BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

RETOS Y PERSPECTIVAS DEL SISTEMA POLÍTICO CUBANO

Erick Néstor Paz Chaveco y José Augusto Ochoa del Río




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2.1.2.5 Las Relaciones de la Política Doméstica con el Sistema Internacional.

En la posguerra fría, las prioridades y los medios disponibles para la política exterior cubana en el sistema internacional han experimentado importantes cambios. La debacle del eje socialista de Europa del este y de la Unión Soviética, el recrudecimiento del férreo bloqueo norteamericano y otras condiciones de no menos importancia la han planteado a Cuba una profunda reorientación de los medios disponibles y de los fines alcanzables en este sistema internacional transfigurado.

Una de las consecuencias de este proceso de inserción ha sido que la diplomacia y los mecanismos de concertación multilateral a nivel regional y global han adquirido un peso específico mayor en las relaciones exteriores de la isla.

Este renovado activismo de la diplomacia cubana se expresa en políticas como la de cooperación internacional, que ha dado pasos importantes en los últimos años. Esta política ha procurado consolidar líneas priorizadas de desarrollo, establecer dispositivos como las zonas francas o contribuir a afianzar técnicamente nuevos sectores. Esta política de cooperación internacional, sin embargo, no es proclive a aceptar la constitución de esquemas para delinear nuevas políticas, configurar modelos o estrategias de desarrollo globales o fórmulas organizativas de privatización.

En cuanto a la política cubana hacia la región latinoamericana, los dos mecanismos de concertación con un mayor interés estratégico para Cuba son las Cumbres Iberoamericanas y la mayor integración con los países del área del Caribe. Desde este punto de vista, el proceso de reinserción regional de Cuba, estaría teniendo lugar, aún de manera contradictoria y gradual no necesariamente a través de los carriles clásicos panamericanos, como por ejemplo la OEA; sino por múltiples vías, en las que predominaría el realismo y la afinidad de interese nacionales y subregionales.

A contrapelo de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos, la liberación del comercio y la inversión a nivel continental puede tener un papel central en esta reinserción, como ya se esta haciendo. El bloqueo impide, sin embargo, el acceso de Cuba a su principal mercado natural y al sistema financiero internacional, y limita su articulación con el proceso de liberación comercial a nivel hemisférico.

El sistema político cubano no responde al modelo político vigente en muchos países de la región. Sin embargo, empresarios, iglesias, organizaciones no gubernamentales y relevantes figuras políticas, se han pronunciado a favor de una reintegración de la isla al hemisferio y del levantamiento de los mecanismos de aislamiento promovidos por los Estados Unidos y algunos de sus lacayos a nivel mundial. Como ha señalado Hugo Ascuy, en materia de derechos humanos, el cuestionamiento a Cuba no concierne tanto a las garantías jurídicas o a la democraticidad de su régimen, sino al carácter mismo de su sistema político. El Gobierno cubano percibe una injerencia constante en sus asuntos internos, tendiente a crear una situación moral y jurídica que lo fuerce a hacer concesiones de carácter político.

Por esta razón, es poco previsible que la isla pudiera encontrar formas plenamente satisfactorias de cooperación con los organismos de concertación política regional o mundial en torno a este tema, aunque está claro para Cuba que resulta preferible el diálogo al aislamiento promovido por los Estados Unidos.

El Gobierno cubano discrepa del empleo de mecanismos y estructuras de compulsión para el establecimiento de democracias liberales en la región, especialmente cuando estos entrañan formas más o menos abiertas de intervencionismo. Desde el punto de vista cubano, la idea de imponer un determinado modelo de democracia se contradice con la aceptación de un contexto de pluralismo político que preconice un sistema interamericano genuinamente democrático. Para el sistema cubano, la democracia política implica la independencia nacional, la defensa de todos los derechos ciudadanos, la igualdad y la participación popular en el poder político y económico, pero lo más interesante es que, con nuestras imperfecciones, toda la región y gran parte del mundo de hoy conoce que Cuba es un paradigma de algunas de estas cosas tan carentes en la mayoría de esta hemisferio. Desde esta perspectiva, Cuba debe perfeccionar algunas vertientes de su sistema, acorde a las circunstancias y sin riesgos para la independencia y la seguridad del país y de la Revolución. Por lo demás, el sistema político cubano ha evolucionado interrumpidamente hacia un Estado de Derecho; por un lado, legitimando sus restricciones mediante normas jurídicas específicas; por otro, subordinando su comportamiento a un orden legalmente constituido.

La lógica de las relaciones exteriores hemisféricas, la propia corriente neoliberal y el costo de oportunidad que ofrece la política cubana de apertura a la inversión extranjera y el comercio internacional producen un efecto marginal tendiente a la comunicación entre la isla y el resto del hemisferio.

En relación con temas como la integración económica, el libre comercio, el desarrollo autosostenible y la conservación del entorno natural, así como la cooperación energética, el refuerzo de las telecomunicaciones, la cooperación en la ciencia y la tecnología y el turismo, la lógica interamericana favorecería el aumento del intercambio con Cuba.

Por otro lado, los problemas de la erradicación de la pobreza y la discriminación, y en particular los referidos a la educación, la salud y el fortalecimiento del papel de la mujer, pueden contar con las lecciones y méritos de la experiencia cubana.


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