BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

DIVERSIDAD CULTURAL Y SUSTENTABILIDAD. TOMO I

Coordinadores: Nicasio García Melchor y Gloria Miranda Zambrano




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Identidad comunitaria y desarrollo sustentable en comunidades indígenas de la Sierra Sur, Oaxaca

Flavio Flores

 

Resumen

Ante la marginación y bajo desarrollo en la Sierra Sur de Oaxaca, se realiza el estudio de los conocimientos agroforestales junto con las formas tradicionales de uso de recursos que aún persisten en muchas comunidades indígenas y campesinas de la región. Con la premisa de que el desarrollo sustentable solo es posible en la medida en que los miembros de una comunidad adquieren conciencia de su patrimonio humano y natural, la investigación está dirigida a consolidar la identidad comunitaria mediante el rescate y revaloración de dichos acervos cuya vigencia da cuenta de su eficacia y viabilidad. Mediante la caracterización y análisis de las prácticas tradicionales de uso del suelo, vegetación y el agua, se busca no solo garantizar la preservación de valiosos rasgos culturales sino principalmente fortalecer todas aquellas prácticas de uso racional de los recursos que impliquen inclusión social y competitividad. Concibiendo el desarrollo sustentable como un proceso mediante el que cada comunidad toma el control de los procesos que la afectan, el estudio se basa en distintos principios de carácter ecológico que sustentan todas aquellas acciones encaminadas a la autogestión territorial, ambiental, social, cultural, económica y política. Se enfatiza también la necesidad de reconocer los ámbitos municipales o comunitarios como los espacios sociales más propicios para promover dichas acciones.

Palabras clave

Identidad, pobreza, desarrollo sustentable.

Introducción

De acuerdo con los datos del Banco Mundial (Samaniego 2003), junto con Chiapas y Guerrero, Oaxaca es uno de los estados donde existe la mayor pobreza y marginalidad aunque irónicamente, es la región más favorecida del país en términos de biodiversidad y recursos naturales. Sin embargo, esta riqueza natural no se transforma fácilmente en riqueza material para los habitantes de la misma y hasta hoy día, la instrumentación de múltiples programas y la inversión de muchos recursos no han sido suficientes para superar tales rezagos y las carencias siguen predominando en el paisaje de muchas comunidades indígenas del estado. La combinación de altas tasas de crecimiento demográfico con una explotación agrícola ineficiente ha ejercido una enorme presión sobre las áreas antes cubiertas con bosque nativo así como de las selvas. Según los cálculos de las autoridades ambientales, cada diez años México pierde el equivalente a un año de PIB debido al deterioro de su capital natural (recursos naturales con potencial valor económico), tal como ocurre en Chiapas, Guerrero y Oaxaca. En particular, el Gobierno federal estima que la degradación de los suelos afecta al 83% del Estado, siendo la desertificación y la deforestación los problemas más graves en las regiones de la Sierra Sur y la Mixteca.

Si bien tales fenómenos se deben principalmente a factores económicos y sociales, la situación ha empeorado aún más a causa de políticas erradas o asimismo por la falta de ellas. Principalmente los diferentes programas se han hecho cargo sólo de sectores específicos y en general, carecen de una estrategia integral para definir y promover un mejor uso y manejo de los distintos tipos de suelo. En el nivel municipal, estatal y federal, pocas veces se cuentan con inventarios de los recursos de cada región lo que dificulta aún más diseñar estrategias de manejo adecuadas. Asimismo, los programas orientados al sector rural en Oaxaca aún no abordan con seriedad las alternativas de desarrollo sostenible mientras que por otro lado siguen promoviendo la explotación forestal y la cría de ganado menor, actividades de baja rentabilidad, ineficientes y altamente destructivas en la mayoría de los estados del sur de México.

Tal como ocurre en gran parte de la Mixteca Alta, los Valles Centrales y la Sierra Sur, aunado a la erosión del suelo y la falta de agua existen otros problemas como los incendios, el azolve de presas, la pérdida de tierras fértiles, la falta de infraestructura para captación de agua, el corte y extracción de leña, nula reforestación, sobrepastoreo, bajos rendimientos de los cultivos y baja calidad de los productos aunado a la falta de empleos remunerados y la migración. Con causas y efectos concatenados, dichos conflictos constituyen círculos viciosos que pueden convertirse en virtuosos si se plantean y ejecutan proyectos estratégicos apropiados para resolverlos. El suelo, a pesar de su deterioro, presenta un gran potencial si es considerado en proyectos integrales de obras de infraestructura para su rehabilitación, conservación y retención que incluyan al mismo tiempo acciones permanentes de reforestación con especies nativas y bajo el enfoque de manejo integral de microcuencas. En la misma línea, los proyectos que además de lograr la captación, almacenamiento y manejo integral del agua junto con la generación de fuentes de empleo, ofrecen buenas posibilidades de éxito para el desarrollo local así como para fomentar el arraigo de la gente en su lugar de origen.

Visible por toda la región de la Sierra Sur, la intensa deforestación es resultado de la combinación de actividades relacionadas con la apertura de más, y mayores terrenos para el cultivo, el sobrepastoreo y particularmente, de la tala inmoderada y la práctica cotidiana de recolección de leña para cocinar los alimentos. Tal como ocurre en casi todas las aéreas rurales e incluso en no pocas poblaciones conurbadas a ciudades y pueblos de Oaxaca, el carácter extensivo y la intensidad de esta actividad la convierten en la de mayor impacto en las formaciones vegetales del piedemonte y las montañas circundantes a las áreas de habitación.

Aunado a ello, la necesidad de contar con más vías de acceso a las apartadas localidades serranas ha acelerado el fenómeno ya que además de actuar como barreras al interior de cada hábitat, la mala planeación y escasa infraestructura con que se abren los caminos de terracería agudiza los procesos erosivos de las laderas. Consecuencia del efecto combinado de la deforestación, las quemas agrícolas, incendios forestales, deficientes prácticas agrícolas y el sobrepastoreo, la erosión no sólo ha modificado las características y cualidades de los suelos sino también repercute en la disponibilidad y calidad del agua en los arroyos así como en la recarga de los escasos acuíferos en el subsuelo. Acentuada por la pobreza cualitativa y cuantitativa, de las unidades edafológicas en la región, la excesiva pérdida de suelos resulta ser así uno de los mayores problemas al momento de tomar decisiones para la implementación de cualquier acción de restauración ecológica en cualquier zona serrana.

Planteamiento del problema

Si bien los conocimientos tradicionales han constituido soluciones a problemas de toda índole a lo largo de la historia de los pueblos de México estos son campos poco explorados, y por ello mal aprovechados. Aunque han sido resguardados por generaciones e incorporados conforme aparecen nuevas formas de apropiación, diversas técnicas agroforestales y agrícolas, son algunos saberes ancestrales que todavía no han sido potenciados como fuentes de utilidades ni como motores del desarrollo para las comunidades indígenas. Su tendencia al aprovechamiento de los recursos con fines prácticos no solo complementa los conocimientos científicos sino también representan elementos que pueden reafirmar valores e identidad étnica entre los pueblos poseedores de los mismos. Dejando atrás la idea de que representan solo un aspecto de interés folklórico, un gran reto es integrarlos al análisis de los problemas ecológicos y socioeconómicos que afectan a las poblaciones campesinas del Estado. En este sentido, el estudio etnoecológico está permitiendo vislumbrar las formas en que dichos acervos puedan traducirse en soluciones racionales, equitativas y competitivas a muchos de los problemas de desarrollo regional en Oaxaca. Particularmente, el uso cotidiano y la persistencia de ciertas prácticas de manejo de suelos en muchas localidades serranas no solo dan fe de su eficacia sino también sustentan su viabilidad de ser integradas como parte de distintas estrategias de regeneración ecológica en zonas donde la pérdida de suelos es más acusada.

Como parte de una investigación dirigida al análisis de las tendencias de deterioro de los ecosistemas en distintas comunidades zapotecas (Flores 2010a, 2010b), se comparten aquí algunas reflexiones referentes a los procesos cognitivos tras las prácticas agroforestales y de uso de suelo en la Sierra Sur. Siendo las comunidades rurales principales actores en la apropiación de su entorno, el examen de sus actividades productivas ha sido el punto de partida en la búsqueda de soluciones contra la acelerada perdida de suelos y la intensa deforestación.

Constituida por los distritos de Putla, Sola de Vega, Yautepec y Miahuatlán, el trabajo de campo se realiza en esta última demarcación habiendo sido seleccionadas dos áreas de acuerdo con sus características ambientales, sociales y culturales. En torno a esta problemática se presentan aquí algunos de los resultados del trabajo realizado en el municipio de San José Lachiguirí, ubicado en las estribaciones septentrionales de la Región de la Sierra Sur (fig.1).


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