BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

PAZ Y CIUDADANÍA EN EL PROCESO DE FORMACIÓN BÁSICA DE LOS JÓVENES DE SECUNDARIA

Irma Isabel Salazar Mastache




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4 Educación en valores para la paz

La sociedad en general, actualmente habla de “una pérdida de valores” cuando se observan conductas delictivas, deshonestas e indignas propiciada por adolescentes y entre los adolescentes. Los adultos se miran a los ojos unos a otros para buscar culpables condenando a la familia, a la escuela y a los medios de comunicación, entre muchos más.

Se habla también de que el mejor lugar para aprender los valores es la familia y los padres los principales responsables de transmitir con su ejemplo, el respeto, la responsabilidad, el orden, la cortesía y los buenos hábitos. La escuela, por su parte debe cuidar los valores adquiridos en la casa y fortalecerlos con los valores cívicos.

…el niño se encuentra a merced de sus maestros. Se le ha forzado debido a su falta de experiencia y aprovechando su dependencia, a confiar en sus maestros y aceptar el mundo que le ofrecen como una realidad (Buscaglia, 2002:63).

Los valores son los que detentan la propiedad, ejercen la autoridad y monopolizan las funciones políticas y religiosas (Sandoval, 2002:4). Frente a modos impositivos y homogeneizadores de pensamiento y acción humana el respeto a la autonomía de cada persona es fundamental para que los alumnos construyan racional y autónomamente sus propios valores y normas, adopten actitudes coherentes con los mismos y se comporten de manera consecuente (Ortega, 1996:42). La escuela debe entonces promover la autonomía de los escolares e irles ayudando a que se forman en responsabilidad (Delval, 2008:51).

En la escuela secundaria, pretende enseñar esas “buenas prácticas” demandadas por la sociedad pero los resultados no han logrado convencer del todo, a pesar de que los profesores incluyen en sus planes de clase la práctica y fomento de valores en el adolescente solicitándoles insistentemente que practiquen valores, que respeten y que sean tolerantes con sus compañeros y familiares; además cumplen con hacer dictados, esquemas, dibujos y hasta exámenes escritos para cerciorarse que los alumnos hayan aprendido eficazmente los conceptos de cada uno de los valores, inclusive organizan “la feria de valores” (Ver) , al interior de las escuelas secundarias.

Las instituciones educativas, especialmente la escuela, deben plantearse, en una época de confusión valorar, ayudar a los jóvenes a identificar y clarificar sus propios valores para que tomen decisiones auténticamente suyas. Consideramos que este es el gran reto de las escuelas en nuestros tiempos. (Ortega, 1996: 12)

Desde mi parecer las clases informativas no son suficientes para detener la deshumanización que vive en incremento, que ha logrado filtrarse por las paredes de las instituciones educativas y recorrido pasillos hasta llegar a los estudiantes.

Por su parte los docentes con tal de cumplir con el cúmulo de trabajo administrativo y atender al mismo tiempo a los más de cuarenta alumnos que conforman cada aula de clases que visitan para impartir conocimiento ha provocando que la mayoría de las veces solo vierten en sus educandos los contenidos de los planes y programas de estudio y fortalecimiento y pasando de largo las propuestas sugeridas por la parte oficial para mejorar la calidad educativa; el resultado se respira en el ambiente y se mide en las gráficas que arrojan las distintas evaluaciones internacionales aplicadas a jóvenes de secundaria. (Para fines de este trabajo los resultados de las distintas pruebas internacionales que se aplican a los alumnos no requieren ser mencionados.)

Por su parte, la sociedad continua demandándole a la escuela y argumentándole que no cumple con la parte que le compete para formar a las futuras generaciones, las instituciones educativas argumentan que los padres de familia no están al pendiente de la educación de sus hijos, y la parte oficial exige informes escritos a los profesores para cerciorarse de que la educación basada en competencias según lo acordado la (RES, 2006) están funcionando bajo los parámetros establecido. Distintas posturas, todas muy válidas, pero que generan conflictos entre sí y confunden a los estudiantes.

Ante lo escrito con anterioridad y desde de la cultura que les toca vivir, los estudiantes de secundaria incrementan sus manifestaciones de intolerancia y violencia consiguiendo que el grado de intimidación al interior del aula de clase se esté convirtiéndose en una práctica habitual entre los alumnos

Si nos limitamos como profesores a informar a nuestros a alumnos los conceptos de algunos valores, los estaremos limitando a la formación de hombres y mujeres líricos que construirán y actuaran sus propios conceptos sobre valores y paz basándose en la satisfacción sus necesidades. La educación en valores, a la vez que la formación de actitudes positivas hacia esos mismos valores, son contenidos irrenunciables en la tarea educativa (Ortega, 1996:8).

Si los profesores decidimos formar en nuestros alumnos aquellos valores que les permitan hacer conciencia de que todos somos y pensamos distinto, de que todos estamos sujetos a constantes riesgos, de que todos somos capaces de hacer y crear, de que todos somos humanos y por tanto necesitamos demostraciones de afecto, de justicia, de inclusión y de igualdad. Entonces, como profesores dejaremos de impartir solo clases y nos dedicaremos a formar para la vida.


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