BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

APLICACIÓN DE UN MODELO DE DIRECCIÓN ESTRATÉGICA EN ÉPOCAS DE CRISIS, ESTUDIO DE CASO: AGROEXPORTADORA DE PERÚ

Charles Alexander Sablich Huamani



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Capítulo 2: Planteamientos Teóricos

2.1 Introducción

Los planteamientos teóricos incluyen conceptos y principios básicos de crisis y riesgo, y demás elementos que influyen en las empresas. Específicamente cuando éstas actualmente se encuentran frente a una crisis económica y financiera internacional. Asimismo, tiene como finalidad esencial aclarar el panorama de la investigación a través de este planteamiento teórico.

Para poder realizar ello, es indispensable establecer claramente qué es la Dirección Estratégica, qué tipos o formas se pueden utilizar, qué requisitos esenciales debemos mantener y respetar, y qué punto de estos influyen significativamente en la estructura de las empresas; más aún en tiempos de recesión económica internacional.

De igual modo, prendemos establecer claramente que influencia arroja la gerencia en la gestión de las empresas agroexportadoras, qué papel desempeñan su actividad, y cómo es que los altos funcionarios de Sociedad Agrícola DROKASA S.A. han implementado sus políticas gerenciales para sobre llevar la crisis económica y financiera internacional.

2.2 Administración del Riesgo en la Crisis

2.2.1 Concepto de Riesgo. Todo cuanto se haga en la empresa, desde las compras, la contratación del personal, pasando por la adquisición implementos para producir bienes o servicios genera un grado de riesgo. Es decir, que las empresas lidian con el riesgo a cada momento y a cada instante. En cada momento porque se toman decisiones para encaminar la corporación y cada instantes porque todas las áreas de la empresa se encuentran en pleno funcionamiento generando grados de riesgo.

Se dice que una decisión se expone a riesgo cuando hay una serie de resultados posibles que pueden fluir de ella y cuando es posible asignar probabilidades conocidas de manera objetiva a esos resultados (Bannock, Baxter y Rees, 2003). A decir del diccionario Anaya de la Lengua (1980), el riesgo proviene de la voz latina resecare que significa: cortar. En consecuencia es la posibilidad o proximidad de un daño.

Para el Derecho conforme lo señala Cabanellas (1989), riesgo es contingencia, probabilidad, proximidad de un daño, “peligro”. Por lo tanto, el riesgo difiere de la incertidumbre, en la que hay una pluralidad de resultados a los que no es posible asignar probabilidades (Bannok et al, 2003). La decisión de aceptar un juego que implica lanzar una moneda es una decisión expuesta a riesgo, puesto que hay más de un resultado posible (cara o cruz) y el impar puede ser calculado. El término riesgo se define al mismo tiempo en forma más amplia y más estricta que en su uso cotidiano. Una “situación de riesgo” en términos cotidianos por lo general se refiere a aquella en la que uno de los resultados compromete a quién toma la decisión en pérdidas – un hombre de negocios podría no sentir que está “tomando un riesgo” si una inversión tuviera dos resultados posibles, siendo uno de ellos una ganancia de 10,000 dólares y el otro de 5,000 dólares. Pero, según la definición estricta, ésta es una situación que implica riesgo. Por un lado, el hecho de que con frecuencia no se puedan asignar probabilidades objetivas significa que muchas situaciones que en la práctica se denominan “riesgosas” están, en la definición estricta, en realidad expuestas a incertidumbre en lugar de riesgo.

Pero para el factor que merece determinarse a través de la presente tesis, cuyo realce es de indispensable determinación, es que toda actividad humana genera cierto grado de riesgo, algunas en mayor grado, otras en menor grado. Y qué decir entonces de la actividad humana concerniente a la actividad empresarial, por supuesto que es causante de grandes riesgos, por cuanto se encuentra en cuestión cierta cantidad de dinero –propio o prestado-. En tal sentido, podríamos afirmar categóricamente que en toda inversión, el riesgo es una parte inherente.

En tal sentido, cuanto más inversión se realiza en una empresa, mayor será el grado de riesgo que esta tendrá que afrontar. Lógicamente que todo riesgo en inversión, sea cual fuera, y aún más en lo concerniente a la inversión empresarial, de igual modo redundará en mayor rendimiento al momento de generar ingresos, esto estará determinado por otros factores inherentes a la propia inversión. Por lo tanto, existe una relación directa entre el riesgo y el rendimiento, donde el tiempo juega un papel importante, en modo crucial dentro del marco estructural de dicha ecuación. Aunque no siempre el resultado es el mismo, las inversiones con mayor riesgo tienen un mayor potencial de rendimiento, y viceversa, a menor riesgo, menor será la recompensa.

No se pueden eliminar los riesgos al invertir, pero un inversor que conoce los diferentes tipos de riesgo podría tomar los pasos necesarios para mantenerlos en un nivel aceptable. No obstante, sería imposible señalar que no existiría ningún riesgo cuando se invierte, esta aseveración es una utopía. Al conocer los riesgos se pueden formular estrategias que los contrarresten o lo mitiguen, y hasta algunas veces convertirlos en oportunidades y de esta forma lograr alcanzar los objetivos de la inversión. Hay quienes dicen que el riesgo es la medida de una sorpresa probable. En el mudo de las inversiones suceden tanto las sorpresas positivas como las negativas. No todas las clases de riesgo aplicarán a cada inversión y como principio, colocar el dinero en diferentes tipos de activos (acciones, inversiones de rentas fijas, equivalentes de efectivo) ayudará a manejar mejor el riesgo que invirtiendo todos los fondos en un solo activo.

Como conclusión, podríamos señalar que cuando hablamos de riesgo existen diversos factores que un inversionista tendrá que evaluar. Como por ejemplo, la edad, la situación familiar, los ingresos y las metas financieras, entre otros. Todos estos influyen en la cantidad de riesgo que se debe aceptar, para escoger la cartera de inversión más adecuada. Por ello hay que balancear el perfil de inversionista con las potenciales inversiones.


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