BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

DIVERSIDAD CULTURAL Y SUSTENTABILIDAD. TOMO I

Coordinadores: Nicasio García Melchor y Gloria Miranda Zambrano




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Las contribuciones del CT al Desarrollo Sustentable

Siendo importante el reconocimiento de la vigencia del CT, debe tenerse cuidando de no idealizarlo, ‘apologizarlo’, ni asumirlo modélico, especialmente en el papel de manejo y administración de los recursos naturales. Lo importante es que al haberse ponderado -sin ser la intención de fondo de los autores que reconocen estos meritos, inclusive quienes apoyan teóricamente el presente análisis-, se advierte que hay una tendencia de cambio de enfoque, de dejar de concebirlos a los protagonistas del CT como ‘pobres’, ‘ignorantes’ o ‘pasadistas’ (enfoque de carencias) para abrazar la mirada que reconoce sus habilidades, destrezas, fortalezas, potenciales y contribuciones al presente (Miranda, 2008: 93-94).

La síntesis que presentamos a continuación se basa en las distinciones y/o selección que nos reportan los estudios de Leff et al (2002 y 2005), Toledo (s/f) y Altieri (2002) y otros, además de las contribuciones que en mi labor de campo vine constatando . Veamos cuales y de que tratan estos aportes a la sustentabilidad.

1. Como dadora y fuente de regeneración de la VIDA, encierra un carácter sagrado. Por ello la concepción de respeto y enfoque de sustentabilidad a dicha entidad y demás elementos que la integran. Por ello han desarrollado una relación de espiritualidad con ella. Toledo (2000), Leff (2002:500, 2005), Altieri (2002), Shiva (2004) y, Miranda (2008), y demás especialistas en el tema, reafirman la concepción sagrada de la Naturaleza en poblaciones que arraigan dicha concepción hoy en día.

Se le asigna sentimientos y emociones equivalentes a los que sienten los humanos. “(…) los seres vivos se encuentran dotados no sólo de un alma sino también de un comportamiento particular; plantas que se enojan, monos que conocen los celos, colibríes convertidos en maestros de la galantería, hormigas solidarias, tucanes glamorosos, anacondas temibles” (Toledo, 2000:127) Asimismo hay expresiones de tributo y sentido sagrado a elementos cósmicos e indistintos seres animados e inanimados, manifestando una relación de “intersubjetividad” (Lenkersdorf, 1999:114); donde además la pluralidad de la vida nos conduce a reconocer que todas las cosas tienen vida y corazón.

La visión divinizada, enseña que ‘debe tomarse solo lo necesario’ de lo que ofrece, cuidando que permanezca para las futuras generaciones. Asimismo lo expresa cuando se enuncia que “la Tierra no nos pertenece, nosotros pertenecemos a ella. He allí su carecer sustentable; es decir nos enseña que debemos alejarnos del alegato como ‘recurso a explotar’ (a la Naturaleza). Si bien es cierto que esta mirada es producto del arraigo de las cosmovisiones milenarias de estas sociedades, la idea no es revivir el mundo y modo de vida de estos pueblos y encararlos a la modernidad; el reto es la re-localización y el re-inventario –de los saberes (Leff et al, 2002:560). Es decir, transversalizar de manera amplia, un proceso de re-apropiación, re-construcción y re-creación ajustado a las urgencias, exigencias y demandas de la población global en el cual vivimos; en concreto re-significarlo para el escenario actual.

Su visión holística de la concepción de la vida y de ver las cosas

“Todo va enlazado, como la sangre que une a una familia”. La mirada, a manera de síntesis podemos ubicarla en el siguiente texto:

Estas prácticas toman en cuenta las complementariedades de la diversidad ecológica y los espacios geográficos, integrando regiones que se extendían más allá de sus territorios. Esto permitió optimizar la oferta ecológica de diversas geografías, el uso estacional de los espacios productivos, y de la fuerza de trabajo, el manejo de los ciclos y pisos ecológicos, así como de la fertilidad de la tierra y los tiempos y procesos de regeneración de los recursos para ensayar diferentes estrategias de policultivos, integrando la producción local al espacio territorial a través del comercio interregional y el intercambio ínter comunal de excedentes económico (Leff et al, 2005: 2).

3. La preservación de la biodiversidad en el enfoque de recrearlo para un aprovechamiento franco y compartido (Bartra, 2006:375), Massieu y Chapela (2006:329). Sus saberes y conocimientos vienen especialmente tributando al mundo con un banco de semillas que hoy son alimento del mundo.

4. Las formaciones simbólicas y sistemas taxonómicos a través de los cuales clasifican a la naturaleza y ordenan el uso de sus recursos.

5. Una cultura ecológica que protección de la erosión y mantenimiento de la fertilidad del suelo, cual escenario propicio para la conservación de la diversidad genética y biológica; regeneración selectiva de de especies útiles; manejo integrado de recursos naturales silvestres y especies cultivadas.

6. En la agricultura fomentando la agro-ecología que busca apartarse de modelo de producir el campo especializada y estandarizadamente, donde se enfatiza el diseño de sistemas de cultivo en áreas de laderas, donde aparte de la estabilización y evitar la erosión del suelo, son productivos (Altieri 2002: 293, (Grupo Talpuy, 1992).

7. Practicas de sistemas agrícolas en zonas muy húmedas que aparte de aprovecharlas para la agricultura brindan rendimientos mucho muy mayores que en parcelas convencionales Ejemplo de ello son los waru-waru (Perú) (Grupo Talpuy) y las chinampas (México) (Ibíd.) .

8. Sus formas de cohesión social y autosuficiencia que permiten la supervivencia de diferentes poblaciones rurales y contribuyen a la sustentabilidad global del planeta, mismas que siguen enraizando una racionalidad ambiental. “Resaltan las virtudes de una economía y una socializad comunitarias capaces de mantener y desarrollar una relación mas armoniosa con el medio ambiente. Una producción campesina que antepone al bienestar a la ganancia” (Bartra, 2006: 376)

9. Sus formas de gobierno de las poblaciones indígenas, sus formas de conocimiento y sistema de saberes, son patrimonios culturales tangibles e intangibles que han definido el perfil histórico de la mayoría de las naciones de Latinoamérica. Asimismo sus formas de vida comunitaria, sus simbolismos y sus identidades (Arizpe citada en Leff et al 2005:6).

10. Finalmente, como sustenta Bartra (2006:375) si uno de nuestros mayores activos es la diversidad cultural y si la matriz originaria de esta pluralidad es casi siempre de carácter rural y comunitario, habrá que reconocer en la economía campesina el sustento material y espiritual de nuestra identidad como nación.

En síntesis, mantienen los secretos de las búsquedas prioritarias de hoy para la seguridad alimentaria, manejo sostenible de los ecosistemas, la biodiversidad (y la cultura), en base a valores humanos basados en la reciprocidad y estilos de vida sencillos con reglas sociales para la regulación colectiva de la producción (Leff et al, 2002: 499). Su fuerza nace de su organización interna, de sus cosmovisiones basadas en el respeto y búsqueda de equilibrio de la Naturaleza.

Para las población local es importante re-significar sus organizaciones naturales (familia, comunidad), “las formas de reciprocidad, formas de propiedad comunal y los derechos territoriales” (Ibíd.) para poder recuperar y/o fortalecer la racionalidad sustentable de estas sociedades principalmente y de allí fluir al conjunto mayor social.

Creemos que no es momento de optar por posiciones conservacionistas o ambientalistas, de radicalismos ecocéntricos o reformismos sobre la recuperación de la Naturaleza, tampoco “abrazar árboles o dar la vida” (Shiva, 2004:146) , peor aún asumir posturas como la de Garret Hardin (1968) y sus continuadores- representantes de la ideología neoliberal conservadora más radical-, quien sostiene “los pobres no tiene derecho a vivir y se debería prescindir de ellos (Shiva, 2004:159) Lo importante es autenticar que estas contribuciones están allí, recreándose y re-significándose. Que pertenecen a determinadas culturas, las mismas que al hacerlo se muestran vivas, y que con ello -sin ser acaso su intención-, vienen contribuyendo a mejorar la salud de la Naturaleza y la humanidad mas allá de la frontera local.

Finalmente, ¿podemos considerarla alternativa y de que depende? Sabemos que viene disertándose al hartazgo sobre, si el CT constituye o no alternativa al problema del medio ambiente y desarrollo inhumano global y en que condiciones. El tema pasa por la legislación, políticas de apoyo y apertura, investigación, promoción y demás, habiéndose establecido corrientes de opinión diversas (Leff et al, 2002: 508-509), para evitar su erosión o, su apropiación indebida por agentes externos (biopiratería). A nuestro entender y coincido con Leff y demás autores, que “no puede perpetuarse la clandestinación y la destrucción de las bases históricas y sociales del sistema de saberes indígenas y originarios” (Ibíd.). La alternativa es el establecimiento del dialogo de saberes en un marco de orientación dialógica y re-educación de los aprendizaje (Leff (et al., 2002:508) donde se señalan intereses comunes y explícitos para desarrollar el diálogo intercultural sin subordinaciones y aprendizajes mutuos entre los aportes locales y el conocimiento científico contemporáneo. El problema y las preguntas son: ¿están los actores sociales y sus contribuciones en símiles condiciones para entablar estos diálogos? ¿A quién (quiénes) interesa más esta apertura? ¿Por qué no se atiende aún la demanda y propuesta que hacen los actores ante la problemática medioambiental y humana planteada?

A manera de conclusión

El tema abordado no está concluido, no debe estarlo, quedan líneas de trabajo para próximas reflexiones. Por ahora lo importante es habernos acercado a entender el significado de la contribución del CT en la disputa por el poder (del conocimiento) en el escenario actual, ubicando las causas del porqué estuvo subsumido, cuestionado y viviendo exclusión y dominio. Además de entender los móviles del porque hoy en día estas sociedades tradicionales y con ello la validez de la contribución hacia la construcción de una sociedad sustentable.

Entender que el CT es trascendental en las arenas alternativas que insisten en la sustentabilidad de la Naturaleza y las sociedades en el espacio local y global. No implica desechar los aportes externos, tampoco "cientifizar" el saber tradicional. La ‘eficiencia terminal de tema’ debe sostenerse en un diálogo de saberes donde ambos conocimientos coinciden y se complementan, teniendo como base el propósito de generar espacios de prospección a la compleja realidad planteada.

Reconocer y evidenciar que hay una ciencia de los pueblos cuyo ‘corpus cognoscitivo’ y fundamento es el CT, quien tiene su fuente de origen y recreación principalmente en las culturas y pueblos originarios, manifestado en la esfera de la vida cotidiana pública y privada de la familia, la comunidad, la milpa, y ahora fuera de estos espacios, disputando su empoderamiento en las arenas de la sustentabilidad. Así como otro tipo de ciencia, que es la ciencia occidental y que está ligada al poder en el mundo del mercado y la capitalización, misma que se desarrolla y divulga (consciente e inconscientemente) en la academia e investigación expresas.

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