BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

APUNTES DE ECONOMÍA REGIONAL

Mario Alberto Gaviria Ríos




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2.4 Las economías de aglomeración

En los inicios del siglo XX Alfred Weber consideró el costo del transporte como la variable clave para la localización de las actividades económicas, pero aceptó la influencia de otros factores, como el precio de la mano de obra que asumió constante en una región. Al incorporar las economías de aglomeración en su análisis, observó que ellas podían llegar a compensar el aumento de los costos de transporte derivados de una decisión de localización que centrará su atención en las mismas.

Para lo anterior, consideró que si varias empresas manufactureras se encontraban ubicadas en una región, todas obtenían mayores beneficios por ello fruto de los ahorros que se podían generar al contar con una mano de obra especializada, proveedores, servicios, mercados cercanos, entre otras. De esta forma, se observó que la concentración de recursos favorece las economías de aglomeración y, en esa medida, atrae la inversión productiva e impulsa el desarrollo regional (Aznar y Vinas, 2005).

Recuadro 2

Siguiendo a Camagni (2005), si se define el término economías de aglomeración como aquellas ventajas que se derivan de una estructura espacial concentrada, se pueden clasificar tales economías en:

Internas a la empresa: economías de escala de tipo productivo, distributivo y financiero, que favorecen la conformación de un menor número de empresas de mayor tamaño, que atienden áreas de mercado no superpuestas por las unidades productivas individuales.

Externas a la empresa e internas a la industria: economías de localización por concentración de empresas de una misma industria, que se derivan de la posibilidad de compartir:

mercados conjuntos de trabajo cualificado

servicios y suministros especializados

difusión conocimiento (ósmosis tecnológica)

Externas a la industria: economías de urbanización que se derivan de la posibilidad de compartir:

buenas infraestructuras

formación de la población

servicios institucionales.

De manera reciente, a partir de lo que se conoce como primera y segunda naturaleza geográfica de la economía espacial, se plantea que algunas regiones son favorecidas inicialmente en virtud de sus recursos naturales o de la proximidad que tengan con ríos, puertos y fronteras. Luego, por la interacción que se propicia entre los agentes económicos, esa región se ve beneficiada por retornos crecientes a escala; en consecuencia, esas regiones tienden a tener una alta productividad y las fuerzas de aglomeración generan círculos virtuosos que auto refuerzan el desarrollo. Se concluye entonces que la primera y segunda naturaleza geográficas interactúan en la determinación de la ubicación de la actividad económica (Aznar y Vinas, 2005).

De esta manera, el enfoque de las aglomeraciones, aunque reconoce los movimientos interregionales de factores del planteamiento neoclásico, considera que el rendimiento de éstos depende de las economías de aglomeración6, por lo que los diferenciales de productividad y el crecimiento interregional desequilibrado que de ello se desprende no se resuelven con el mercado. En ese sentido, el objetivo de política es elevar la productividad y la eficiencia de las inversiones privadas en las regiones rezagadas.

En coherencia con el enfoque de las aglomeraciones, Lotero (2005) presenta evidencia que revela que las brechas interregionales de la productividad industrial en Colombia se acentuaron durante los noventa; no obstante, advierte que esos niveles de productividad en las regiones de mayor desarrollo industrial siguen siendo bajos, porque el proceso de aglomeración en países periféricos es diferente al ocurrido en los centros: al ser importadores y no creadores de tecnología, se limitan las posibles externalidades tecnológicas.

No obstante, este proceso acumulativo encuentra límites. En primer lugar, los costes de transporte para los productos de las empresas se elevan de manera exponencial con el aumento del área servida, tendiendo a superar las ventajas de las economías de aglomeración. En segundo lugar, tiende a observarse la formación de costes crecientes o deseconomías, por la escasez de factores menos móviles, como la tierra, o la aparición de fenómenos de congestión (Camagni, 2005).

En relación con ello, Krugman (1992) observa que la localización de las actividades productivas se encuentra inmersa en un proceso causal de fuerzas que estimulan y frenan la concentración geográfica de esas actividades, las cuales llama fuerzas centrípetas y fuerzas centrifugas en forma respectiva. Así, la tensión entre estas dos fuerzas moldea la evolución de la estructura espacial de la economía.

El modelo que elabora Krugman para analizar las relaciones de los rendimientos crecientes con la aglomeración espacial, considera la interacción entre las fuerzas centrípetas que promueven la concentración geográfica de las actividades económicas y las centrífugas que operan en la dirección opuesta:

Las fuerzas centrípetas de la columna izquierda se corresponden con la trilogía clásica de las fuentes de las economías externas, según Marshall. Las fuerzas centrífugas de la derecha, inspiradas en el modelo de Von Thünen, tienen que ver, respectivamente, con la tierra y los recursos naturales; los precios del suelo que van aumentado con la concentración; y la congestión que es generada por la aglomeración.


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