BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

SOBRE LAS SOCIEDADES DE LA INFORMACIÓN Y LA DEL CONOCIMIENTO: CRÍTICAS A LAS LLAMADAS CIUDADES DEL CONOCIMIENTO LATINOAMERICANAS DESDE EL PARADIGMA ECOLÓGICO

Germán López Noreña



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9.2 LA CONCEPCIÓN DE CONOCIMIENTO Y EL DE PERSONA EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO PROPUESTA POR PETER DRUCKE

Para Peter Drucker en su concepción de Sociedad Del Conocimiento conduce a una restructuración de la economía política en la que la base fundamental lo es la persona. Situación que reviste de manera tajante un cambio en las relaciones sociales.

En contraste a la economía del conocimiento, en la que su propuesta central lo es el atender a un sector económico fundamentado en el conocimiento como información objeto de mercado, la Sociedad Del Conocimiento, supone circular de modo orgánico a través de personas activas. La persona toma el lugar protagónico en la actividad socioeconómica en la medida que se hace responsable de sus problemas (Del Valle y Michael Ruopolí en: http://paideia.uprrp.edu/Articulos/Volumen%204%20...).

Drucker en su propuesta de Sociedad Del Conocimiento, plantea la necesidad de la persona de actividades operacionales en comunidad. Comunidad que no niega la existencia de un mundo transnacional; De esta manera potencia el acontecer de lo glocal , con una persona apropiada del conocimiento en relaciones de tipo horizontal.

Roland Robertson es quizá uno de los primeros sociólogos en haber examinado el fenómeno social de la globalización. El pensamiento de Robertson sobre la globalización es un intento de entender las maneras en las que lo global y lo local interactúan para producir una "cultura global"

http://4.bp.blogspot.com/

Drucker nos dice en su obra La Sociedad Postcapitalista (1999) que ella es una Sociedad Del Conocimiento. Y nos argumenta que en un sistema capitalista, el “capital” es el recurso de producción crítico y está totalmente separado y hasta en oposición con el “trabajo”. Para luego decir, que en la sociedad hacia la cual nos estamos dirigiendo a grandes velocidades, es el el conocimiento y no el capital el recurso clave.

El que no puede ser comprado con dinero ni creado por capital de inversión. Y también en esta obra nos explica con cierto nivel de amplitud, la emergencia de la nueva economía, la Economía del Conocimiento . En la que como ya se dijo, en párrafos anteriores, su protagonista es el llamado trabajador del conocimiento, peyorativamente denominado como el trabajador de “cuello blanco”.

Más como un elemento complementario a la anterior apreciación, nos es posible decir en términos de Michael Del Valle y Ruopolí que:

Más que una nueva sociedad poscapitalista parece que la sociedad del conocimiento nos devuelve a paradigmas decimonónicos y a otros momentos históricos de la economía política.

Podríamos considerar a Drucker un “socialista utópico” a lo Robert Owen u otro John Meynard Keynes en tiempos neoliberales. Decimos esto porque Drucker conceptúa la sociedad del conocimiento como una sociedad necesaria que adviene, que atiende los límites del capitalismo (sus crisis) retomando aspectos del socialismo clásico como la cooperación, la educación para formar ciudadanos, las relaciones horizontales, y la responsabilidad social de la persona. Esta vuelta al pasado en la sociedad del conocimiento drukeriana implica una persona activa que es capaz de participar políticamente en su entorno. Es decir que la persona desarrolla la capacidad de producir conocimiento y de responder a contingencias.

Y qué hay de la persona en la propuesta Druckeriana. En ella menciona reiteradamente la figura de la “Persona Activa”. La que no es más que para sus propósitos la persona educada, concebida como aquella que manipula el conocimiento, en cualquier tipo de institución u organización.

Tipo de persona que en la concepción de Drucker se inscribe en los principios de pensadores de la Modernidad como Juan Jacobo Rousseau y Jon Stuart Mill quienes abogan por una persona educada y libre, para paradójicamente en su acepción instrumental alejarse de ellos. Esto a raíz de de la crítica manifiesta de este pensador a la enseñanza de los clásicos humanistas, y a no el repensar el presente y el devenir de las sociedades y las naciones.

En 1990, nuestro autor eje central de este apartado del libro, replantea el que estemos viviendo en las proximidades del siglo XX en una Sociedad del Conocimiento. Para él estamos en una fase inferior, la llamada Economía del Conocimiento, en la que no es necesaria la presencia de la persona educada y libre, como elemento dinamizador del cambio.

Cabe entonces preguntarnos, si el hecho de cambiar a las personas, educarlas y hacerlas el centro del proceso de la llamada por él La Sociedad de la Información, les hace libres y pensantes. En verdad conceptúo que no. Es más, considero que es un hábil sofisma de magnos alcances de distracción en aras de mantener una economía postcapitalista.

Luego, ya recorrido de manera breve los anteriores elementos del concepto conocimiento en la Economía y la erróneamente concebida Sociedad Del Conocimiento, nos aprestamos a lenguajear en términos de Maturana, sobre la llamada Ciudad del Conocimiento.


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