“Lo peor de la Enmienda fue la hipocresía, el engaño, el maquiavelismo y el cinismo con que elaboraron el plan para apoderarse de Cuba”

El territorio cubano, uno de los primeros descubiertos por Colon en su primer viaje, el 12 de octubre de 1492 resultó a su vez, una de las últimas colonias españolas en América, a la vez que Puerto Rico, en virtud de la firma del Tratado de Paris, en diciembre de 1898, entre España y Estados Unidos, con total omisión del pueblo cubano y sus legítimos representantes, tras más de 30 años de heroica lucha por su independencia.

Ya José Martí le escribe en carta fechada el 14 de diciembre de 1893 a su amigo Gonzalo de Quesada y Arostegui:

“…sobre nuestra tierra, Gonzalo, hay otro plan más tenebroso que lo que hasta ahora conocemos y es el inicuo de forzar a la Isla, de precipitarla a la guerra, para tener pretexto de intervenir en ella y con el crédito de mediador y garantizador, quedarse con ella. Cosa más cobarde no hay en los anales de los pueblos libres, ni maldad más fría”. (51)

La previsión martiana se materializó el 1ro de enero de 1899 a partir del inicio de la primera intervención norteamericana, tras la culminación de la denominada Guerra Hispano Cubano Norteamericana, en que las desgastadas tropas españolas, prácticamente derrotadas por el Ejército Libertador, en 30 años de cruentar lucha, optaron por entregar su antigua colonia a la voracidad expansionista yanqui, antes que concederle su bien ganada independencia. (52)

La denominada Enmienda Platt, impuesta a la Asamblea Constituyente que elaboraba la Constitución cubana de 1901, imponía el ominoso derecho a las tropas de Estados Unidos de intervenir en Cuba, cuando así lo considerasen; la concesión de la aun existente Base Naval de Guantánamo y otros onerosos privilegios.

Al respecto Fidel Castro valora en “El imperio y la isla independiente”, que en 4 partes escribe del 14 al 16 de agosto del 2007, como…“…lo peor de la Enmienda Platt fue la hipocresía, el engaño, el maquiavelismo y el cinismo con que elaboraron el plan para apoderarse de Cuba, al extremo de proclamar públicamente los mismos argumentos de John Quincy Adams en 1823, sobre la manzana que caería por gravedad. Esta manzana finalmente cayó, pero estaba podrida, como previeron muchos pensadores durante casi medio siglo, desde José Martí en la década de 1880 hasta Julio Antonio Mella, asesinado en enero de 1929”. (53)

Las secuelas de la instalación de una base militar norteamericana en Guantánamo, extremo oriental de Cuba, utilizada décadas después como campo de concentración para supuestos “terroristas”, encarcelados, torturados y confinados sin previo juicio, por el gobierno de Estados Unidos, mundialmente rechazado por la opinión pública mundial y organizaciones de derechos humanos, se convirtió para la Revolución, desde el propio primero de enero de 1959, en centro de provocación, conspiración y elaboración de planes terroristas contra el pueblo cubano. Incluso durante la llamada República neocolonial (20 de mayo de 1902 al 31 de diciembre de 1958), cuando el país era gobernado por intereses oligárquicos dependientes de los intereses políticos y económicos de los gobiernos de Estados Unidos, tropas norteamericanas acantonadas en la Base Naval de Guantánamo, violaron la soberanía territorial con total impunidad.

“….En ese mismo año (se refiere a 1912. N. del A.) cuando se produjo el alzamiento del Partido de los Independientes de Color, que el gobierno del presidente José Miguel Gómez (del Partido Liberal) reprimió brutalmente, salieron de la Base Naval en Guantánamo tropas norteamericanas que ocuparon diferentes poblaciones de la antigua provincia de Oriente, cercanas a las ciudades de Guantánamo y Santiago de Cuba, con el pretexto de proteger vidas y haciendas de ciudadanos norteamericanos.

En 1917, con motivo del levantamiento conocido por La Chambelona, en Oriente, llevado a cabo por elementos del Partido Liberal que se opusieron al fraude electorero que llevo a la reelección al presidente Mario García Menocal, del Partido Conservador, destacamentos yanquis procedentes de la Base, se dirigieron a diversos puntos de aquella provincia cubana, para lo cual utilizaron como pretexto la protección del suministro de agua a la Base”. (54)

La presencia de las tropas norteamericanas acantonadas en la Base Naval de Guantánamo constituía una Espada de Damocles pendiente de forma permanente sobre la soberanía cubana y de latente amenaza a cualquier intento de cambios no ya revolucionarios, sino meramente progresistas que se produjesen en el país.

El ascenso a la presidencia de Estados Unidos de Franklin D. Roosvelt, portador de una política de nuevas relaciones con América Latina, más conveniente entonces a la política de ese país y a los intereses de las grandes corporaciones, mas el mayoritario rechazo del pueblo cubano a la Enmienda Platt, determinaron la derogación, al menos formal de la misma, en 1934.

Como expresa el líder de la Revolución Cubana…”….en el proceso que entonces se iniciaba habrían de estructurarse formulas para garantizar el renovado funcionamiento del sistema neocolonial. La política de buena vecindad tenía muy en cuenta la oposición latinoamericana al intervencionismo abierto que Washington había provocado en el hemisferio. Era propósito de las política de Roosevelt obtener una nueva imagen en sus relaciones continentales mediante la fórmula diplomática del buen vecino”. (55)

La nueva Constitución de 1940, formalmente progresista para su tiempo, dentro de los límites Era notorio permisibles por la vecina potencia nunca fue plenamente cumplida, al aplazarse indefinidamente por el órgano legislativo de turno, la aprobación de las leyes complementarias que la hicieran viable dado que…”…la oligarquía se esforzaría por impedir la materialización de los postulados más avanzados de esa Constitución o al menos por restringir al máximo su aplicación”. (56)

Desde el propio 1ro de enero de 1959, en que triunfa la Revolución Cubana, con el apoyo inmensamente mayoritario del pueblo, la Base Naval de Guantánamo, se mantiene como símbolo de un pasado humillante y escenario de continuas provocaciones contra el proceso revolucionario no obstante que…”….tanto la Enmienda Platt como la Base Naval de Guantánamo sobraban. La historia demuestra que en gran número de países de este hemisferio, donde no hubo una revolución como la nuestra, la totalidad de su territorio gobernado por las transnacionales y las oligarquías, no necesitaron ni una ni otra cosa. De su población mal preparada y pobre en su mayoría, se ocupaba la publicidad sembrando reflejos. Desde el punto de vista militar, un portaaviones nuclear repleto de cazabombarderos y su numerosa escolta, apitada por la tecnología y los satélites, es varias veces más poderoso y puede desplazarse a cualquier lugar del mundo donde más convenga al imperio…”…no obstante…”….les hacía falta la Base para humillar y hacer las cosas sucias que allí tienen lugar…si hay que esperar el derrumbe del sistema esperaremos….la espera de Cuba será siempre en alarma de combate”. (57)