BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

PAZ Y CIUDADANÍA EN EL PROCESO DE FORMACIÓN BÁSICA DE LOS JÓVENES DE SECUNDARIA

Irma Isabel Salazar Mastache




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2 La Violencia

Mientras el mundo camina cada vez más rápido en cuestiones de tecnología y vanguardia, las prácticas intolerantes entre los seres humanos también se agudizan en la misma magnitud, y es que la mayoría de las veces esas actitudes de intolerancia ocultan un problema de inseguridad y/o de baja autoestima. Motivo por el cual algunos estudiantes descargan su furia de forma especial en aquellos compañeros más indefensos, haciendo de la intolerancia una de las práctica más cotidianas al interior de las escuelas, llegando así a cometer actos violentos con sus mismos compañeros. Sefchovich en su libro El país de las mentiras nos sugiere que: “El término violencia se refiere pues, a un amplio rango de situaciones y tiene muchos grados y niveles, pero por lo general se considera violencia a un comportamiento caracterizado por el ejercicio de la fuerza para ocasionar un daño o lesión a otra persona” (Sefchovich, 2008:176)

Atendiendo a que la violencia tiene siempre dos rostros: el del agresor y el del agredido , debemos reflexionar primero, que los adolescentes viven, crecen y se forman en un hogar independientemente del tipo de familia con el que convivan, segundo, que los adolescentes asisten a una institución educativa de carácter público o privado y tercero que los adolescentes establecen relaciones con su entorno y con los medios de comunicación; este breve esbozo de la convivencia entre los adolescentes debe poner en alerta a los adultos de aquellos posibles escenarios de riesgo y conflicto en donde ellos o adquieren nuevas formas de agredir o son víctimas de algún tipo de violencia.

En toda situación de violencia escolar están presentes las relaciones interpersonales, las relaciones del individuo con su grupo familiar y las relaciones escolares. Sin lugar a duda, los orígenes del incremento de la violencia escolar manifestado en los últimos años pueden encontrarse en la estructura económica de las sociedades que estriba en el reparto desigual de la riqueza, la ampliación constante de la brecha entre los sectores más ricos de la sociedad y los más pobres son factores fundamentales de los conflictos sociales que pueden adquirir características violentas.

La falta de oportunidades, la carencia de una esperanza de movilidad social, la desocupación creciente, son condicionantes que golpean duramente a las familias en las cuales crecen los niños. Estos sentimientos pueden desembocar en conductas violentas y agresivas entre los adultos, impactando directamente en los más pequeños.

La desigualdad entre los que tienen y los que no están abismales, que países enteros, regiones y grupos de personas dentro de los países son excluidos y marginados del desarrollo. Los miserables han sido sometidos a guerras y hambrunas con regímenes opresivos, que solo les interesa la opulencia de las familias que detentan el poder político y económico. Es así como esta globalización, a través de las reglas del comercio internacional, agrava la situación de exclusión e inequidad de los países y pueblos sometidos a la pobreza, obligados a invertir presupuestos onerosos en armas, tecnologías militares, y sostenimiento de instituciones para la guerra, y no para la educación, el desarrollo y la paz (Sandoval, 2008:40)

Algunas décadas las manifestaciones de violencia entre los estudiantes eran vistas como una práctica común de socialización, hoy es preocupante el fenómeno conocido como “Bullying” (que en español se interpreta como la intimidación o el acoso escolar).

Durante los últimos años ha ido en incremento la violencia escolar casi en la misma medida que la violencia intrafamiliar. El Bullying involucra cualquier tipo de maltrato y provoca abusos de poder por los agresores, las niñas y los niños son intimidados a tal grado que esto repercute en su rendimiento escolar, en su desarrollo social, emocional y en su proyecto de vida.

Intimidar, someter, amedrentar y oprimir a los compañeros del grupo o de la escuela son solo algunos sinónimos del bullying; efectivamente es la manifestación más elevada de violencia que existe dentro de las instituciones escolares cuando una de las partes no está dispuesta a hacer valer sus derechos o garantías y permite que se manifieste la desigualdad entre humanos (Salazar, 2009-03:24)

Muchas veces la violencia escolar pasa inadvertida por las víctimas que piensan que se trata de un juego entre compañeros hasta que se sale de sus manos el controlarlo y terminan por sentirse intimidados. Y aunque según mi experiencia en las aulas por lo general son dos o tres compañeros al interior de cada salón de clase los que propician la intimidación, sin embargo, la acción que comete el resto del grupo al reírse o aplaudirle al agresor chico bull mientras somete a su víctima, esa sola acción de reconocimiento es suficiente para elevar el grado de agresión intraescolar.

Por ello es importante que los profesores trabajemos en comunión para formar conciencia en los estudiantes de que a mayor reconocimiento que los alumnos le den al agresor, mayor será el grado de violencia con el que se manifieste y por el contrario mientras estas prácticas de intimidación no sean ovacionadas por el grupo las prácticas violentas irán en decremento hasta desaparecer, Michele Elliott en su libro Intimidación, una guía práctica para combatir el miedo en las escuelas, nos menciona: “…cuando a un niño se le está acosando, la presión del grupo dificulta que la víctima obtenga apoyo de otros niños. Como me dijo una niña. “No me gusta que maltrate a Gill, pero no puedo hacer nada sin que la tomen conmigo también”. Esta “actitud de espectador” también los lastima, ya que los niños creen que no pueden ayudar a la víctima. En varias escuelas lo maestros dicen que los niños que fueron testigos de intimidaciones se mostraron muy afectados por lo que vieron. Algunos sintieron enojo, rabia e impotencia. Varios tuvieron pesadillas y les preocupo que pudieran ser las siguientes víctimas. La mayoría se sintió culpable por no haber detenido al agresor, pero realmente no sabía cómo ayudar a la víctima” (Elliott, 2008:44).

¿Y los profesores?, Según datos del estudio que elaboró el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) “Violencia y disciplina en escuelas primarias y secundaria” y considerado por la SEP en el 2008 para la implementación del programa Escuela Segura, revela:

Cuadro 6. http://basica.sep.gob.mx/escuelasegura/pdf/taller/presentacion_estrategia.pdf. Fecha de consulta 02 de agosto de 2009.

La postura de los maestros ante la agresividad en el aula demuestra que los profesores si perciben las manifestaciones de violencia de sus educandos, están concientes del riesgo que impera al interior de las escuelas secundarias pero al parecer optan por continuar su clase y dejar en segundo término a las víctimas y sus agresores, tal vez este mensaje los alumnos pudieran codificarlo como un permiso para continuar agrediendo. Por tanto, considero que es tiempo de que el profesor dote a sus alumnos de las herramientas necesarias para que los alumnos manejen los conflictos que se les vayan presentando y al mismo tiempo les sirva para que satisfagan sus necesidades apremiantes en un ámbito de respeto.

También considero de suma importancia señalar que los primeros chicos que se piensan “amigos” del chico bull y que lo rodean en todo momento la mayoría de las veces lo hacen por temor a ser agredidos y burlados por sus compañeros; por tanto prefieren someterse y complacerlo con su participación. Aquí me detengo para reflexionar sobre la necesidad de reforzar la identidad en los adolescentes para que sean autónomos y ejerzan su libertad en la toma de decisiones al interior de la escuela.

Aquí están los números:

Cuadro7. 10 Encuesta Nacional, Exclusión, Intolerancia y Violencia en las escuelas públicas de educación superior. Gráfica No. 8. Disponible en : http://www.sep.gob.mx/work/sites/sep1/resources/LocalContent/113826/3/preve170609.pdf

El salón de clase es el sitio principal donde se ejerce la violencia escolar, aunque debiera no serlo porque se supone que en su interior siempre hay un maestro capaz de lidiar con las diferencias de sus alumnos.

El “Bullying” hoy se coloca como el principal opositor de las prácticas ciudadanas al interior de las instituciones formativas de jóvenes. Aunque para la SEP la violencia generada al interior de las aulas de clase no implica mayor problema.

La Secretaría de Educación Pública (SEP), el bullying aún no representa un problema para la seguridad de los alumnos, aunque reconoce que se deben tomar medidas para erradicar esta práctica de las aulas. (Rojas 2008).

Sin embargo la percepción de los alumnos indica lo siguiente:

Cuadro8. http://basica.sep.gob.mx/escuelasegura/pdf/taller/presentacion_estrategia.pdf. Fecha de consulta 02 de agosto de 2009.

Un argumento más que denuncia la violencia en los jóvenes de secundaria y promueve la resolución no violenta de los conflictos, fue publicada en la Jornada el pasado 12 de mayo de 2009 indicando:

• El 15 por ciento de los jóvenes que cursan la secundaria dejan la escuela por tres razones: pobreza, discriminación y violencia, advirtió el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Emilio Álvarez Icaza Longoria

• Por ello, considero indispensable que en la política pública educativa se asuma la responsabilidad en los conflictos que enfrentan las y los adolescentes, y encauzarlos hacia la resolución no violenta de conflictos y a la no discriminación.

Alertan sobre violencia y deserción en secundaria

12 Mayo, 2009

El fenómeno, por la crisis: CDHDF y UNICEF

Mirna Servín Vega, La Jornada

El 15 por ciento de los jóvenes que cursan la secundaria dejan la escuela por tres razones: pobreza, discriminación y violencia, advirtió el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Emilio Álvarez Icaza Longoria, quien dijo que la crisis económica que azota al país podría obligar a cientos de jóvenes a abandonar sus estudios, con grave riesgo de llegar a engrosar las filas de la delincuencia.

“Los que están fuera de la escuela, los que no estudian ni trabajan, son carne de cañón de las bandas, de la delincuencia organizada, los que venden la droga; ésos son realmente los que están en peligro en términos de que se les niegan oportunidades de desarrollo”, enfatizó.

El ombudsman señaló también que las y los adolescentes de nivel secundaria están reproduciendo niveles alarmantes de violencia en el noviazgo.

Consideró que esta es una anormalidad discriminadora que hace creer que los hombres valen más que las mujeres, y sin embargo, hay sectores que la creen “normal”. Por ello, consideró indispensable que en la política pública educativa se asuma la responsabilidad en los conflictos que enfrentan las y los adolescentes, y encauzarlos hacia la resolución no violenta de conflictos y a la no discriminación.

En este sentido, la coordinadora de Protección de Derechos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Alison Suton, alertó también que los adolescentes entre los 11 y los 14 años viven momentos de violencia, por lo que llamó a la sociedad a reforzar su protección.

“Son una ventana de riesgo para la deserción escolar, para su ingreso al trabajo infantil y por su vulnerabilidad ante la violencia y explotación sexual”, subrayó.

Ambas autoridades participaron en el diplomado Inclusión educativa organizado por la CDHDF, la Universidad La Salle, la organización Servicios a la Juventud AC y UNICEF

Cuadro9. Servín Vega Miriam. Alertan sobre violencia y deserción en secundaria. La Jornada 12 de mayo 2009. México.

Estos resultados me llevan a reflexionar que es lo que está pasando en las familias. Por qué si estamos viendo que los jóvenes presentan dificultades para acatar normas y frenar sus emociones agresivas ¿Por qué no ponemos límites en nuestros niños y adolescentes?

Todos hemos vivido la violencia de diferentes maneras y en diferentes escenarios, tal vez hemos tenido la violencia física por medio de golpes, maltratos o daño psicológico que en mi opinión personal es la más cruel porque actúa en las personas más débiles y que se ve reflejan falta de personalidad y carácter para poder enfrentarse a los demás y resolver la situación conflictiva.

Entendible y aceptable que la misma educación oscila cual péndulo de extremo a extremo y en su camino ha pasado desde una educación exageradamente restrictiva y represora hasta la educación en la que todo está permitido.

Entendible y aceptable que en la escuela los jóvenes pasan mucho de su tiempo y tanto víctimas como victimarios de agresiones, ahí se forman y crecen. Lo inaceptable es que los padres de familia y/o tutores traspasen la responsabilidad que les toca tanto de educar en valores los primeros años de vida de sus hijos, como de responsabilizar a la escuela de las actitudes negativas que los alumnos demuestran (reprobación, violencia, exclusión, robo, alcoholismo, violación). Conveniente y necesario que los adultos se integres y tomen acuerdos y decisiones por el bienestar de los menores de edad.

No puede haber una moral de la norma separada de la moral de la intención, no puede haber una moral objetiva separada de la subjetiva. Cuando desaparece la moral subjetiva, cuando se disuelve la buena intención se resquebraja o se corrompe también la moral objetiva. La mera razón, si se queda sola, sin la guía de la intención, del amor y de la rectitud espiritual es ciega (Alberoni, 1994:34)


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