BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

EXPERIENCIAS MICROESCOLARES DE INTERCULTURALIDAD, PROYECTOS E IDEAS

Eduardo Andrés Sandoval Forero y otros




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Educación superior e interculturalidad en el campus huasteca de la UASLP análisis de la pertinencia del perfil de egreso respecto del contexto comunitario de la zona

Héctor Omar Turrubiates Flores y Alejandro Gutiérrez Hernández
Universidad Autónoma de San Luís Potosí

1.- Contextualización de la relevancia de la formación profesional en derecho

Es fácil entender que todo ser humano adquiere derechos naturales al nacer, siendo por tanto inherentes y se fundamentan en la dignidad de la persona, derechos que una sociedad respeta; empero, es inconcebible que este respeto se dé de forma continua y sin prejuicios. La naturaleza del ser humano es compleja y casi imposible de definir, ya que existen demasiados factores que la alteran o modifican: usos, costumbres, modos de vida, etc. Si esto es difícil de entenderlo, hay que imaginarse lo complicado que resulta las innumerables interacciones entre diversos modos de vida, usos, costumbres, lenguajes y sumando a ello, los diversos actos humanos que derivan de estos: actos de comercio, negociaciones, tratos, convenios, relaciones intra e inter personales, etc.

Estamos hablando únicamente del ser humano, lo que nos obliga mencionar que por su naturaleza inminentemente social, establece formas de unión política, constituye sociedades, entes colectivos, Estados, Naciones, que también interactúan y se relacionan con otros.

En palabras simples, sociológicamente el Ser humano siempre estará en relación con los demás es una cualidad sine qua non. La sociedad es un hecho necesario y natural, y sus relaciones no pueden limitarse, no pueden prohibirse, no pueden coartarse, generando una serie complicada de derechos y que existen ante las libertades de los demás, y éstas, serán oponibles en la misma medida, creando un escenario propicio para un choque yo conflicto de intereses, que a su vez impacta en la relaciones mencionadas anteriormente y parte a lo macro, dañando las esferas de actuación de los entes sociales y políticos. Es aquí donde nace la necesidad de un convencionalismo social, es decir, que el respeto a las libertades se basan en las costumbres, en la repetición frecuente de un determinado comportamiento.

“La naturaleza del hombre, sus propios instintos y, fundamentalmente, sus limitaciones personales, hacen evidente que éste necesita de la vida social como condición necesaria de su conservación, desarrollo físico y cumplimiento de sus tareas interactivas y morales”.

Lo complejo de las relaciones sociales y humanas no pueden ni deben ser dejadas a la subjetividad de los mismos por lo tanto existe una enorme necesidad de establecer un orden, un sistema que permita mantener un orden, un orden que determine los derechos que pueda disfrutar el ser humano como también enunciar sus obligaciones. Este orden es el Derecho.

El Derecho como objeto de estudio de la Ciencia Jurídica y como tal, es una tarea ardua el tratar de definirlo: “Los autores que lo abordan, no han conseguido ponerse de acuerdo ni en el género próximo ni en la diferencia específica del concepto, lo que explica el número increíble de definiciones y la anarquía reinante en esta materia” , o “el concepto de derecho no tiene un carácter unívoco ya que su aplicación en el lenguaje cotidiano y en el propiamente jurídico no se refiere a una misma situación.., una cosa es el derecho como disciplina y otra el derecho como fenómeno social, que es estudiado por la disciplina que, para aumentar la confusión, utiliza el mismo nombre” . Se suma a esto, lo arduo que se basa en la complejidad de las múltiples e infinitas actividades del ser humano y que: “La actividad humana puede hallarse sujeta a obligaciones que unas veces tienen una índole típicamente moral y otras asumen carácter jurídico” .

“El Derecho en sentido objetivo (dejando de lado el convencionalismo) fue definido por el Jurista J. Celso (Filius) como Ius est ars boni et aequi: El derecho es el arte de lo bueno y de lo equitativo.”

En sentido moderno, el Derecho objetivo es el “conjunto de normas que regulan en forma obligatoria la conducta de las personas; y por derecho subjetivo, como la facultad que concede la norma jurídica objetiva de cualquier sujeto, de exigir de otro, cierta conducta”.

El derecho es un medio facilitador de convenciones de intereses, es un instrumento que permite mantener las relaciones dentro de un orden conveniente, es una herramienta de un ente político para mantener y sostener la gobernabilidad y una paz social. El derecho es la forma de mantener un orden cuando surge un síncope de carácter social.

Lo anterior es necesario comprenderlo para dimensionar el impacto y la trascendencia del derecho (en ambas dimensiones) en la vida cotidiana del ser humano y en sus relaciones con los demás. Es menester que existan personas con el conocimiento suficiente para asimilar los diversos planteamientos teóricos del derecho, con la capacidad de poder comprender los diversos fenómenos sociales que requieren de una regulación para una mejor convivencia o resolución.

Los profesionistas conocedores del derecho, son piezas esenciales en el sostenimiento del orden social, permiten atender la necesidad de un bienestar social, permiten sujetar, mediante su actuación ante las instancias correspondientes, al orden jurídico a las personas que contravengan las disposiciones que persiguen la paz social. No puede concebirse una sociedad sin leyes, ni éstas pueden implementarse sin los profesionistas del derecho.

La profesión del Abogado es una de las de mayor tradición en nuestro país. Los acelerados cambios que el mundo y nuestro entorno inmediato han sufrido en del siglo XIX a la fecha, modificaron drásticamente las relaciones del ser humano entre sí y con el medioambiente. El diseño de nuevas tecnologías y los efectos de estas innovaciones, así como los procesos de la degradación ambiental el genoma humano y una infinidad de nuevos eventos sociales, han propiciado nuevas transacciones sociales que escapan al galope de la ciencia jurídica.

Es de vital importancia desarrollar al profesionista del derecho acorde a las dinámicas exigencias de un mundo mayormente complejo y acosado por amenazantes disyuntivas económicas, sociales, políticas y humanísticas. En este sentido, algunos países Europeos y algunas universidades mexicanas, han comenzado a rediseñar el esquema de modelación de sus profesionistas del derecho (véase al respecto el libro Blanco de la Carrera de Derecho de España) dando como resultado un cambio integral en la formación de estos profesionistas. Las guías de esta modelación se inscriben en el campo del análisis psicopedagógico, partiendo de la propuesta de modelos educativos tendientes al/o constructivistas.


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