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LAS REFLEXIONES DE FIDEL CASTRO: EXPRESIÓN DE UNA ÉTICA REVOLUCIONARIA

Raúl O. Quintana Suárez




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SEGUNDA PARTE (2008)

“Mi deseo fue siempre cumplir el deber hasta el ultimo aliento. Es lo que puedo ofrecer”

El “Mensaje del Comandante en Jefe” publicado en la prensa cubana el 19 de febrero del 2008, esclareció las incertidumbre, sobre la reincorporación de Fidel Castro, de forma activa, a sus cargos de Presidente del Consejo de Estado y Primer Ministro del Gobierno Revolucionario. Las limitantes que le impuso su estado de salud no se lo permitirían. Sus anteriores escritos: “Mensaje de Fidel a la Mesa Redonda” (17 de diciembre del 2007) y “Mensaje a la Asamblea Nacional del Poder Popular” (27 de diciembre del 2007) así lo dejaban entrever.

Como el mismo explica…“…ha llegado el momento de postular y elegir al Consejo de Estado, su Presidente, Vicepresidentes y Secretario.

Desempeñe el honroso cargo de Presidente a lo largo de muchos años. El 15 de febrero de 1976 se aprobó la Constitución Socialista por voto libre, directo y secreto de más del 95% de los ciudadanos con derecho a votar. La primera Asamblea Nacional se constituyo el 2 de diciembre de ese año y eligió el Consejo de Estado. Antes había ejercido el cargo de Primer Ministro durante casi 18 años. Siempre dispuse de las prerrogativas necesarias para llevar adelante la obra revolucionaria con el apoyo de la inmensa mayoría del pueblo.

Conociendo mi estado crítico de salud muchos en el exterior pensaban que la renuncia provisional al cargo de Presidente del Consejo de Estado el 31 de julio de 2006, que deje en manos del Primer Vicepresidente Raúl Castro Ruz, era definitiva. El propio Raúl, quien adicionalmente ocupa el cargo de Ministro de las F.A.R. y los demás compañeros de la dirección del Partido y el Estado, fueron renuentes a considerarme apartado de mis cargos a pesar de mi estado precario de salud”. (84)

Desde el propio triunfo de la Revolución Cubana, el 1ro de enero de 1959, siempre primo en la mente de los enemigos internos y externos del proceso revolucionario, la convicción, de que con la muerte, violenta o natural del dirigente cubano, esta llegaría a su fin. Incontables documentos clasificados, hechos públicos después de largas décadas, corroboran los cientos de intentos de asesinato contra Fidel Castro, organizados o apoyados por los diferentes gobiernos de Estados Unidos.

En palabras introductorias al libro “El merito es estar vivo”, el conocido periodista Luis Báez Hernández valora como…“…este libro está sustentado en hechos reales. Ellos son en sí mismos pruebas irrefutables de que en el caso de la guerra secreta de la CIA contra Cuba, los acontecimientos sobrepasan a la imaginación, lo increíble puede llegar a ser cierto y la realidad increíble. No es una historia completa de los proyectos del gobierno norteamericano para derrocar a la Revolución Cubana desde antes de su triunfo y, sobre todo, sus planes de asesinar a Fidel Castro.

Mi propósito es mostrar a las actuales generaciones como durante más de cuatro décadas, diez administraciones estadounidenses, según sus propias revelaciones, han hecho lo posible y lo imposible, por liquidar el proceso revolucionario”. (85)

Posteriormente recalca en su Mensaje el dirigente cubano como… “…era incomoda mi posición frente a un adversario que hizo todo lo imaginable por deshacerse de mí y en nada me agradaba complacerlo.

Más adelante pude alcanzar de nuevo el dominio total de mi mente, la posibilidad de leer y meditar mucho, obligado por el reposo. Me acompañaban las fuerzas físicas suficientes para escribir largas horas, las que compartía con la rehabilitación y los programas pertinentes de recuperación.

Un elemental sentido común me indicaba que esa actividad estaba a mi alcance. Por otro lado me preocupo siempre, al hablar de mi salud, evitar ilusiones que en el caso de un desenlace adverso, traerían noticias traumáticas a nuestro pueblo, en medio de la batalla. Prepararlo para mi ausencia, sicológica y políticamente, después de tantos años de lucha….Mi deseo fue siempre cumplir el deber hasta el último aliento. Es lo que puedo ofrecer….A mis entrañables compatriotas que me hicieron el inmenso honor de elegirme en días recientes como miembros del Parlamentos, en cuyo seno se deben adoptar acuerdos importantes para el destino de nuestra Revolución, les comunico que no aspirare ni aceptare<<repito>> no aspiraré ni aceptaré el cargo de Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe”. (86)

El Mensaje del Comandante en Jefe, portador de una significativa eticidad, culmina expresando su confianza en la dirección del Partido y el Estado, integrado por varias generaciones de revolucionarios, para garantizar la continuidad de la Revolución, dado que…“…el camino será siempre difícil y requerirá el esfuerzo inteligente de todos. Desconfío de las sendas aparentemente fáciles de la apologética, o la autoflagelación como antítesis. Prepararse siempre para la peor de las variantes. Ser tan prudentes en el éxito como firmes en la adversidad es un principio que no puede olvidarse. El adversario a derrotar es sumamente fuerte, pero lo hemos mantenido a raya durante medio siglo.

No me despido de ustedes. Deseo solo combatir como un soldado de las ideas. Seguiré escribiendo bajo el titulo “Reflexiones del compañero Fidel”. Será un arma más del arsenal con la cual se podrá contar. Tal vez mi voz se escuche. Seré cuidadoso”. (87)


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