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LAS REFLEXIONES DE FIDEL CASTRO: EXPRESIÓN DE UNA ÉTICA REVOLUCIONARIA

Raúl O. Quintana Suárez




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“Esas cumbres tienen su historia y por cierto bastante tenebrosas”

La iniciativa de efectuar las llamadas Cumbre de Las Américas tiene lugar durante el gobierno del demócrata Bill Clinton, en 1994, cuando aún predominaban al frente de los gobiernos latinoamericanos personajes como Carlos Menem (Argentina), Fujimori (Perú) y Sánchez de Losada (Bolivia), por solo citar algunos, conocidos por sus actividades de corrupción y docilidad a los dictados de Washington. Aún se mantenía la esperanza de implantar el ALCA y hacer retroceder a la región, como “patio trasero”, zona de inversiones expoliadoras y sin riesgo de las corporaciones, recursos naturales saqueados impunemente, presidentes y ejércitos sumisos y pueblos sometidos a la más despiadada explotación.

La celebración de una cumbre, en Puerto España, en el 2009, en circunstancias muy distintas de las anteriores, motivan la reflexión “¿Por qué se excluye a Cuba?, escrita el 4 de abril de ese propio año. Después de reseñar lo acontecido en el encuentro sostenido con el Presidente Daniel Ortega y de su esposa Rosario Murillo, el líder cubano valora como…“…esas cumbres tienen su historia y por cierto bastante tenebrosas. La primera se realizó en Miami, capital de la contrarrevolución, el bloqueo y la guerra sucia contra Cuba. Esa cumbre se efectuó los días 9, 10 y 11 de diciembre de 1994. Fue convocada por Bill Clinton, electo presidente de Estados Unidos en Noviembre de 1992.

La URSS se había derrumbado y nuestro país estaba en pleno periodo especial. Se descontaba la caída del socialismo en nuestra patria como ocurrió en Europa Oriental primero y después en la propia Unión Soviética.

Los contrarrevolucionarios preparaban sus maletas para regresar victoriosos a Cuba. Bush padre había perdido las elecciones, como consecuencia sobre todo de la aventura guerrerista en Iraq. Clinton se preparaba la era post Cuba revolucionaria en América Latina. El Consenso de Washington tenía plena vigencia.

La guerra sucia contra Cuba estaba a punto de concluir exitosamente. La Guerra Fría terminaba con la victoria de Occidente y una nueva era se abría para el mundo”. (157)

La idea, el denominado “panamericanismo”, es una de las formas maquiavélicas creadas por Estados Unidos, para dominar América Latina, a través de ya históricos instrumentos, que tuvieron en la creación de la OEA y últimamente en las Cumbres de Las Américas, sus medios más recientes.

Como bien se expresa en la reflexión, ya el Apóstol supo avizorar, desde el siglo XIX la verdadera esencia de tales intentos cuando afirma como…“…quiso la historia que nuestro Héroe Nacional y paladín de la independencia de Cuba, José Martí. Conociera la primera gran crisis económica del capitalismo en Estados Unidos que duro hasta 1893. Comprendió que la unión económica con Estados Unidos significaría el fin de la independencia y la cultura de los pueblos de Latinoamérica.

En mayo de 1888, el Presidente de Estados Unidos había enviado a los pueblos de América y el Reino de Hawaii en el Pacifico una invitación del Senado y la Cámara de Representantes de ese país, a una conferencia internacional en Washington para estudiar entre otras cosas <<la adopción por cada uno de los gobiernos de una moneda común de plata, que sea de uso forzoso en las transacciones comerciales reciprocas de los ciudadanos de todos los estados de América>>.

Sin duda los miembros del Congreso tienen que haber estudiado bien las consecuencias de aquellas medidas.

Casi dos años después la Conferencia Internacional Americana, de la que eran parte los Estados Unidos, recomendó que se estableciese una unidad monetaria internacional y que, como base de esta unión, se acuñasen una o más monedas que pudieran usarse en los países representados.

Finalmente, después de un mes de prórroga, como cuenta el propio Martí, en la Comisión Monetaria Internacional, la delegación de Estados Unidos declaro, en marzo de 1891 que <<era un sueño fascinador que no podía intentarse sin el avenimiento de los demás países del globo>>. Recomendó también usar oro y plata en las monedas que se acuñaran.

Era una premonición delo que ocurriría 55 años después cuando en Bretton Woods le concedieron el privilegio de emitir en papel moneda la divisa internacional, usar el oro y la plata.

Aquel hecho sin embargo dio lugar a que Martí elaborara el análisis político más impresionante que he leído en mi vida, publicado en la Revista Ilustrada de New York, el mes de mayo de 1891, en el que se oponía resueltamente a la idea”. (158)

Se refiere sin duda al escrito de José Martí titulado “La Conferencia Monetaria de las Repúblicas de América” donde éste valora premonitoriamente que…“…quien dice unión económica, dice unión política. El pueblo que compra manda. El pueblo que vende, sirve. Hay que equilibrar el comercio, para asegurar la libertad. El pueblo que quiere morir, vende a un solo pueblo, y el que quiere salvarse, vende a más de uno. El influjo excesivo de un país en el comercio de otro, se convierte en influjo político. La política es obra de los hombres, que rinden sus sentimientos al interés, o sacrifican al interés una parte de sus sentimientos. Cuando un pueblo fuerte da de comer a otro, se hace servir de él. Cuando un pueblo fuerte quiere dar batalla a otro, compele a la alianza y al servicio a los que necesitan de él. Lo primero que hace un pueblo para llegar a dominar a otro, es separarlo de los demás pueblos. El pueblo que quiere ser libre, sea libre en negocios. Distribuya sus negocios entre países igualmente fuertes. Si ha de preferir a alguno, prefiera al que lo necesite menos, al que lo desdeñe menos”. (159)


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