BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

APUNTES DE ECONOMÍA REGIONAL

Mario Alberto Gaviria Ríos




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2. La teoría del lugar Central

La teoría de lugar central fue elaborada por Walter Christaller20 a principios de los años treinta del siglo XX y modificada por August Lósch21 a fines de la misma década. Continuando en la línea de los anteriores teóricos alemanes como von Thünen, con su escenario agrícola, y Weber, con la localización manufacturera, Christaller retoma en su trabajo la forma en que se distribuyen en el espacio las actividades económicas y las poblaciones.

En 1933 se publicó en Alemania el trabajo clásico de Walter Christaller, Los lugares centrales en Alemania meridional, que dio origen a una teoría sobre la distribución y jerarquización de los lugares centrales en un espacio isotrópico. Dicha obra sentó las bases para explicar la organización de las redes urbanas, teorizando sobre las pautas de ordenación de los núcleos urbanos considerados como centros de servicios que equipan a la población circundante.

La teoría se llamó «de los lugares centrales» porque en ella se asume que allí donde se prestan servicios se acercan las personas para obtenerlo. De esta manera aparece un punto en el espacio que organiza el territorio en torno a sí, dada una lógica de comportamiento económico que gobierna la aparición de servicios y sus posibilidades de triunfar.

De manera concreta el problema que se planteó Christaller fue el de la localización óptima de las actividades comerciales y de servicios en una región cualquiera22. Para ello partió de dos conceptos claves: el alcance físico del mercado y el umbral de la demanda. El alcance físico lo entendió como la distancia más grande que el agente consumidor está dispuesto a viajar para comprar una mercancía o servicio, a un determinado precio de mercado. Definió el umbral de la demanda como el monto de ventas mínimas que le permiten a la empresa permanecer dentro del negocio. Todo bien y/o servicio es ofrecido solo si su alcance supera el umbral.

Según eso último, toda empresa que ofrezca un producto o servicio necesita una cantidad de población mínima que lo demande para poder tener los ingresos que le mantienen como negocio. Cuanto más caro o especializado sea el producto o servicio mayor es la población mínima que necesita tener alrededor para asegurar ese umbral.

De la misma manera, un consumidor estará dispuesto a desplazarse más lejos para obtener servicios más caros y especializados que para los servicios normales, es decir, el alcance físico del mercado es mayor. Así, es normal que las personas estén dispuestas a desplazarse muchos kilómetros y durante muchas horas para ir a un hospital, pero no para comprar una barra de pan.

Esto quiere decir que para un espacio delimitado, el número de lugares centrales que ofrecen servicios caros o especializados es menor que el de aquellos que ofrecen servicios baratos. Así, habrá menos hospitales, asesorías jurídicas o empresariales y tiendas de muebles, que kioscos, tiendas de alimentación, bares y panaderías. De esa manera se establece una jerarquía de lugares centrales, donde aquellos de orden inferior serían los más pequeños y numerosos, y los de orden superior aquellos con mayor tamaño y más escasos.

Los supuestos de la teoría de los lugares centrales:

La superficie terrestre es completamente plana y homogénea. En términos técnicos, un plano isotrópico.

El plano es ilimitado, esto es, sin fronteras.

En cualquier punto del plano, la tierra es uniforme en sus características físicas (y químicas).

En este plano isotrópico no existen barreras al movimiento, por lo que el movimiento ocurrirá en todas direcciones con la misma facilidad y mediante el uso de un solo tipo de transporte.

Los costos de transporte son exactamente proporcionales a la distancia.

Todas las fuentes de material requeridas para el desempeño de las actividades económicas, están igualmente disponibles en cualquier sitio y tienen el mismo costo.

La población se encuentra distribuida de manera perfectamente uniforme sobre el plano.

La población cuenta con idénticos ingresos (poder de demanda), gustos y preferencias.

Tanto productores como consumidores tienen un perfecto conocimiento del mercado y actúan de manera perfectamente racional.

El precio de cada producto está definido exógenamente.

La teoría de los lugares centrales parte de la función de demanda neoclásica para definir la elasticidad de demanda respecto a la distancia. Definiendo al precio real (Preal) pagado por el demandante de un bien o servicio, como igual a la suma del precio de mercado (P) y los costos de traslado o distancia23, y dado que existe una relación inversa entre el precio y la cantidad demanda de un bien o servicio (Q), es posible establecer una relación similar entre el precio real y las cantidades demandadas (gráfico 5)24.

Gráfico 5. Elasticidad de la demanda respecto a la distancia

Si se supone dado el precio de mercado y se retoma una idea anteriormente planteada, según la cual un consumidor estará dispuesto a desplazarse más lejos para obtener servicios más caros y especializados que para adquirir los servicios normales, se puede establecer que la demanda de bienes básicos es más sensible a las variaciones en la distancia, su elasticidad (ę) es mayor, respecto a la demanda de bienes de lujo y/o especializados.

Si se hacen girar las gráficas anteriores de elasticidad de la demanda respecto a la distancia, en el sentido de las manecillas del reloj, 360° sobre el eje vertical, se generará un cono que representa la demanda hipotética total para un bien25 (gráfico 6). En dicho gráfico se incluye igualmente el cono de umbral que, como se señaló, marca el monto de ventas mínimas que le permiten a la empresa permanecer dentro del negocio, en otras palabras, el nivel donde se obtiene la ganancia media del mercado; por lo que la diferencia entre el umbral de demanda y el alcance físico del mercado es un área de ganancias extraordinarias.

Gráfico 6. Demanda total para un bien o servicio

En ese sentido se puede esperar que, con una sola firma,

UMBRAL ≤ ALCANCE

En condiciones de competencia,

UMBRAL = ALCANCE

Para mostrar esto se parte de una situación donde la oferta de un bien o servicio (x) se inicia con la instalación de una firma en el plano isotrópico, en un punto al azar. Con este hecho se destruye la uniformidad del área y se inicia un proceso de competencia dinámica, donde las ganancias extraordinarias atraen otras firmas.

Como la firma que ofrece el bien (x) no puede proveer a los consumidores más allá de su propio alcance físico, entonces surgirán nuevos productores para ofrecer el mismo tipo de bien a los consumidores no cubiertos. Ya que el modelo supone que el umbral de mercado, el precio, el alcance físico y las tasas de transporte son las mismas para todos los nuevos productores, entonces el proceso de ocupación del territorio es el siguiente (figura 3).

Figura 3. Dinámica de conformación de lugares centrales

Esas áreas de mercado desatendidas atraerán nuevas firmas oferentes. De esa manera, conforme entren más firmas, el tamaño del alcance físico para cada oferente que participa en el mercado va a disminuir, pues el espacio debe repartirse entre más competidores, hasta que:

Si se considera la existencia de más firmas oferentes del bien (x), el área circular descrita se convierte en hexagonal, ya que las áreas circulares suponen la existencia de pequeños espacios geográficos no abastecidos por ninguna firma. La red de hexágonos resulta eficiente, ya que agota la totalidad del área servida, por lo que el área del alcance (área de mercado) de una firma tendrá forma hexagonal, para garantizar la oferta de ese bien o servicio a todo el espacio isotrópico (figura 4).

De manera más formal se puede mostrar esto considerando la ubicación en el plano isotrópico de dos (2) firmas que ofrecen el mismo bien a un consumidor que se encuentra en un punto determinado de dicho plano. El problema que se enfrenta se resume en la siguiente pregunta ¿Dada su localización en el espacio, en qué condiciones es indiferente para ese consumidor comprar el producto a A o a B?, siendo ambos productos homogéneos y con un precio de mercado igual, dado el supuesto de competencia perfecta.

Figura 4. El hexágono como la figura que maximiza el uso del espacio

La solución a dicho problema permite definir el límite del área de mercado para una firma y una representación del mismo es la que aparece en el gráfico 7.

Gráfico 7. Límite del área de mercado para una firma

En el gráfico 7 aparecen los gradientes de precio que, al partir del mismo nivel de precio de mercado26, representan el comportamiento del precio real del bien para el consumidor según el nivel de desplazamiento que deba realizar para adquirir dicho bien a cada una de las firmas que lo ofrecen.

En la situación planteada, donde se mantienen como supuestos la existencia de un plano isotrópico donde no existen barreras al movimiento y los costos de transporte son exactamente proporcionales a la distancia, resulta más ventajoso para el consumidor adquirir el bien a la firma B, dado que el desplazamiento es menor y, en consecuencia, el precio real es menor.

El límite de área de mercado se define como el punto del espacio geográfico en el cual al consumidor le resulta indiferente comprar el producto a A o a B. Sean fa y fb las tarifas de transporte en que se incurre en el desplazamiento para comprar A y B en forma respectiva, en ese punto se debe cumplir que el precio real pagado por el consumidor sea el mismo en ambos casos, es decir:

Pa+fa.a=Pb+fb.b (4)

Donde “a” representa el bien (x) ofrecido por A y “b” el mismo bien ofrecido por B

Pa-Pb=fb.b-fa.a

Dividiendo por fb:

b-fafba= Pa-Pbfb

Esta última igualdad expresa una familia de curvas – límites de áreas de mercado, denominadas hipercírculos.

En la explicación de su escala jerárquica de lugares centrales, Christaller parte de la definición de la estructura espacial de distribución para un bien de orden superior, ofrecido por una red de centros de orden superior (A). Analizando el caso del bien de orden inferior, considera que las correspondientes unidades que lo ofrecen se localizarán allí donde ya existe la oferta de orden superior, esto es, en los centros de tipo A, para así disfrutar de economías de aglomeración.

Dado que el alcance del bien inferior es más limitado que el del bien superior, quedarán sobre el territorio áreas no satisfechas por parte de algún oferente; en consecuencia, se podrán tener, de forma equidistante de cada triada de centros A, una localización productiva del bien inferior y, por tanto, un distinto sistema de centros de orden B (inferior a A).

En términos de una estructura en “panal” de las áreas de mercado de los centros A, los centros B se localizarán en cada una de las esquinas de los correspondientes hexágonos. Así, se puede observar que (figura 5)27:

Cada centro de orden superior oferta el bien correspondiente a su nivel jerárquico y todos los bienes de orden inferior.

Para cada uno de los centros de orden superior existe, en cascada, una pluralidad de centros de orden inferior, hasta llegar a la aglomeración de nivel más bajo (la aldea, el poblado, el barrio) que es el caso más abundante.

Figura 5. La organización jerárquica de los lugares centrales

Por su parte Lösch presenta una versión del principio de jerarquía más formalizado y con mayor fundamentación económica. Construye de esa manera un patrón de organización espacial sobre la base de un modelo de competencia monopolística y, por tanto, sobre la base explícita de funciones de coste y de demanda individual y de un equilibrio económico-espacial estable, alcanzado gracias a la posibilidad de entrada de nuevas empresas en el sector.

Así mismo, en su análisis Lösch abandona la hipótesis de que cada centro desarrolla, además de la función que caracteriza a su rango, también todas las demás funciones inferiores. Así, admite la posibilidad de especializaciones productivas de los centros, por lo que cada centro puede acoger incluso sólo la función propia de su nivel jerárquico28.

En síntesis, la teoría del lugar central logra describir la estructura de centros de distribución de bienes y servicios en una situación donde el coste de transporte es soportado principalmente por el consumidor. La hipótesis de que los centros mayores desarrollen todas las funciones inferiores, además de la propia, encuentra un gran apoyo empírico.

La solución obtenida responde a criterios de racionalidad ya que está construida sobre hipótesis de optimización: minimización de los costes de transporte para los consumidores; maximización del numero de oferentes; minimización del número de centros para alcanzar economías de aglomeración y reducir las inversiones en redes de transporte; y maximización de los beneficios de las firmas.

En cuanto a los aspectos que aún deben resolverse en el modelo de lugares centrales, se pueden señalar:

i) la función de costes es independiente de la localización;

ii) las distintas producciones están simplemente yuxtapuestas y agregadas sobre el territorio pero no existe ningún mecanismo de interdependencia

iii) si bien inicialmente se considera una distribución homogénea de la población sobre el territorio, el resultado del modelo indica una concentración de esa población en los centros urbanos de creciente nivel jerárquico;

iv) es inexistente cualquier economía de localización, esto es, de ventaja aglomerativa para productores pertenecientes al mismo sector.


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