BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

APLICACIÓN DE UN MODELO DE DIRECCIÓN ESTRATÉGICA EN ÉPOCAS DE CRISIS, ESTUDIO DE CASO: AGROEXPORTADORA DE PERÚ

Charles Alexander Sablich Huamani



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2.7 Manejo del riesgo

Una vez que se determina un riesgo, cualquiera que sea su nivel o forma, automáticamente la empresa deberá accionar toda su batería corporativa para hacerle frente. Estando determinado los efectos negativos del mismo y las posibles soluciones, estratégicamente se va llevando a cabo el plan de contingencia que previamente fue diseñada.

En este extremo es que la Gerencia tiene el completo manejo del riesgo, en tal sentido se dinamiza la organización para que sea rápida la solución que ha ocasionado el problema o problemas riesgosos de la empresa.

2.8 Objetivos para Administrar los Riesgos

- Aprender a identificar los riesgos que se pueden presentar durante el desarrollo de las actividades propias de cada área de trabajo.

- Comprender la importancia y la incidencia que tiene el identificar y controlar los factores de riesgo que se pueden presentar en cada área de trabajo.

- Diseñar, estructurar e implementar un Sistema de Administración de Riesgos, utilizando los recursos tanto físicos como humanos disponibles de la organización.

- Establecer el sistema de controles internos apropiados para reducir la probabilidad de ocurrencia de los riesgos.

2.9 Crisis

2.9.1 Concepto de Crisis. Para Oscar Rossignoli (2009), en su monografía ¿Qué es una crisis? Características y tipos, señala que una crisis es cualquier evento que amenaza la imagen y reputación de una institución, compañía o persona, que tiene el potencial de generar publicidad negativa y de tomar un tiempo extraordinario por parte del equipo directivo para enfrentarlo.

Muy pocas empresas tienen un plan anti-crisis, y las poquísimas que lo tienen, éste se orientan casi exclusivamente hacia las crisis catastróficas o accidentales, para los cuales tratan de suplirlos con pólizas de seguros para diferentes tipos de riesgos. Aún en los países con gran cultura corporativa existe un gran desinterés por este tema, que entonces podríamos decir de las empresas de nuestros países latinoamericanos, tercermundistas.

En cambio, Albert Einstein, esboza que “sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia”.

2.9.2 La Complejidad de la Crisis. Las causas de la actual crisis financiera internacional se remontan a 2007, cuando explota el mercado estadounidense de hipotecas llamadas subprime. El punto más álgido de la crisis de las hipotecas subprime ocurre cuando las dos entidades Fannie Mae y Freddie Mac son rescatadas de la quiebra total por el Gobierno Federal de los EE.UU. Previamente, había quebrado uno de los más grandes bancos de inversión, Bear and Stearns, fundado en 1923 y sobreviviente de la Gran Depresión (Alarco et al., 2009). En otras palabras, la complejidad de la crisis se sustenta en la Economía de Estados Unidos, siendo está la más grande del mundo, trayendo consigo una ola de inestabilidad económica, nunca jamás vista, a lo largo de la historia de la economía mundial.

Cuando parecía que la crisis había sido evitada vino el “Lunes negro” en que quiebra el banco de inversión Lehman Brothers y que otro banco, Merril Lynch, tuvo que ser rematado al mejor postor, el Bank of América. Mientras tanto, otros gigantes de la banca, Goldman Sachs y Morgan Stanley, veían como los precios de sus acciones se desplomaban. Estos hechos parecen casos aislados, sin trascendencia nacional o internacional en los EEUU, error en la que se mantuvo el Estado norteamericano, hasta que por fin el gobierno del recién electo Presidente Obama, planteo algunos ajustes en la economía norteamericana, para evitar otros colapsos en empresas y bancos importantes de los Estados Unidos. Está crisis económica y financiera es tan grave que por primera vez, todos los países representados en la ONU tendrán la oportunidad de decir sus opiniones sobre el injusto y desbarajustado borden económico internacional: no otra cosa aflorará cuando los dignatarios se adentren desde hoy en los debates sobre una crisis financiera que, como se sabe, es también económica, alimentaria, ambiental, y que tiene allá, precisamente, sus causas (Menéndez, 2009). La crisis que afrontamos en la actualidad es una crisis compleja y multidimensional (Alarco et al., 2009). Ella afecta nuestra salud, nuestro modo de vida, la calidad de nuestro ambiente y de nuestras relaciones sociales, así como nuestra economía, tecnología y política, e incluso alcanza a la experiencia religiosa y espiritual. Es por lo tanto una crisis de dimensión intelectual, moral y espiritual, que por primera vez nos hace enfrentar una amenaza real de extinción de la raza humana y de toda la vida en el planeta. Podríamos afirmar que la consecuencia más trágica y palpable de la nueva crisis denominada crisis económica y financiera internacional estriba principalmente en que ha generado una recesión en todas las economías mundiales, que abarca a países desarrollados como Estados Unidos o la Unión Europea, a países en vías de desarrollo con economías medianas como México Perú o Brasil o países de extrema pobreza como Libia, Haití o Somalia.

Para comprender estos hechos tenemos, la necesidad de señalar que para la macroeconomía considera que la recesión es un periodo de decrecimiento del Producto Interior Bruto de una economía. La Oficina Nacional de Investigaciones Económicas (National Bureau of Economic Research) de Estados Unidos considera recesión cualquier decrecimiento continuado de la actividad económica durante dos o más trimestres consecutivos. Una situación continuada de recesión es lo que se conoce como depresión. Una recesión breve a menudo es denominada corrección económica. Sin embargo, algunos economistas, incluyendo a John Kenneth Galbraith creen que no se puede establecer una diferencia razonable entre estos tres términos más allá del deseo de evitar que el pánico se apodere de la población. En el siglo XIX acontecimientos de la misma magnitud eran llamados crisis. En otro ejemplo sencillo podríamos decir que la recesión se da cuando la gente deja de invertir su dinero para mantener su efectivo en sus manos.

Las recesiones son causadas fundamentalmente por choques económicos. La mayor depresión del siglo XX fue la Gran Depresión de los años 1930, con la que es comparada en buena parte la situación económica mundial actual (Efecto Jazz: 2008-2009). Otras recesiones notables incluyen las dos crisis del petróleo de los años 70 . Estas depresiones en la economía siempre fueron causadas por el sistema económico imperante que es el capitalismo, teniendo como consecuencia, la generación de graves problemas en las economías de varios países, una de ellas ocasionada por los Estados Unidos, conocida como el lunes negro. En consideración a ello, podemos señalar que por “el lunes negro, la fecha así conocida, lunes 19 de octubre de 1987, remembrando el “martes negro” del 29 de octubre de 1929 en que se inició la caída de los índices de la Bolsa de Nueva York, con 22% y 12% respectivamente (Barandarián, 1993).

En tal sentido la recesión es parte del ciclo económico en el cual existe poca actividad productora, desempleo y acumulación de inventarios. La recesión económica puede ser eliminada con mayores inversiones y activación de la demanda. En tal sentido tiene un papel preponderante la participación del Estado, cuya principal proyección del gasto público, radica en mayor inversión en infraestructura estatal.

También, debemos mencionar que la crisis se origina principalmente en los cimientos del actual régimen económico mundial denominado capitalismo o neoliberalismo económico. La causa esencial de la crisis radica en la especulación financiera, que significó la derivación de grandes masas de capitales de la economía real hacia el sector financiero (financierización), para especular con el precio de los hidrocarburos, de los alimentos, de los commodities, y sobre todo, con la compra y venta de paquetes hipotecarios “tóxicos”, (sin garantía de recuperación), bonos del tesoro, entre otros. Para facilitar todo ello se crearon los “paraísos financieros” (libre de todo impuesto), la libre circulación de mercancías y capitales, la más mínima intervención del Estado, y la más absoluta desregulación. Los organismos “reguladores” y las llamadas calificadoras de riesgo, impuesta a nivel mundial no han sido nada más que instituciones subordinadas al poder del gran capital.

En el fondo de esta crisis hay también un problema de orden ético y moral, por cuanto ha sido la codicia y la voracidad sin límites de los capitalistas llevados por su ambición de mantener los máximos niveles de rentabilidad, los que han puesto al mundo al borde de la catástrofe. Como no pudieron mantener los grandes márgenes de rentabilidad que obtuvieron en las primeras décadas de la post guerra, (pese a los grandes cambios tecnológicos, la liberalización de los mercados y la reducción de los derechos laborales), para revertir esta tendencia se refugiaron en la economía ficticia y parasitaria con tal de mantener sus cuantiosas ganancias. No son pues los trabajadores los responsables de esta crisis, son los grandes capitalistas los que deben pagar las consecuencias .


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