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DESARROLLO REGIONAL E INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA EN EL SECTOR AUTOMOTRIZ. DESEMPEÑO, COMPOSICIÓN Y ASIMETRÍAS ENTRE ARGENTINA Y BRASIL (2000-2009)

Guadalupe Piñeyro y otros



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Consideraciones finales

En la actualidad, observamos un panorama internacional en donde se encuentran dos procesos en estrecha relación, que son tanto la Globalización como la Regionalización, con sus determinadas características que impactan directamente en las distintas economías de los países, generando diferentes consecuencias en cada uno de ellos. De esta forma, existen cambios en ciertos aspectos que son claves para el desarrollo de los diferentes estados, tanto los cambios en el modo de producción, el comercio, la tecnología, como también el papel desempeñado por el auge y tendencia de las IED.

Las modificaciones establecidas en el modo de producción y la aparición de nuevas tecnologías, con el cambio hacia un sistema de acumulación donde su característica central es la flexibilidad a través de ciertos aspectos como las técnicas de organización, la calidad y velocidad, tienen como resultado la transformación del modelo de acumulación Fordista y el surgimiento de un nuevo paradigma denominado Toyotismo.

También podemos señalar que en el contexto internacional existe la tendencia y el aumento de una interdependencia económica entre los distintos países, a través de la dispersión de los flujos de comercio como de tecnología, y donde las IED mediante el papel estratégico de las ET, desarrollan un rol predominante dentro de los bloques económicos de integración inmersos en el proceso de globalización. Así las ET, además de reunir el dominio de la tecnología y de las corrientes de intercambio, comienzan a tener un evidente objetivo de establecer sistemas internacionales integrados de producción, en nuevos mercados que tengan ciertas características favorables a sus intereses.

De esta manera, las industrias automotrices mundiales dentro de este panorama de globalización, regionalización y cambios de los sistemas de producción, buscan establecer diferentes estrategias (cambios en funciones y responsabilidades, etc.) tanto locales como internacionales, para lograr obtener una mejor competencia e inserción en el mercado. Como consecuencia, el sector autopartes que representa junto al sector terminal, las dos ramas y actores más importantes dentro de la industria automotriz, evidencia ciertas modificaciones y cambios, principalmente, en la vinculación entre estos dos sectores, donde las elevadas exigencias del sector terminal originan una disminución y concentración de los proveedores, debido a que un reducido número de ellos pueden responder a los requerimientos de las terminales. De esta forma, el enlace de las estrategias global-regional, con el proceso de transformación de los marcos regulatorios, la presencia de acuerdos sectoriales-regionales, favorecen el aumento de la presencia, tanto de partes y componentes importados en el consumo interno. Aquí es donde surge el interrogante, con respecto a la posibilidad por parte de las PYMES para conseguir insertarse en forma positiva en este proceso, ya que no sólo se observan dificultades tecnológicas, productivas y organizacionales, sino también existe una ausencia en relación al ámbito institucional a través de políticas públicas que fomenten y regulen a los distintos actores que participan en esta amplia industria.

A partir del proceso de Regionalización mencionado, debemos destacar el caso específico del MERCOSUR, donde tanto Argentina como Brasil fueron los países generadores, con el claro objetivo de establecer un bloque económico regional que les permitiera insertarse en la competencia internacional, luego se sumaron al proyecto Paraguay y Uruguay para la consolidación y formación del mismo.

Así podemos distinguir que en el caso concreto del MERCOSUR, existe una distancia enorme entre el discurso de los compromisos que los miembros intentan llevar a cabo y su realización concreta, es decir, su materialización. De esta forma, es habitual la presencia de considerables excepciones, modificaciones, demoras y prórrogas de las normas y políticas establecidas. Esta circunstancia debería ser modificada, ya que el futuro del MERCOSUR tiene como necesidad urgente para lograr un mejor funcionamiento, la coordinación y armonización tanto de sus políticas como de sus normas establecidas.

Con respecto al grado de importancia de la industria automotriz, tanto para Argentina como para Brasil, constituye uno de los sectores de mayor dinamismo en el entramado productivo. Específicamente, por tener la capacidad de crear actividad económica mediante su efecto multiplicador en la cadena industrial, por articularse a una producción con un alto valor agregado necesario para la generación de empleo y cualificación, como también por su peso en la balanza comercial. De este modo, la organización y desarrollo de tan significativo sector en el ámbito regional, representa un punto central para ambos países investigados en el contexto del MERCOSUR.

Cabe destacar, las asimetrías innegables y estructurales entre la industria automotriz de Argentina y Brasil, donde las causas económicas ocupan un lugar primordial, resaltando ciertas características como las escalas de producción, incentivos, subsidios y mecanismos de fomento, que hacen ineludible la presencia de políticas armonizadas y coordinadas, para lograr alcanzar un desarrollo más equitativo y conjunto de la industria en los dos países de mayor peso del MERCOSUR.

Lo mencionado anteriormente, se refleja con claridad en lo que ha sucedido con respecto a la vigencia de la política automotriz del MERCOSUR (PAM), a partir del 2000, donde fue establecida por Argentina y Brasil, con el objetivo de coordinar sus respectivos marcos normativos, y establecer una industria automotriz y autopartistas capacitada para ingresar en los mercados internacionales. Así está política continuamente ha sido modificada, causando un clima de marcada competencia por la atracción de IED entre los dos países, y como consecuencia Brasil representa el país más beneficiado, ya que posee ciertas características estructurales que son incuestionables y que le permiten tener un panorama más favorable que el de la Argentina.

De esta manera, teniendo en cuenta el contexto internacional referido, los países socios del MERCOSUR comienzan a realizar distintas reformas estructurales de sus economías, para lograr una mayor liberalización de sus mercados, y poder obtener su objetivo principal, es decir, la captación de enormes corrientes de IED. Así el MERCOSUR se convierte en un ámbito de notable atracción para el ingreso de las IED, debido a diferentes factores, tanto internos como externos, el tamaño y la expansión del mercado interno, las privatizaciones, la apertura comercial y también debemos tener presente la misma evolución de la IED a nivel mundial dentro del proceso de globalización/regionalización continuamente mencionado.

Tanto para Argentina como para Brasil, predominan los países inversores extrarregionales, obteniendo el principal puesto de país inversor EE.UU., y posteriormente, se encuentran algunos países europeos con un importante papel inversor. Un aspecto de notable interés y relativamente reciente, es la relevancia de Brasil como país de origen de las IED hacia Argentina, ocupando en el 2008 el cuarto puesto de mayor participación en el stock de IED en Argentina.

A través de esta tendencia de valorización internacional de la región por parte de las IED, surgen disputas y competencias entre los dos mayores socios del MERCOSUR, Argentina y Brasil, por la atracción de las mismas. Este ambiente nocivo, se produce debido a la ausencia de una política común que regule o controle, los distintos mecanismos de incentivos que establecen los mismos miembros del bloque. Está falencia se encuentra siempre presente y en forma repetitiva dentro del MERCOSUR, como hemos observado con anterioridad.

Con respecto a la IED que recibió el sector automotriz en el MERCOSUR, podemos establecer un balance más positivo para Brasil que para la Argentina. El impacto de las IED es más favorable para Brasil debido a múltiples factores que posee y expande el país, entre los cuales debemos destacar mayor tamaño de la economía, un superior grado de desarrollo industrial, como también un factor clave que es la política pública aplicada y promovida no sólo con el objetivo de la atracción de inversiones, sino además, con la posibilidad de obtener virtuales derrames para las empresas locales.

Por último, mediante una perspectiva general, podemos afirmar que la notable presencia de ET en el MERCOSUR, tanto como consecuencia de las estrategias adoptadas y desarrolladas en la región (donde se aprecia un insuficiente grado de vinculación tecnológica de las firmas locales con el resto de los actores), como también el escaso interés y fomento de actividades de innovación, han producido débiles externalidades y derrames tecnológicos para las firmas locales.

Entonces podemos establecer, que los cambios y las modificaciones en los sectores autopartistas de Argentina y Brasil tienen una precisa vinculación con las reformas y transformaciones introducidas por la misma industria automotriz mundial, como también, por los procesos desarrollados en el contexto internacional de Globalización/Regionalización.

En la actualidad, distinguimos la existencia de distintos anillos, entre los cuales se encuentran los diferentes proveedores, tanto en el sector autopartes de Argentina como de Brasil, con sus respectivas características y en donde debemos subrayar la presencia de un notable grado de concentración de los proveedores, como consecuencia de que sólo un reducido número de ellos, logran afrontar las exigencias establecidas por las terminales.

En un panorama general, es decir, para los dos países analizados (Argentina y Brasil), las empresas que conforman sus respectivos sectores autopartistas, presentan una característica común, que es la heterogeneidad tanto de las mismas, como de los productos que elaboran. También es notable el papel e ingreso de grandes grupos de capital extranjero produciendo sectores altamente desnacionalizados, donde las empresas nacionales que logran sobrevivir adoptan el papel de distribuidoras indirectas, mientras que otras sin poseer la capacidad para adaptarse dejan de funcionar.

Mediante el análisis de las tres variables elegidas (facturación, inversión y empleo) del sector autopartes de ambos países, podemos arribar a la conclusión que Brasil posee un sector autopartistas con una escala y amplitud superior al de la Argentina. Sin dudas, Brasil tiene ciertas ventajas con respecto a la Argentina en lo que corresponde a la actividad automotriz, que son representadas tanto por el tamaño de mercado como por su fuerte estructura industrial. Esto queda demostrado a través de la comparación de las dos variables analizadas (facturación y empleo) para los respectivos sectores, donde las marcadas diferencias son notables, indiscutiblemente favoreciendo a Brasil, hasta llegar en el 2009 al mayor pico de disparidad.

Referente a la distribución geográfica del sector en Brasil a partir de la enorme entrada de IED, se produjo un proceso de desnacionalización, tanto en la producción de autopartes como de vehículos, que se encontraban concentrados en São Paulo. Entonces surgieron nuevas instalaciones en Río de Janeiro, Paraná, Minas Gerais, Goiás, Bahía y Río Grande Do Sul. Lo ocurrido con el masivo ingreso de las IED tienen una estrecha vinculación con los incentivos fiscales otorgados tanto por los gobiernos municipales como estatales.

De esta forma, podemos resaltar que sí bien la PAM representa un mecanismo que preserva a la industria automotriz en la región, con los máximos aranceles manifestados ante la OMC, no configura una efectiva política sectorial frente a los subsidios otorgados por Brasil, provocando un marcado ambiente de descontento y conflicto entre los principales socios económicos del MERCOSUR. Aunque también, innegablemente, además de los incentivos otorgados por Brasil, debemos distinguir otras considerables características que posee el país vecino, que ocasionan demasiada importancia para las IED, tales como el tamaño de su mercado y la escala de producción.

Así la ausencia de coordinación dentro del sector automotriz, constituye un problema serio y un déficit del MERCOSUR, provocando una mayor brecha de competitividad, como también acrecentando las asimetrías estructurales existentes entre Brasil y Argentina. Mientras que para el caso concreto de Argentina, no existieron cambios notables en relación a la distribución geográfica del sector.

Acerca del destino de la producción de los sectores de autopartes de los respectivos países analizados, podemos subrayar que el destino substancial lo representa el sector terminal o montadoras con un elevado y concentrado 69,2% para Brasil y un 45% para Argentina. El sector terminal tiene un lugar esencial y primordial para Brasil.

Luego de los cambios y modificaciones ocurridas en los ´90, como se ha mencionado con anterioridad, se produjo una desconcentración de las empresas fabricantes de vehículos en São Paulo y aparecieron nuevas instalaciones de empresas en regiones distintas y más alejadas. Sin embargo, el polo automotriz paulista continua sosteniendo el mayor peso dentro del sector, después, en un segundo lugar se destaca el polo de Minas Gerais, mientras que en un tercer lugar, se encuentra Río de Janeiro, con un desarrollo bastante humilde en relación al primer y segundo lugar, y por último, aparece el estado de Paraná.

Asimismo, el sector autopartes nacional sostiene una relación comercial problemática y conflictiva con el sector terminal nacional. Donde sobresalen y se aprecian algunas tendencias que hemos mencionado con anterioridad a nivel internacional, es decir, las pretensiones de una superior calidad como de volumen por parte de las terminales, como también una creciente delegación de actividades. Otro aspecto que se acentúa, es la centralización de las compras productivas en un reducido y localizado número de proveedores de autopartes.

En cuanto a la producción de autopartes destinadas a la exportación, se encuentra Argentina con un 30%, mientras que para el caso de Brasil se observa un valor más diminuto con un 7,9% de su producción destinada a la exportación. Es un sector que se consolida gradualmente en el proceso de internalización y prevalecen empresas altamente especializadas.

Distinguimos de la comparación de las balanzas comerciales del sector autopartes de Argentina y Brasil, en el período analizado 2000-2009, la magnitud y el grado de diferencia que se observa en las cifras tanto de las importaciones como de las exportaciones, lo cual impulsa que la escala de la misma industria en los dos países estudiados, con el transcurso del tiempo, se vuelva cada vez más grande y significativa.

Así para el caso concreto de Argentina se observa una balanza comercial deficitaria de manera permanente y continúa en el período investigado, es decir, los valores importados han predominado constantemente a los valores exportados (a pesar del paulatino aumento de las ventas al exterior, con excepción del 2009). Mientras que Brasil durante el período investigado presenta determinados años (2003-2006) en los cuales se distingue una balanza comercial con superávit, es decir, los valores exportados superan a los valores importados. También se advierten algunos años (2000-2002) y (2007-2009) en los cuales aparece una balanza comercial deficitaria. Entonces es preciso subrayar que la PAM con sus diferentes cambios y reformas no ha podido modificar el panorama donde Argentina mantiene en forma permanente un déficit comercial estructural en el sector automotriz respecto a Brasil.

Posteriormente aparecen los cinco principales países destinatarios de las exportaciones de autopartes en el 2009, para Brasil son Argentina, EE.UU., México, Alemania y Venezuela respectivamente. Para Argentina se encuentra Brasil, EE.UU., México, Venezuela y Chile. Tanto EE.UU. y México ocupan el mismo puesto para ambos países estudiados, con el segundo y tercer destino de las ventas externas de autopartes en el 2009. Como también las exportaciones de autopartes, se han intensificado entre los dos países analizados, ocupando un primer lugar en sus respectivas listas de destino.

Por último, sí apreciamos los grandes grupos de productos del sector autopartes que tanto Brasil como Argentina venden al exterior durante el 2009, podemos distinguir la disparidad y un mayor nivel de valor agregado en los productos que vende Brasil al exterior, provocando una favorable participación de distintos y fuertes segmentos dentro de la cadena productiva de Brasil.

En relación al desempeño de las importaciones, debemos resaltar que para Argentina, el primer país de origen de las importaciones de autopartes lo representa Brasil, sin embargo, para el caso de Brasil, el primer país de origen de las importaciones de autopartes lo representa Japón y por su lado Argentina se posiciona en un cuarto lugar. Entonces, Argentina muestra elevadas compras externas de autopartes en Brasil, mientras que Brasil, tiene como origen principal de sus compras externas de autopartes a Japón. De esta forma, los productos autopartistas brasileños tienen mayor influencia e importancia para la Argentina, que la relevancia que adquieren los productos autopartistas argentinos para Brasil. Así, no podemos dejar de mencionar la estrecha vinculación entre el comportamiento de las compras externas de autopartes con el aumento y continuo desequilibrio comercial que afronta Argentina. Como tampoco, debemos dejar de subrayar el proceso de desnacionalización que se encuentra enfrentando la industria autopartistas argentina, debido al elevado ingreso de productos de autopartes provenientes de Brasil.

A partir de los ´90 cuando empiezan las modificaciones tecno-organizacionales, como también los posteriores cambios llevados a cabo por las empresas terminales y en las vinculaciones con los proveedores, comienzan a ejecutarse convenios colectivos de trabajo de las autopartistas, es decir, se despliegan nuevas maneras de relacionarse para negociar.

Debemos afirmar la existencia de una relación comercial conflictiva entre el sector terminal y el sector autopartistas, donde el punto central de discordia lo representa el factor precio y calidad, profundizando aún más el papel subordinado del sector autopartistas en la vinculación referida. Tanto la competitividad, el marco regulatorio y las estrategias internacionales, producen escenarios asimétricos entre los vitales integrantes del complejo automotriz. Finalmente, es de suma importancia la necesidad de reformular y modificar las políticas públicas en relación al sector autopartes, para lograr un mejor desarrollo y expansión del sector automotor.


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