BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

ESTRATEGIA EDUCATIVA PARA EL DESARROLLO DE LAS HABILIDADES PROFESIONALES DESDE LAS PRÁCTICAS PREPROFESIONALES EN LA ESPECIALIDAD CONTABILIDAD

Aleida Llanes Montes



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1.3 Consideraciones teóricas acerca de la motivación profesional

La motivación es sin lugar a dudas, un fenómeno psíquico, ideal, subjetivo. En ella participan los procesos afectivos (emociones y sentimientos), las tendencias (voluntarias e impulsivas) y los procesos cognoscitivos (sensopercepción, pensamiento, memoria, etc.), ocupando los afectivos y las tendencias el papel más importante en ella.

La motivación, es a la vez, un reflejo de la realidad y una expresión de la personalidad. Sobre el sujeto actúan los estímulos y situaciones que se refractan a través de las condiciones internas de la personalidad. De lo anterior se infiere que la motivación es una manifestación del carácter, de las capacidades y del temperamento.

Al definir la motivación González Serra (1995) plantea que:” es la regulación inductora del comportamiento, o sea, la motivación determina, regula la dirección (el objeto – meta) y el grado de activación e intensidad del comportamiento”(González Serra, D. J., 1995, p.2).

Por su parte la psicología marxista leninista define la categoría motivación:” como un complejo sistema de procesos y mecanismos psicológicos que determinan la orientación dinámica de la actividad del hombre con relación a su medio. Se le atribuye carácter motivacional a todo lo que impulsa y dirige la actividad del hombre” (Cabrera Castellanos, R., 1989, p. 89).

La motivación tiene un carácter histórico – social. La historia condiciona y determina los aspectos esenciales de la motivación de las personas. La motivación responde a una conciencia social, tiene un carácter clasista y refleja un determinado nivel de desarrollo de la vida material de la sociedad.

En el individuo se manifiestan distintos tipos de motivaciones, dentro de ellas está la motivación profesional, que como el resto de los aspectos de la personalidad, está en relación directa con el sistema socioeconómico en que vive el hombre, de ahí que sus particularidades psicológicas difieran en las distintas formaciones socio económicas.

La investigación de los problemas vinculados a la motivación profesional y su orientación fue iniciada en Cuba hace ya algunos años por González Serra (1976) y González Rey (1983) y continuada hasta el presente por diferentes investigadores.

El investigador Coello Portuondo (1991) define la motivación profesional como:” tipo de motivación que está determinada por objetivos futuros importantes del individuo relacionados con una profesión y forma parte de los aspectos esenciales que determinan su actitud general” (Coello Portuondo, C., 1991, p. 6).

En tanto Cabrera Cabrera (1998) la define como: “aquella formación psicológica que se sustenta en motivos predominantes intrínsecos como: realización profesional, identificación con la carrera, movilización hacia las diferentes tareas profesionales, de forma individual y colectiva, todo lo cual consolida la autodeterminación profesional” (Cabrera Cabrera, N., 1998, p.33).

En investigaciones realizadas por Mitjans Martínez se ha constatado que la existencia de motivos no inherentes a la actividad profesional “motivos extrínsecos”, pueden ser tan efectivos como los “motivos intrínsecos” en tanto se vinculen a formaciones motivacionales complejas de la personalidad, tales como la autovaloración y la concepción del mundo; ello explica, según criterio de la propia autora, la efectividad de la regulación motivacional en la actividad profesional en sujetos que no manifiestan intenciones profesionales.

A criterio de la autora, en ambas definiciones sería oportuno incluir en el concepto la influencia de los factores sociales, teniendo en cuenta el lugar que tienen estos en el surgimiento de los motivos.

La autora de esta investigación se adscribe a la definición dada por García Milian, A. (2007) donde plantea que motivación profesional: “es una formación psicológica que bajo las influencias de los factores sociales se sustenta en motivos intrínsecos y extrínsecos, determinada por objetivos futuros importantes del individuo relacionados con una profesión, formando parte de los aspectos esenciales que determinan su actitud general” (García Milian, A. E., 2007).

La misma considera las influencias sociales que reciben el individuo, su modo de actuación y el aspecto psicológico en correspondencia con los motivos y aspiraciones relacionada con la profesión, elementos esenciales que se necesitan para el desarrollo de las habilidades profesionales, y que se considera en este trabajo.

Para el estudio de la motivación profesional es necesario abordar los intereses, ya que estos constituyen un fuerte factor motivacional en la personalidad, pues expresan efectivamente las necesidades cognoscitivas del hombre, todo los que despierta el interés de una persona lo impulsa a actuar positivamente en la dirección de su objeto, y lejos de disminuirlo con su apropiación, lo organiza, lo enriquece y lo profundiza.

Según Pérez Martín, L. (2004): “Los intereses son formaciones psicológicas que expresan motivos cognoscitivos que estimulan al hombre a la búsqueda de conocimientos sobre un aspecto determinado de la realidad” (Pérez Martín, L. y cols., 2004, p.58).

El interés manifiesta una orientación emocional del sujeto en forma de reacciones afectivas de agrado y satisfacción hacia el conocimiento de determinados objetos, fenómenos o hechos de la realidad. Por tanto aquellas actividades donde el sujeto se sienta realmente interesado, serán las verdaderamente efectivas y donde dé los mejor de sí.

Atendiendo al contenido de los mismos, existen varios tipos de intereses, tales como: intereses deportivos, profesionales, artísticos, etc.

Según Acosta Corzo, E. (1989): “El interés profesional es la inclinación u orientación de la personalidad hacia el tipo preferido de ocupación laboral, expresándose en forma de actividad emocionalmente positiva hacia determinada profesión” (Acosta Corzo, E., 1989, p.79).

En el interés profesional se refleja, no solo el dirigido hacia el contenido de la propia actividad profesional, sino también hacia la personalidad actuante de la misma.

En estrecha relación con los intereses profesionales y la motivación profesional se encuentra la intención profesional que es definida por González Rey y Mitjans Martínez (1999) como: “[…] una formación psicológica, similar, por su naturaleza, a la autovaloración y los ideales morales, que presupone la elaboración personal del proyecto profesional asumido, la que integra los conocimientos del joven sobre su profesión, y las principales emociones vinculadas con las necesidades y motivos que se expresan en la tendencia orientadora hacia la profesión” (González Rey, F. y Mitjans Martínez, A., 1999, p. 217).

Refiriéndose a las intenciones profesionales Pérez Martín y cols. (2004) plantean que:”constituyen el nivel superior de desarrollo de la motivación hacia la profesión” (Pérez Martín, L., 2004, p. 62).

La intención profesional se manifiesta cuando el joven es capaz de elaborar de forma consciente su motivo profesional con una proyección presente y futura sobre la base de sus propósitos en esta esfera, convirtiéndose en una tendencia orientadora de la personalidad.

Por su parte Olivares y Mariño (2007) plantean que:” la motivación profesional se convierte en una tendencia orientadora de la personalidad, cuando el sujeto es capaz de estructurar de forma consciente su motivo profesional en las dimensiones de su vida presente y futura, basada en una elaboración y una fundamentación consciente de sus propósitos en esta esfera” (Olivares, E. M. y Mariño, J. T., 2007, p. 10).

Los investigadores González Rey y Mitjans Martínez (1999) declaran que la efectividad de la motivación profesional debe analizarse en el plano reflexivo – valorativo y en el conductual, teniendo en cuenta los distintos niveles de relación entre los mismos, definiendo que: “En el plano reflexivo – valorativo, la elaboración personal vinculada a los contenidos profesionales evidencia la movilización de las operaciones intelectuales en la definición profesional, lo que constituye un importante indicador de la fuerza de los motivos profesionales […] “, para el plano conductual, los propios autores señalan que: “ […] es necesario tomar en cuenta un conjunto de indicadores, tanto comportamentales como del funcionamiento psicológico de la personalidad, que nos permitan integrar el sistema valorativo de su efectividad motivacional, flexible para evaluar alternativas individuales” (González Rey, F. y Mitjans Martínez, A., 1999, p. 218).

En este trabajo la autora comparte los criterios abordados en las definiciones de estos investigadores en cuanto a los intereses, las intenciones profesionales y las manifestaciones necesarias en el sujeto para que la motivación profesional se convierta en una tendencia orientadora de la personalidad.


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