BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

PROGRESO Y BIENESTAR

Hugo Salinas




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D. ECONOMÍAS NO MONETARIAS Y LA PARTICIPACIÓN DIRECTA

“La teoría económica tiene por vocación tratar los intercambios monetarios – pero algunas veces también, según los autores, la economía no monetaria – entre individuos racionales,” anota el profesor Bernard Guerrien.

La economía monetaria comprende varios tipos de actividad. Dentro de ellos podemos señalar, primero, a la economía de mercado, en el sentido de intercambios expresados en precios y unidades monetarias. Segundo, una economía monetaria administrada por el Gobierno a través de precios, cantidades, calidades, etc. Podríamos calificarla como una economía distributiva.

En este párrafo nos ocuparemos de la economía no monetaria, aquella que no está regida ni por precios ni por unidades monetarias. No obstante, una gran parte de ella se base en los intercambios.

a. La Participación Directa en los dos primeros procesos de trabajo

Durante la vigencia del proceso de trabajo a mano desnuda y, luego, con herramientas, la regla general es la Participación Directa de las personas en todos los dominios tanto de la actividad económica como de la actividad social. Este es el testimonio del antropólogo, profesor Marshall Sahlins: “estamos actualmente en capacidad de probar que los pueblos viviendo de la caza y de la pesca trabajaron menos que nosotros; y que lejos de ser una actividad continua, la búsqueda de alimentos es, para ellos, una actividad intermitente; que gozan de un tiempo libre abundante, y duermen más durante el día, por persona y por año, que en cualquier otra sociedad.”

Ellos gozan de una economía de abundancia con una repartición más o menos igualitaria del resultado de la actividad económica. El clima de armonía y de bienestar que genera este tipo de repartición se manifiesta en todos los campos de la vida colectiva. “Un día o dos de trabajo alternando con un día o dos de descanso, en donde se pasea libre por los campos. Aun cuando la búsqueda de alimentos constituyó la principal actividad de producción, ‘las personas, escribe Lee, se entregan en la más grande parte del tiempo (cuatro o cinco días por semana) a otras ocupaciones tales como descansar en su propio terreno o visitar a sus vecinos’ (1969, p. 74)". “No hay nada exacto tampoco en la idea corrientemente transmitida en el sentido de que los cazadores y recolectores afrontaron dificultades en gran medida para asegurar su supervivencia que no les quedó tiempo libre” concluye Marshall Sahlins.

b. Marcel Mauss y el Don

Marcel Mauss introduce su libro “Essai sur le don” con unos versos anónimos de la antigua Edda escandinava, sobre las particularidades del don. Tomemos algunos versos.

“Nunca he encontrado hombres tan generosos

Y muy predispuestos a alimentar a sus invitados

Que ‘nunca toman lo que le devuelven’,

Ni hombre tan (desprendido de sus bienes)

Que recibir en contrapartida le es desagradable.

Con el intercambio de armas y vestidos

Los amigos deben sentirse felices,

Porque cada uno lo sabe por experiencia

Que aquellos que se hacen regalos mutuamente

Son las amistades que más duran,

Si las cosas logran su objetivo.

Se debe ser un amigo

Para su amigo

Y devolver presente por presente

Se debe devolver risa por risa

Y dolo por mentira.”

Sobre la base de sus estudios en Polinesia, Melanesia y el noroeste americano, Marcel Mauss precisa que en cada uno de esos intercambios “con carácter voluntario, por así decir, aparentemente libres y gratuitos, son prestaciones obligadas e interesadas. Se encuentran recubiertas casi siempre de la forma de un regalo, de un presente ofrecido generosamente; sin embargo, en el gesto que acompaña la transacción, hay solamente ficción, formalismo y mentira social. Lo que existe en fondo es obligación e interés económico.”

“Además, lo que intercambian no son solamente bienes y riquezas, muebles e inmuebles, cosas útiles económicamente. Son, sobre todo, intercambio de cortesía, festejos, ritos, servicios militares, mujeres, niños, danzas, fiestas, ferias, en donde el mercado es solamente un momento, y en donde la circulación de riquezas no es más que uno de los aspectos de un contrato mucho más general y permanente. En fin, estas prestaciones y contra prestaciones se realizan bajo una forma mayormente voluntaria […], aun cuando en el fondo son rigurosamente obligatorias, bajo pena de guerra privada o pública.”

El don o “prestación total” para Mauss estaría compuesta entonces de tres partes: la prestación inicial, la obligación de recibir los presentes, y la obligación de efectuar presentes igualmente. Ellas son las tres obligaciones: dar, recibir y devolver. Ellas contienen “la forma arcaica del intercambio: aquella del don dado y recibido”

c. El círculo económico y el Don

Jacques Derrida agrega: “Esta figura [el círculo] se encuentra en el centro de toda problemática de l’oikonomia, como en toda la actividad económica: intercambio circular, circulación de bienes, productos, signos monetarios o mercancías, amortización de gastos, ingresos, sustitución de valores de uso y de valores de intercambio. Este motivo de la circulación puede dar a pensar que la ley de la economía es el regreso – circular – al punto de partida, al origen, a la casa también.”

Jacques Derrida concluye de esta forma: “hasta podríamos decir que un libro tan monumental como l’Essai sur le don, de Marcel Mauss, habla de todo salvo del don: el libro trata de la economía, del intercambio, del contrato (do ut des), de la subasta, del sacrificio, del don y del contra-don; en suma, de todo aquello que, en el mismo evento, empuja al don y a anular el don.”

“La economía no monetaria corresponde a una economía en la cual el principio prioritario es la reciprocidad: Es decir, corresponde a la relación establecida entre grupos o personas gracias a prestaciones que toman sentido solamente en la voluntad de expresar una relación social entre los que participan en la acción. Sin embargo, esta acción no es sinónimo de altruismo y de gratuidad. Esta acción se caracteriza sobre todo por una mixtura de desinterés y de interés. Pero si la reciprocidad no debe ser idealizada, en cambio, se la debe distinguir del intercambio mercantil, puesto que la economía no monetaria es indisociable de relaciones humanas que ponen en juego sentimientos de reconocimiento y de poder.”

d. El trueque

El trueque es una práctica económica basada en el intercambio de unos bienes contra otros sin la intervención de precios y de unidades monetarias. Esta práctica es muy anciana y continúa a pasar las barreras del tiempo. “El trueque sustituye al dinero en tiempos de crisis económicas y Internet ayuda a desarrollarlo, nos dice Jack Izzard. […] Internet ofrece a la gente la suerte de experimentar otras formas de moneda – 40,000 británicos son parte de intercambios locales denominados Lets – en donde los miembros intercambian bienes y servicios.”

“La falta de trabajo asalariado y la dificultad para colocar bienes y servicios producidos de modo autónomo en los mercados formales como consecuencia del estrechamiento del mercado, es una característica de la Argentina de los últimos años. […] En este contexto aparece en nuestro país el mecanismo del trueque como una alternativa a esta situación.”

“Krista Vardabash, de la Asociación Internacional de Intercambio (IRTA), está convencida de que el trueque no acabará con el dinero corriente, pero que será una seria alternativa. 'Las pequeñas comunidades de individuos utilizarán una divisa propia', asegura. Algo así ya ocurre en los denominados bancos de tiempo, donde los individuos intercambian sus habilidades (un corte del césped a cambio de pintar la casa, por ejemplo). Según datos de IRTA, el intercambio movió 6.700 millones de euros en 2004. El 10 o el 20% de la publicidad en el mundo se mueve por intercambio, en acuerdos bilaterales.”

Mercedes de la Rosa, redactora del diario español El País, nos dice que “en tiempos de crisis no hay tiempo ni recursos para devaneos. Hay que ir al grano, maximizar esfuerzos y confiar. Es necesario volver a sistemas y pilares básicos, muchas veces eclipsados por otros aparentemente más atractivos. Tal y como explica el psicólogo Miguel Casas, del Instituto de Psicología de Barcelona, 'el ser humano utiliza el mecanismo de cambio de valores y creencias para adaptarse al estrés y para aprender a vivir nuevas situaciones difíciles'. En momentos como éste, el cambio es forzado. Apuesta por desacelerar el ritmo y recuperar los valores no materiales, aquellos que en épocas más boyantes dábamos por supuestos. 'Se tiende a disfrutar más de las pequeñas cosas; de la salud, la familia, la amistad, el apoyo o la necesidad de confianza'.”

Los linderos entre el trueque y la economía solidaria no son fáciles de establecer. Su fundamento anima la búsqueda de nuevas formas de economía que escapen de aquella que es esencialmente mercantilista, utilitarista, depredadora y excluyente.

e. Economía doméstica

La economía doméstica es una economía de autoconsumo y al interior de las familias. Se la podría incluir dentro de las economías de autoconsumo anteriores a las economías de mercado. Sin embargo, es necesario precisar que las economías domésticas no representan lo esencial de la actividad económica, mientras que la economía de autoconsumo anterior al proceso artificial de producción representaba lo esencial de la actividad económica. Actualmente, la economía doméstica se orienta a los trabajos de casa, jardinería, mantenimiento y mejora de la habitación; y todo aquello que será consumido al interior de la familia. De ahí que, ella se encuentra reglada por las costumbres socioculturales de las familias, y el poder adquisitivo de las mismas. Es una economía de Participación Directa.

Las características de la economía doméstica hacen que sea difícilmente mesurable a pesar de su inmensa contribución al bienestar de la familia y de la sociedad. Así tenemos que “el 80% de actividades de cuidado a las personas continúan a ser desarrolladas por las mujeres dentro de una economía doméstica, la misma que es ignorada por las estadísticas.” “Existe un gran apego en nuestros días a la idea que únicamente lo que es cuantificable es importante para el análisis, lo que ha inducido a error a un gran número de economistas en el mundo, y en general,” nos indica el profesor Friedrich Hayek.

f. La “producción” inmaterial y la economía no monetaria

La economía no monetaria, en tiempos modernos, adquiere nuevos perfiles. Y es que el desarrollo del proceso de trabajo de concepción viene acompañado de una gran fuerza de desmercantilizar al acto económico. En tiempos, en donde todo tiene un precio; en donde los valores y conciencias se compran y se venden, los bienes económicos que ofrece el proceso de trabajo de concepción tratan de imponerse dentro de un espíritu de humanización del acto económico. Y es precisamente Internet, esta nueva tecnología, esta nueva herramienta de trabajo, de diversión, de encuentro y rencuentro, ya bien instalada dentro de nuestro medio; que ha atravesado todos los cerros, valles y selva; es la que contiene las características para que la economía no monetaria se desarrolle mucho más intensamente.

En abril 2009, Vinton G. Cerf, “padre” de Internet, creador de los protocolos de comunicación TCP/IP, el lenguaje informático que estructura la red, y Tim Berners-Lee, creador de la World Wide Web, fueron investidos doctores “honoris causa” por la Universidad Politécnica de Madrid. Ahora, los ingenieros de la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio de los Estados Unidos) han logrado con éxito enviar docenas de imágenes hacia y desde una nave espacial ubicada a más de 32 millones de kilómetros de la Tierra. Las nuevas tecnologías hacen que la palabra “globalización” tenga un contenido mucho más amplio, y en varios sentidos.

No confundir Internet con WWW (World Wide Web). Mientras que “Internet es un conjunto descentralizado de redes de comunicación, […] la WWW es un conjunto de protocolos que permite, de forma sencilla, la consulta remota de archivos de hipertexto”. Es decir, la WWW, o muy corrientemente conocida como la página web, es uno de los servicios que se pueden obtener a través de Internet.

Al respecto, “en abril 1993 CERN acuerda que cualquiera podría utilizar el protocolo de la web sin costo alguno. Esto, en parte, fue una reacción ante el anuncio de la Universidad de Minesota de cobrar por el uso de su protocolo Gopher. […] En setiembre 1994 Tim Berners-Lee fundó la World Wide Web Consortium (W3C) en el Instituto Tecnológico de Massachusetts […] para crear estándares y recomendaciones que mejoren la calidad de la Web. Berners-Lee hizo que la Web sea disponible en forma gratuita para todos, sin patentes ni derechos de autor.”

Actualmente existen otros servicios de la Web que son gratuitos como el servicio de correo electrónico, la transmisión de archivos, la conversación en línea, los mensajes instantáneos, la comunicación multimedia (videoconferencia, por ejemplo), los juegos en línea, etc. Es de esperar que, pronto, incluso el servicio de Internet será gratuito. Las nuevas tecnologías pertenecientes a la nueva economía facilitan los intentos de “desmencantilizar” el acto económico.


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