BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

LAS PARTICULARIDADES COMUNICATIVAS EN LA IDENTIDAD DEL TUNERO

Yelenis María Fernández García y otros




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2.2.3- Otras particularidades comunicativas del tunero

Las comidas, peinados, y la vestimenta constituyen un importante vehículo de comunicación que expresa el nivel cultural, y los sentimientos que transmiten según el estado de animo, por lo tanto clasificar los platos característicos permite además interiorizar algunos rasgos que están presentes en los tuneros.

Las comidas diarias o habituales: Son aquellas que, en lo fundamental, tienen la función de satisfacer las necesidades biológicas esenciales del hombre por lo que son las de mayor frecuencia en todo el país. Ellas, a su vez, responden a una tradición étnica históricamente establecida que condiciona la existencia de variantes específicas en los distintos momentos del ciclo diario: desayuno, almuerzo, comida y merienda.

Aquí se incluyen el arroz con pollo y los plátanos maduros fritos que se sitúan en la preferencia de los pobladores de la ciudad capital, el tamal, hecho de maíz tierno envuelto en su propias hojas, la ensalada de huevo hervido con papas y cebollas blancas, los dulces en almíbar, y jugos naturales, así como los que llevan leche.

Las comidas ocasionales se realizan en el caso de una visita, en agasajos, festividades y reuniones familiares. La preparación de estos platos se efectúa con gracia y belleza si es anunciada con antelación. Si llega en forma inesperada, a veces se elaboran platos para mejorar lo que ya se tenía hecho; sin embargo, lo más común es que se cocine más de lo que se consume habitualmente, en previsión de estas eventualidades. El fin de semana y, sobre todo, el domingo, se caracteriza los encuentros familiares, por lo que, en general, se procura hacer algo diferente. Así, se elaboran platos que se distinguen de los cotidianos, los alimentos empleados, y sus modos de preparación son diferentes, se les dedica más tiempo a esta labor.

Comidas festivas y luctuosas de carácter familiar: son las efectuadas en un marco básicamente de familia, lo que no excluye que puedan participar amigos y vecinos cercanos. Se relacionan con momentos importantes del ciclo vital --la celebración de nacimientos, cumpleaños y matrimonios y la muerte de un familiar u otros acontecimientos que provocan la realización de fiestas familiares. Estas últimas son las de mayor presencia en todo el país, al incluir festejos por variadas fechas, como el Día de las Madres (segundo domingo de mayo), la Noche Buena, el Fin de Año, que se compone de puerco asado, el congrís con yuca, la ensalada preferentemente de lechuga y tomates; además de dulces los criollos, como el coco, el de fruta bomba, de maní, el pudín a base de pan, huevo, azúcar y leche. En ellas sobresale el carácter casi estrictamente familiar, al ser acontecimientos celebrados de manera simultánea en todas las familias. Aunque se tiene por costumbre brindar un plato de comida al vecino más cercano, es decir se hace sin intención alguna un intercambio de alimentos, para probar la sazón de las cocinearas.

La influencia haitiana legó en el arte culinaria los potajes con domplín, el ajiaco, el fufú, el potaje, el turrón de maní y de coco, el pescado con boniato; así como los condimentos de la cocina inglesa con mucho ajo, cebolla. Pero sin lugar a dudas la contribución española se hace sentir todavía en la actualidad, los garbanzos con jamón y chorizos, las carnes con papas, y las sopas.

El 26 de Julio (fiesta nacional) tiene una peculiaridad se celebra al igual que el fin de año con puerco asado, y música, pero se incluye el juego de dominó y en la noche se baila en la Plaza Mayor General Vicente García con alguna orquesta de carácter nacional o local. Otros sucesos como la despedida o recibimiento de algún familiar, en los que participan, al igual que en los cumpleaños y el matrimonio, vecinos, amigos e invitados son también motivo para la preparación de este tipo de comida.

Comidas festivas sociales: Abarca el conjunto de las fiestas populares tradicionales y las conocidas como fiestas de cooperativas --surgidas sólo después del Triunfo Revolucionario de 1959, con la creación de las Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA) y las de Créditos y Servicios (CCS). Tienen en común, como su nombre lo indica, un marco social más amplio, extrafamiliar, con la participación de un número considerable de personas, lo que influye a su vez en los platos que para ellas se preparan.

Las fiestas de la conmemoración de fechas como el Día de los CDR (28 de septiembre), en saludo a la creación después del triunfo de la revolución de los comités de defensa. El 27 comienza el proceso de preparación de la caldosa que implica desde bien temprano pelar las viandas, preparar las especias, y poner música, así como ofrecer dulces y refrescos a los más pequeñines.

En cada barrio a las 12 de la noche se comienza a repartir la caldosa que a diferencia del ajiaco es más espesa y sabrosa. “Este plato es fruto de la gracia y originalidad de Kike y Marina, figuras insignes, en el Balcón del Oriente. A estas personas les dedicó una canción, el profesor del Instituto Superior Pedagógico Pepito Tey, Rogelio Castillo, que en su testimonio comenta cómo se hizo tan popular la letra de esta canción interpretada por el Jilguero, interprete de la música campesina artista de las manifestaciones campesinas. La letra dice: “fíjese Don Kike, fíjese Marina con esta caldosa que bien se camina”. En ella confluyen interesantes personajes salidos de la imaginación, pero fundamentados en familiares de este matrimonio que tenía dotes mágicas.” Es la elaboración de este plato un rasgo de identidad en Las Tunas.

El Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), se desarrolla con una mesa llena de dulces de todo tipo, elaborados por las mujeres de la comunidad, que con gracia y creatividad adornan sus productos para competir en belleza, igual sucede el Día de la creación de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) matizadas por una carga política que las hace diferentes.

Cada año en la ciudad de Las Tunas celebra la Jornada Cucalambeana que lo identifica como la cima de la décima en Cuba y ha sido bautizada recientemente en uno de los Encuentros Festivales Iberoamericanos de la Décima como la “Capital de la décima en Iberoamérica”.

Estos eventos son parte de las fiestas populares de esta ciudad que espera con alegría la llegada del mes de junio para dialogar en décimas, intercambiar con personas de otras naciones, y culturas diversas y aportar los saberes, los mitos y creencias.

Estas fiestas, como parte del folklore social, constituyen una costumbre, una manera de hacer lo transmitido. Contienen en sí las distintas tradiciones, creencias y ritos religiosos, la música, las danzas, los juegos o competencias, las comidas y bebidas relacionadas con ellas, la ornamentación, expresiones de literatura oral, vestuario, medios de transporte y otros aspectos de la cultura espiritual y material del pueblo tunero. Su realización suele ocurrir en el medio urbano y en el rural. Es, por tanto, una manifestación de la cultura tradicional que resulta básica para el estudio integral de un núcleo social, toda vez que muestra las principales costumbres, hábitos y comportamientos.

Las jornadas cucalambeanas tienen sus orígenes en el homenaje que rinden los comunitarios de esta región a uno de sus poetas populares, más famoso Juan Cristóbal Nápoles Fajardo: El Cucalambé, considerado localmente como un cronista en versos de la historia. Este tunero del siglo XIX contribuyó en gran medida a la formación de la nacionalidad cubana e hizo cuantiosos aportes a la identidad regional. Su poesía cargada de cubanía, de corte justiciero y de pegajoso ritmo interno fue de agrado en los hogares cubanos y especialmente en el de los tuneros. Según algunos cronistas era leído y contado en las casas sin distinción de abolengo y el campesino hizo suyas sus décimas como cantos de trabajo.

Es incuestionable, cómo la obra cucalambeana se impregnó en el pueblo, y en su cubanía se inspiraron los hombres que luego empuñaron el machete o el fusil para hacer la independencia de Cuba. Su poesía era lectura acostumbrada, según el historiador Gerardo Castellanos, en los campamentos insurrectos.

Las décimas cucalambeanas, publicadas en su libro “Rumores del Hórmigo” (Imprenta El Tiempo, La Habana 1856), caracterizan una época y son ejemplos vivos del intercambio cultural que se dio en esta región.

El quehacer decimista es característico de esta localidad y a pesar de que en otras ciudades cubanas se cultiva la espinela, en Las Tunas se mantiene el sentido de pertenencia y paternidad.

La décima como parte de la literatura representa de forma variada y polifacética la sociedad humana, a través del lenguaje, de las costumbres, situaciones, sentimientos, de manera que transmite a las generaciones posteriores una amplia y rica gama de vivencias, pensamientos y pasiones.

Maritza Batista en sus tesis de maestría: La décima significación y aportes al desarrollo cultural de Las Tunas en la segunda mitad del siglo XX describe que:

El campesino tunero ha buscado la décima en la realización de las labores agrícolas, en las dificultades, para alegrarse de un hecho significativo, donde las esperanzas y emociones figuran con el tono melódico del verso. En la comunidad estudiada la oralidad decimista se sucede con frecuencia y mediante ella se plasman momentos relevantes de la historia local y regional, aparecen también temáticas como el amor, y otras particularidades como la propia ciudad, sus rincones y sus personajes.

Aparecen escritores que escriben décimas dirigidas a los infantes, a los jóvenes y a todas las edades. Al citar a Domingo Mesa Acosta, Carlos Téllez Espino y Naurys Fonseca Vega se puede hablar de un logro en la función comunicativa en los más pequeños. Aunque también contribuyen en el fortalecimiento de la identidad del tunero autores como Renael González Batista, Adriano Galiano González y Antonio Gutiérrez Rodríguez.

Existen elementos formales que distinguen esta manifestación literaria en la comunidad tunera y que brindan mayores posibilidades en la expresión semántica. Se convierte así la décima escrita en el vehículo idóneo para el desarrollo cultural de esta localidad.

En este sentido Maritza Batista aporta particularidades que distinguen el proceso creativo decimista en Las Tunas; su carácter jocoso, reflexivo y filosófico en las composiciones, nexos entre lo tradicional y lo contemporáneo, expresividad discursiva, culta e intelectualizada, una ruptura y búsqueda en el plano idiomático y formal, así como la necesidad de reflejar aspectos sociohistóricos y culturales del país sin atisbos de prejuicios.

El cultivo de de esta estrofa en Las Tunas deviene rasgo identitario en los pobladores de esta comunidad, porque en sus características estilísticas propias está presente la cubanía y el uso cuidadoso del lenguaje donde se fusiona tradición y novedad.

La música un forma del lenguaje, de transmitir los sentimientos, las emociones y las valoraciones sobre diversas temáticas. En Las Tunas sobresale como elemento representativo de los más autoctono de la idiosincrasia Norge Batista, un trovador que le ha cantado a la ciudad y que ha hecho importantes aportes a la identidad cultural de Las Tunas. Las letras de sus canciones expresan el sentimiento de pertenencia hacia el Balcón del Oriente Cubano, específicamente:”Búscame adentro” que es la más emblemática y que se usó como parte de la campaña por el 210 aniversario de la ciudad, permite una rápida identificación con la comunidad, sus calles y personalidades.

La música mexicana ha calado en la cultura popular de los habitantes de esta localidad, el programa Ecos de México por muchos años ha contribuido en la reafirmación del gusto de los tuneros por esa manifestación artística que refleja las costumbres de una nación hermana. Letras emblemáticas acompañan cada tarde los hogares de los de la tercera edad en Las Tunas.

La comunicación popular del tunero, parte indisoluble del patrimonio de esa comunidad, transmite los rasgos que los identifican: su sencillez y la jocosidad en el lenguaje, lleno de metáforas, como se explicó en la investigación, son elementos que caracterizan a los pobladores de esta región.

Las especificidades dialécticas son parte de su idiosincrasia, reflejan las condiciones reales existentes en la comunidad de Las Tunas, con una forma peculiar del habla que está basada en la riqueza cultural de sus moradores; en los mitos, las leyendas, los refranes, los chistes, las vestimentas, las comidas típicas y en las festividades que forman parte de una manera de pensar y de actuar diferente a la de otros comunitarios, aunque todos pertenecen a la misma nación y conforman una identidad nacional.

Una manera propia de construir la oración, con una mayor utilización del posesivo, con un sentido de pertenencia que evidencia el amor por todo cuanto rodea al tunero y a su entrono. Los gestos, como rasgos identitarios de los tuneros revelan que son personas joviales con un andar campechano, sin muchas extravagancias, se luce lo que se tiene, se muestra el cariño y la alegría, formas particulares también de los cubanos.

Las particularidades comunicativas del tunero visualizan la evolución de los habitantes de esta comunidad que enriquecen la cultura popular de un pueblo. Estas especifidades se nutren de lo cotidiano y van incorporando las expresiones de las nuevas generaciones de una forma dialéctica, otras permanecen en la memoria colectiva y contribuyen positivamente en la identidad cultural de los comunitarios. Sin dudas la comunicación del pueblo tunero refleja sus gustos, preferencias, leyendas, mitos, tradiciones que perduran de generación en generación y que evocan sus rasgos distintivos.


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