BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

ANÁLISIS DE SENSIBILIDAD DE LOS DETERMINANTES DEL TIPO DE CAMBIO PESO MEXICANO - DÓLAR ESTADOUNIDENSE

Arturo Morales Castro




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I.2.3 Bancos comerciales

Los bancos comerciales participan en el mercado de cambios realizando el papel de intermediarios para sus clientes (personas físicas y empresas), quienes realmente desean intervenir en el mercado –aunque también lo hacen por cuenta propia–. Normalmente, el proceso de intermediación (compra/venta) hace que el banco comercial finalice diariamente con una posición neta o saldo en cada una de las monedas implicadas (posiciones o saldos en divisas). Si la nueva posición o saldo en divisas no se ajusta a lo deseado, entonces el banco comercial queda con una posición o saldo neto en cada una de las monedas implicadas; de lo contrario, el banco comerciará por cuenta propia con el fin de alcanzar el saldo deseado. Esto lo podemos observar en el cuadro 1.2, el cual presenta el resumen de posiciones por divisa de Scotiabank Inverlat que se presenta a continuación

Los objetivos que persiguen los bancos comerciales al participar en el mercado de cambios son:

A) Ofrecer el mejor servicio posible a sus clientes.

B) Administrar la posición del banco, con vistas a conseguir el balance deseado para cada una de las monedas extranjeras.

C) Obtener un beneficio sin dejar de alcanzar los dos primeros objetivos.

Dar el mejor servicio posible a los clientes significa facilitarles el acceso a las operaciones de compra y venta de divisas (a través de teléfono y SWIF, por ejemplo) y ofrecerles asesoría sobre los acontecimientos económicos pertinentes, tipos de cambio competitivos y, siempre que sea posible, las herramientas para llevar a cabo la transacción total que soliciten.

Administrar la posición del banco, con vistas a conseguir el balance o saldo deseado para cada una de las monedas extranjeras, significa que éste debe mantener ciertos inventarios de divisas para servir a sus clientes; de no tenerlo, acudirá al mercado de cambio a comprar y/o vender con el fin de conseguir cuadrar el inventario del banco.

Los dos objetivos que persigue un intermediario en el mercado de cambios (servir al cliente y mantener equilibradas las cuentas en divisas del banco) deben ser alcanzados sin merma de una adecuada compensación económica para el banco. Los beneficios que se obtienen por parte del banco en este mercado provienen de los diferenciales entre los tipos de cambio de compra y de venta, comisiones, tarifas y float (flotación) .

Cada banco que dispone de un departamento internacional activo mantiene una cuenta con un banco corresponsal en cada país clave. Por ejemplo, Scotiabank Inverlat tiene cuentas en Canadá, Nueva York, Londres, Frankfurt, Zurich, Tokio, Hong Kong y Singapur. Así, un banco en Canadá es cámara de almacenamiento para los saldos de trabajo del operador en esta divisa (dólares canadienses), a la vez un banco neoyorquino y uno londinense hacen lo propio.

El número de cuentas depende de cuán activo sea un banco en los negocios internacionales. Algunos bancos tienen cuentas hasta en cincuenta países. Muy a menudo, los bancos también poseen más de una cuenta en una determinada moneda (lo hacen así para facilitar los pagos que se dirigen a zonas geográficas distintas dentro de un mismo país). Los saldos de cada cuenta varían según el número y tamaño de las transacciones implicadas. El total que alcanzan estos saldos ha de ser suficientemente alto como para que aporten una compensación por los servicios que prestan los bancos corresponsales; pero sin situarse en niveles innecesariamente elevados, porque normalmente no rinden interés alguno y constituyen un elemento de costo en la tarea de realizar negocios en divisas. (ordinariamente, la administración del banco indica al operador en divisas qué saldo mínimo deberá mantenerse en cada banco, y el operador deberá actuar en consecuencia).

Los bancos que son particularmente activos en los negocios internacionales tienen sucursales en los países extranjeros con los que ellos y sus clientes realizan negocios. Estos bancos utilizan sus propias sucursales como corresponsales. Además, mantienen cuentas con los correspondientes bancos líderes en los países extranjeros, siempre que estos últimos posean, a su vez, cuentas y saldos en las oficinas domésticas de aquéllos.

En algunos países los operadores en divisas extranjeras de un banco comercial tratan directamente con sus colegas de otros bancos. No obstante, en otros, el contacto se realiza, en primer lugar, a través de un broker que mantiene en el anonimato los nombres de los bancos interesados hasta el momento en que se cierra la transacción. Los brokers pueden contribuir a la creación de un mercado más amplio, aunque cuando se recurre a ellos con excesiva asiduidad, puede limitarse la utilidad del sistema.

Finalmente, hay miles de bancos domésticos (nacionales) que, aunque desempeñan admirablemente su actividad, no tienen un volumen de negocios internacionales que justifique una cuenta en el extranjero; cuando requieren hacer transacciones internacionales, piden a uno de los bancos que poseen departamentos internacionales que las realice en nombre de aquéllos. Es decir, estos bancos domésticos utilizan otro banco de su propio país como banco corresponsal en el extranjero.


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