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ESTRATEGIA EDUCATIVA PARA EL DESARROLLO DE LAS HABILIDADES PROFESIONALES DESDE LAS PRÁCTICAS PREPROFESIONALES EN LA ESPECIALIDAD CONTABILIDAD

Aleida Llanes Montes



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1.2 Consideraciones teóricas acerca de las habilidades

La forma y desarrollo de habilidades a un máximo de posibilidades constituye un problema objeto de atención en la actualidad, como consecuencia del acelerado desarrollo de la ciencia y la técnica y en particular un reto a la educación que se agiganta en los países desarrollados y en vías de desarrollo.

Los resultados de múltiples investigaciones que asumen la problemática de las habilidades, hábitos y capacidades entre ellas las realizadas por C. Álvarez y M. Suárez (1981); P. Rico (1991); R. Bermúdez Morris y L. Pérez Martín (1997); resaltan que aún existen dificultades en la formación de las habilidades.

Todo conocimiento adquirido por el alumno trae consigo la formación y desarrollo de habilidades por lo que estas son imprescindibles en el proceso de aprendizaje.

Para Maximova (1962) la habilidad es “... un sistema complejo de acciones conscientes las cuales posibilitan la aplicación productiva o creadora de los conocimientos y hábitos en nuevas condiciones en correspondencia con su objetivo.” (Maximota, V., 1962, p. 27).

Según Savin (1976) “... es la capacidad del hombre para realizar cualquier operación (actividad) sobre la base de la experiencia anteriormente recibida.” (Savin, N., 1976, p. 71)

Una habilidad constituye un sistema complejo de operaciones necesarias para la regulación de la actividad. Formar una habilidad consciente, según A.V. Petrovski “... es lograr un dominio de un sistema complejo de actividades psíquicas y prácticas, necesarias para la regulación conveniente de la actividad, de los conocimientos y de los hábitos que posee el sujeto” (Petrovski, A. V., 1980, p.76).

Algunos autores como Danilov y Skatkin, consideran la habilidad como un concepto pedagógico extraordinariamente complejo y amplio: “”es la capacidad adquirida por el hombre de utilizar creadoramente los conocimientos y hábitos, tanto durante el proceso de actividad teórica como práctica. (M. A. Danilov.A, Skatkin. M.1981. p. 127).

En el Diccionario Ilustrado Aristos se define la habilidad como: “Capacidad y disposición para una cosa. Cada una de las cosas que una persona ejecuta con gracia y destreza” (Aristos, 1985, p.45).

Según Héctor Brito Fernández (1987): “Las habilidades constituyen la sistematización de las acciones y como éstas son procesos subordinados a un objetivo o fin consciente, no pueden automatizarse, ya que su regulación es consciente”. (Brito Fernández, H., 1987, p.36).

Carlos Álvarez de Zayas, define las habilidades en el plano didáctico como: "Las acciones que el estudiante realiza al interactuar con el objeto de estudio con el fin de transformarlo, humanizarlo.” (Álvarez, C., 1990, p. 71).

Por otra parte la investigadora Rita Álvarez de Zayas, la define como "La relación del hombre con el objeto que se realiza en la actividad, o sea, el hombre interactúa con el objeto en el proceso activo: la actividad, las técnicas de esta interacción son las habilidades. La habilidad es pues el dominio de las técnicas y ésta puede ser cognoscitiva o práctica."(Álvarez, R., 1990, p. 27).

Para que se logre la efectividad de la habilidad es necesario que se forme a través de las acciones, una secuencia de pasos, de forma sistemática y consciente (regulación consciente), con un objetivo específico (conocimientos), que se desarrollan en la actividad.

Álvarez, C., (1999) define la habilidad “... como la dimensión del contenido que muestra el comportamiento del hombre en una rama del saber propio de la cultura de la humanidad. Es, desde el punto de vista psicológico, el sistema de acciones y operaciones dominado por el sujeto que responde a un objetivo.”(Álvarez, C., 1999, p. 71).Esta definición considera la habilidad como parte del contenido y la analiza, desde el punto de vista psicológico en correspondencia con el modo de actuación del sujeto, la autora se adscribe a la definición de C. Álvarez por entender que es más completa, para el trabajo.

Siempre que se estudian las habilidades hay que destacar algunos elementos que justifican su comprensión como un problema psicopedagógico, entre los que se encuentran la actividad y la personalidad.

La actividad que realiza el estudiante, permite la asimilación de los conocimientos de forma ideal y subjetiva, siempre responde a una necesidad, dirigida al objeto capaz de satisfacer esa necesidad y a la vez constituye su motivo verdadero, el cual le confiere una orientación determinada hacia un fin. Al respecto Leontiev apuntó " el concepto de necesidad está necesariamente enlazado al concepto de motivo. No existe necesidad sin motivo, la actividad inmotivada no carece de motivo."(Leontiev. N., 1979. p. 20).

Como componentes principales de esa actividad están las acciones, los procesos subordinados a objetivos intermedios, aunque siempre sus motivos coinciden con los motivos de la actividad donde figuran esas acciones. El mismo autor refiere al respecto que: "sin embargo las acciones no ocurren independiente de las condiciones en que se verifica la actividad. Al estar las acciones encaminadas a un fin u objetivo los procedimientos que permiten que dicha acción se lleve a cabo son las operaciones. La actividad existe a través de las acciones, éstas se sustentan en las operaciones."(Leontiev. N., 1979. p. 20).

Esto viene a ser la estructura psicológica de la actividad, que resulta imprescindible tener en cuenta cuando se habla de desarrollar habilidades. Las distintas formas de asimilar la actividad por el hombre son los hábitos y habilidades, que tienen diferentes orígenes y ocupan diferente lugar en dicha actividad.

"Teniendo en cuenta la estructura psicológica de la actividad es posible operacionalizar los objetivos para que puedan ser cumplidos. Cuando se construyen los objetivos en el lenguaje de las tareas, puede entenderse que pueden ser estructurados en el lenguaje de las habilidades, pues cada tarea exige por supuesto la habilidad correspondiente para su solución.”(Alvarez, A. N., 1997. p.4).

Los conocimientos, que son el resultado de dicha actividad no deben oponerse a los hábitos y a las habilidades, ellos representan las acciones con determinadas propiedades. Los conocimientos solo se asimilan y se conservan a través de las acciones de los alumnos, este elemento es reconocido por la pedagoga Talizina cuando plantea: "El grado de asimilación de los conocimientos se determina por la variedad y el carácter de los tipos de actividad en los cuales los conocimientos pueden funcionar."(Talízina. N., 1988. pp. 44-45.)

Las reflexiones anteriores acerca de la actividad resultan imprescindibles para penetrar en la esencia de las habilidades, pues éstas, según los autores Rogelio Bermúdez Sarguera y Marisela Rodríguez Robustillo están constituidas por acciones y operaciones que son invariantes funcionales de cada habilidad y no instrumentaciones situacionales o casuísticas que por tanto no serían esenciales. La sistematización de dichas invariantes es lo que permite su dominio como habilidad, y esto requiere de un adecuado tratamiento de requisitos de carácter cualitativo (frecuencia y periodicidad con que se realiza la acción) y de carácter cualitativo (grado de dificultad y de variabilidad de los conocimientos con los cuales funcionan la acción y la operación).

La pedagoga Talízina expresa: "podemos hablar sobre los conocimientos de los alumnos en la medida en que sean capaces de realizar determinadas acciones con estos conocimientos. Esto es correcto, ya que los conocimientos siempre existen unidos estrechamente a una u otra acción (habilidades). Los mismos conocimientos pueden funcionar en gran cantidad de acciones diversas.”(Talízina. N., 1988. p. 14.)

Según Leontiev (1982) “... los términos acción y operación frecuentemente no se diferencian. No obstante, en el contexto del análisis psicológico de la actividad su clara distinción se hace absolutamente imprescindible. Las acciones, se correlacionan con los objetivos; las operaciones, con las condiciones. Digamos que el objetivo de cierta acción permanece siendo el mismo, en tanto que las condiciones ante las cuales se presenta la acción, varían; entonces variará, precisamente, sólo el aspecto operacional de la acción.” (.Leontiev. N., 1982. p. 87).

Al respecto, Talízina (1988) plantea que “... toda acción incluye un determinado conjunto de operaciones, que se cumplen en un orden determinado y en correspondencia con determinada regla. El cumplimiento consecutivo de las operaciones forma el proceso del cumplimiento de la acción”;(Talízina. N., 1988 p. 58.). Planteamiento a considerar cuando lo que se quiere es desarrollar habilidades.

Se denomina acción, según Leontiev (1982) “... al proceso que se subordina a la representación de aquel resultado que habrá de ser alcanzado, es decir, el proceso subordinado a un objetivo consciente.” (.Leontiev. N., 1982, p. 83).

Álvarez de Zayas (1999) entiende por operación “... las formas de realización de la acción de acuerdo con las condiciones,”( Álvarez de Zayas, C., 1999, p. 71); por lo tanto, si “... las habilidades caracterizan en el plano didáctico, las acciones que el estudiante realiza al interactuar con su objeto de estudio...”,( Alvarez de Zayas, C.,1999, p. 72) entonces, “... al analizar a la habilidad, como acción que es, se puede descomponer en operaciones (...) cuya integración permite el dominio por el estudiante de un modo de actuación,”( Álvarez de Zaya, C.,1999, p.72)”, lo que se asume en este trabajo.

En la literatura psicológica existen diversas clasificaciones del sistema de habilidades, entre ellas está la clasificación dada por Héctor Brito, la cual se sintetiza de la siguiente forma:

Según el plano en que transcurren:

 Habilidades prácticas o motrices.

 Habilidades teóricas o intelectuales.

Según el contenido que asumen:

 Deportivas.

 Profesionales.

 Laborales.

 Docentes. (Brito, H., 1988, p. 51)

Las habilidades prácticas son aquellas en las que hay participación motora del hombre, tienen un carácter práctico, de acciones con los objetos como son: operar una máquina, nadar, bailar, dibujar.

Las habilidades intelectuales son aquellas en que solo tiene participación la actividad cognoscitiva, que desarrolla el pensamiento activo del hombre, como son: definir, clasificar, analizar, determinar lo esencial, argumentar, explicar, interpretar, entre otras, que son llamadas por algunos autores habilidades docentes. Se hace mayor énfasis en este tipo de habilidad por la importancia de enseñar a los alumnos a pensar, a aprender y su implicación en la calidad del Proceso Pedagógico Profesional.

Cuando estas operaciones necesitan para su ejecución un menor grado de participación de la conciencia, significa que se automatiza y esta automatización parcial de la ejecución y regulación de las operaciones dirigidas a un fin, es lo que denominamos hábitos, de ahí que los autores Héctor Brito y Viviana González plantean que: "la formación de hábitos conlleva una formación de todas las facultades adquiridas por los actos. (Brito, H., 1987, p. 6-7).

En las definiciones anteriores, de forma general, los autores coinciden en analizar la habilidad en estrecho vínculo con el modo en que el sujeto realiza su actividad, para lo cual necesita disponer de un sistema de acciones y operaciones que le garanticen el éxito, es decir, el logro del objetivo propuesto; y aún cuando existen muchas definiciones sobre el término, todas tienen aspectos comunes tales como: el carácter consciente de la acción según el fin que se persigue, el carácter asimilado de la acción, se apoya en los conocimientos, hábitos y habilidades precedentes, es un componente de la actividad y es el modo de actuar del sujeto.


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