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LAS REFLEXIONES DE FIDEL CASTRO: EXPRESIÓN DE UNA ÉTICA REVOLUCIONARIA

Raúl O. Quintana Suárez




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“La Revolución Cubana, que el bloqueo y la guerra sucia no han podido destruir, se basa en principios éticos y políticos”

Cada día son más las personalidades, organizaciones e instituciones de mayor o menor influencia en la política de Estados Unidos, que se pronuncian, con sólidos fundamentos, contra la absurda e ignominiosa permanencia del bloqueo contra Cuba, durante casi medio siglo, por parte de la potencia imperial.

No pocos de ellos no son siquiera simpatizantes de la Revolución Cubana, lo que no les impide ser realistas y comprender que tal medida deteriora la propia imagen de su país e incluso afecta económicamente a determinados sectores productivos, que pudiesen tener en el comercio con Cuba, un paliativo a las graves consecuencias de la crisis económica.

En el influyente diario norteamericano “Washington Post” se publica la entrevista realizada por la periodista Karen DeYoung, al senador republicano por Indiana, Richard G. Lugar, quien manifestó, en exhortación al Presidente Barak Obama, que…“....los casi 50 años de embargo económico contra Cuba colocan a Estados Unidos en contradicción con la opinión del resto de América Latina, la Unión Europea y las Naciones Unidas…”…él mismo declaró además, la conveniencia de establecer conversaciones directas con representantes del gobierno cubano… que…“…serviría a los intereses de seguridad vitales de Estados Unidos….y podría en última instancia crear las condiciones para un debate significativo de temas más litigiosos”. (160)

En esa propia reflexión el dirigente cubano valora al respecto como…. “…el articulo de Karen no admite duda de que el Senador por Indiana camina con los pies sobre la tierra. No parte de posiciones filantrópicas. Trabaja como expresa ella con

<< la Cámara de Comercio de EE.UU. Y otros grupos empresariales, otros gobiernos estaduales y grupos de derechos humanos >>”. (161)

Acerca de la evidente contradicción entre lo que el Presidente norteamericano proclama en sus intervenciones públicas y su evidente concesión a la ultraderecha tras bambalinas del poder en la nación, así, como a los aun influyentes círculos del exilio contrarrevolucionario de Miami se recalca cómo es posible que si este…“…recorre el mundo afirmando, como lo hizo en su propio país, que es necesario invertir las sumas que sean necesarias para salir de la crisis financiera, garantizar las viviendas en que viven incontables familias, garantizar el empleo a los trabajadores norteamericanos que lo están perdiendo por millones, poner los servicios de salud y una educación de calidad para todos los ciudadanos, ¿Cómo puede conciliarse eso con medidas de bloqueo para imponer su voluntad a un país como Cuba?”. (162)

Para agregar posteriormente como…“…los que son capaces de analizar seriamente los acontecimientos como es el caso del Senador de Indiana, usan un argumento irrebatible: las medidas de Estados Unidos contra Cuba, a lo largo de casi medio siglo constituye un fracaso total…No es necesario enfatizar lo que siempre Cuba ha dicho: no tememos dialogar con los Estados Unidos. No necesitamos tampoco la confrontación para existir, como piensan algunos tontos; existimos precisamente porque creemos en nuestras ideas y nunca hemos temido dialogar con el adversario. Es la única forma de procurar la amistad y la paz entre los pueblos”. (163)

“Nuestra patria demuestra que un pequeño país del Tercer Mundo, hostigado, agredido y bloqueado durante decenas de años, puede llevar con dignidad su pobreza”

La creciente repulsa contra el inmoral y genocida bloqueo contra Cuba, repudiado a nivel mundial y reiteradas veces rechazado por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en categóricas y significativas votaciones, gana gradualmente terreno en un sector cada vez más amplio de la propia sociedad norteamericana, único criterio valido para los gobernantes norteamericanos, pero aun insuficiente frente al omnímodo poder de grupos de poder más conservadores, que rigen su política exterior.

La visita a nuestro país a inicios de abril del 2009, de un grupo de congresistas norteamericanos, de posiciones políticas mayoritariamente progresistas, significó un importante paso en ese sentido.

En sus reflexiones “Los 7 congresistas que nos visitan” y “Encuentro con Bárbara Lee y otros miembros del Caucus Negro”, escritas respectivamente el 7 y 8 de abril del 2009, el Comandante en Jefe valora la trascendencia de la misma, en la actual coyuntura mundial.

Afirma al respecto como…“…una importante delegación política de Estados Unidos se encuentra entre nosotros. Se trata del Caucus Negro Congresional (CBC) que, en la práctica ha funcionado como parte del ala más progresista del Partido Demócrata.

Fue fundado en enero de 1969 por los doce congresistas afronorteamericanos que integraban el Congreso de Estados Unidos en aquel momento. En los primeros 50 años del siglo XX solamente cuatro afronorteamericanos fueron electos al Congreso. Actualmente, como consecuencia de las luchas, el CBC cuenta con 42 miembros. Varios de sus representantes han mantenido posiciones constructivas muy activas en temas asociados a Cuba. La primera delegación del Caucus Negro que nos visito estaba presidida por Maxine Waters, en febrero de 1999; la segunda en enero del 2000”. (164)

Después de reseñar algunas particularidades de los gestos solidarios de ese grupo Congresional norteamericano en los últimos años, con la Revolución Cubana y de la composición de la delegación visitante expresa…. “…como valoro el gesto del grupo legislativo. Cumplen rigurosamente el programa que solicitaron. La aureola alcanzada por Luther King los acompaña. Nuestra prensa ha reportado ampliamente su presencia. Son testigos excepcionales del respeto con que se recibe siempre a los norteamericanos que visitan nuestra patria. Es difícil que la delegación haya visto un rostro con expresión de odio y tal vez admiren la ausencia total de personas analfabetas o menores limpiando zapatos en las calles. No escapara a ningún ojo crítico las filas de niños, adolescentes y jóvenes, asistiendo a las escuelas y universidades, los círculos infantiles, los hogares de ancianos, los hospitales y policlínicos con personal de salud altamente calificado, que atiende a todos los ciudadanos. En medio de la crisis económica internacional no existen colas de ciudadanos buscando empleo. Las personas que se mueven por las calles, activas y casi siempre alegres, no se corresponden con las imágenes estereotipadas con que se presenta muchas veces a Cuba en el exterior.

Nuestra patria demuestra que un pequeño país del Tercer Mundo, agredido y bloqueado durante decenas de años, puede llevar con dignidad su pobreza”. (165)

Su encuentro con Bárbara Lee y una representación del grupo fue valorado de muy positivo dado que…“…el Caucus Negro Legislativo representa un sector de gran peso en los Estados Unidos.

La larga lucha por la igualdad y la justicia social se ilumino con la vida y el ejemplo de Martin Luther King, cuyo pensamiento y obra cautiva hoy a millones de personas en el mundo y fue lo que a mi juicio explica que un ciudadano negro, en un momento de profunda crisis, alcanzara la presidencia de Estados Unidos….De ahí que un nuevo encuentro con el Caucus Negro adquiriera para mi en lo personal, especial importancia”. (166)

Respecto a la congresista Bárbara Lee éste…“…considera que está orgullosa de presidir el Caucus Negro, de participar activamente en la política de su país con nuevos bríos y optimismo, de su hijo varón, que estaba lejos de nacer cuando el triunfo de la Revolución en Cuba, y de sus cinco nietos. Ella había votado en solitario contra la guerra genocida de Bush en Iraq. Fue una prueba insuperable de valor político. Merece todos los honores”. (167)


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