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LAS REFLEXIONES DE FIDEL CASTRO: EXPRESIÓN DE UNA ÉTICA REVOLUCIONARIA

Raúl O. Quintana Suárez




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“Puedo asegurar que, como cuestión de principios, jamás hemos torturado a nadie ni hemos pagado para obtener información alguna”

Una noticia difundida por las agencias internacionales de noticias dan a conocer una información poco creíble. Una matrimonio de ciudadanos norteamericanos, Walter Kendall Myers y Gwendolyn Steingraber Myers, ambos jubilados y de más de 70 años, habían ejercido como espías para el gobierno cubano.

Respecto a la citada información el líder cubano escribe que…“…se añade que él primero trabajó como especialista de asuntos europeos; que en 1995, hace 14 años, viajaron a Cuba, fecha en que fueron recibidos por mí. Me he reunido durante ese tiempo con miles de norteamericanos por diversos motivos, individualmente o en grupos, en ocasiones con colectivos de varios cientos de ellos, con los estudiantes que viajaban a Cuba en el cruce Proyecto Semestre en el Mar, por lo que apenas podría recordar detalles de una reunión con dos personas. Me doy cuenta ahora por qué George W. Bush prohibió a los estudiantes del crucero seguir visitando a Cuba; durante muchas horas conversaban conmigo, a pesar de que pertenecían a familias de clase media alta.

La acusación puntualiza que el matrimonio recibió numerosas condecoraciones, pero a la vez admite que nunca buscaron dinero o beneficios personales.

Por mi parte puedo asegurar que, como cuestión de principios, jamás hemos torturado a nadie ni hemos pagado para obtener información alguna. Los que de una forma u otra contribuían a proteger la vida de ciudadanos cubanos frente a planes terroristas y los proyectos de asesinar a sus dirigentes, de los numerosos programados por varias administraciones de Estados Unidos, lo hicieron por imperativos de sus propias conciencias y merecen, a mi juicio, todos los honores.

Lo curioso es que esa noticia sale a la luz 24 horas después de la derrota sufrida por la diplomacia de Estados Unidos en la Asamblea General de la OEA”. (211)

En este caso se refiere a la medida adoptada por la OEA en Punta del Este, Uruguay, en 1962, referente a la expulsión de nuestro país de esa organización, por presión de los Estados Unidos, ahora revocada, en la reunión de San Pedro Sula, Honduras, en junio del 2009, por consenso unánime de sus estados miembros, incluida la nación imperial.

Evidentemente los tiempos son otros.

Esta acción de elemental acatamiento al derecho internacional, mantenida arbitrariamente por medio siglo, por el bien llamado Ministerio de Colonias yanqui, así denominada por Raúl Roa, el Canciller de la Dignidad y representante cubano en ese momento en la misma, constituyó una derrota significativa de la diplomacia norteamericana, temerosa de quedarse aislada.

Aunque conocido que Cuba, por política de principios, jamás aceptaría incorporarse a la desprestigiada organización, resultó expresión de un gesto amistoso de los actuales gobiernos progresistas en America y el Caribe, particularmente de los miembros del ALBA.

“Lo que se pretende exigir al pueblo de Honduras en nombre de la paz, es la negación de todos los principios por los cuales lucharon todas las naciones de este hemisferio”

El artero golpe de estado que se produjo contra el Presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, a fines de junio del 2009, de gran repercusión internacional, particularmente en América Latina y el Caribe, motivó un conjunto de reflexiones de Fidel Castro, donde se valoraron desde distintos ángulos, sus causas, consecuencias, implicaciones y reales promotores.

Las mismas tituladas “Un gesto que no se olvidará”, escrita el 25 de junio del 2009; “Un error suicida”, 28 de junio; “Muere el golpe o mueren las constituciones”, 10 de julio; “Lo que debe demandarse a Estados Unidos”, 16 de julio; “El 30 Aniversario sandinista y la propuesta de San José” y “Un Premio Nobel para Mrs. Clinton”, por último, el 23 de julio del propio año.

El hecho trasciende las fronteras nacionales dado el conjunto de intereses oligárquicos y de la derechista cúpula militar, que lo ejecutan y el apoyo que recibe de esos mismos factores a nivel de región. Al principio como sospecha y en las semanas sucesivas, como certeza real, en base de diversas fuentes de entero crédito, se evidencia la participación de sectores de extrema derecha de Estados Unidos, tanto no gubernamentales como incluso, aún dentro de las propias esferas oficiales. No obstante las declaraciones del Presidente Barack Obama, de rechazo al hecho, las acciones posteriores reflejan nuevamente las contradicciones en el seno del propio gobierno norteamericano, entre los sectores representativos y con mayor peso, en el establishment, poder real tras el trono.

La consolidación de los golpistas significaría la apertura de una etapa en la región, ya afortunadamente rebasada, de la década de los 50 al 80 del siglo pasado, que pondría en peligro las conquistas logradas en la última década, con la conquista del poder, por la vía electoral, de gobiernos progresistas de amplio apoyo popular, aunque con diversos matices, encabezados por los países del ALBA, de la que nación hondureña es miembro.

Para el líder cubano, las declaraciones del Presidente Zelaya, posterior a la asonada golpista, lo impresionaron cuando…“…denunciaba enérgicamente la burda negativa reaccionaria de impedir la consulta popular. Esa es la democracia que defiende el imperialismo. Zelaya no ha cometido la menor violación de la ley. No realizó un acto de fuerza. Es el Presidente y el Comandante General de las Fuerzas Armadas de Honduras. Lo que allí ocurra será una prueba para la OEA y para la actual administración de Estados Unidos…Sus palabras nos hacían recordar el discurso del Presidente Salvador Allende mientras los aviones de guerra bombardeaban el Palacio Presidencia, donde murió heroicamente el 11 de septiembre de 1973. Esta vez veíamos a otro Presidente latinoamericano entrando con el pueblo en una base aérea para reclamar las boletas para una consulta popular confiscadas espuriamente.

Así actúan un Presidente y Comandante General.

¡El pueblo de Honduras jamás olvidará ese gesto! (212)

Ya en los días inmediatamente posteriores al derrocamiento del Presidente Zelaya se van conociendo, particularmente a través de la emisora TELESUR, de amplia difusión, detalles más completos de la forma en que se produce el hecho y de las posibles medidas que adopte la desprestigiada OEA ante los acontecimientos.

Como se expresa en la reflexión “Un error suicida”, escrita el 28 de junio del propio año, el propio día que se consuma el golpe de estado…“…la prehistórica institución interamericana se había reunido al otro día en Washington y en una apagada y tibia resolución prometió realizar las gestiones pertinentes de inmediato para buscar una armonía entre las partes en pugna. Es decir, una negociación entre los golpistas y el Presidente Constitucional de Honduras…No necesitaban los golpistas otra cosa de la OEA. Les importó un bledo la presencia de un gran número de observadores internacionales que viajaron a ese país para dar fe de una consulta popular a los cuales Zelaya habló hasta altas horas de la noche. Antes del amanecer de hoy (28 de junio. N. del A.) lanzaron alrededor de 200 soldados profesionales bien entrenados y armados contra la residencia del Presidente, los que apartando rudamente la escuadra de la Guardia de Honor secuestraron a Zelaya, quien en ese momento dormía, lo conducen a la base aérea y lo transportan a un aeropuerto en Costa Rica” (Posteriormente se conocería que el avión hizo una parada previa en la base militar yanqui de Palmerola, en Honduras. N. del A.)”. (213)

Después de referir la detención brutal a que fue sometida la Canciller hondureña Patricia Rodas, por miembros del ejército, enfatiza una idea de gran importancia en los días siguientes, entre los que hablan de negociar y los que, basados en una política de principios, encabezada por el Presidente Chávez, reclaman rechazo firme y decidido hasta la reposición de Zelaya, sin negociaciones con estos, que constituyen un gobierno de facto. Al respecto valora que…“…con ese mando golpista no se puede negociar, hay que exigirle la renuncia y que otros oficiales más jóvenes y no comprometidos con la oligarquía ocupen el mando militar, o no habrá jamás un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo en Honduras. Los golpistas, acorralados y aislados, no tienen salvación si se enfrenta con firmeza el problema”. (214)

Ya culminada la primera semana de julio del 2009, afloran nuevos detalles reveladores de la implicación en los hechos, de los mandos acantonados en la base militar norteamericana de Palmerola, en Honduras, que por supuesto no actuaron por iniciativa propia, sin conocimiento del Pentágono.

Referente a ello recalca el dirigente cubano que…“…Honduras es hoy no solo un país ocupado por los golpistas, sino además un país ocupado por las fuerzas armadas de Estados Unidos. La base militar de Soto Cano, conocida también por su nombre de Palmerola, ubicada a menos de 100 kilómetros de Tegucigalpa, reactivada en 1981 bajo la administración de Ronald Reagan, fue la utilizada por el coronel Oliver North cuando dirigió la guerra sucia contra Nicaragua, y el Gobierno de Estados Unidos dirigió desde ese punto los ataques contra los revolucionarios salvadoreños y guatemaltecos que costaron decenas de miles de vidas. Allí se encuentra la Fuerza de Tarea Conjunta Bravo de Estados Unidos, compuesta por elementos de las tres armas, que ocupa el 85% del área de la base. Eva Gollinger divulga su papel en un artículo publicado en el sitio digital Rebelión el 2 de julio del 2009, titulado “La base militar de Estados Unidos en Honduras en el centro del golpe”. Ella explica que “la Constitución de Honduras no permite legalmente la presencia militar extranjera en el país. Un acuerdo “de mano” entre Washington y Honduras autoriza la importante y estratégica presencia de los cientos de militares estadounidenses en la base, por un acuerdo semipermanente. El acuerdo se efectuó en 1954 como parte de la ayuda militar que Estados Unidos ofrecía a Honduras…el tercer país más pobre del hemisferio”. (215)

En la misma se realizan, al final, tres valoraciones de significativa importancia para los posteriores acontecimientos que se desarrollaran vinculados al golpe de estado en el país centroamericano cuando se afirma…“… ¿cuál es el objetivo de la base militar, los aviones, los helicópteros y la fuerza de tarea de Estados Unidos en Honduras? Sin duda que sirve únicamente para emplearla en Centroamérica. La lucha contra el narcotráfico no requiere de esas armas…Si el Presidente Zelaya no es reintegrado a su cargo, una ola e golpes de estado amenaza con barrer a muchos gobiernos de América Latina, o quedarán estos a merced de los militares de extrema derecha, educados en la doctrina de seguridad de la Escuela de las Américas, experta en torturas, la guerra psicológica y el terror…No sería comprensible que Zelaya admita ahora maniobras dilatorias que desgastarían las considerables fuerzas sociales que lo apoyan y solo conducen a un irreparable desgaste”. (216)

Confirmando tales objetivos de dilatar el proceso de incorporación de Zelaya al poder, mediante la consolidación del golpe de Estado y sus representantes, se promueve por el Departamento de Estado de EE.UU. una negociación entre las partes, que tendrá como escenario a Costa Rica y como mediador a un conocido aliado de Washington, el Presidente de ese país, Oscar Arias, galardonado con un Premio Nobel de la Paz, de muy dudoso merecimiento. En la maniobra cumplía su papel el embajador norteamericano en Honduras, Hugo Llorens, de origen cubano americano, quien responde al sector de extrema derecha en el Departamento de Estado.

En la reflexión “Lo que debe demandarse a Estados Unidos”, escrita el 16 de julio del 2009, se reitera como…“…cada día se conocen nuevos detalles de la implicación de Estados Unidos en esa acción, que tendrá también una repercusión en toda América Latina.

La idea de una iniciativa de paz a partir de Costa Rica fue transmitida al presidente de ese país desde el Departamento de Estado cuando Obama estaba en Moscú y declaraba, en una universidad rusa, que el único Presidente de Honduras era Manuel Zelaya.

Los golpistas estaban en apuros. La iniciativa transmitida a Costa Rica buscaba el objetivo de salvarlos. Es obvio que cada día de retraso tiene un costo para el Presidente Constitucional y tiende a diluir el extraordinario apoyo internacional que ha recibido. La maniobra yanqui no incrementa las posibilidades de paz, sino todo lo contrario, las disminuye, y el peligro de violencia crece, ya que los pueblos de nuestra América no se resignarán jamás al destino que les tienen programado”. (217)

En su reflexión “El 30 Aniversario sandinista y la propuesta de San José”, escrita el 21 de julio del 2009, se valoran las esencias del contexto en que se produce el golpe de Estado en Honduras, requisito indispensable para cualquier análisis socio-político, sea investigación científica, ensayo o escrito periodístico, destinado a un heterogéneo público lector.

Aún pesaba en nuestros pueblos…“…el recuerdo de las atrocidades cometidas en décadas recientes por las tiranías que Estados Unidos promovió, instruyó y armó en nuestro hemisferio….El intento de comprometer al hemisferio con un acuerdo de libre comercio fracasó. Las economías de otras regiones del mundo crecieron a buen ritmo y el dólar perdía su hegemonía exclusiva como divisa privilegiada. La brutal crisis financiera complicó la situación. En estas circunstancias se produjo el golpe militar en Honduras, uno de los países más pobres del hemisferio.

Tras dos semanas de creciente lucha popular, Estados Unidos maniobró para ganar tiempo. El Departamento de Estado asignó a Oscar Arias, Presidente de Costa Rica, la tarea de auxiliar al golpe militar en Honduras, asediado por la por la vigorosa, pero pacífica presión popular”. (218)

¿Por qué Oscar Arias?, Evidentemente que…“…en los cálculos del Gobierno de Estados Unidos pesaba el hecho de que Arias ostentaba el título de Premio Nobel de la Paz.

La historia real de Oscar Arias indica que se trata de un político neoliberal, talentoso y con facilidad de palabras, sumamente calculador y aliado fiel de Estados Unidos.

Desde los primeros años del triunfo de la Revolución Cubana, el gobierno de Estados Unidos utilizó a Costa Rica y le asignó recursos para presentarla como una vitrina de los avances sociales que se podían lograr bajo el capitalismo.

Ese país centroamericano fue utilizado como base por el imperialismo para los ataques piratas contra Cuba. Miles de técnicos y graduados universitarios cubanos fueron sustraídos a nuestro pueblo, que estaba ya sometido a cruel bloqueo, para prestar servicios en Costa Rica. Las relaciones entre Costa Rica y Cuba se han restablecido en fecha reciente; fue uno de los dos últimos países del hemisferio en hacerlo, lo cual nos satisface, pero no por ello debo dejar de expresar lo que pienso en este momento histórico de nuestra América”. (219)

Coincidente con lo anterior, se cumplía en el momento de redactar su reflexión, el 30 Aniversario del triunfo de la Revolución Sandinista. El FSLN, que mantuvo una larga lucha contra el somocismo, arriba al poder el 19 de julio de 1979,

Se cumplía el sueño de Sandino, el legendario héroe nicaragüense, enfrentado al ejército invasor norteamericano, en desigual combate, al frente de su tropa integrada por el pueblo más humilde.

“Augusto César Sandino (1893-1934), dirigente guerrillero nicaragüense, conocido por su tenaz resistencia a la ocupación y la intervención estadounidense en su país. Nació en Niquinohomo, y tras trabajar como minero en varios países de Centroamérica, regresó a Nicaragua en 1926, para convertirse en jefe liberal durante la Guerra Civil nicaragüense (1926-1927), negándose a negociar el final del conflicto, hasta que no se retiraran todos los marines estadounidenses, que habían ocupado el país en 1912. Su resistencia provocó la presencia de más soldados estadounidenses, pero éstos no fueron capaces de acabar con el apoyo popular a Sandino, y finalmente tuvieron que retirarse en 1933, dejando la pacificación del país en manos de la Guardia Nacional de Anastasio Somoza. Sandino estaba negociando el final de las hostilidades con el presidente Juan Bautista Sacasa, cuando fue asesinado por la guardia de Somoza en 1934. El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que puso fin al régimen somocista en 1979, adoptó tal nombre en honor a Sandino” (Tomado de Microsoft Encarta 2007).

Como se valora en la reflexión…“…toda Centroamérica sufrió durante más de 150 y todavía sufre desde los tiempos del filibustero William Walker, que se hizo presidente de Nicaragua en 1856, el problema del intervencionismo de Estados Unidos que ha sido constante, aunque el pueblo heroico de Nicaragua, logró ya una independencia que está dispuesto a defender hasta el último aliento”. (220)

¿Quién era William Walker?

“William Walker (1824-1860), aventurero estadounidense, presidente de Nicaragua (1856-1857). Nació en Nashville (Tennessee) y estudió en la universidad de esta ciudad. Se licenció en medicina en 1843, después de lo cual estudió derecho, y se dedicó a ejercer la abogacía en Nueva Orleans (Luisiana). Marchó a California (Estados Unidos) en 1850, y en 1853 dirigió la invasión armada de Baja California (México), y se autoproclamó presidente de una república independiente, formada por la Baja California y el vecino estado de Sonora. Tras quedarse sin provisiones y tener que enfrentarse a la resistencia del gobierno mexicano, se vio obligado a rendirse a las autoridades estadounidenses. Juzgado por infringir las leyes sobre neutralidad en 1854, fue absuelto.

Durante la Guerra Civil nicaragüense la facción liberal le pidió ayuda, y en 1855 dirigió la toma de Granada. Fue nombrado presidente de Nicaragua en 1856, y reconocido como tal por Estados Unidos. Planeó unificar las repúblicas de América Central bajo su gobierno, pero el industrial estadounidense Cornelius Vanderbilt, de cuya empresa de transportes se habían apropiado los partidarios nicaragüenses de Walker, financió las fuerzas que en 1857 le derrotaron en combate.

A pesar de varios intentos por recuperar Nicaragua, Walker no tuvo éxito. Capturado por los británicos tras desembarcar en Honduras en 1860, fue ejecutado por las autoridades hondureñas. Escribió La guerra en Nicaragua (1860). (Tomado del artículo:"William Walker." Microsoft Encarta 2007)

En la reflexión se hace referencia a un fragmento del discurso pronunciado por el Presidente Daniel Ortega en el acto efectuado en conmemoración del 30 Aniversario del triunfo de la Revolución Sandinista, donde éste expresa como, en las circunstancias de la guerra civil promovida por Estados Unidos en Nicaragua en la década de los 80, en la etapa de gestión en busca de la paz, por varios gobiernos de la región…“… los yanquis lo nombraron mediador (se refiere al Presidente Oscar Arias. N. del A.). Tenemos una profunda simpatía al pueblo de Costa Rica, pero yo no puedo olvidar, en aquellos años duros el Presidente de Costa Rica convocó a los presidentes centroamericanos y no nos invitó a nosotros…Pero los otros presidentes centroamericanos fueron más sensatos y le dijeron. Aquí no puede haber plan de paz si no está Nicaragua, Por la verdad histórica, el Presidente que tuvo el valor de romper el aislamiento que habían impuesto los yanquis en Centroamérica-donde les habían prohibido a los presidentes a conversar con el Presidente de Nicaragua y querían una solución militar, querían acabar a través de la guerra con Nicaragua, con su revolución, quien dio ese paso valiente, fue el presidente de Guatemala Vinicio Cerezo. Esa es la historia verdadera”. (221)

En definitiva la llamada propuesta de San José en su versión del 18 de julio y la sucesiva del 22 del propio mes no fue aceptada por el gobierno de facto de Honduras.

En su reflexión “Un Premio Nobel para Mrs. Clinton”, escrita el 23 de julio del 2009, el líder cubano valora que…“…el interminable documento leído ayer por el Nobel Oscar Arias es mucho peor que los 7 puntos del acta de rendición que había propuesto el 18 de julio.

No se comunicaba con la opinión internacional a través de una clave Morse. Hablaba delante de las cámaras de televisión que transmitían su imagen y todos los detalles del rostro humano, que suele tener tantas variables como las huellas digitales de una persona….Lo más extraño es que cuando Arias exponía su nueva propuesta de paz, no deliraba, creía en lo que estaba diciendo…Muchas personas honestas están asombradas y tal vez atribuyen a oscuras maniobras suyas lo que dijo ayer. Quizás yo sea uno de los pocos en el mundo que comprenda que había una autosugestión, más que una intención deliberada en las palabras del Nobel de la Paz. Me percaté de eso especialmente cuando Arias, con especial énfasis y palabras entrecortadas por la emoción, habló de la multitud de mensajes que Presidentes y líderes mundiales, conmovidos por su iniciativa, le habían enviado. Es lo que pasa por la cabeza……, ni siquiera se da cuenta de que otros Premios Nobel de la Paz, honestos y más modestos, como Rigoberta Menchú y Adolfo Pérez Esquivel, están indignados por lo ocurrido en Honduras”. (222)

Las negociaciones en San José, constituyeron en definitiva una trampa, cuyo único objetivo era dar al gobierno de facto un respiro hasta lo que ellos suponen-y también los sectores derechistas asentados en el Departamento de Estado en contradicción con las declaraciones públicas del Presidente Obama- una salida, en espera de las elecciones generales “legitimadoras” de noviembre del 2009, que el pueblo hondureño rechaza, así como la opinión pública internacional…y hasta la propia OEA.

Tal como se expresa en la reflexión ya citada…“…ahora los golpistas se están moviendo ya en las esferas oligárquicas de América Latina, algunas de las cuales, desde altas posiciones estatales, ya no se ruborizan al hablar de sus simpatías por el golpe y el imperialismo pesca en río revuelto de América Latina. Exactamente lo que Estados Unidos deseaba con la iniciativa de paz, mientras aceleraba las negociaciones para rodear de bases militares la patria de Bolívar.

Hay que ser justos, y mientras esperamos la última palabra del pueblo de Honduras, debemos demandar un Premio Nobel para Mrs. Clinton”. (223)

Una fina ironía que encierra a su vez una gran verdad. ¿No fueron acaso los “méritos” semejantes de Oscar Arias, en su doble papel de incondicional a los intereses de Estados Unidos y de su instrumento, la contrarrevolución antisandinista, a la vez que “imparcial” mediador por la otra? Al menos la Clinton es ciudadana norteamericana.


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