BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

PROGRESO Y BIENESTAR

Hugo Salinas




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B. APOYO A LA MICROEMPRESA

La Repartición Individualista afecta igualmente a la microempresa. Así tenemos que, por un lado, sufre de desatención de parte del gobierno a pesar de ser un sector económico de gran importancia. Por otro lado, la casi totalidad del Valor Agregado por las microempresas es transferido hacia la parte superior de la escalera a través de la Configuración Mundial. De esta forma, el esfuerzo de casi toda una nación es recuperado, sin costo alguno, por el centro del país-centro.

Comencemos primero por efectuar la diferencia entre la microempresa y la actividad informal.

a. Reconocimiento y respeto de la actividad informal

La microempresa no es parte de la actividad informal, aún cuando algunos miembros de ella pueden devenir microempresarios. La actividad informal es mayormente el resultado del crónico desempleo. Es una manera de sobrevivir y escapar a la extrema pobreza en países del Sur.

La economía informal no constituye parte de la microempresa. Basta que las oportunidades de empleo se expandan para que la actividad informal disminuya hasta, prácticamente, desaparecer. Si la tasa de desempleo es baja, como sucede en los países del Norte, la actividad informal es prácticamente inexistente. Este no es el caso de la microempresa.

La actividad informal se caracteriza por los bajísimos volúmenes de venta, sus precios desafían toda competencia, y su lugar de ventas es itinerante. En buen número de casos, es una actividad complementaria a otro trabajo formal. Los ingresos de una actividad informal, en la mayoría de casos, no iguala al monto de un salario mínimo vital y, el trabajador informal no cuenta con cobertura social. Es un trashumante que lucha por sobrevivir.

Hugo Márquez precisa que “en el caso de Lima, en el 2001, los trabajadores informales representaban el 58% de la población económicamente activa. De cada 10 trabajadores 4 eran formales, de los cuales 2 eran asalariados privados, 1 público, y uno era un trabajador independiente formal. De los 6 trabajadores informales, 2 eran asalariados, 3 independientes y un trabajador del hogar o trabajador familiar no remunerado”. Márquez concluye de esta forma: “así, se encuentra que en el Perú la informalidad puede fácilmente superar el 75% del empleo”.

b. Ninguna imposición tributaria y reinversión de las utilidades

En los países del Norte existe prácticamente consenso en la definición de microempresa. Tomaremos el ejemplo de la Recomendación 2003/361/CE de la Comisión Europea que fija los criterios para definir a las microempresas . Es definida como una empresa con menos de 10 trabajadores y cuyo volumen de ventas o su balance general anual no excedan los 2 millones de euros.

En los países del Sur, existe igualmente consenso en cuanto a los criterios, y que son los mismos estipulados por la Comisión Europea, a excepción de los montos del volumen de ventas y del monto del balance general anual de la empresa. Según la revista L’Observateur de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en la Unión Europea, el 93% de las empresas son aquellas que cuentan con menos de 10 trabajadores. En los Estados Unidos, las empresas con menos de 10 trabajadores representan el 50% del total de empresas.

En cuanto se refiere al volumen de absorción de mano de obra, las microempresas en la Unión Europea cubren entre el 60 y 70% del empleo total de la zona. En el Perú, 2008, de una población económicamente activa de 14.8 millones, 11.3 millones trabajan en empresas con menos de 10 empleados. Es decir, la microempresa, ella sola, ocupa al 76.3% de la PEA, según fuentes del Instituto Nacional de Estadística e Informática. Aún más, en el Perú, según información del INEI, el 90.45% de las microempresas ocupan menos de 5 trabajadores.

En una economía de mercado de interés general, por su naturaleza misma, la casi totalidad de las microempresas pertenecerán al Sector 1 con Repartición Individualista. Sin embargo, esto no impide que se le brinde todo el apoyo necesario porque, primero, es ella quien absorbe el mayor volumen de fuerza de trabajo; segundo, porque, es ahí que se incuban las invenciones, los descubrimientos e innovaciones. Además, porque es el lugar preferido de las empresas start up. La microempresa es un sector ágil, dinámico, flexible y que se adapta rápidamente a toda evolución tecnológica y científica. Es, por su propia naturaleza, un hervidero multidireccional de inquietudes.

Entonces, todas las microempresas, autónomas, con menos de 10 trabajadores a tiempo completo (o su equivalente en trabajadores a tiempo parcial), y con un volumen de ventas o balance general anual no mayor de dos millones de euros, se encontrarán exentas de toda carga fiscal o tributaria. Pero, a condición de respetar ciertas reglas: cumplimiento estricto de los contratos de trabajo y sus anexos, respeto de la sanidad y seguridad interna de los centros de trabajo, transparencia total de todas sus transacciones. En el caso de las microempresas del Sector 1 se exigirá la reinversión de la totalidad de sus utilidades en la misma empresa o en otra nacional.

c. Empresas autónomas, asociadas y filiales

A fin de mejor precisar la noción de empresa autónoma, tomaremos como referencia nuevamente la Recomendación 2003/361/CE de la Comisión Europea. Ella distingue tres tipos de empresas en función de la naturaleza de las relaciones que ellas entretienen con las otras empresas en términos de participación en el capital, del derecho de voto o del derecho de ejercer una influencia dominante. Ellas son las empresas autónomas, las asociadas y las filiales.

Una empresa es autónoma si no tiene una participación del 25% o más en otra empresa, si ella no está tomada directamente en el 25% o más por una empresa o un organismo público, o conjuntamente por varias empresas filiales u organismos públicos, si no produce cuentas consolidadas y no es considerada en las cuentas de otra empresa que establece cuentas consolidadas y que no es una empresa filial.

En cambio, se definen como empresas asociadas a las que establecen relaciones financieras significativas con otras empresas, sin que una ejerza control efectivo directo o indirecto sobre otra. Son asociadas de empresas que no son autónomas pero que no son tampoco filiales entre ellas. Así, une empresa es “asociada” de otra empresa si ella posee una participación del 25% y menos del 50% en la otra empresa, si la empresa no establece cuentas consolidadas con la otra empresa en cuestión, y que no es tomada en consolidación en las cuentas de ésta o de una empresa filial a esta última.

Las empresas filiales corresponden a la situación económica de empresas que son parte de un grupo, por el control directo o indirecto de la mayoría del capital o de los derechos de voto (incluso a través de acuerdo o, en ciertos casos, a través de personas físicas en tanto que accionistas), o por la capacidad de ejercer una influencia dominante sobre una empresa.

Es importante tomar en cuenta estas precisiones para mejor definir a las microempresas de las pequeñas y medianas empresas.

d. Participación en las pequeñas y medianas empresas

La Recomendación 2003/361/CE de la Comisión Europea que fija los criterios para definir a las pequeñas y medianas empresas. Una pequeña empresa es aquella cuyo número de trabajadores se encuentra entre 10 y menos de 50, y su volumen de ventas o el balance total anual no debe exceder los 10 millones de euros. En cambio, una mediana empresa es aquella que cuenta entre 50 y menos de 250 trabajadores, y un volumen de ventas que no exceda los 50 millones de euros o un balance total anual que no exceda los 43 millones de euros. Una clasificación necesaria para orientar las ayudas y precisar los puntos de participación y crecimiento del Sector 2.

Un gran porcentaje de las empresas del Sector 2 que suministrarán los Bienes de Necesidad Básica, dentro de los sectores tales como vivienda, formación, salud, y infraestructura terrestre, serán pequeñas y medianas empresas, en la forma de empresas autónomas, asociadas o filiales al interior del país. Ellas deben ser en un número suficiente, a nivel país, como para crear el mejor clima de competencia, en términos nacionales e internacionales. No puede existir, de ningún modo, cualquier tipo de proteccionismo. Asimismo, la transparencia debe primar a fin de que los órganos de supervisión y control cumplan sus objetivos a cabalidad.

Un sistema crediticio atomizado, autónomo, y con plena responsabilidad penal de sus actos, es la condición sine qua non para alcanzar el máximo desarrollo del Sector 2, en el tiempo más corto, y en las mejores condiciones de eficiencia y eficacia.


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