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TEORÍA DEL DESENVOLVIMIENTO GLOBAL CAPITALISTA Y SUS IMPLICACIONES PARA LA TRANSICIÓN SOCIALISTA EN LA PERIFERIA

Yoandris Sierra Lara



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Capítulo 2. La concepción de V. I. Lenin

A partir de 1870 el capitalismo desarrollado comenzó una transición hacia una nueva fase de desarrollo reconocida como capitalismo monopolista, o imperialismo. El rasgo distintivo de la misma sería el dominio de los monopolios en la vida económica, social y política del capitalismo. Le correspondería a V. I. Lenin el estudio de este nuevo momento en la vida del capitalismo, y replantear la teoría económica de la transición al socialismo.

Es opinión del autor que, a partir de la interpretación que realiza Lenin de la economía y sociedad capitalista en su fase imperialista, va a presentar dos posturas diferentes ante la cuestión de las premisas materiales de la transición al socialismo y sobre el proceso de transición en sí mismo:

Postura I: Carácter necesario de este proceso y fruto del capitalismo central. Las siguientes tesis extraídas de distintos trabajos de Lenin son el argumento que lo demuestra:

1. “El imperialismo es la fase superior del desarrollo del capitalismo. En los países avanzados, el capital ha rebasado el marco de los Estados nacionales, ha sustituido la competencia con el monopolio, creando todas las premisas objetivas de la realización del Socialismo” .

2. “… el capitalismo monopolista de estado es la preparación material más completa para el Socialismo, su antesala, un peldaño de la escalera histórica entre el cual y el peldaño llamado Socialismo no hay ningún peldaño intermedio”.

3. “La dominación del capitalismo no se ve socavada porque alguien quiera conquistar el poder. La “conquista” del poder sería un disparate. Sería imposible acabar con la dominación del capitalismo si no lo socavara y horadara la historia”.

4. “Los modernos trusts gigantescos han venido justamente a demostrar, del modo más palpable y en proporciones muy extensas, que el Capitalismo marcha hacia la bancarrota, tanto en el sentido de la crisis política y económicas aisladas como en del completo hundimiento de todo el régimen capitalista”.

5. “Se comprende la razón de que el Imperialismo sea un capitalismo agonizante, en transición hacia el Socialismo: el monopolio, que nace del Capitalismo es ya su agonía, el comienzo de su tránsito al Socialismo. La misma significación tiene la gigantesca socialización del trabajo por el Imperialismo”.

Esta primera postura muestra a un Lenin que sitúa el proceso de transición socialista en el capitalismo central, extrayendo tal criterio del accionar de la correspondencia fuerzas productivas - relaciones sociales de producción, movimiento que en definitiva genera las premisas materiales de la transición y la necesidad histórica de corregir dicha correspondencia. En éste sentido Lenin muestra una continuidad casi absoluta con la doctrina de Marx acerca de la tendencia histórica de la acumulación capitalista.

Postura II: Fruto del subdesarrollo capitalista, sin demasiada determinación histórica, y en uno o algunos países periféricos. Las siguientes tesis extraídas de distintos trabajos de Lenin son el argumento que lo demuestra:

1. “Bajo el capitalismo es imposible un proceso uniforme de desarrollo económico de las distintas economías y de los distintos Estados” y extiende el alcance de esta idea: “La desigualdad del desarrollo económico y político es una ley absoluta del capitalismo. De aquí se deduce que es posible que el Socialismo triunfe primero en unos cuantos países capitalistas, o incluso en un solo país capitalista”.

2. “Si para implementar el socialismo se exige un determinado nivel cultural ( aunque nadie puede decir cuál es este determinado “nivel cultural”, ya que es diferente en cada uno de los países de Europa Occidental), ¿por qué, entonces, no podemos comenzar primero por la conquista, por la vía revolucionaria, de las premisas para este determinado nivel, y luego, ya a base del poder obrero y campesino y del régimen soviético, ponernos en marcha para alcanzar a los demás pueblos”.

Esta segunda postura muestra a un Lenin situando el proceso de transición al socialismo en el capitalismo periférico, extrayendo tal comportamiento del accionar de la ley del desarrollo económico y político desigual, según él, típica del imperialismo.

La concepción leninista del desarrollo económico y político desigual, explica que en el capitalismo monopolista, el desarrollo ocurre a saltos, de forma desigual. Y si bien en los países subdesarrollados no se han creado todas las premisas materiales para la revolución socialista, la expansión del capitalismo monopolista y su sistema de explotación mundial, crea las premisas materiales para el triunfo de la revolución.

Los elementos que catalizarían el proceso revolucionario no serían en esta perspectiva demasiado sistémicos. Según él: “La revolución socialista puede estallar no sólo con motivo de una gran huelga, o de una manifestación callejera, o de un motín de hambrientos, o de una sublevación militar, o de una insurrección colonial, sino también con motivo de cualquier crisis política,…”.

No obstante, sea cual sea el camino seguido para la revolución socialista, central o periférica, el socialismo sólo podría instaurarse realmente a escala mundial . En este sentido Lenin coincide plenamente con Marx en cuanto a la necesidad de la revolución mundial. Esto es importante porque no debe imputársele sin más a Lenin la idea de la posibilidad del socialismo singular periférico.

No debe perderse de vista en la teoría leninista de la transición al Socialismo el hecho de que él si pudo constatar y además estudiar a la entidad que en el capitalismo iba a fungir como la inteligencia global capaz de atenuar la contradicción económica fundamental del sistema. Esta entidad sería el Estado Burgués. Lenin se perfila como un gran teórico del Capitalismo Monopolista de Estado.

El advenimiento efectivo del Capitalismo Monopolista de Estado, tiene desde nuestra consideración una doble perspectiva fundamental para la Economía Política. Por una parte, y es algo que Lenin reconoce claramente, significa un nuevo y alto grado de socialización de la producción capitalista, tanto en la propia actividad de la producción nacional, como en las condiciones globales de la regulación macroeconómica. Lenin - e incluso algunos recalcitrantes enemigos de John Maynard Keynes como teórico por excelencia del Capitalismo Monopolista de Estado - , lograron ver en esta nueva entidad una base material y objetiva cercana al Socialismo.

El propio Lenin afirmaba, como ya lo citábamos arriba, la relación dialéctica existente entre el capitalismo monopolista de estado y la socialización como premisa material de la transición socialista, pero no es esta la única significación del capitalismo monopolista de estado.

El capitalismo monopolista de estado es una maquinaria capitalista que permite, por primera vez en su historia, el manejo más o menos consciente, más o menos controlado y planificado, del mecanismo económico capitalista desde un centro único. También esta dimensión, que consideramos clave para entender la capacidad de maniobra del capitalismo contemporáneo, encontró en Lenin atención: “Dentro de un régimen de propiedad privada sobre los medios de producción, todos esos pasos hacia una mayor monopolización y una mayor estatización de la producción van acompañados inevitablemente de una intensificación de la explotación de las masas trabajadoras, de reforzamiento de la opresión, de trabas a la lucha contra los explotadores; acentúa la reacción y el despotismo militar y al mismo tiempo conducen inevitablemente a un increíble acrecentamiento de las ganancias capitalistas a expensas de todas las demás capas de la población”.

Lenin resalta el impacto que tiene el capitalismo monopolista de estado sobre el aspecto social, político y económico en el sentido de que recrudecen estos elementos. Pero pecaríamos de ilusos si no viéramos en el Estado Burgués contemporáneo, una maquinaria preparada para ayudar con mucha capacidad la reproducción del sistema económico capitalista. De hecho, en el capitalismo monopolista de estado, el estado se convierte en parte esencial del mecanismo de reproducción capitalista. Si importante es valorar todo la significación social e ideológica de este Estado, también es muy importante conocer todas las posibilidades de funcionalidad que le da al capital.

Por otra parte, debemos recalcar que sobre la teoría del socialismo en la periferia gravita el siguiente cuestionamiento “¿cómo se resuelve el problema de la necesaria correlación entre las relaciones de producción y las fuerzas productivas para el triunfo de la revolución socialista y consecuentemente el comienzo de la transición al socialismo en los países de relativamente bajo desarrollo de las fuerzas productivas en las condiciones del imperialismo?”

La respuesta de Lenin a este problema aparece conectada a su concepción del desarrollo económico y político desigual. Según él, éste movimiento diferenciador preparaba las condiciones concretas para la revolución socialista en los países periféricos en una especie de relación inversa entre el desarrollo económico y el movimiento político; de ahí su idea de la transición no sólo periférica, sino además en el llamado eslabón más débil de la cadena imperialista, es decir, dentro de la periferia en los países más atrasados.

No obstante, la certeza de estar violentando alguna regularidad histórica llevó a Lenin a destacar en varios de sus trabajos lo estratégico de potenciar por todas las vías la productividad del trabajo como vía para consolidar y desarrollar el socialismo; en una especie de puesta al corriente de las fuerzas productivas con el lugar que para ellas exige materialmente la superestructura impuesta por las relaciones sociales de producción socialistas de forma obviamente arbitraria.

En nuestra opinión, la brecha abierta entre las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción en las condiciones de la transición socialista periférica es un dato objetivo, histórico. Pero si se concibe la dinámica de los Modelos Globales de Acumulación Capitalista como una tendencia histórica del sistema, esta será capaz de acentuar o atenuar relativamente dicha brecha, siempre en dependencia del Modelo Global vigente. Consecuentemente, habrá coyunturas históricas más favorables para la transición periférica y otras menos, siempre analizando esta arista del tema y abstrayendo las demás determinantes.

Lenin profundiza en las cuestiones teóricas y prácticas de la fase de transición al socialismo. Desde el punto de vista lógico y de la comprobación histórica, el período de transición al socialismo abarca un plazo relativamente largo en el que se produce una ruptura cualitativa de la antigua sociedad y el surgimiento de la nueva. El actor consciente fundamental de este período lo desempeñaría el poder del proletariado. En esencia, tal poder es una nueva forma que expresa los intereses económicos y políticos de la clase obrera desde el Estado.

Lenin enfoca en sus estudios toda la relevancia del Estado en la construcción del socialismo, y lo hace sin perder de vista el hecho de que prácticamente todo el pensamiento socialista, incluyendo al propio Carlos Marx, dejaba muy en claro la necesidad de la superación del Estado como única vía para obtener la verdadera democracia y libertad del género humano.


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