BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

PROGRESO Y BIENESTAR

Hugo Salinas




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CAPÍTULO VI. LA PARTICIPACIÓN DIRECTA, BASE DE UNA DEMOCRACIA DIRECTA

Lo que es diverso no está desunido, lo que está unificado no es uniforme, lo que es igual no tiene que ser idéntico, lo que es diferente no tiene que ser injusto.

Boaventura DE SOUZA SANTOS

Para que la actividad económica se encuentre bien enmarcada en el objetivo supremo de satisfacer las necesidades de todos y cada uno de los habitantes, ¿cuáles serían las instituciones que mejor se adapten a esta Gran Transformación? ¿Ellas ya existen, o es necesario crearlas?

Como consecuencia de las “discrepancias entre la teoría y la realidad de las economías estudiadas”, el profesor Robert Boyer, uno de los principales creadores de la Escuela de la Regulación francesa, se pregunta: “¿Y si, al contrario, la lógica, el origen, y la decadencia de formas institucionales fueran parte integrante de otra forma de analizar la economía?” Por su parte, el profesor Maurice Godolier nos habla de “la racionalidad económica intencional. Por racionalidad intencional se entiende un sistema de reglas sociales conscientemente elaboradas y aplicadas para alcanzar de la mejor manera un conjunto de objetivos.” A fin de ilustrar el cometido, el profesor Boaventura De Souza Santos dice: “lo que es diverso no está desunido, lo que está unificado no es uniforme, lo que es igual no tiene que ser idéntico, lo que es diferente no tiene que ser injusto.”

Y es el profesor Lester Thurow, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, quien pregunta sin ambages. “El gobierno representativo (que consiste en hacer circular la opinión de los electores a través de la voz de los diputados y de los senadores) fue inventado para remediar la lentitud de los sistemas de transporte y de comunicación en la América post-colonial. Con las técnicas modernas que permiten a cada uno, gracias a la electrónica, votar directamente sobre todos los problemas, ¿tenemos aún necesidad de un gobierno representativo?”

Debemos anotar, no obstante, la salvedad expresada por Pierre Levy: “las innovaciones técnicas hacen posible o condicionan la aparición de tal o cual forma cultural, […] pero ellas no lo determinan necesariamente.” Porque, además, “construir un concepto es distinguir y definir los problemas que apunta a resolver, en un orden que los haga inteligibles y solubles,” nos aconseja el profesor Maurice Godolier, uno de los fundadores de la antropología económica francesa.

En lo que sigue trataremos de explicitar las instituciones que, a nuestro entender, mejor reflejarían una economía de mercado en donde su Sector 2 instaurará una Remuneración de Base para todos los habitantes del país, como producto de la repartición, en partes iguales, de la totalidad de las utilidades de sus empresas; de un Fondo Económico que incluye la totalidad de los recursos materiales y financieros del país, y que deberá pertenecer a todos los habitantes del país en igualdad de condiciones.

En definitiva, se trata de auscultar, cuáles serían las instituciones que mejor se adapten al nacimiento de un nuevo mundo, en donde las diferencias serán reconocidas a plenitud, en donde exista el reconocimiento real de todas las etnias, nacionalidades, lenguas, usos y costumbres, actualmente existentes en todas partes del planeta.


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