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LAS PARTICULARIDADES COMUNICATIVAS EN LA IDENTIDAD DEL TUNERO

Yelenis María Fernández García y otros




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CAPÍTULO II: PARTICULARIDADES COMUNICATIVAS QUE INTERVIENEN EN LA IDENTIDAD CULTURAL DEL TUNERO

Este estudio que se realiza acerca de las particularidades de la comunicación popular del tunero conlleva a precisar los rasgos de su identidad cultural y además favorece el desarrollo sociocultural de una comunidad con más de 200 años de fundada que se ubica en la región oriental de Cuba.

En este segundo capítulo se realiza una caracterización de Las Tunas, y sus habitantes y se determinan las particularidades comunicativas que intervienen en la construcción de la identidad cultural. En dos epígrafes que aportan los resultados de una investigación desde un enfoque culturológico y que muestran los valores de una sociedad y las singularidades de sus pobladores.

El lenguaje, los mitos, los refranes, las leyendas, las expresiones idiomáticas, los gestos, el vestuario, la tradición popular que constituye una expresión cotidiana también de la cultura popular.

2.1Caracterización de la comunidad tunera desde la identidad cultural

Los tuneros: así se denominan los pobladores de la ciudad de Las Tunas. Una compleja sociedad que es el objeto de estudio de la presente investigación y que tiene como propósitos esenciales describir esta unidad social, y determinar sus componentes culturales y comunicacionales como elementos sustanciales en la construcción de la identidad del tunero.

Las Tunas desde hace un tiempo se ha convertido en una tierra que trasciende sus fronteras por ser un lugar ideal para la celebración de tradiciones campesinas, la magia, la escultura y el cine debate, unido a otras manifestaciones artísticas que marcan pauta en la cultura cubana.

Se hace necesario situar la evolución de Las Tunas en algunas de las leyendas que dan origen al nombre de esta comunidad y que permiten caracterizar al tunero que camina hoy por las calles de la ciudad de las Esculturas, como se le conoce a nivel nacional.

Durante el siglo XV se le otorgó a Juan Rivero González la propiedad del primer hato de la comarca que luego fue Las Tunas. En la localidad rápidamente aumentó la ganadería y los hacendados de Manzanillo, Bayamo y Puerto Príncipe lograron establecer en la vasta región sus haciendas. La de Jesús Gamboa es de las que más se destaca por ser donde crecían en abundancia la tuna brava o espinosa, planta que con su belleza poblaba los predios tuneros.

Durante el siglo XVII, se realizaron en el hato de Las Tunas, nombre adoptado desde 1603, varias mercedaciones de tierra para el desarrollo agrícola y ganadero. Según consta en el libro de Víctor Marrero; Las Tunas: localidad, cultura e identidad (28). Los apellidos fundadores de esta comarca fueron los Rivero-González; Vázquez; Santiesteban-Vázquez-Coronado; los Aguilera-Tamayo-Mejía: los Fajardo-Estrada; y los Varona-González.

Para 1761, San Jerónimo de Las Tunas contaba con 40 familias, 211 almas, y 51 sirvientes que al ir desarrollando la economía agropecuaria la convirtieron en un partido de la extensa región de Bayamo.

En 1847, la población local era de 9947 personas y el territorio abarcaba 229 leguas cuadradas con los partidos de San Cristóbal, Cabaniguan, Tunas, Unique y Cauto el Paso. Por eso, en poco tiempo, Las Tunas ganó el derecho a que se le concediera la Tenencia de Gobierno que confirmó que, por sí misma, podía labrar sus andares futuros.

En 1849 se le otorgó a esta comarca la jurisdicción propia, segregándose de Bayamo, otorgándosele la condición de Villa de Las Tunas. En 1853 se le confirió el título de ciudad. Así lo refiere Víctor Marrero, historiador de la ciudad (Marrero: 2006,14)

Fue este el territorio sede de la primera reunión que se realizara en Cuba para iniciar la lucha en 1868, en San Miguel del Rompe, presidida por Carlos Manuel de Céspedes, con representantes de Camagüey, Bayamo Manzanillo y Las Tunas.

Las guerras de independencia fueron cruentas, la ciudad fue asaltad en cinco ocasiones por los cubanos, tres de ellas incendiada, una parcialmente y dos en la totalidad. El patriota insigne fue el Mayor General Vicente García, quién nació un 23 de enero de 1832 y aunque de origen rico, supo irse a la manigua redentora para conquistar con el filo de su machete la independencia de nuestra Isla. Allí recibió los más importantes cargos en las guerras de liberación nacional como el de Presidente de la República en Armas, Jefe de los Ejércitos electos en Baraguá y Jefe de Las Tunas y el Oriente del país.

El Mayor General Vicente García es recordado cada año en su ciudad el día de su nacimiento como homenaje de una nueva generación de tuneros que le rinden tributo con el accionar diario, “con la fuerza indetenible de quién estuviera dispuesto a luchar en la guerra de 1895”, al decir de José Martí, cuando lo visitó en Venezuela. Allí había sido acogido tras el exilio y en esa tierra mirando el mar que lo separaba de su tierra amada fue asesinado.

Este digno tunero, dejó atrás a su esposa Brígida Zaldívar junto a sus hijos para pelear. Su mujer, ejemplo de heroísmo, como Mariana Grajales, se unió a las fuerzas mambisas y estuvo en el combate, allí murieron dos de sus hijos y jamás esta fémina flaqueó, por la perseverancia y valentía que la caracterizó es hoy un patrón entre las mujeres de esta comunidad.

Al nombre de la ciudad se le adhirió el apéndice de Victoria de Las Tunas debido a la victoria de los españoles sobre los cubanos el 16 de agosto de 1869, nombre que mantuvo hasta 1976, al aplicarse la nueva división política administrativa, aprobada en el primer Congreso del Partido de 1975.

En su libro: Postales tuneras el periodista Juan Morales Agüero (29) hace referencia a las leyendas y a los mitos de la comunidad tunera. Cada de ellas fueron publicadas en el semanario 26 y en el diario Juventud Rebelde. A través de los textos periodísticos se evidencian las costumbres de los habitantes de la comunidad y las singularidades de la cotidianidad.

Cuentan que un día cualquiera de 1617 un indio enamorado acechaba en el silencio de la medianoche a una muchacha de sangre azul. Su padre, un soberbio español, descubre el idilio y ordena decapitarlo. Los matones cumplen el encargo pero no pueden llevar su cabeza para cobrar la recompensa. El cadáver había desaparecido. Poco después, por las sábanas de Cueybá un jinete sin cabeza trotaba a galope limpio buscando justicia. Era el caballo blanco del indio sin cabeza.

Desde entonces, las apariciones del fantasma se asociaron a cuanta tragedia acontecía en la comarca, como es la del accidente ferroviario del 1945, donde murieron cientos de personas. A este indio, también, se le anotó los pesares de la granizada del 19 de marzo de 1963, que invadió a la ciudad con gigantescos bloques de hielo, derrumbó árboles y casas y registró este fenómeno atmosférico como uno de los más intensos ocurridos en Cuba.

Tal leyenda ha desafiado el paso de los años por la ciudad y, aún cuando el avance cultural de los tuneros desvaneció los fantasmas en el camino, todavía cualquier trágico suceso que remueve la impronta citadina se asocia al enamorado indio de Cueybá. (Morales; 2005,42)

La bibliografía de la historia de Las Tunas recoge en abundancia datos sobre la región, paso obligado hacia el Oriente y Occidente de la Isla, y viceversa. La economía local en esta región era básicamente agropecuaria aglutinaba fundamentalmente a campesinos libres y criollos por excelencia.

Como consecuencia directa de la intervención norteamericana en 1898 se produjo en la comarca la introducción de capitales con la fundación de grandes emporios azucareros, aunque en la comunidad objeto de la investigación no se desarrolló ningún emporio de este tipo, pero sí recibió la ola de inmigrantes españoles, mexicanos, dominicanos y coreanos que al asentarse aquí y cruzar sus razas con la local aumentaron el mosaico étnico conformadora de la cultura tunera.

Desde 1905 existía la Sociedad Liceo, patrocinada por familias apoderadas, como la del español Pelegrín Bori como refiere Víctor Marrero. “Con esta sociedad se realizaron bailes tradicionales, conferencias de temas culturales, lo que sin lugar a duda contribuyó en la conformación de los rasgos identitarios del tunero. Así nacen también las sociedades de negros y mulatos, unidos en oficios, para impregnarle un carácter popular. En ella dejaron su impronta Jorge Manach, Nicolás Guillén, Salvador García Agüero”. (Marrero, 2006, 94)

En la década del 30 del siglo XX llegan a Las Tunas árabes de origen campesino, que se asentaron y lograron impregnar el ambiente con sus costumbres y tradiciones. Crearon nuevas sociedades que agrupaban a hombres y mujeres de origen sirio jordano, libanés y palestino. Ellos transmitieron todo el conocimiento de sus ancestros y asimilaron la cultura existente hasta ese momento. Familias como la de Hosne Abdine Simón, y los Hadad iluminan con su cultura y creencias a los comunitarios de la localidad.

La sociedad China fue también un centro conformador de la cultura, fundada en 1945 con el Dragón como símbolo inconfundible de un pueblo. Su aporte se refleja principalmente en la cocina con hábitos por las verduras y los dulces refinados, además del colorido de sus fiestas y sus creencias religiosas. Elementos que lo reflejan periódicos de la época como El Hórmigo y después en el Eco de Las Tunas.

El desarrollo social llegó en 1913 con la luz eléctrica, gracias a Francisco Gutiérrez Calderón, quien instaló una planta y, acto seguido, también, se estrenó el servicio telefónico. Surgen nuevas instituciones educacionales como el Colegio Victoria de Las Tunas, Verbo Encarnado, y la Escuela del Hogar.

Los tuneros participan activamente en huelgas, movimientos y organizaciones sucedidas en la Isla contra la dominación americana y los gobiernos de turno, como el alzamiento en 1933 para enfrentar a Machado, realizado por la Unión Revolucionaria en Victoria de Las Tunas.

En 1939 se aprueba por el Ayuntamiento el escudo de la ciudad que consta de cuatro cuarteles o departamentos: en la parte superior izquierda aparece una abeja, la cual simboliza la laboriosidad que ha caracterizado siempre al pueblo tunero. Esta área es de color azul, como nuestro mar, nuestro cielo y tres franjas de nuestra bandera nacional.

En la parte superior derecha figura la imagen de una llave, que representa la posición geográfica que ocupa Las Tunas, entre el legendario Camagüey y el indómito Oriente. El cuartel tiene fondo rojo, como el triángulo de la enseña patria y en recordación a la sangre derramada por los mejores hijos de esta tierra. Mientras que la parte inferior izquierda recoge la estampa de una ceiba, el árbol pródigo que cobijó a los mambises y alrededor del cual se fundó la ciudad. Está insertada dentro de un contexto verde, tan común en nuestra campiña.

En la parte inferior derecha aparecen las ruinas del cuartel de las 28 columnas, antiguo bastión militar del colonialismo español en la ciudad, y que simboliza la derrota de las huestes ibéricas en la zona. También aparece la imagen de una mujer, cuya participación en nuestras luchas independentistas es altamente reconocida por la historiografía. Además, una hoguera, símbolo de las veces que fue quemada la ciudad en holocausto a la libertad. Obviamente, la tuna fiel reflejo de esta comarca del oriente cubano.

Al pie del escudo aparece una leyenda, que es un fragmento de la frase pronunciada por el Mayor General tunero Vicente García el 26 de septiembre de 1876, cuando, al incendiar la ciudad, dijo: "Tunas, con dolor en mi alma te prendo candela, pero prefiero verte quemada antes que esclava." De ahí la divisa del escudo: “quemada antes que esclava”.

En el escudo aparecen elementos de la identidad como es la figura de Brígida Zaldívar, una tunera que dejó todo lo suyo para irse a la manigua y enfrentar a los españoles, las columnas del cuartel de la localidad que simboliza el sacrificio de los tuneros por lograr su libertad, así aparece un valor que está enraizado en los tuneros: el patriotismo, y una expresión característica de los comunitarios del Balcón del Oriente Cubano “quemada antes que esclava” que visualiza el sentido de pertenencia de los pobladores y la decisión de liberar a esta tierra de España.

Como municipio, esta comarca abarca en 1943, 16 barrios con más de 91 mil habitantes. A partir de este momento, en la década del 50 se convierte en expresión de auténtica cubanía y hay un rotundo apoyo al movimiento 26 de Julio. Esta intensa labor revolucionaria se extendió por las distintas zonas del territorio que hoy conforman los ocho municipios del territorio tunero hasta el primero de enero de 1959.

Con el triunfo revolucionario, Las Tunas queda integrada a la región oriental y comienza el desafío para estabilizar su desarrollo con el resto de las regiones del país, fundamentalmente por la carencia de industrias y poseer un carácter eminentemente agrícola, renglón económico bastante maltratado con las guerras y desatendido totalmente por el régimen imperante en la Isla.

La caracterización geográfica del territorio permite entender el modo de vida de sus comunitarios, sus costumbres, mitos, tradiciones y las características de los pobladores de esta ciudad de puertas abiertas, como también se le cataloga en la actualidad, pues constituye según algunos de los entrevistados fundamentales una región que muestra sus principales logros a todos los que transitan por ella, ubicada en una situación geográfica privilegiada en este sentido.

Las Tunas posee una población de 191 mil 169 habitantes distribuidos en la zona urbana un total de 160 mil 396 mientras que en la rural son 30 mil 773. La densidad poblacional se comporta de la siguiente forma 213. 5 habitantes por cada km2. Así aparece en los documentos consultados en la Oficina Territorial de Estadísticas sobre Demografía y Censo, al cierre del 31 de Diciembre de 2006.

La distribución de la población urbana por sexos se comporta de la siguiente forma de un total de 160 mil 396, varones son 78 mil 691 y del sexo femenino 81mil 705. En el área rural el total de hombres sobrepasa al de las mujeres, al contrario del urbano. En el caso de los asentamientos en el campo de una población de 30 mil 773, 16 mil 366 son masculinos y 14 mil 407 al femenino. En edad prelaboral en el Municipio Tunas existen 43 mil 028 habitantes de ambos sexos, y en la edad laboral sobrepasan los 116 mil. (Ver anexos)

En los testimonios de los periodistas Anibys Labarta, y la filóloga Tahaní Martínez “esta comunidad es muy rica en historia, y eventos culturales de amplia participación como son las jornadas cucalambeanas y el CinemaAzul, festival del debate en los cines”. En la Mayor de las Antillas, a menudo se refieren a Las Tunas como la ciudad de las esculturas y ello se debe a la obra de la destacada escultora Rita Longa quién aportó sus obras para situarlas en diferentes sitios de la ciudad. “La capital de las esculturas se ratifica como calificativo de la ciudad, con la inauguración en 1982 del primer museo-taller de esculturas del país”. Estos criterios están reflejados en los materiales periodísticos de Yelanys Hernández Fusté periodista del diario Juventud Rebelde y Anibys Labarta del Telecentro TunasVisión.

Diversos son los logros que contribuyen en el reconocimiento de los tuneros; mencionar algunos de ellos permitirá también tener una visión más profunda de este territorio. El 16 de diciembre de 1961 Las Tunas se declara libre de analfabetismo. Un año después y por vez primera el pueblo tunero disfruta el placer de ver en sus predios a la gran bailarina Alicia Alonso. Fue un 10 de noviembre.

La estructura política se fortalece y el 17 de enero se constituye en Las Tunas el Comité Territorial del Partido, con Faure Chomón Mediavilla como primer secretario. A la par del desarrollo económico van creciendo las calles y las barriadas con un despegue en las obras sociales. Un 8 de enero de 1974 se inaugura en esta ciudad el acueducto.

La aterradora visita del caballo blanco se hace cada vez menos frecuente, aunque prevalece entre los misterios, leyendas y verdades de las tertulias y charlas citadinas de un pueblo que ya no es el mismo. El posible fatalismo geográfico que alguna vez pudo primar en el subconsciente de quienes la llamaron la "cenicienta del oriente" empezó a desmoronarse de los almanaques con la nueva división política administrativa que acontece en diciembre de 1975.

La expansión económica, social y cultural propicia un esplendor en esta región que recibe moradores de las cercanas ciudades de Majibacoa, asentados principalmente en la comunidad de San José y alrededor del combinado de la salud; Jobabo ubicados en las cercanías del reparto La Victoria; y de Manatí que logran asentamientos significativos en los alrededores del aeropuerto. El constante empeño de los tuneros incide en los resultados que hoy se vislumbran, con los aportes de estas migraciones, que enriquecen los rasgos identitarios de los comunitarios.

En la ciudad aparecen nuevos personajes que hacen leyenda en este siglo: "El Comandante", popular Caballero de París, tunero que con sus historias preñadas de gestos cuenta las vivencias de una pasado y un futuro. La caldosa de Kike y Marina, un ajiaco de sustancia de pollo y viandas que inspiró una popular canción de notable éxito nacional y cuyo personaje principal es "Pirindingo", humilde obrero que muchas generaciones de tuneros aprendieron a querer, escoba en mano, en los pasillos de la secundaria básica Cucalambé, otro pilar de la Educación que formó a la mayoría de los profesionales que hoy apuestan sus destinos en las improntas de la consolidación integral del territorio.

“Es la modernidad que se cuela veloz entre los barrotes de la memoria de una ciudad promiscua y renovada”, confirma Juan Morales (Morales: 2005, 37). La presencia de una arquitectura colonial, caracterizada por sus grandes portales y corredores, con provocativos toldos, y la influencia estilística eclíptica que caracterizan sus fachadas engalana los espacios bien distribuidos en forma de L ó U, son elementos del patrimonio tunero que no se han perdido. Así lo confirma Margarita García laguna en su investigación sobre el patrimonio cultural de Las Tunas. A ello se unen los criterios de criterios de varios entrevistados, especialistas de cultura de la ciudad que añaden sobre esta temática que las balaustradas, las tejas criollas en cómplice armonía con el Art-Decó, las edificaciones racionalistas, neocoloniales y 14 inmuebles vitalicios de la época de la colonia denuncian las raíces del tunero y la amalgama de detalles arquitectónicos que identifican y distinguen a estos habitantes por ser dueños del casco histórico más pequeño del país, con solo 33 manzanas, incluidos dos parques y dos plazas, una extensión de 14 hectáreas, 444 viviendas y 53 oficinas, la mayoría ubicadas en locales que fueron habitáculos antiguos.

“Quizás por eso la delineación de su entorno y la asunción de los nuevos códigos conceptuales de este siglo que terminó, sea solo el pretexto que encontró el amor de sus gentes para preservar las controvertidas raíces de su origen, mutiladas por las veces que fue reducida a cenizas por sus propios hijos que juraron con sangre QUEMADA ANTES QUE ESCLAVA“.Reflexiones que ofrecen los moradores de esta comunidad en las encuestas realizadas.

Hoy Las Tunas cuenta con nuevos elementos en su entorno urbanístico que surgen gracias al brillo de sus profesionales de la arquitectura y la construcción de los especialistas que luchan por conservar cada esencia patrimonial, aunque a veces son irrespetadas estas ideas. Aparecen las nuevas cadenas comerciales, como la Casa Azul, Las Copas, el Telepunto, nuevos restaurantes como el 2007, La Avenida, Ambos Mundos, el Centro Cultural huelas, enmarcados muchos de ellos en un boulevard que impregna a la ciudad nuevos aires.

Además de la Plaza Martiana, nacida del ingenio del arquitecto Domingo Alás, única de su tipo en América Latina, y la segunda del mundo donde una trilogía astronómica se unifica para proyectarse como reloj, calendario y reflector solares vinculados a la vida de un personaje histórico, José Martí.

La Biblioteca provincial, fundada el 28 de Enero de 1951, lleva con honor el nombre del Apóstol, y fue la primera de su tipo que abrió sus puertas en Las Tunas. Los museos, galerías de arte, el Fondo Cubano de Bienes Culturales y el remozado Cine- Teatro Tunas denuncian también, en el mismo corazón de la ciudad, que las novedades o el retoque a las viejas construcciones dan un aire de frescura y complemento, en la vorágine de una vida cada vez más capitalina y emblemática.

Esta región no trata de inventar su historia, sino que más bien se regodea en ella. Y una muestra palpable es la asunción de los retos de la nueva revolución técnica que movió los cimientos de la cibernética y la informática. El Centro de Innovación y Gestión Tecnológica (CIGET) de la Academia de Ciencias en la provincia fue de los primeros de Cuba en conectarse a la gran autopista de la información: INTERNET. Hoy son pocos los centros de trabajo que no están automatizados y rectorados por la computación en sus principales actividades.

También son reconocidos los avances productivos que marcan las últimas décadas de este siglo como las altas producciones de calidad de la Fábrica de Acero Inoxidable (ACINOX); el desarrollo de la cerámica ornamental y técnica; el desarrollo de la poligrafía, la industria del látex con la fábrica de guantes quirúrgicos; la producción de muebles para el turismo; el desarrollo y la cosecha del tabaco, que además de generar una importante cifra de nuevos empleos demuestra que esa vieja tradición de cultivar la aromática hoja tampoco se había extinguido.

Alumbrado público; nuevas avenidas; edificios de la magnitud del "Doce Plantas", el desarrollo de las comunicaciones y la telefonía; obras ornamentales multipropósitos como la Plaza de la Revolución Mayor General Vicente García González; la consolidación de los movimientos culturales y literarios; y la ampliación de los servicios y el aval de calidad del Hotel Las Tunas, de ISLAZUL, hablan de la elegancia con que la ciudad aceptó el reto de los tiempos difíciles de un período especial en tiempo de paz, acontecido en los inicios de esta última década del siglo que acaba de cerrar sus puertas.

Hoy suman 67 empresas en el territorio, de ellas 53 son unidades presupuestadas, 5 centros provinciales, 9 de la Unión Básica Eléctrica (OBE), 2 corporaciones. Distribuidas entre los 19 consejos populares existentes. El salario devengado es de 27, 6 millones, con un salario medio mensual de 373 pesos en moneda nacional.

La situación de las mujer…

Desde el mismo primero de enero de 1959 la Revolución se trazó la meta de convertir a la mujer en una verdadera actriz social y no lo que hasta el momento había sido, fuera de las filas revolucionarias, un objeto de discriminación. Ese y no otro ha sido el papel de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). Grandes han sido sus retos a lo largo de la historia revolucionaria, pero sobre todo en estos duros años de período especial en los que se ha enfrentado a disímiles problemáticas sociales que han afectado fundamentalmente a las féminas, las necesidades materiales, las conductas sociales inadecuadas como la prostitución, la que en algún momento y de manera errónea se nombró jineterismo, que aunque está presente en ambos sexos, el llamado sexo débil representa el grueso de los casos en este tema. Aunque se realizan diversas actividades para la incorporación a la sociedad de las féminas a través del Curso de Superación Integral para Jóvenes, cursos de peluquería, artesanía, computación. Además de la labor de las trabajadoras sociales que contribuyen en el proceso de prevención en la sociedad tunera.

Las mujeres directivas constituyen un fuerte sector dentro de las actividades productivas y socioculturales de la comunidad. Aparecen mujeres ejerciendo cargos importantes en la sociedad como Presidentas de Consejos Populares, Vicepresidentas, Diputadas a la Asamblea Nacional del Poder Popular, dirigentes de la ANAP a distintos niveles, directoras en el sector educacional, cultural, en salud y los servicios. La mayoría con un nivel técnico y universitario, así como con una categoría científica que muestra cuan sacrificadas son las tuneras y la fortaleza que tienen al llevar los quehaceres del hogar con investigaciones de maestrías y doctorados.

La Discriminación…

Un problema tan antiguo como la humanidad misma lo es este que ha perdurado durante siglos sin importar región, época, nivel de desarrollo alcanzado o cualquier otro factor. Aunque la política social de la Revolución es contraria a este mal aún hoy tras más de 49 años de lucha continúan esos rezagos del capitalismo.

Cuando se habla de discriminación se refiere a la diferencia que se genera por el color de la piel, de la edad, la preferencia sexual, el nivel intelectual, y la religión que se practica.

La observación como técnica en la investigación permitió corroborar el criterio de algunos encuestados sobre esta temática; pues en esta ciudad todavía existen familias que se contradicen en este criterio, a la hora de aprobar una relación amorosa con alguna persona de color comienzan los conflictos entre padres e hijos, los juegos de niños, los delitos en la sociedad, a la hora de escoger una profesión si es músico, deportistas, maestro o simplemente cuando se prefiere un oficio determinado.

De igual forma están los problemas que todavía se dan en lo relacionado con la preferencia sexual, en una sociedad eminentemente machista, como toda la cubana y la de Latinoamérica, tema que implica un discriminación generacional también motivada por el hecho de que constantemente hay enfrentamientos generacionales o desconfianza, así como la falta de comunicación en la familia, célula básica de la sociedad.

La religión en el municipio…

Una de las formas de la conciencia social, según los clásicos del Marxismo-Leninismo es: el opio de los pueblos, que le permite soportar todos los males. Los tuneros en este sentido se caracterizan por practicar religiones afrocubanas, católicas y otras que violan la ley, manteniendo relaciones con organizaciones religiosas en varios países (fundamentalmente en los EE.UU.) convirtiéndose en un vehículo eficaz de penetración.

Hoy existen 13 denominaciones religiosas debidamente autorizadas y otras 20 ilegales, de ellas 17 totalmente ilegales están catalogadas como las más peligrosas. Lo que más proliferan son las iglesias con más de 240, así lo confirma el funcionario de la provincia que atiende estos asuntos en el Partido Comunista de Cuba, al igual que los datos ofrecidos por la funcionaría de la Dirección Municipal de Justicia que alerta que Las Tunas es el municipio con más iglesias en el país.

Expresiones religiosas se escuchan a diario entre los pobladores tuneros, “gracias a Dios”, “a Dios mío”, “no hay mal que por bien no venga”, “si Dios quiere”, “el mal de ojo está que da al pecho”, “despójate”, etc. Se celebra el 8 de septiembre, día de la Virgen de la Caridad del Cobre, al cual asisten muchas familias tuneras a pagar promesas. Estas celebraciones tienen su origen en la construcción de una ermita que albergaba peregrinos que iban a Santiago, específicamente al Cobre. En el año 1707 se da la autorización para reedificar un nuevo templo que se concluyó en 1709 al que se le dio el nombre de San Jerónimo de Las Tunas. En torno a la iglesia se desarrollaban festividades religiosas de carácter católico por la influencia de la colonización española en la isla.

Otro elemento singular que marca la religión de la comunidad tunera son las inmigraciones antillanas que comienzan en las tres primeras décadas del siglo XX siendo considerable la entrada de haitianos en relación con la de jamaicanos en calidad de braceros empleados como fuerza de trabajo en el sector azucarero y cafetalero de la zona oriental del país principalmente. Surgen así las llamadas “haitianadas” como se les denominó peyorativamente, las que partían desde la costa sur de Haití hacia la costa sudoriental de Cuba

Oleadas migratorias que se incrementaron con el decursar de los años, como evidencia el decenio 1921- 1930 en el cual de 153 351 inmigrantes antillanos, 114 495 eran haitianos, dieron lugar al asentamiento poblacional de comunidades haitianas principalmente en áreas que comprenden las actuales provincias Camagüey, Las Tunas, Holguín, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo.

Aun cuando hoy, los haitianos son reconocidos como grupo étnico que ha venido a enriquecer con sus aportes culturales nuestro etnos-nación desde el triunfo de la revolución de 1959, no ha sido menos traumática su inserción, al no liberarlos de ser negros, pobres y extranjeros en una sociedad llena de prejuicios, y de ser ella misma testigo de la trágica y convulsa historia de la vecina isla.

En Las Tunas fueron miles las familias de haitianos las que se asentaron en las zonas cañeras de los siete centrales existentes en aquella época, que junto a los cubanos y otras etnias fueron sufriendo un proceso de transculturación legándonos sus costumbres, religiones voduistas, comidas, bebidas, músicas, cantos, bailes y fiestas. Un ejemplo de ello lo tenemos con la familia Hilmo Samdy, formada por la unión del haitiano Julián Lancé y Mariana Eliot Samdy Nagot.

La religión es el componente más importante de reafirmación social del haitiano en Cuba frente a todas las presiones y giros violentos del clima socioeconómico en que ha vivido y se manifiesta como elemento de reafirmación.

Valiuska Cruz Cruz en su tesis de maestría sobre la agrupación Petit Dancé como portadora de la cultura haitiana y su aporte al acervo cultural tunero expone que cada año en Las Tunas este grupo, principal exponente de la cultura haitiana y de su religión celebra los rituales colmados de componentes mágicos - religiosos en la Semana Santa entre los meses de marzo–abril, donde se integran elementos de la música y la danza; y el Vodú en homenaje a los loases teniendo su punto culminante en el mes de diciembre entre el 22 y el 25.

Los practicantes del Vodú dentro de las comunidades de haitianos y sus descendientes realizan diferentes ceremonias, muchas de las cuales corresponden con momentos importantes de su ciclo vital como el nacimiento y la muerte, así como otras al estilo de ofrendas y agradecimientos a los loas o santos por alguna petición realizada.

En el Vodú el individuo queda vinculado a la familia compuesto por seres visibles e invisibles y así el vivo recibe la herencia del muerto lo que da significación y sentido a su vida. (Macías: 2003, 25p)

A estas prácticas se unen las creencias en Santa Bárbara, el 4 de diciembre, y en San Lázaro el 12 de ese propio mes. Con rituales que van desde altares con ofrendas de comidas, la música toda la noche de los tambores y los rituales que realizan sus devotos.

La proliferación en los años 90 de las prácticas religiosas en Las Tunas tiene entre sus causas la situación económica que devino con el periodo especial y algunas insatisfacciones por necesidades materiales, expresadas en el transcurso de la observación:

1. Vivienda: cantidad, calidad, trámites engorrosos y burocráticos a pesar de lo mucho que se trabaja en este sentido.

2. Transporte urbano, y en peor situación aquel encargado de mover a la población a mayores distancias.

3. Redes hidráulicas en pésimo estado.

4. La alimentación principalmente con los altos precios.

Modos de vida, costumbres y mitos tuneros…

En esta porción existe una tendencia a la formación de familias cortas en la actualidad. Antes del 80 se caracterizaban por ser extensas y con buenas relaciones sociales, donde predomina la solidaridad, y el compañerismo. Además de lazos familiares estrechos. Sin embrago existen algunos valores que se han degradados por el periodo especial, tal es el caso de la honestidad, la responsabilidad, y la honradez. Los modos de vestir son sencillos de acuerdo a las posibilidades de cada familia. La hospitalidad es una de las cualidades del tunero que está a flor de piel, y que la expresan cotidianamente.

Por lo general los tuneros son buenos patriotas, asisten a las actividades que se les convoca, y responden al llamado de la Revolución en cada entidad laboral. Además se caracterizan por ser personas cariñosas, agradables, y alegres, dicharacheros, y muy apegados a las costumbres del hogar, aunque les gusta fiestar, principalmente en los carnavales, y los 28 de septiembres, y en las actividades por el 26 de julio, fecha histórica y de gran significación para todos los cubanos.

Los fines de semana el sector joven de esta población prefiere disfrutar en la playa, o ir al cine, y hasta pasear por el parque Vicente García, de esta ciudad, ahora con el rescate de una tradición de esta región del Oriente del País, la llamada retreta, que resurge con la creación de las Bandas Municipales de Concierto, y en Las Tunas con el aporte significativo que hizo Cristino Márquez (padre) expuesto en la tesis de maestría de Josefa Fernández sobre la vida y la obra de este intelectual de la región.

Tradiciones identitarias como las jornadas cucalambeanas que cada año se llevan a cabo, con un proceso que va desde la base, es decir en los asentamientos poblacionales de cada municipio, hasta llegar al evento provincial, constituyen elementos importantes en la cultura del tunero. En las mismas se seleccionan los pétalos y la Flor de Birama, joven que por su belleza física y de sentimientos representa lo más autóctono de la región. También se ponen en práctica diversos concursos de artesanía, literatura y pintura, además del evento iberoamericano de la décima, por el componente campesino parte representativa de la idiosincrasia de los habitantes de esta comunidad. Sin duda alguna son las décimas como forma de nuestra expresión oral matices del lenguaje popular de esta unidad social.

En el lenguaje coloquial se observan vocablos en la comunidad tunera que pertenecen a otras partes de la provincia como es “ve”, una forma de aclarar si tenemos duda cuando estamos expresando algo, y que según la Real Academia de la Lengua Española está mal empleada. También llamar a las chancletas cutaras, a la llave del agua, pluma; a la saya, falda; y al cerdo puerco. También el gusto por la música mexicana, la improvisación, y la décima. Sobre estas expresiones populares del lenguaje, las formas cotidianas de comunicación del pueblo se profundizará en el segundo epígrafe de la presente investigación.

Las características campesinas del tunero hacen que entre la población de esta región del país prevalezcan mitos y leyendas, propias de las formas cotidianas de comunicación del pueblo. Como es el caso del caballo blanco, la del indio sin cabeza, el patilargo. Cuando llueve por ejemplo queman tarros de vacas para que no truene, o rezan a la bayamesa para que deje de llover. Tradiciones asentadas en las emigraciones españolas, del continente africano y del Asia. Asentamiento con mayor prominencia en el norte tunero.

Parte del patrimonio cultural de esta ciudad se erigen lugares comunes para todos pero insospechados puntos de encuentro, de unión, de referencia para cualquier habitante de esta región, y ellos son la Feria, el Pikinchiqui, el tanque de Buena Vista, el Paradero, la Martilla, Cantarrana, el Marabú, el Diamante, y Rió Potrero. Estos son algunos de los lugares que no han perdido su nombre original, a pesar de tener oficialmente otros.

A ellos apelan las memorias de miles de tuneros como expresión autentica de una identidad que marca en la singularidad, en la diferencia con otras comunidades. Y sobre todo en el reconocimiento de las raíces. Nombres que marcan pautas en el lenguaje de los habitantes de esta comunidad


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