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LA CULTURA AMBIENTAL Y EL PROMOTOR CULTURAL: UNA MIRADA NECESARIA EN LA COMUNIDAD “EL TIVOLI” EN SANTIAGO DE CUBA

Martha Gelis Bery



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Capítulo I. Fundamentos teóricos y metodológicos que identifican la cultura ambiental y al promotor cultural en el nivel comunitario

1.1- Acercamiento teórico vinculado con la cultura ambiental en el nivel comunitario

La situación crítica que presenta el ambiente en estos tiempos, demanda la búsqueda de enfoques metodológicos para darle solución, pues requiere de una propuesta de reordenamiento social y de cambios en los procesos de la relación sociedad- naturaleza que genere alternativas de direccionalidad del desarrollo, y, metodológicamente la filosofía, la sociología y otras ciencias afines, así como la cultura pueden sentar las bases para una comprensión teórica e integral del desarrollo de la comunidad según los intereses socioeconómicos asumidos. (Ver anexo 1).

Nuestro héroe nacional José Martí, en su obra Escritos sobre educación, con una mirada filosófica expresó “divorciar al hombre de la tierra es un atentado monstruoso y es meramente escolástico ese divorcio. A las aves alas, a los peces aletas, a los hombres que viven en la naturaleza, el conocimiento de la naturaleza, esas son sus alas.”

Lo planteado en el párrafo anterior muestra que el autor ya avizoraba la situación ambiental de esa época y para el futuro, aún cuando no contaba con tecnología de avanzada para la explotación de los recursos de la naturaleza. Sin embargo, ya esto era un problema que formaba parte de las preocupaciones de Martí en sus discursos y escritos, advertía y abogaba sobre la necesidad de conservar y cuidar el ambiente natural, significando que las relaciones hombre-naturaleza debían ser equilibradas, adecuadas y armoniosas.

En los últimos tiempos se han hecho importantes aportes en nuestro país desde la perspectiva filosófica del marxismo leninismo y la dialéctica materialista sobre el tema de la sostenibilidad. En la obra Ecología y Sociedad la investigadora Valdés, Cecilia (2006), expone reflexiones acertadas relacionadas con la situación ambiental, sus retos, perspectivas y fundamentalmente las relaciones causales que le dan lugar.

En sus valoraciones la autora realiza el análisis sobre la situación ambiental que transcurre en los albores del Tercer Milenio, donde la exacerbación de la irracionalidad entre los países, y dentro de ellos en los del tercer mundo, se manifiesta con un incremento de la violencia, la pobreza, la enajenación y la indiferencia social, elementos que inevitablemente cobran un alto costo a la naturaleza.

Estas reflexiones son de gran utilidad debido a las crecientes afectaciones al ambiente, ya sea de forma natural o artificial (provocadas por los métodos de producción capitalistas que no tienen en cuenta lo ambiental) y constituyen un sustento para este acercamiento al objeto de la investigación.

No obstante, la autora no consigna que para lograr un desarrollo en armonía con el ambiente, los pobladores y actores sociales deben tener un conocimiento sobre el tema ambiental, de la situación ambiental de su barriada y su cultura, para contribuir a los cambios positivos en caso de que los ecosistemas estén deteriorados.

Al hacer un enfoque semiótico de cultura, consignamos los estudios de sociólogos Giddens Anthony (1991), quien considera a la cultura como la totalidad del modo de vida de los miembros de una sociedad, incluyendo los valores que comparten, las normas que acatan y los bienes materiales que producen.

En el párrafo anterior, el autor en sus análisis vincula la cultura con la expresión y reflejo del modo de vida de los individuos, ya sea de forma individual o en colectividad, destacan en sus reflexiones la formación de valores, las normas de conductas a asumir. A pesar de ello, se aprecia que no se integra en sus valoraciones, la cultura con el ambiente para el logro de un bien social.

El investigador De la Riva, Fernando (2000), en su libro De quién es la iniciativa en el desarrollo sociocomunitario, hace referencia al concepto de cultura desde un enfoque sistémico y humanista en su carácter histórico, destaca al hombre como elemento indispensable de la actividad social e influyente en el desarrollo de la personalidad, elemento primordial a considerar junto a la transformación comunitaria y, por consiguiente, el bienestar humano. El autor refiere el valor de la cultura acorde a las exigencias de la práctica, lo que a nuestro criterio tiene una extraordinaria valía en la actualidad, cuando aspiramos a lograr un protagonismo que se sustente en la participación masiva de la población para transformar la sociedad.

En su artículo Apuntes para una reflexión tendiente al fortalecimiento de una cultura ambiental. Lo complejo del tema ambiental, el investigador colombiano Alberto Mera (2003) se pregunta en su reflexión ¿Por qué es tan difícil incorporar en la cotidianidad acciones y actitudes coherentes con el discurso ambiental?

Las experiencias prácticas han demostrado que es difícil desarrollar una conciencia ambiental en la población, a pesar de los discursos y eventos desarrollados tanto a nivel global como en las localidades; es insuficiente la preparación en el tema, pues la población, los actores sociales y algunos representantes del estado, no se percatan de lo trascendental de esta necesidad y su limitado conocimiento a pesar de los eventos, proyectos y programas que se desarrollan. De ahí la coincidencia de la autora del presente trabajo.

En la tesis de maestría “Ruta crítica para el desarrollo de las percepciones como indicador de la cultura ambiental para el desarrollo sostenible de la comunidad” Cruz, Roxana (2002) define los ejes fundamentales por donde debe transitar la cultura ambiental.( Ver Anexo 2)

Se considera valiosa la propuesta de la investigadora, aunque no sólo se deben tener en cuenta los indicadores descritos en el anexo, sino resulta necesaria la incorporación de otros debido al incremento del deterioro ambiental a nivel local, entre ellos:

Identificar los principales problemas ambientales de la comunidad

Debe ser el primer eje fundamental, lo que permite tener una realidad de la situación ambiental de la comunidad para proyectar los cambios necesarios. Los problemas ambientales derivados del grado de complejidad que alcanza la relación naturaleza-sociedad constituyen una consecuencia negativa de la actividad práctica del hombre en la comunidad, las cuales pueden estar dadas por la explotación y uso desmedido de los recursos naturales y las relaciones desequilibradas que se establecen en el entorno, los comunitarios deben saber reconocer las afectaciones ambientales provocadas por ellos mismos y accionar individual y colectivamente para transformar esa realidad.

Definir actor social que organice, dirija, controle y evalúe la situación ambiental de la comunidad.

La atención a los problemas ambientales y la necesidad de elevar la cultura ambiental como vía para disminuir los mismos en las comunidades, no debe ser en estos tiempos un proceso sólo de autogestión, hay que lograr compromisos y metas entre los actores sociales encargados de ejecutar directamente el proceso de sostenibilidad a favor del mejoramiento ambiental comunitario para lo cual deben estar preparados.

A finales del siglo XX y principios del XXI ha tomado fuerza el concepto de cultura ambiental, debido al aumento de las afectaciones al ambiente, en la cual el hombre juega un importante papel por su actuar desfavorable a nivel local. Varios autores han definido término de cultura ambiental, entre ellos se encuentran. Ferrer Bertha (1998), Cruz Rosana (2002).

Por su parte De Quesada, Magda (2002), define cultura ambiental como:

“...Proceso dialéctico que refleja la calidad de vida de las comunidades, el grado y expresión de dominio de los comunitarios de sus condiciones de existencia que se manifiesta a través de los símbolos, los significados heredados, vivenciadas y creadas por los sujetos en la iteración y relación con otros comunitarios en su medio ambiente natural y social”.

De los conceptos analizados se asume la definición aportada por la MSc De Quesada, Magda, ya que la cultura ambiental, abarca la totalidad del modo de vida de los miembros de una sociedad, la cual expresa la compleja red de relaciones que se establecen entre ésta y su ambiente.

La cultura ambiental es parte de la cultura general integral de la población, su fin es alcanzar la armonía en las relaciones hombre-sociedad-naturaleza, contribuye al desarrollo pleno de las potencialidades del hombre y al enriquecimiento de su espiritualidad como ser social, y consecuentemente a la elevación de su calidad de vida, tiene una enorme significación ya que contribuye a la formación de una concepción del mundo en la que el individuo analiza de modo profundo, real y en su integridad los complejos procesos, acontecimientos y fenómenos que tienen lugar en el infinito mundo material, la interacción entre ellos, y consecuentemente evalúa el alcance y las consecuencias de su actividad transformadora sobre el ambiente, no sólo para las presentes sino también para las futuras generaciones.

La cultura ambiental refleja el modelo ético de las relaciones entre el hombre y el resto de los componentes del ambiente del cual forma parte indisoluble, entre comunidad y entorno, a través de la cultura, por lo que se hace necesario tener en cuenta que la cultura del ambiente, permite establecer relaciones positivas de convivencia social con el paisaje natural indispensable para el logro de la sostenibilidad ecológica, que asegura la permanencia y desarrollo de la vida en nuestro planeta.

Simeón, Rosa Elena, (1998), en su intervención destaca la necesidad de educar ambientalmente nuestra población y fortalecer su cultura ambiental, con el propósito de disminuir las afectaciones ambientales en las comunidades, estas consideraciones coinciden con nuestros criterios y lo declaramos sustento de nuestro trabajo.

La Dra. Rosa Elena Simeón expresó:

"Uno de los principales problemas en Cuba es que no hemos sido capaces de preparar a los ciudadanos para mantener una conducta cotidiana de preservación del entorno donde viven, reforzar la cultura ambientalista por si solo, debe conllevar a reducir los problemas".

La sociedad requiere de una preparación cultural ambientalista para lograr la armonía con la naturaleza a nivel local, a través de la vía institucional y autogestionada. La promoción de la cultura ambiental comunitaria, es una herramienta que propicia la disminución del accionar inadecuado de los individuos frente al ambiente local.

La cultura ambiental incluye dentro de sus procesos, hacer la sociedad más culta en cuanto a la necesidad del mejoramiento ambiental, partiendo del reconocimiento de la herencia ambiental y su implicación en el acerbo cultural e identitario del pueblo cubano.

Sirven de referencia a la investigación además artículos de Enrique Leff (1994 y 2005), que tratan la cultura ambiental, en sus estudios destaca la necesidad de incrementar la conciencia de los diferentes actores sociales y la población para proteger el ambiente, a través de la integración de la naturaleza y la cultura. Nuestro criterio coincide con el del mencionado autor.

.El Psicólogo, profesor Manuel Calviño señaló:

…en nuestras comunidades vemos con frecuencia, como la población arroja basura y desechos líquidos a la calle, vemos los parques sucios, debido a la poca conciencia y sensibilidad que existe en nuestra población, vemos como no todos le damos importancia a eso, nos acostumbramos a ello, creo que si no damos atención a estos problemas y lo vemos como algo normal y convivimos con esos problemas, pasarán a formar parte de nuestra cultura, pienso que no debe ser así, que debemos trabajar todos para transformar esa realidad.

Como se aprecia en la intervención, el profesor critica fuertemente la posición pasiva de la población ante esta situación de falta de higiene, la contaminación atmosférica y sonora, el comportamiento inadecuado de nuestra sociedad con relación al vinculo hombre-ambiente local, el cual se encuentra deteriorado, a pesar de los esfuerzos que hace nuestro estado para eliminarlos.

Resumiendo, .La misión de la cultura en el área de lo ambiental, asociado al desarrollo humano, es plantearse una nueva y definitoria responsabilidad social e individual para la sostenibilidad humana. La cultura debe potenciar una ética de sustentabilidad desde, con y para la comunidad. Es en este marco, donde las relaciones con el resto de los componentes del ambiente resulta imprescindible.


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