ochún) los bailadores o bailadoras de esta deidad lo hacen con unos movimientos muy suave y sensuales provocando la atención y admiración de todos, sus colores son el amarillo y el dorado. Más tarde se incorporan otras tres señoras, dos de ellas eran devotos a Santa Bárbara y una a San Lázaro. Una de la de voto a Santa Bárbara se mudo del barrio y la otra año tras años hizo sus celebraciones junto a sus hijos y nietos.

Al intercambiar conversaciones, con Ángela Arguelles se refería a, cómo se incorporó a la práctica religiosa: “Comencé a celebrar por una promesa que hice a Santa Bárbara pidiéndole por la salud de uno de mis hijos, pensé hacerlo por tres o cuatro años pero esto se hizo una costumbre de mis hijos y me ayudaban a celebrarlo todos los años, esto era una fiesta para ellos y solo dejé de hacerlo en el año 2000 por la salud de uno de mis nietos. Esta vez fue diferente porque no fui a ningún santo, esta vez fui al señor, me arrodille y pedí por la salud del niño y le supliqué que si lo salvaba yo le serviría para siempre - (Ángela Arguelles)”

Esta señora auque dejó de hacer estas celebraciones no ha podido borrar aquellas imágenes de sus vecinos. A pesar de haber pasado nueve años de haberse separado de esta tradición es la que más auge ha tenido en este barrio porque pese a que existen otra celebraciones de santo, en este vecindario muchos dicen – en casa de Cuca si se hacia bembé – En estas celebraciones se reflejaba el folklor en sus distintas manifestaciones; en los bailes con la ayuda de los instrumentos musicales que las personas hacían de forma espontánea según el santo de su devoción y el toque de los tambores, participaban en la mayoría de los casos con ropa de color rojo y blanco, todo esto se hacía de forma ingenua. En la casa de esta señora no solo se escuchaban los tambores sino las latas, los calderos, las botellas las cucharas, los seguidores muy bien acoplados recitaban los coros correspondientes a Santa Bárbara. Esto se comenzaba a las 12 de la noche del día 3 de diciembre y se terminaba a las 12 de la noche del día 4 del mismo mes. En estos altares se podía apreciar de todo tipo de bebidas, comestibles y frutas como: mandarina, guineo maduro, uvas y naranjas, dulces caseros que eran elaborados por ellos mismos como: el dulce de coco, el de ciruelas, el de naranjas entre otros. Al final de estas fiestas todo se repartía debidamente.

La otra señora devoto de San Lázaro se mantiene en estas celebraciones afrocubanas, hoy con la ayuda de una de sus hijas ha logrado mantener esta tradición familiar. Actualmente se celebran periódicamente dos o tres fiestas de santos de origen afrocubano pero con tendencia un poco más moderna.

La zona de Los Mangos muy famosa por sus bares y burdeles antes del triunfo de la Revolución atrae a muchas personas de todas partes. Siendo este uno de los barrios más visitados, es posible afirmar que en este suburbio quedo un poco más plasmada las manifestaciones folclóricas religiosas afrocubanas.

Existían aparte de las fiestas de navidad y las del fin de año otras como: Altares de promesas y celebraciones de santos. Estas eran realizadas por una familia procedente de Guantánamo que vivía en el llamado y muy famoso Callejón de Santa Bárbara. Esta familia tenía todo un conjunto de oficios acerca de los santos afrocubanos, confeccionaban tambores, esculturas de santos para vender y, cuando celebraban estas fiestas folclóricas todos los pobladores del barrio y los visitantes participaban en estos festejos de cantos y bailes. La persona responsable de estas manifestaciones afrocubanas es Marcolina Leguén Merella más conocida como “Yeyé”.

Ana Moracén, una de las máximas representantes de las tradiciones religiosas afrocubanas en la ciudad moense confiesa que cuando ella llegó a Moa en el año 63 existía en Los Mangos esta señora que celebraba bembé.

“Cuando llegué aquí en el año 63 ya la difunta Yeyé taba aquí en Moa y esa si que era buenísima. Con el tiempo yo la visité y fuimos buenas amigas - (Ana Morasen)”

Al contactar con algunos funcionarios del municipio, como el historiador de la ciudad, entre otros, explica que en Moa solo tenía visibilidad estas tradiciones religiosas afrocubanas los días 4 de diciembre (Santa Bárbara - Changó) y 17 de diciembre (Día de San Lázaro – Bablu Ayé) y que estaban representadas por Caridad Brocal (Cachita), Lidia Gonzáles Couto y Ana Moracén. Las otras personas que celebraban esta fiesta solo eran devotas a algunos santos.

“No hay tradiciones de corte africanos en Moa solo existen algunas pocas personas devotas a Santa Bárbara y San Lázaro”, las únicas personas que trabajan la santería o regla de Ocha son: Ana Moracén, Cachita (la madre de los Abá) y Lidia Gonzáles Couto una señora de Rolo que se dice ser Santera. Los tambores son Africanos pero la tumba es francesa - (Ibrain Montero Rodríguez)”

Pero si Ana Moracén habló de esta señora (Yeyé) ¿Por qué no estaba reconocida como otra de las representante Moense?; no solo la conocía Ana si no todas las personas mayores de Los Mangos y algunas de Joselillo.

Según fuentes de entrevistas como Maricel Bonne Leguén (Hija) y Hilda Aguirre Bonne (nieta) de Marcolina Leguen Merella (yeyé), y otros vecinos esta señora llegó a Moa en la década de los 50 con su esposo que era artesano. Ella era Natural de Guantánamo pero con procedencia Puertorriqueña. Creyente desde su nacimiento. Se instaló en Los Mangos, en el “El Callejón de Santa Bárbara“, enfrente de su casa había una guardería, desde ese entonces, ella, su esposo, hijos y nietos decidieron conservar y mantener sus tradiciones y costumbres en la celebración de los santos. Su esposo artesano hacía y vendía todo tipo de santo de origen africano y católico. Sus celebraciones más representativas fueron a Changó y Babalú Ayé donde participaban sus ahijados, de igual modo se reunían en estas fiestas congocero pertenecientes a una familia llamada los Choris, esto atraía a todas las personas del reparto, tenía en su altar todo tipo de santo como: Eleguá dueño de los caminos, se tiene detrás de la puerta y su colores son el rojo y el negro, Obatalá dueña de la cabeza, la pureza y la sabiduría, su color es el blanco, Yemaza diosas de los mares, dueña de la vida y de casi todos los Orichas, Ochún diosa del amor, de la feminidad y del río, con el que simboliza la purificación. Símbolo de la coquetería, la gracia y la sensualidad femenina.

“Respetaba su religión y sus santos, los atendía y los vestía con sus respectivos colores, tenía un cuarto solo para ellos, santiguaba y hacía despojos y siempre nos dijo que no se debía echar malas palabras ni desvestirse ante ellos porque era una ofensa sus santos - (Maricel Bonne, hija de Marcolina Leguen-Yeyé)”

Familiares y vecinos cuentan que en los días de fiesta se llenaba todo el callejón de personas de diferentes lugares, bailaban y vestían con colores llamativos, religiosidad y respeto espontáneo.

“Tenía una fe tremenda por sus santos, ella decía que desde que había nacido y crecido con los santos heredados de sus familiares y eso fue lo que me enseño, creo que pensar en otra religión sería faltarle el respeto a ella y a mis familiares - (hija de Yeyé)”

El esposo de Yeyé hacía los santos ella se encargaba de vestirlos y de rendirle sus atributos, todo esto lo hacían año tras año hasta 1989 que por la muerte de su esposo y a raíz del período especial tuvo que reducir sus celebraciones. Ya muy enferma, en el 2002, decidió dar los santos a sus familiares, según las características de estos, y les hizo prometer que por nada del mundo lo regalaran a otras personas que no tuviera que ver con su descendencia.

“Esta es la virgen de las Mercedes (Obatalá) siempre me llamó la atención en su altar y ella me la regaló, la llevo conmigo cuando voy de viaje y le enciendo una vela cada ves que puedo, de esta forma le cumplo a mi santa y a mi abuela - (Hilda Aguirre Bonne, nieta de Yeyé)”

Cómo es posible que Marcolina Leguén Merella no este como una de las máximas representantes de manifestaciones religiosas si es reconocida por la mayoría de los creyentes de Moa y cuando hablan de ella dicen “esa si sabía de santería”.

Actualmente en Los Mangos existen personas devotas a diferentes tipos de santos pero, las celebraciones no tienen las mismas características de las que se realizaban anteriormente.

En el caso de Caridad Brocal (Cachita la madre de los Abád) nativa de Cananova, comenzó la religión en el catolicismo por las tradiciones de sus padres y abuelos, más tarde se coronó el Santo de Ocha, es muy dedicada en su religión, no se dedica a la santería, solo cumple sus devociones y le celebra sus fiestas con todas las de la ley de una forma muy ceremonial, hace despojos y les manda baños a los que atiende sintiéndose muy complacida, no le gusta trabajar nada que tenga que ver con la relaciones de parejas (matrimonios).

“En el corazón no manda nadie el que quiere no engaña, si tu marido se fue no es porque nadie lo obligó es porque no te quiere y pensó que era mejor así - (Cachita)

Es una persona realista, explica que si tú tienes una familia y no hace lo posible porque esta se ayude y trabaje para tener una fuente económica, cómo los santos te pueden ayudar, si tú no aportas nada. Las reglas religiosas son así, lucha y sé perseverante que los santos como Eleguá te abren los caminos y los otros te ayudarán.

Tiene tres ahijados que le han coronado santos, algunas ahijadas espirituales y otras que les ha puesto collares, practica el espiritismo y dan consultas, su relación con los santos es a través del espíritus de sus familiares antepasados y el santo; así con esta relación puede dar respuesta descifrar y aclarar lo que los santos decidan o quieren.

Su religión no le permite atender o dar consultas a ninguna persona durante tres meses de haber fallecido algún familiar, solo después de este tiempo, puede incorporarse a estos quehaceres.

“Le toco su música, le brindo su comida y sacrifico animal, es una religión que requiere de normas y conductas como todas pero es la mía” (Cachita).

Por su parte Ana Moracen Martinez natural de Guantánamo, vive en Moa hace 50 años es la más popular y representativa en esta religión afrocubana de Moa por la cantidad de ahijados y sus grandes celebraciones de Santos que comenzó desde los 10 o 12 años de edad. Dice ser hija de Oshosi (Santo Guerrero de la Regla de Ocha u otro culto sincrético).

“Mi abuelo era ñáñigo, José Moracen, era Francés y yo soy espiritual, soy espiritista, desde niña tuve vista pá la cosa, no me hecho santo porque mi visión, mi ache fue dado por Dios y la naturaleza porque, si ellos quisieran haberme hecho santo, yo hubiera nacido santo, así que para que me voy a tomar ese tiempo si lo que yo se me lo dieron ellos; soy espiritista y devoto a los santos, no soy creyente, obra es tal caridad, el que venga con mal pa eso ta pá francico ese que ta i yo na ma tengo que arrodillarme y pedí que pá francico me responde y yo le doy lo que el me pida a cambio ese que ta i es mi papá (pá francico) -¨(Ana Moracen).

En las celebraciones que hace la seguidora a sus santos se puede apreciar de todo tipo de personas independientemente del color de la piel o del nivel cultural. Son una de las fiestas más llamativas porque en esta se puede observar todo un conjunto folclórico en: comidas, músicas, bailes, atributos o colores que representan estas deidades.

Sirina Cardosa Duque procedente de Viran Castro, llegó a Moa en el año 1971. Comenzó a trabajar la obra desde los 15 años, su abuelo era haitiano, tiene todo tipo de santo auque hace una sola fiesta el 17 de diciembre por todos los santos donde duran de 2 y 3 días según las provisiones, prepara un altar de 7 escalones y acomoda los santos en orden los guerreros debajo como: Oshosi, Ogún y Eleguá que es quien abre los caminos, después los santos de cabezas y en el peldaño de arriba a la Virgen de la Caridad.

¨Antes de la Virgen de la Caridad va Dios que es el creador y si no lo reconocemos a él no somos nadie¨. (Srina Cardosa Duque)

La visitan personas de todo el país y tiene ahijados hasta en el extranjero, sus bailes son africano (rumba) y congo (Tumba-Francesa y el batá). Tiene familiares que trabajan el espiritismo de cordón y ella ayuda a los mismos hacer misa pero no la trabaja para la calle, su obra es de cruce de santería y espiritual. ¨ Bárbara es vencedora con su espada y San Lázaro es su chulo – hay un canto que dice así – Bárbara está loca se tiro en el ríooo, a buscar collares para el viejo mío. Por eso es que ellos dos no ligan mucho¨. (Sirina Cardosa Duque)

Otra de la máxima representante en las manifestaciones religiosas afrocubana en el municipio se nombra Lidia Gonzáles Couto natural de Santiago de Cuba, vive en Moa hace 40 años.

A partir de la década del 90 esta religiones comienzan a tener más auge en Cuba debido a que no son pocos los que pertenecen a diferentes organizaciones de la cultura que están introducidos en ellas ya sean blancos, indios, negros o de cualquier nivel cultural. Esta señora no se encuentra acorde y no se ajusta con los parámetros que caracterizan a las personas que practican estas religiones, no obstante siendo esto un tabú muchos en Moa piensan que son religiones de negros o de aquellas personas ignorantes de bajo nivel cultural y en esta representante el tabú se rompe, Esta señora es una intelectual, escritora, de buen nivel económico, ha tenido espacio en programa de la radio donde habla y explica todo el conocimiento necesario con respecto a su religión ( religión que es la de Ocha o Santería), hizo el santo Obátala en Santiago de Cuba su ciudad natal pero por equivocación como plantea la misma lo entregó y hizo Yemáya en la Ciudad de la Habana. Celebraba Santa Bárbara (changó) por todo lo alto con músicos y rumbero de Santiago de Cuba que ella misma invitaba; sin embargo hace 2 años no celebra sus fiestas de santo por enfermedad; pero se va a casa de su padrino en la Habana y participa en sus celebraciones.

Como se explicaba antes esta señora tiene muy buen nivel cultural y económico porque hoy en día para hacerse santo en nuestro País cuesta alrededor de 35 000 o 40 000 pesos cubano y ella ya se ha hecho santo 2 veces. En sus fiestas de santo no solo brindabas los atributos correspondientes a sus Deidades sino que daba en forma de una tertulia a los que participaban en las mismas.

A demás de las principales representantes de las manifestaciones folclórica en las religiones afrocubanas del municipio; hay otro grupo más joven en la ciudad que practican y se encuentran ubicados en los siguientes repartos: el Caribe tiene actualmente no menos de 4 seguidores con afinidades a la Santería o Regla de Ocha como, Zoraida García entre otros, en Cañete y Yamaniguey con Noile y Vidalina, le siguen otros como el Pesquero, La Playa, Cementerio Viejo, Armando Mestre, 5 de diciembre con Floribel que aunque muy joven tiene un promedio de 10 a 12 ahijados con un pequeño taller donde hacen pinturas folclóricas y tallan la madera, Miraflores y Moa centro que aunque por el desastre del ciclón Ait el año pasado no pudieron hacer sus respectivas celebraciones; pero no dejan de ser seguidores de estas Religiones.

En el caso de La Regla Conga en el municipio de Moa tiene como rasgos característicos la vinculación con las fuerzas de la naturaleza, a algunos de cuyos elementos, como la vegetación, consideran animados por espíritus, a los que ofrecen albergue en las profundidades de la tierra. Los antepasados están representados en el agua. El centro de la ceremonia en este credo es la Nganga (caldero), recipiente donde se supone se encuentra el alma de un muerto sometida a la voluntad del iniciado a través de un pacto que los alimenta a ambos. Se verifica en el método de selección de sus aspirantes, quiénes deben cumplir con determinado comportamiento social.

Este tipo de manifestación en nuestro municipio tiene menos visibilidad porque sus normas y sus reglamentos son un poco mas restringidos que la Regla de Ocha, De la que encontramos sus orichas sicretizados con otros nombres (Eleggua se convierte en Lucero Mundo; Yemaya, en Tiembla Tierra; Oya, en Centella), la asimilación del empleo del coco en la adivinación y la creencia de "alimentar" y "fortalecer" la prenda mediante sacrificios con efusión de sangre, solo pueden participar en sus ceremonias los iniciados de esta religión o algunos invitados especiales que el credo o la representante (paleros) decidan, siempre y cuando todos estén de acuerdo y no pongan en peligro algunas de sus normas, esto es en caso de que sea una coronación del santo o fiesta de sacrificio; en el caso de un rayamiento solo participa aquel hermano que esté igualmente rayado y que el máximo representante decida. En el caso de una coronación del santo la ceremonia no se parece en nada a la de la regla de Ocha que en las mismas todas sus deidades están presentes en un altar de forma escalonada, en el Palo Monte o Regla Conga esta celebración se hace en un cuarto donde todo su alrededor está cubierto por flores, plantas y palos del monte, existe un guía que dirige la ceremonia y solo él puede dar el permiso a otros, antes de empezar el rito, a los presentes se les riega perfume y cascarilla para alejar los malos espíritus de ellos y a los iniciados se les raya un signo en ciertos lugares. Todo esto se hace de forma ceremonial y muy organizada, para todos el guía da su permiso, ese día de la coronación es el día de su nacimiento. En el caso de que se coronen dos iniciados el mismo día se declaran mellizos y nacen el mismo día, una de sus reglas mas restringidas es que aquel que entre al credo de la religión no puede fijarse en otro hermano para tenerlo como pareja porque para ellos sería un pecado y las consecuencias serían desastrosas. Se permiten las parejas en los casos que ya hayan contraído matrimonio antes de haber entrado al credo religioso y los espíritus no deben pasar todos al mismo tiempo sino uno primero y otro después, como en la mayoría de las religiones. Aquel hermano que tenga necesidad de ayuda es deber de los demás prestárselas y si no hacer lo posible para que otros lo ayuden.

En las religiones de corte protestantes es diferente, al contrario, un hermano de la religión ora y pide al dios para que los mismos puedan unirse en parejas. Los colores y las comidas son parecidos a los que se utilizan en la Regla de Ocha, colores como el blanco que representa pureza y claridad, el verde con la esperanza, rojo fuerza etc. Entre las comidas están los dulces caseros con el coco, el pescado y muchas frutas, sin dejar de faltar la cidra y los vinos. Al terminar la coronación todos cantan y bailan para celebrar el nacimiento del mismo y de todos los preparativos que haya en la mesa deben de comer aunque sea un poco, piden por la salud de todos sus familiares y seguidores de la religión.


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