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SISTEMA DE TAREAS CON ENFOQUE METODOLÓGICO PARA LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DE LA COMPRENSIÓN AUDITIVA EN PRÁCTICA INTEGRAL DE LA LENGUA INGLESA 1

Adrian Abreus González



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CAPÍTULO I: FUNDAMENTOS TEÓRICO-METODOLÓGICOS SOBRE LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DE LA COMPRENSIÓN AUDITIVA EN LENGUA INGLESA. SU INFLUENCIA EN LA FORMACIÓN DEL PROFESORADO EN CIENFUEGOS

En este capítulo se declaran los fundamentos teórico-metodológicos que caracterizan el proceso de comprensión auditiva en la enseñanza-aprendizaje del inglés. Para elaborarlo se tomaron en consideración los criterios de varios autores como Willis (1996), Iglesias (1998), Thanajaro (2000), Córdova, Coto y Ramírez (2005), y Abreus (2006, 2009).

1.1 La enseñanza de la comprensión auditiva en inglés. Su primacía y definiciones

En los últimos tiempos, ha sido evidente para los miembros de la Asociación de Enseñanza de Idiomas, la existencia de un cambio radical en el interés de estudio de un idioma extranjero, por lo que nuevas técnicas que responden a la comunicación se han puesto en práctica, en ese sentido, la clase de inglés como idioma extranjero ha prestado mayor atención al desarrollo de la habilidad auditiva en los estudiantes que aprenden este idioma, no solo desde el punto de vista docente, sino también desde el punto de vista investigativo.

El enfoque comunicativo en la enseñanza de las lenguas extranjeras ha traído consigo la búsqueda de nuevos métodos para llevar a cabo este proceso. Los estudios y teorías sobre la comunicación han variado de acuerdo a los contextos y las características culturales y socio-económicas de las épocas.

Varios han sido los modelos de Comunicación presentados por teóricos de todo el mundo. Modelos como el de Shannon, Jakobson y Harold Lasswell presuponen la aparición de dos elementos importantes en el proceso comunicativo, el emisor o destinador y el receptor o destinatario. Lasswell (1927) presentó un modelo en el que el énfasis se centra en los efectos e influencias a partir de las cuales se elevó la primer y predominante vista desde una perspectiva funcional. Este énfasis en los efectos o influencias se caracteriza por la estructura de QUIÉN dice QUÉ, a través de qué CANAL, A QUIÉN, y con cuál EFECTO esperado, lo que no solo se basa en la mera comprensión del mensaje emitido, sino que tiene en cuenta el medio y el contexto en el que ocurre la comunicación.

Este modelo constituye las bases para la comprensión y análisis de la comunicación humana desde un punto de vista racional que reemplaza el enfoque humanista. Por otra parte, la habilidad de comunicarse implica mucho más que un simple objetivo lingüístico, esta implica ciertas capacidades y habilidades que determinan la relación con el medio natural y social.

La enseñanza comunicativa de la expresión oral y la comprensión auditiva forman parte de este modelo. En el criterio del autor, el modelo descrito por Lasswell presenta la comprensión auditiva como una de las habilidades comunicativas más complejas para ser desarrollada por los estudiantes de inglés como idioma extranjero, por cuanto contribuye al desarrollo en los educandos de un nivel independiente de aprendizaje.

Mediante la audición, el ser humano capta más del 40 % de la comunicación diaria, el 35 % es captado mediante la expresión oral, y un 9 % a través de la escritura (Allen, B. 1995 citado por Montano, J. I. & Corona, D. 2001).

La comprensión auditiva fue relegada por mucho tiempo a una segunda posición dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje de las lenguas extranjeras, y específicamente del Inglés, por tanto las investigaciones realizadas eran conducidas hacia el desarrollo de la escritura, comprensión lectora y la expresión oral – investigaciones que han influenciado los enfoques de la enseñanza de idiomas actuales, así como la elaboración de los textos destinados a la enseñanza de idiomas a nivel mundial- prestando menor atención al desarrollo de las habilidades de comprensión auditiva.

Otras razones que pudieron condicionar la carencia de investigaciones en el área de la comprensión auditiva, están dadas por las consideraciones generales de que la expresión oral constituye una habilidad “valiosa” a focalizar en el aula, partiendo de que la audición era considerada una habilidad que podía ser desarrollada de manera espontánea sin necesidad de instrucción (Thanajaro 2000).

Es interesante destacar además que aunque la audición como habilidad del idioma es la más utilizada en la vida cotidiana, según Baker, Green, y Cayer (1971) la atención científico - investigativa no la adquiere hasta el año 1971 en que la primera investigación en este campo fuera realizada.

En las últimas décadas, la comprensión auditiva como área de investigación ha comenzado a recibir mayor atención. La publicación de textos, materiales teóricos y prácticos, así como algunas recomendaciones metodológicas como las que se presentan en esta investigación, ha contribuido a un conocimiento más detallado por parte de los profesores sobre el desarrollo de esta habilidad en los estudiantes de lenguas extranjeras.

Algunos programas curriculares para la enseñanza del inglés han sido editados centrando la instrucción en la habilidad auditiva. Varios de estos incluyen los cursos comunicativos de la sección Spectrum, Interchange, Changes, etc. Estos programas involucran a los estudiantes en el proceso de aprendizaje a partir de la inserción del Idioma Inglés de forma natural y útil, proporcionando oportunidades para discutir temas de interés personal, así como la posibilidad de comunicar sus ideas, sentimientos, y pensamientos en el idioma extranjero de forma efectiva.

Otros programas, por su parte, han centrado la atención en la audición para desarrollar la comprensión y proporcionar a los estudiantes la oportunidad de tener contacto inicial con el nuevo vocabulario y estructuras. En el Sistema de Educación de Cuba, ambos enfoques en la enseñanza de la audición se desarrollan centrados en el proceso comunicativo.

• Primacía de la comprensión auditiva en la enseñanza de lenguas extranjeras

En encuesta realizada por Ferris (1998), la mayoría de los encuestados alegó que las clases de idiomas extranjeros se concentraban en las habilidades de expresión oral y escritura. La enseñanza de la comprensión auditiva ha recibido poca atención en el currículo escolar debido a la teoría o creencia de que estas habilidades se desarrollan acromáticamente (Dirven & Oakeshott-Taylor, 1985; Pearson & Fielding, 1982; Spearritt, 1962; Wolvin & Coakley, 1979: Citado por Thanajaro, 2000). Sin embargo, la comprensión auditiva es una parte esencial y básica en el aprendizaje de una lengua extranjera.

De acuerdo con Shrum y Glisan (1999:133), la audición es empleada como un vehículo para la adquisición de una lengua y sirve como catalizador para la integración de otras habilidades y contenidos”.

La audición es tan importante que autores como Morley (1991) sugieren que esta no debe ser subestimada, ni tratada de manera trivial en la instrucción de una lengua extranjera.

Otros escolares como Asher, Kusudo, y de la Torre (1983), Krashen y Terrell (1983), Omaggio Hadley (1993), Postovsky (1975), y Winitz (1981) han defendido un enfoque de comprensión auditiva en la enseñanza de idiomas. Sus trabajos reflejan un interés en enfatizar la comprensión auditiva y proporcionar a esta un papel fundamental en la enseñanza de lenguas.

Varios investigadores y metodólogos de la enseñanza de lenguas extranjeras o segundas lenguas proponen que el énfasis en la instrucción sobre la base de la comprensión auditiva fortalece en gran medida los potenciales de aprendizaje del idioma en los estudiantes que aprenden el mismo como lengua extranjera (Dunkel, 1986; Krashen & Terrell, 1983; Nagle & Sanders, 1986; Winitz, 1981).

El autor de la investigación se adscribe a la teoría de Shrum y Glisan y defiende el criterio de que la enseñanza de esta habilidad coadyuva al desarrollo efectivo de la comunicación en el idioma extranjero, a la vez que permite potenciar el resto de las habilidades de la lengua y fomentar su utilización correcta en función de comprender un mensaje oral emitido.

• Qué entender por audición

Las tendencias más renovadoras de la enseñanza de lenguas extranjeras han considerado la implementación de los enfoques comunicativos de manera tal que se enfatice la necesidad de instrucción e investigación de la comprensión auditiva (Curtain 1991; Dulay, Burt, & Krashen 1982).

La palabra “audición” ha sido definida por muchos autores de varias formas, Rankin (1926: 847) considera que la audición es: “... la habilidad de comprender el lenguaje hablado”. Johnson (1951: 58) expandió su definición a "… la habilidad de comprender y responder de manera efectiva a la comunicación oral”. Jones (1956) por su parte, alegó que la audición constituye “... un proceso activo mediante el cual se reciben los sonidos emitidos por una fuente determinada, estos son críticamente interpretados, y demostrados por un receptor”. Nichols (1974:83) acortó esta definición al hecho de “proveer significado a símbolos orales”. Underwood (1989:1) simplificó su definición a la “actividad de prestar atención y tratar de proporcionar significado a lo que se escucha”. Purdy (1997) definió la audición como el “proceso activo y dinámico de atender, percibir, interpretar, recordar, y responder a lo expresado (de manera verbal o no verbal), necesidades, preocupaciones e informaciones ofrecidas por otros seres humanos”.

Una definición más actualizada de comprensión auditiva se remite a la “combinación de aquello que escuchamos, de lo entendemos y de lo que recordamos” (Brooks y Health 1991, citados por Pérez 2009)

Partiendo de que la audición no es simplemente escuchar o percibir sonidos del habla, el autor de la investigación coincide parcialmente con varios de los criterios emitidos por los autores antes mencionados, y concluye que la audición es un proceso activo que involucra cuatro actividades interrelacionadas: recibir estímulos orales (Jones, 1956; Petrie, 1961/1962; Steil, Barker, & Watson, 1983; Wolvin & Coakley, 1988), prestar atención al lenguaje oral (Barker, 1971; Petrie, 1961/1962; Underwood, 1989; Wolvin & Coakley, 1988), proveer significado a los símbolos orales (Nichols, 1974; O'Malley, Chamot, & Kupper, 1989; Spearritt, 1962; Wolvin & Coakley, 1988)), y responder a la comunicación oral (Johnson, 1951; Purdy, 1997; Steil et al., 1983).

La audición implica más que la simple percepción de los sonidos, un proceso auditivo requiere además de un acto de atención a los sonidos de habla y la comprensión de un mensaje.

Según los criterios de Rost y Prentice-Hall (1991), al definir la audición se pueden tener en cuenta dos preguntas esenciales: ¿Cuáles son los componentes de la habilidad auditiva? y ¿qué hace un receptor?

Al referirse a los componentes se pueden destacar los siguientes:

 Discriminación entre sonidos

 Reconocimiento de palabras

 Identificación de grupos gramaticales de palabras

 Identificación de “unidades pragmáticas” – expresiones y conjunto de medios que funcionan como un todo para crear significado

 Conectar pistas lingüísticas a las paralingüísticas (entonación y acentuación) y a pistas no lingüísticas (gestos y objetos relevantes en la situación) en función de construir un significado.

 Empleo del conocimiento previo (lo que ya se conoce sobre el contenido y la forma) y el contexto (lo que ya ha sido dicho) para predecir y posteriormente confirmar el significado.

 Retomar ideas y palabras importantes.

La audición exitosa se logrará cuando se integren los componentes. En ese sentido, la audición constituye una coordinación de los componentes de la habilidad y no solo unidades aisladas. Esta integración de las habilidades perceptivas, así como las habilidades de análisis y síntesis es lo que se denomina “habilidad auditiva” en una persona.


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