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EL PUERTO DE LÁZARO CÁRDENAS Y SU EFICIENCIA EN LA CUENCA DEL PACÍFICO (2003-2008): UN ANÁLISIS ENVOLVENTE DE DATOS

Ariel Gutiérrez Ortiz



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Capítulo 2. TEORÍA DE LA EFICIENCIA

La teoría de la eficiencia se remonta hasta los años 50, cuando Tjalling C. Koopmans y Gerard Debreu en 1951 comienzan sus investigaciones con relación al uso eficiente de los recursos empresariales y al análisis de producción. En 1957 Michael J. Farrell, basado en los trabajos de Koopmans y Debreu, estudió la forma de medir la eficiencia, dividiéndola en eficiencia técnica y asignativa. Similarmente, Abraham Charnes, William Cooper y Edward Rhodes inspirados en las investigaciones de Farrell, dan origen al Análisis Envolvente de Datos o Data Envelopment Analysis (DEA), herramienta que utilizada en esta investigación para medir la eficiencia de las terminales portuarias de contenedores.

En este capítulo comenzaremos con un primer esbozo de la teoría de la eficiencia a partir de los estudios realizados por Farrell, revisando los conceptos básicos y los antecedentes de la eficiencia; posteriormente se hará una revisión de los fundamentos teóricos y metodológicos de los modelos de frontera DEA y finalmente se presentarán las estructuras matemáticas de los dos modelos a utilizar para medir la eficiencia.

2.1 Teoría de la eficiencia

El concepto de una función de producción ocupa un lugar central en la literatura sobre la teoría de producción. En algunas discusiones este concepto está asociado con un proceso tecnológico particular. Entonces se supone que la función representa el output de una mercancía como una función de la cantidades de varios factores de producción, combinados de acuerdo a una formula o principio tecnológico dado. El desarrollo de este concepto ha llevado a la distinción entre situaciones en donde el conjunto de posibles combinaciones de factores no está restringido y las situaciones en donde algunos factores pueden ser sólo combinados en proporciones fijas a cada uno. Otra situación puede ser conciliada con la noción de una función de producción definida en el espacio factorial total permitiendo al administrador descartar partes de las cantidades de factores específicos. Las funciones de producción correspondientes tienen pliegues en los puntos donde las proporciones de los factores disponibles coinciden con las proporciones técnicas específicas al proceso en cuestión (Koopmans, 1951: 33-34).

La técnica empleada en producción es el resultado de la elección gerencial. Los administradores escogen sobre emplear combinaciones eficientes de varios procesos para obtener, en algún sentido, mejores resultados. Hablando en términos de un producto de cierta calidad, un administrador eficiente escogerá aquella combinación de actividades productivas que maximice la cantidad producida de los factores disponibles los cuales han dado características cualitativas. En este concepto, las características de calidad de los factores disponibles y del producto deseado especifican las variables de entrada en la función de producción (Koopmans, 1951: 33-34).

El problema de medir la eficiencia productiva de una industria es importante tanto para los teóricos como para los hacedores de política económica. Los argumentos teóricos relacionados a la eficiencia de diferentes sistemas económicos deben ser sometidos a pruebas empíricas. De manera similar, la planeación económica debe ocuparse de determinadas industrias, siendo importante conocer hasta qué punto una determinada industria puede esperar que incremente su output simplemente incrementando su eficiencia, sin absorber más recursos.

Para resolver este problema se han producido mediciones cuidadosas de algunos o todos los inputs y outputs de la industria, sin embargo se ha fallado en combinar esas mediciones con la finalidad de obtener una eficiencia satisfactoria. Este fracaso se dio en parte a una negligencia del lado teórico del problema. De hecho, por un gran tiempo fue considerada adecuada para medir la productividad promedio de la mano de obra, y para usarla como una medición de eficiencia. Esta no es una medición claramente satisfactoria, ya que ignora todos los inputs de ahorro de mano de obra, pero fue utilizado ampliamente por econometristas. Recientemente, los intentos han sido realizados para construir “índices de eficiencia”, en los que una medida ponderada de los inputs es comparada con los outputs (Farrell, 1957: 254-255).


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