BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

CONTABILIDAD DE SOCIEDADES. TEORÍA Y PRÁCTICA

Xochitl Tamez Martínez




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PARTE III. CONVERSIÓN DE ESTADOS FINANCIEROS EXPRESADOS EN MONEDA EXTRANJERA

3.1 GENERALIDADES

La globalización ha sido un fenómeno que ha traído como consecuencia, entre otras, la apertura de las fronteras para el comercio internacional, por ello es cada vez más común encontrar empresas que tienen filiales, subsidiarias o afiliadas en otros países cuya moneda es diferente a la del país en donde se ubica la casa matriz. Esto origina la necesidad de que, cuando se desean consolidar los estados financieros de estas empresas relacionadas, se tenga que recurrir a la conversión de los mismos a una misma moneda que permita la adecuada interpretación de la situación económico-financiera del grupo empresarial.

La conversión de los estados financieros de subsidiarias, sucursales y divisiones en países extranjeros a la moneda de la controladora o casa matriz para elaborar los estados financieros consolidados o combinados resulta interesante. Ya que no es posible sumar cantidades expresadas en diversas monedas, se hace necesario el convertir a una misma moneda toda la información financiera para poder sumarla. Así mismo es preciso que se puedan evaluar los resultados de las subsidiarias y sus administradores. Para realizar comparaciones entre las tasas de rendimiento y otros indicadores financieros, hay que efectuar la conversión a la moneda de la empresa controladora.

Por todo lo anterior es que los contadores mexicanos se interesa cada vez más en conocer los métodos apropiados para conversión de estados financieros expresados en moneda extranjera, para ello se hace indispensable el conocimiento de y aplicación del FASB (Financial Acconting Stondwood Bulletin) 52.

A partir de este momento supondremos que la empresa holding o controladora se ubica en los Estados Unidos de Norteamérica y que la subsidiaria se ubica en México. La moneda en que se habrán de consolidar los estados financieros es el Dólar y será necesario determinar la moneda funcional de la subsidiaria.

El problema principal radica en determinar el tipo de cambio que habrá de utilizarse para la conversión de la información financiera. No todos los contadores han coincidido en este punto, ya que las empresas se encuentran en diversos países, con diferentes tasas inflacionarias, diferentes niveles de control gubernamental, variantes en la restricción de flujos de efectivo de un país a otro, etc. Y todo ello influye en la selección del tipo de cambio a considerar.

Los tipos de cambio más empleados son: el tipo de cambio histórico, el tipo de cambio vigente, actual o corriente; el tipo de cambio promedio ponderado y el tipo de cambio a la fecha de la transacción. El principal inconveniente es que los tipos de cambio fluctúan continuamente.

3.2 MÉTODOS PARA LA CONVERSIÓN DE ESTADOS FINANCIEROS

En Estados Unidos han evolucionados los métodos para efectuar la conversión de estados financieros. Antes de 1975 se empleaba el método circulante no circulante, que consistía en que los activos y pasivos a corto plazo se convertían a tipo de cambio de cierre, y los activos y pasivos no circulantes, a tipo de cambio histórico. A partir de 1975 y hasta 1982 se utilizó el sistema monetario, no monetario a veces conocido como método temporal y que está contenido en el FASB 8, un documento muy discutido, ya que provoca grandes fluctuaciones e las utilidades netas, debido a que las ganancias o pérdidas por conversión de estados financieros expresados en moneda extranjera se incluían en el estado de resultados. Esto se debía a que en ciertas épocas del año la posición monetaria (Activos monetarios – Pasivos monetarios) era “corta”, y en otras, “larga”. En la primera situación se obtenía una ganancia por conversión de monedas, y en el segundo caso, se obtenía una pérdida por conversión en caso de devaluación de la moneda de la subsidiaria. La posición corta era cuando partidas de pasivos monetarios superaban a las partidas del activo monetario y al existir una devaluación, los pasivos resultantes eran menores al convertirlos a la moneda de la holding.

Con la finalidad de evitar los inconvenientes del FASB 8, surgió el FASB 52, que clasifica la ganancia o pérdida por conversión en el capital contable y no en el estado de resultados.

Conforme al FASB 8, las partidas de activos y pasivos monetarios se convierten al tipo de cambio de cierre, mientras que los activos y pasivos no monetarios lo hacen al tipo de cambio histórico.

Según el FASB 52, todos los activos y pasivos se convierten al tipo de cambio de cierre.

De acuerdo al FASB 8, en el estado de resultados las partidas relacionadas con activos y pasivos no monetarios (costo de ventas, depreciaciones y amortizaciones) se convierten al tipo de cambio histórico y las demás partidas lo hacen al tipo de cambio promedio.

En el FASB 52 todas las partidas de resultados se convierten al tipo de cambio promedio. Las partidas del capital contribuido se convierten al tipo de cambio histórico. Las utilidades retenidas se convierten conforme la fórmula: utilidades retenidas iniciales conforme al tipo de cambio del periodo anterior, más la utilidad neta del ejercicio convertida según el método de conversión utilizado, menos los dividendos pagados convertidos al tipo de cambio de la fecha en que se pagaron.

Ventajas del FASB 52

Las ventajas son dos: la facilidad para llevar a cabo la conversión de partidas, todos los activos y pasivos a tipo de cambio de cierre y las partidas de resultados, todas a tipo de cambio promedio; además, se conservan las relaciones o razones financieras existentes derivadas de los estados de la subsidiaria expresadas en moneda extranjera a las existentes después de la conversión.


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