BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

DESCIFRANDO A SRAFFA

Antonio Mora Plaza




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Anexo 6: Sobre las dificultades de Sraffa sobre el capital fijo

Hemos a la ecuación (X.10) del texto principal de este epígrafe, pero sin contar cómo llegó Sraffa a él, aunque sí vimos la problemática general de los bienes de capital fijo como un conjunto de ecuaciones a lo largo del tiempo en el que la primera un bien de capital fijo entraba como medios pero no como productos final; al finalizar y desgastar (o vender como chatarra) ese mismo bien fijo en el final del período, aparecía como producto final y no como medio. Esto tiene el inconveniente de que al menos dos veces a lo largo de la vida útil del medios de capital fijo no puede ser considerado como bien básico, porque una vez está falto de producto final y otra de medio. Sraffa fue variando de criterio hasta que se decantó por este. Además tuvo la ayuda inestimable del matemático y amigo Besicovitch. El caso es que entre ambos (o quizá sólo Sraffa en esta primera parte), se planteó un sistema de ecuaciones similar al que sigue:

(1)

…………………………………………………………….

Este es ya un sistema generalizado de s bienes de capital con sus precios de compra y de valor final pm de 1 a s y con el conjunto de s bienes físicos producidos en n sectores (M). El resto de las variables ya son conocidas así como sus dimensiones. En (1) puede verse la asimetría de la primera ecuación y la última: en la primera, PmM es el momento en el que se produce el elemento de capital fijo (maquinaria, utensilio, herramienta, instalación, etc.) y PmM recoge el vector de capitales fijos producidos con su precios Pm en los n sectores de la economía. Como puede comprobarse en (1), aparecen como producto final pero no como capital fijo. En la última (1…n), ahora, en cambio, sólo aparecen como medio (Pm(n-1)M) y no como productos finales. Pm(n-1)M es el vector que recoge todos los elementos residuales (o chatarra) de todos los bienes de capital de los n sectores de la economía. No es que Sraffa lo presente de esta manera de entrada, pero el resultado (intermedio) es el anterior. Ahora procede Sraffa -por indicación de Besicovitch- a multiplicar las ecuaciones por (1+r)-1 la pimera ecuación, por (1+r)-2 la segunda, y así todas hasta la n-ésima por (1+r)-n. Luego suma todas las ecuaciones y se deshace los términos comunes y le queda la ecuación:

(A4.2)

que ya hemos visto anteriormente. Otro método más natural que el anterior sería sustituir el vector de valores de productos finales de capital fijo PmM de la primera ecuación en la segunda (lado izquierdo de la igualdad); a continuación hacer lo mismo con Pm1M de la segunda ecuación en la tercera, y así sucesivamente hasta el final. El resultado sería el mismo que por el método anterior y daríamos con (2) tras sumar la progresión geométrica resultante desde i=1 a n y actualizado al momento presente mediante (1+r)-n. Pero el tratamiento de los bienes de capital fijo en Sraffa merece algún comentario. Debemos suponer que estamos en una economía de equilibrio donde cada sector ha producido s bienes de capital en el momento 1 y que se desaparecen en el curso de los n períodos. En cada período, salvo en el primero y en el último, el mismo bien que apareció como medio aparece de nuevo como productos final, aunque desgastado. Es decir, es una economía de reproducción simple (aunque de producción conjunta) ¡hasta para los bienes de capital fijo! Aún así Sraffa no consigue dar el título de bien básico a estos bienes porque el resultado final en (2) es que aparecen como medios pero no como productos finales. Mi conclusión, contraria a la de Sraffa, es que la diferenciación de bienes básicos y no básicos para estos bienes es insostenible o innecesaria. Hasta el mismo Schefold lo ha manifestado. No por ello se nos cae el cielo de Asterix en la cabeza y todas las conclusiones de la obra de Sraffa se mantienen, solo que el sueño del italiano de considerar a los bienes de capital fijo como bienes básicos no puede ser mantenido. Al menos en este modelo presentado, que es prácticamente el mismo que el presentado en el libro. Este sueño tenía una lógica: Sraffa no podía admitir que estos bienes, tan importantes para la economía, pudieran no ser básicos de acuerdo con su definición. El problema adicional es que no pueden formar parte de la mercancía-patrón, porque ello exige lo dicho para cualquier bien básico: que entre a la vez en cada ecuación como medio y como producto final, y si no es así, los presuntos multiplicadores de la mercancía-patrón pueden ser (algunos) negativos.


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