BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

RETOS Y PERSPECTIVAS DEL SISTEMA POLÍTICO CUBANO

Erick Néstor Paz Chaveco y José Augusto Ochoa del Río




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2.1 FUNDAMENTOS TEÓRICOS Y NORMATIVOS DEL SISTEMA POLÍTICO CUBANO

El sistema político cubano es un organismo complejo y cambiante. Su abordaje en la ciencia, desde cualquier ángulo, es un asunto nada fácil en el mundo de hoy. Requiere, como cualquier intención verdaderamente científica, de un gran poder de análisis y de una alta dosis de objetividad.

El objetivo de este primer epígrafe es plantear una visión integral del asunto en sus rasgos fundamentales y delinear sus particularidades principales, para después hacer énfasis en el proceso de perfeccionamiento que tiene lugar en los últimos tiempos y la tendencia previsible de su desarrollo.

Se parte del criterio de no restringir el concepto de sistema político sólo a la estructura u organización política de la sociedad, sino que el mismo debe abarcar otros elementos como son las relaciones políticas, los elementos reguladores del sistema (normas políticas y jurídicas) y la cultura e ideología políticas. Asimismo es necesario tener en cuenta las particularidades de este concepto en el análisis de la sociedad socialista. En tal sentido se puede definir el sistema político de la transición al socialismo como el conjunto de: las organizaciones, organismos e instituciones partidistas, estatales, juveniles, de masas y socio-profesionales (organización política) que tienen la misión de dirigir el proceso de construcción de la nueva sociedad y de servir de vehículo para la participación cada vez más activa de las masas en la dirección de los procesos económicos, políticos y sociales; las relaciones que se establecen dentro de la organización política y de ésta con la sociedad en su conjunto (relaciones políticas); las normas o regulaciones políticas y jurídicas (elementos reguladores del sistema) como son la Constitución y las leyes, los estatutos y reglamentos partidistas y de otras organizaciones, y otros; así como la cultura e ideología políticas orientadas al establecimiento, consolidación y defensa del régimen social socialista.

Es aceptado que los elementos del sistema político cubano son tres. El Estado, como eslabón fundamental, pues retiene el Poder Público Político, aunque con matices vistos más adelante; las Organizaciones Políticas, donde se encuentran el Partido Comunista de Cuba (PCC) y la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC); y las Organizaciones Sociales y de Masas; la mayoría de los teóricos cubanos coinciden en que estas son: Federación de Mujeres Cubanas (FMC), Comité de Defensa de la Revolución (CDR), Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC), Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), Organización de Pioneros José Martí (OPJM), Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) y Federación de Estudiantes Universitarios (FEU).

Otros criterios definen a estas últimas como Organizaciones de Masas y determinan como Organizaciones Sociales a las organizaciones de profesionales, como la Unión Nacional de Juristas de Cuba (UNJC), la Unión de Periodistas y Escritores de Cuba (UPEC), la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de Cuba (UNAIC), etc.

En la Constitución del año 1976 se establecen 7 de estas organizaciones y “otras que, surgidas en el proceso histórico de las luchas de nuestro pueblo, agrupan en su seno a los distintos sectores de la población, representan intereses específicos de éstos” . Ya en la reforma del 92 se suprimen estas referencias a organizaciones específicas, estableciendo que son las que agrupan a distintos sectores de la población.

Sin embargo al analizar las Organizaciones Sociales y de Masas que más se reconocen por la mayoría de los estudiosos y población en general, y que en definitiva, más influencia tienen en el entramado social , se advierte que dos de ellas, no son, por su origen y nomenclatura, organizaciones sociales, tal cual las trata la doctrina, sino más bien organizaciones políticas. La referencia es para los CDR y la ACRC, en donde se agrupan, los vecinos, en una, es decir es una organización comunal, y los combatientes en otra, lo que en otros países son las asociaciones de veteranos de guerra. Pero estas instituciones tienen un marcado carácter político, definido desde su propio nombre. Los CDR defienden a la Revolución, y por tanto todo lo que atente contra ella será de interés político de la organización. Por otro lado la ACRC no agrupa a todo tipo de veteranos, sino a “los de la Revolución Cubana”, con lo que también se le da un marcado carácter político, según los autores más allá de lo permisible como para considerarlas organizaciones sociales.


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