BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

LA PROBLEMÁTICA ACTUAL DE LA DESERCIÓN ESCOLAR, UN ANÁLISIS DESDE LO LOCAL

Javier Martínez Morales y otros




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3.8 A manera de conclusión

Como se expuso desde el inicio de esta investigación, el objetivo fue encontrar si existe una relación entre la drogadicción y la deserción escolar y que tipo de correlación tendrían, pero la búsqueda no se limitaría sólo a eso, si no que se intentaría calcular las probabilidad de consumo de drogas bajo supuestos específicos. Además se comprobarían afirmaciones encontradas en la literatura relevante, expuestas por varios autores, instituciones, investigaciones y documentos de trabajo.

Primero se encontró que de los estudiantes entrevistados, un 45% provienen de otras ciudades cercanas a Hidalgo del Parral, lo que indica que dicha ciudad tiene una oferta educativa para jóvenes originarios de ciudades aledañas que no cuentan con alguna escuela de nivel medio superior y/o superior. La familia nuclear fue el tipo de familia que predomino en las dos encuestas realizadas, un 75% en la hecha a estudiantes y un 69% en la población en general. En ingresos del hogar predominó entre $1,656.99 y $8,284.90 mensuales. Se encontró que de los padres de los estudiantes analizados, un 2% no cuentan con ningún tipo de estudio y un 17% no los concluyeron. En el caso de la población en general mayor a 15 años, 11% no estudió y un 26% no concluyó sus estudios. Al analizar el consumo de los cuatro grupos de drogas que se plantearon desde el inicio, se descubrió que la sustancia con mayor índice de consumo tanto en estudiantes con edad entre 15 y 23 años como en la población en general mayor a 15 años, fue el alcohol; y el de menor índice de consumo fueron las drogas. Sin embargo, los medicamentos controlados o prescritos han acaparado un mercado más amplio. Además se encontró que son los amigos y el padre, aquellas personas que consumen tabaco y alcohol, y podrían influir en su hijo(a) o amigo(a) para que ellos también lo hicieran. En el caso de los medicamentos controlados, fue la madre quien es la mayor consumidora en ese grupo. Los amigos y los hermanos son los que más consumen drogas. Las relaciones interpersonales entre los respondientes de las dos encuestas, resultaron estar en mejores condiciones con los amigos y con la madre, y en peores condiciones con el padre y los hermanos. En la ENA, en sus diferentes ediciones, se habla sobre la exposición al consumo de drogas, en esta investigación se utilizó dicho concepto, encontrando que de los estudiantes analizados, a un 46% le han ofrecido algún tipo de droga y un 14% la han comprado; mientras que en la población en general mayor a 15 años, a un 43% le han ofrecido y un 15% la han comprado. También se descubrió que la edad mínima que tenía la persona cuando le ofrecieron por primera vez algún tipo de droga fue de 8 años, y la máxima de 23 años. Y se dedujo que el grupo de edad más vulnerable a ofertas de consumo de algún tipo de drogas, en las dos encuestas, fue de entre 15 y 17 años.

En la literatura relevante se argumenta que aquellos niños que crecen con padres consumidores de algún tipo de droga, que abandona la escuela y/o pertenece a una familia no nuclear o disfuncional y además es hombre, tendrá mayor probabilidad de desarrollar algún tipo de adicción, ya sea alcoholismo, tabaquismo o drogadicción. Mientras que aquellos que ya sean consumidores de droga o de alcohol, su rendimiento académico se deteriorara.

En el último punto señalado, con la ayuda del modelo econométrico planteado, se encontró que al menos en Hidalgo del Parral, efectivamente al consumir alcohol o drogas, el rendimiento académico del estudiante disminuye.

El modelo econométrico de probabilidad descubrió que las afirmaciones de autores plasmadas anteriormente se aplican a los jóvenes de Hidalgo del Parral, pues: cuando una persona convive con padres o algún familiar consumidor de algún tipo de droga, dejó la escuela, pertenece a una familia no nuclear y es hombre, tiene una probabilidad de 57.8% de consumir drogas, en caso contrario (nadie en su familia consume algún tipo de droga, estudia, pertenece a una familia nuclear y es mujer), tiene un 0.65% de probabilidad de consumir drogas.

Por casos específicos, las probabilidades de ser consumidor de drogas cuando se está o no en la escuela son diferentes, 17.2% cuando la persona estudia y un 57.8% cuando no estudia. En el caso del sexo, cuando es mujer, existe un 2.5% de riesgo de consumo de drogas, cuando es hombre se presenta un 4.7%. Cuando en la familia existe un consumidor de drogas, el individuo tiene un riesgo de 10% de hacer lo mismo, y cuando no lo hay, un 2.5%. Cuando pertenece a una familia nuclear, tiene un 2.5%, cuando pertenece a una familia no nuclear, tendrá un 5.2% de probabilidad de consumo de drogas.

Un punto importante que se encontró fue que el nivel socioeconómico si resultó relevante para el consumo de drogas, pues, cuando la persona tiene un nivel socioeconómico alto o medio, tiene un 2.5% de probabilidad de ser consumidor de drogas y en caso de que tenga un nivel socioeconómico bajo, tendrá un 0.65% de probabilidad. En Hidalgo del Parral se estimó una tasa de consumo de drogas del 8%, la cual es mayor a la tasa nacional, de 5.7%, y va de la mano con la tasa del estado de Chihuahua, que es de un 8.2% . Dicho lo anterior, en Hidalgo del Parral prevalece el consumo de drogas, que además los habitantes de la ciudad están conscientes que tiene relación con otros problemas como violencia familiar, crimen organizado y delincuencia. Además saben que una persona que es adicta a algún tipo de droga necesita ayuda, pues está enferma, y la mejor forma de ayudarlos es en un hospital especializado para ellos, donde se les brinde la atención adecuada para su pronta rehabilitación.

La gran mayoría estuvo en desacuerdo con una legalización de narcóticos, pues lo catalogaban como algo que empeoraría la situación actual de violencia, sin embargo, la propuesta no se debe fundamentar sólo en la legalización, sino que además en una reforma educativa, la cual este compuesta por una serie de hechos que refuercen una educación basada en los valores humanos y familiares, presentándoles a los niños y jóvenes las consecuencias que provoca a su organismo, a su cerebro y hasta a su entorno en el hecho de consumir drogas. Tal vez sería prudente informarlos en la escuela, desde primaria, tal y como se les da información acerca sexualidad, de enfermedades, de ética y valores, etc. Entonces podría decirse que la mejor arma para que un niño o joven no sea consumidor de algún tipo de drogas, es la información, de manera más general, la educación, y que como se menciono al inicio de esta investigación, la educación brinda las herramientas necesarias para que un niño logre adaptarse y sobreviva a un mundo cada día más competitivo, difícil y exigente.


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