BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

PROGRESO Y BIENESTAR

Hugo Salinas




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A. CREACIÓN Y DESARROLLO DE EMPRESAS DEL SECTOR 2

Uno de los motores esenciales para despegar una economía de mercado de interés general es la creación y desarrollo de las empresas del Sector 2. Cuanto más crezcan las utilidades de sus empresas, tanto más grande será la Remuneración de Base que recibirá cada uno de los habitantes del país, en igualdad de condiciones. De esta forma, el crecimiento de la economía se convierte en un incremento de bienestar para todos, sin ninguna restricción.

Ya Hildebrando Pozo, refiriéndose a las economías agrícolas, escribía esto: “En cuanto se refiere al régimen económico de la tierra, queda planteado en este dilema: o continuamos viviendo la ruta impresa por las modalidades económicas coloniales, […]; o, en cambio, canalizamos las aspiraciones comunitarias de conservar los ayllus, sus tierras, orientándolas hacia la doble finalidad de modernizar las instituciones que actualmente las poseen, para racionalizar la producción y dar un nuevo contenido ideológico a la conciencia de nuestras masas sociales.”

De ahí todo el interés de despejar esencialmente tres interrogantes. Primero, ¿cuál sería el espacio económico de inicio en la creación y desarrollo del Sector 2? Segundo, puesto que tanto el proceso artificial de producción como el proceso de trabajo de concepción se desarrollan en términos de una economía de mercado, ¿el objetivo esencial sería el de maximizar las utilidades de sus empresas? Tercero, ¿cómo garantizar, en el tiempo, un crecimiento acelerado y sostenido del Sector 2, fuente de desarrollo y bienestar?

a. ¿En qué país nacerá la Gran Transformación?

Una vez aceptada la idea, según la cual la solución se encuentra en la instalación de una economía de mercado de interés general, la pregunta que surge naturalmente es: ¿en qué país debería comenzar su instalación: en uno de los países altamente desarrollados, o en un país del Tercer Mundo? ¿O acaso, la instalación de esta economía mixta con dos tipos de repartición debe realizarse de una vez por todas a nivel mundial?

i. ¿La Gran Transformación exige una acción unísona a nivel continental?

La Gran Transformación a nivel continental, al unísono, tiene partidarios de fuerza desde los principios del siglo XX. La revolución continental es uno de los slogan que ha impregnado la consciencia y el trabajo diario de propaganda, en un gran número de países, de muchas personas, asociaciones e incluso de organizaciones políticas. Además, las características del proceso artificial de producción lo estarían respaldando. Esta forma de trabajar ha creado un solo espacio económico a nivel del planeta Tierra, desde hace seis siglos aproximadamente. Argumento más que suficiente para intentar su instalación, al unísono, a nivel continental o mundial. Tanto más que, hoy en día, el aire de globalización acelerada de la economía lo estaría confirmando.

Sin embargo, nuestro punto de vista difiere de dicha proposición. Aun cuando el proceso artificial de producción condiciona una economía-mundo, no podemos desestimar la fuerza de la Configuración Mundial impuesta a partir de la Repartición Individualista del Resultado Neto de la actividad económica.

Una de sus características es la división artificial de este espacio económico, único y abstracto a nivel mundial, en varias fracciones que han tomado la forma de países con sus propios linderos. Los límites territoriales de los países se han impuesto en el quehacer económico y en el comportamiento de las personas y de las organizaciones sociales, políticas y económicas.

Asimismo, por la propia dinámica de la Repartición Individualista del Resultado Neto, el planeta Tierra se ha polarizado en países del Norte y en países del Sur. Los primeros concentran el desarrollo de la ciencia, la tecnología de punta, y acaparan la casi totalidad del Valor Agregado por los países de la periferia. Los segundos, dependientes de los primeros, se han sumergido en la pobreza, desempleo, marginación e inmensas deudas externas con relación a sus débiles economías.

Este panorama del mundo actual nos estaría indicando que sería mucho más “fácil” iniciar la instalación de una economía de mercado de interés general comenzando por uno de los países del Norte.

ii. Aparentemente es más simple comenzar en uno de los países desarrollados

Al parecer, todo indica que en uno de los países del Norte, y muy particularmente en los Estados Unidos, se encuentran las condiciones propicias para iniciar la creación del Sector 2 de una economía mixta de interés general. Revisemos algunos hechos importantes de su economía y de su sociedad.

Primero. Su actividad económica ha desarrollado a la máxima expresión el proceso artificial de producción, motivo por el cual, en términos de crecimiento, lidera actualmente las economías del mundo. Segundo. Estados Unidos alberga a las empresas multinacionales más grandes del mundo y de mayor volumen de utilidades, lo que confirma su posición hegemónica. Tercero. Las empresas que constituyen la columna vertebral de la economía mundial residen y tienen por domicilio legal a dicho país. Cuarto. Todas estas empresas tienen el sentimiento de trabajar de una manera autónoma con relación al poder central de la administración pública. En un cierto modo, podríamos decir que, en los Estados Unidos, existe una tendencia a desligar la economía de la política. Quinto. Cuenta con una población habituada, por varios siglos, al comportamiento que traduce una economía de mercado, en donde los procesos de trabajo precedentes prácticamente no existen.

Todo ello facilitaría la creación y desarrollo del Sector 2 en su seno. Además, existe una masa de utilidades bastante importante, generada por las empresas que pasarían a conformar el Sector 2. Su Repartición Igualitaria entre todos los habitantes (Remuneración de Base de cada uno) permitiría la eliminación inmediata de la pobreza en este espacio económico. Por otro lado, el tamaño del Fondo Económico con el que contaría el Sector 2 de la economía norteamericana garantizaría la creación de nuevas empresas y el desarrollo de las existentes en dicho sector. De esta forma, la demanda interna en Bienes de Necesidad Básica sería resuelta rápidamente, y el desempleo se eliminaría en un plazo muy breve.

Sin embargo, el punto débil de esta alternativa es que, tanto los empresarios como los ciudadanos en general, actúan muy naturalmente con el comportamiento que trasunta la Repartición Individualista. En el espíritu de casi toda la sociedad se encuentra muy fuertemente enraizada la noción de que las utilidades de la empresa pertenecen a los propietarios o accionistas de la empresa.

No obstante, quedaría todavía una luz de esperanza si recordamos que es precisamente en su suelo en donde se han dado las luchas más feroces y dirimentes por el ejercicio de las ocho horas de trabajo. Los trabajadores de este país no escatimaron en ofrendar sus vidas por el logro de este gran objetivo. Una conquista social y económica que se expandió como un reguero de pólvora por todos los países del mundo.

iii. Los vicios que limitan su puesta en práctica en uno de los países del Tercer Mundo

Otra alternativa sería que dicho cambio se inicie en uno de los países del Tercer Mundo. En su suelo, se libran cotidianamente las luchas más sangrientas por recuperar su identidad, y un reconocimiento social. Las luchas por escapar a los efectos perversos de la Repartición Individualista datan de los tiempos del esclavismo y del feudalismo. En tiempos modernos, las luchas por la liberación nacional ocupan un campo importante dentro del quehacer de los pueblos de la periferia. Las luchas por recuperar su status social y económico nacen y renacen por doquier.

De igual modo, la noción de Repartición Igualitaria del Resultado Neto de la actividad económica se encuentra todavía fresca en la mente de las poblaciones del Tercer Mundo. Restos de civilizaciones, en donde la Repartición Igualitaria era una norma de sociedad, son todavía vivientes en grandes segmentos sociales de muchos países del Sur. En estas condiciones, la instalación del Sector 2 tendría menos rechazo por parte de la población. Además de que ciertos gobiernos ya han desarrollado modelos económicos sustentados en la “propiedad social” de los medios de producción y de su Resultado Neto.

Esta alternativa cobra aún más vigencia si tomamos en consideración que los efectos perversos de la Repartición Individualista ha generado una miseria extrema en casi la mitad de la población de los países del Sur, al igual que un nivel de desempleo en más de la mitad de su población económicamente activa. A ello debemos agregar que grandes sectores de la población han sido marginados y olvidados completamente. Los campesinos han sido arrinconados en las cimas inhóspitas de los cerros andinos. A los indígenas de la selva se les desconoce por completo, se les destierra de su propio territorio, o se les extermina, para dar paso a las multinacionales especializadas en la extracción de materias primas, principalmente, petróleo, oro, gas natural y madera.

Pero, desgraciadamente, las poblaciones han sido corrompidas al extremo. Quizás la misma pobreza y desocupación les obliga a vender su voto sin importarles el futuro de sus hijos y el de ellos mismos. La supervivencia diaria es más apremiante que la esperanza de un futuro mejor. De igual modo, la economía se encuentra estrechamente ligada a la política dentro de una alianza mafiosa, corrupta, de interés partidario, personal o de grupo. El destino del país o de su sociedad no entra en línea de cuenta. Es el individualismo degenerado, que prima en los actos de gobierno.

Por otro lado, la economía de mercado sufre a desarrollarse completamente. Las milenarias formas de trabajar subsisten con escasos niveles de productividad. Las empresas viven más de las arcas del Estado que de su propia rentabilidad. No existe ni muy remotamente el espíritu del desarrollo de una empresa autónoma del poder central de la administración. La mayoría de ellas nacen y mueren con el período de validez de cada gobierno. Sin contar que existe una tradición policiaco-militar de caudillismo a favor del statu quo, a fin de obtener un mayor provecho personal.

¿Existe alguna otra posibilidad? Ella sería el de comenzar el desarrollo del Sector 2 a partir de ciertas zonas económicas al interior de un país.

iv. Comenzar el desarrollo del Sector 2 por zonas económicas al interior de un país

La búsqueda de progreso con bienestar general, a partir de ciertas zonas al interior de un país, sería factible a condición de observar estrictamente ciertas reglas. Así, por ejemplo, se requiere de una población conscientemente dispuesta a desarrollar este modelo económico. Es necesario igualmente precisar con toda claridad el espacio económico en el que se desarrollará la experiencia.

Sin lugar a dudas que, en cualquiera de las alternativas, se debe volver a recordar los fundamentos de la economía, en donde la fuerza de trabajo es el elemento esencial en todo acto económico, y que la moneda-dinero-capital es sobre todo un medio para facilitar los intercambios o para acelerar el crecimiento de la economía. Es necesario ser consciente, entonces, que las inversiones son solamente la expresión monetaria de una cantidad de fuerza de trabajo. De ahí que, por más de 190 mil años la economía se ha desarrollado sin la participación indispensable de la moneda-dinero-capital. Es incuestionable que su uso facilita su desarrollo, pero no es el elemento creador de riquezas.

El nervio de todo acto económico es la fuerza de trabajo, y su objetivo es la satisfacción de las necesidades de todos los miembros de la comunidad. En este sentido, toda empresa debe ser útil a la comunidad y respetar las reglas de una economía de mercado en las transacciones y en la producción de bienes y servicios. Esto nos conduce a otra pregunta. ¿El objetivo esencial de las empresas del Sector 2 sería el de maximizar sus utilidades?

b. ¿Maximizar las utilidades es el objetivo esencial de la actividad económica?

Recordemos que nos estamos refiriendo esencialmente al comportamiento del Sector 2 de una economía de mercado de interés general. Y es este sector quien asume el reto de eliminar el desempleo y, por esa vía, reducir drásticamente y en términos reales, la pobreza en el país. Además de que, la repartición de la totalidad de sus utilidades, en partes iguales entre todos los habitantes del país, termina por eliminar la pobreza. Luego, está probado, teórica e históricamente, que no es el Sector 1, con Repartición Individualista, quien asumirá dicho reto.

Entonces, ¿el objetivo esencial de las empresas del Sector 2 será maximizar sus utilidades, tan igual que las empresas del Sector 1? O, ampliando el radio de acción de la pregunta, ¿estamos obligados a maximizar las ganancias en todo acto económico?

i. Los orígenes de la noción “maximizar”

En general, la estructura de un acto económico, cuando la forma de trabajar es el proceso artificial de producción, es: costos de producción más utilidades igual al precio de venta del bien ofertado. De donde, la apropiación de las utilidades es el punto central de una economía de mercado con Repartición Individualista. Algo más, lo que interesa al vendedor-propietario de un bien no es solamente apropiarse esas ganancias, sino convertirlas en un máximo en cada acto económico. Es esta particularidad de la Repartición Individualista que conduce a una posición enfermiza: buscar el máximo de ganancias, sin importar los medios para lograrlo.

En la segunda fase del proceso artificial de producción (economía financiera), en donde el dinero-capital remplaza a la máquina como elemento insoslayable del acto económico, la Repartición Individualista desemboca en lo más abominable del acto económico: ganar dinero a través del dinero. La satisfacción de las necesidades de las personas pasa completamente a segundo plano. La maximización de ganancias ya no se realiza a través del intercambio de bienes y servicios, sino simplemente de dinero contra dinero. De donde, la maximización de beneficios nos conduce a la especulación y a la financiarización de la economía.

La economía financiera es la segunda fase de desarrollo del proceso artificial de producción. Ella no tiene nada que ver con ese comportamiento enfermizo puesto que su objetivo es crear bienes y servicios. En cambio, es la Repartición Individualista que ha convertido en un deseo enfermizo al criterio de maximización, en donde todos los medios son buenos para obtener un máximo de utilidades.

Entonces, las empresas del Sector 2, en donde las ganancias son distribuidas entre todos los habitantes del país, ¿continuarán a buscar la maximización de sus utilidades “a toda costa”?

ii. El uso de la regla de oro sin criterios enfermizos

Cuando se crea una empresa del Sector 2, su objetivo no es la maximización de utilidades. Es la de proveer un bien o servicio a la comunidad. Indudablemente que esta operación deberá realizarse dentro de los criterios de eficiencia y de rentabilidad que exige una economía de mercado. Es decir, los ingresos deben ser iguales, por lo menos, a los egresos realizados.

Lo que anulará el comportamiento enfermizo de maximización de utilidades es el hecho de que, la empresa pertenecerá al país y que sus utilidades serán distribuidas en partes iguales entre todos los habitantes del país. Katalin Martinas nos dice al respecto lo siguiente: “The no-loss rule (la regla de no tener pérdidas) es prometedora, por lo menos por tres razones. Primero, la regla de no-pérdida ha sido una premisa por mucho tiempo entre los economistas. Segundo, dicha regla puede manejar correctamente los elementos principales de los modelos económicos – consumidores, productores, bienes, comercio y producción. Finalmente, no es un análisis de equilibrio (parcial o general).”

Y la creación de una empresa del Sector 2 sigue ese modelo, y no viene precedido por la búsqueda de un máximo de beneficios. Es suficiente que los ingresos sean iguales a los egresos para que se decida la puesta en funcionamiento de una empresa. Aun cuando no existieran beneficios, la empresa del Sector 2 está empleando recursos humanos y materiales que se traducen en, primero, la satisfacción de necesidades de la población; segundo, en la absorción de personal desocupado y; tercero, en el crecimiento de la economía del país sin que se hayan producido pérdidas.

Dentro de ese marco de gestión de las empresas del Sector 2, lo que más interesa es minimizar los costos y maximizar el empleo.

iii. Lo que se necesita es minimizar los costos y maximizar el empleo

En indudable que dentro de una economía de mercado animada por el proceso artificial de producción, el equilibrio egresos / ingresos es una regla de oro a respetar por las empresas si se desea continuar en el mercado. Pero, nos preguntaríamos, ¿cómo una economía puede crecer si mantenemos el equilibrio ingresos / egresos y no tomamos en consideración las utilidades que requieren las empresas para crecer?

En verdad, dicha proposición da la impresión de una incongruencia. Pero, primero, como lo veremos en detalle en el párrafo siguiente, el financiamiento de empresas del Sector 2 no proviene de las utilidades de las empresas. Segundo, es suficiente comparar dos estados para percatarnos que sí existe crecimiento aún cuando se mantenga solamente la igualdad egresos / ingresos.

Supongamos un estado inicial de la economía en donde el costo de producción es igual a mil soles (800 soles en materias primas y 200 en mano de obra). Realizada la venta se recupera los mil soles. Ante un aumento de la demanda, céteris paribus, la producción se duplica pasando el costo de producción a 2,000 soles (1,600 soles en mano de obra, y 400 en materias primas). El precio unitario de los bienes no han sufrido cambios y por consiguiente los ingresos por la venta de toda la producción es de dos mil soles. El equilibrio financiero se conserva en este segundo estado de situación, pero, incuestionablemente, la economía ha crecido. Sin existir utilidades, la utilización de las materias primas y de la mano de obra se ha doblado y el volumen de las ventas ha pasado de mil a dos mil soles.

Es este segundo estado de situación que nos interesa grandemente si nos encontramos confrontados a una política de creación masiva de empleo.

La política de pleno empleo, por consiguiente, debe optar esencialmente por una minimización del gasto, una maximización del empleo y, un respeto estricto de que los ingresos sean, por lo menos, iguales a los egresos. Todo ello dentro del cuadro de una actividad económica en competencia, lo que implica la plena libertad para crear y destruir empresas. Cuatro reglas a respetar escrupulosamente dentro de una economía de mercado de interés general. Pero, ¿minimizar costos es sinónimo de reducción de puestos de trabajo y de salarios?

iv. ¿Minimizar costos es sinónimo de reducción de empleo y salarios?

Cuando se habla de minimizar costos, existe un reflejo inmediato: disminuir el monto de los salarios y/o reducir el número de puestos de trabajo. Y como resultado, los trabajadores despedidos ingresan a una zona de desempleo sin ninguna previsión futura. Aparte de que su poder adquisitivo disminuye, y con ello, la demanda efectiva del país. Es decir, todo el peso de la minimización de costos recae sobre la masa trabajadora y, en general, sobre aquellos que no controlan la economía.

Cuando se tiene que reducir los costos de producción, ¿no existe ningún mecanismo de reabsorción inmediata de los desempleados y/o un incremento inmediato del poder adquisitivo? La minimización de costos de producción presenta tres casos de figura. Primero, cuando la empresa trabaja por debajo de los índices de eficiencia y rentabilidad. Segundo, cuando la empresa se encuentra en un punto óptimo de utilización de recursos. Tercero, como consecuencia de innovaciones tecnológicas.

Ante la necesidad de reducir costos, los empresarios reaccionan de una manera diferente, en función del tipo de repartición del Resultado Neto que impera en cada economía. En el caso de que la actividad económica se encuentre regida por la Repartición Individualista, como sucede con los empresarios en la actualidad, la reacción empresarial es la siguiente: en el primer caso de figura, la minimización de costos se impone para ajustarse a las normas de eficiencia en el uso de los factores de producción. La empresa reduce, entre otros, el número de personas empleadas y/o el monto de sus salarios. Por lo que suceda con los trabajadores despedidos, poco o nada le interesa.

En el segundo caso, cuando se presenta una contracción de la economía que afecta la empresa, ella inmediatamente reduce su escala de producción y, por ende, disminuye la utilización de sus factores de producción, a fin de continuar en el punto óptimo de producción. El despido de una parte del personal es inmediato. Ante una innovación tecnológica, la reacción de los empresarios es la misma de los casos de figura anteriores. Un cierto número de trabajadores es lanzado al desempleo.

Es decir, en una actividad económica en donde impera la Repartición Individualista, existe una ruptura entre las decisiones tomadas al interior de la empresa, la suerte de los trabajadores despedidos y la respuesta del conjunto de la actividad económica. Es el caso de las empresas del Sector 1. Este no será el caso de la gestión empresarial del Sector 2. Si bien es cierto que, a nivel individual, las empresas del Sector 2 estarán obligadas a reaccionar en igual forma que las empresas del Sector 1, en cada caso de figura, pero, a nivel global de la economía, la reacción es completamente diferente.

El criterio de eficiencia en una economía de mercado de interés general no solamente se concentra en la eficiencia a nivel de cada empresa, sino también a nivel global de la economía. Es decir, la utilización óptima de recursos no se circunscribe únicamente al interior de las empresas, sino al interior del conjunto de la actividad económica. Una empresa, a nivel individual, puede estar trabajando en términos óptimos pero, mientras la economía en la cual se desarrolla cuente con un alto grado de desempleo, la actividad económica, en su conjunto, no será realmente eficiente.

En una economía de mercado de interés general existen mecanismos para que esta eficiencia de la economía, a nivel global, pueda realizarse en la práctica. Así tenemos que el Sector 2 administra el Fondo Económico de la comunidad y, a través de su sistema crediticio, se encuentra apta para financiar, en forma gratuita e ilimitada, la creación de nuevas empresas y el desarrollo de las existentes.

Además, cuando una de sus empresas reduce el número de trabajadores, ya sea por efecto de innovaciones tecnológicas o un aumento de la eficiencia de la empresa, el incremento de sus utilidades beneficia, directa y automáticamente, a todos los habitantes del país y, por supuesto, a los trabajadores despedidos. Esto se concretiza a través de la Remuneración de Base. Son estos mecanismos del Sector 2 que crean una dinámica de plena interrelación entre las decisiones de las empresas a nivel individual como global. Entre ellos existen vasos comunicantes, lo que no es el caso de una economía en donde la Repartición Individualista es hegemónica.

c. Crecimiento acelerado del Sector 2 para alcanzar la calidad de vida de los países desarrollados

Para eliminar el desempleo no hay otra alternativa que crear puestos de trabajo. Pero, ¿cómo crear tantos puestos de trabajo como desempleados existen? ¿Cómo crearlos si, los países del Sur especialmente, no tienen capacidad de ahorro? ¿Cómo entonces crear las empresas suficientes para eliminar el desempleo?

Lo que se debe recordar es que, teniendo como forma de trabajar al proceso artificial de producción, no existe ninguna excusa para que exista desempleo. Esta forma de trabajar permite generar “n” bienes, tantos como la imaginación de las personas y los recursos existentes lo permitan. Cada uno de esos bienes es materia de una fábrica, la misma que se puede replicar en “m” veces. Entonces, desde el punto de vista del “qué” producir, no existe ningún argumento válido para que continúe el desempleo.

Lo que limita la fuerza del proceso artificial de producción es el segundo elemento de la vigente economía de mercado: la Repartición Individualista; la cual, a través de la Configuración Mundial, concentra todos los recursos (científicos, técnicos, financieros e incluso de materias primas) en el centro del país-centro de una economía-mundo. Es decir, es este tipo de repartición que limita la capacidad de financiamiento.

Es la puesta en marcha del Sector 2 que liberará toda la fuerza productiva del proceso artificial de producción. Por un lado, hará uso del Fondo Económico del país en la ejecución de proyectos de inversión del Sector 2. Su característica de financiamiento “gratuito e ilimitado” facilitará que se abran agencias financieras en cada una de las localidades del país. Por otro lado, el proceso artificial de producción ha ingresado de pleno a su segunda fase de desarrollo: la economía financiera, la misma que ha superado largamente a la economía industrial. El crédito ya no se basa en algo tangible, material. Actualmente el crédito se basa esencialmente en el futuro esperado de cada proyecto de inversión. Ésta es la nueva fuente de financiamiento, la más potente e importante para el desarrollo de proyectos de inversión.

Sobre el fundamento de estas dos grandes fuentes de financiamiento, no hay motivo para estar limitados, o a la espera, del financiamiento externo.


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