Contradicciones y conflictos resultantes de la falta de regulación ambiental en el municipio de Isla Mujeres, Quintana Roo

Flor de Anahí Ay Robertos
Wanderleia Elizabeth Brinckmann
María Teresa Ayllón Trujillo
 

Introducción

Es bien sabido que las actividades atrópicas son causantes de impactos y degradación ambiental, estos impactos pueden variar de intensidad dependiendo de la presión que ejerce el hombre sobre el territorio, un manejo adecuado de los recursos, nos llevará a una conservación de recursos en un largo plazo, pero la explotación excesiva de recursos nos llevará a un agotamiento temprano de nuestros recursos y por lo tanto de nuestra fuente de subsistencia. Sin embargo no todos somos igual de responsables de esta degradación y ni siquiera sufrimos las consecuencias de la misma manera.

La actividad turística ha sido concebida como un factor clave para el desarrollo regional en México, ya que siguiendo a Aguilar y a Palafox (Aguilar, et. al., 1997; Palafox, 2002, citado por Palafox, 2005) da impulso al crecimiento económico por la generación de divisas, la creación de fuentes de empleo y posibilita la disminución de los desequilibrios regionales al contar con inversión federal para la promoción. Sin embargo para que el desarrollo de la actividad turística pueda disminuir los desequilibrio regionales y llevar a un desarrollo integral y no sólo económico es necesario que tome en cuenta las necesidades de la población en la distribución equitativa de los beneficios que se obtiene por esta actividad de manera tal que el desarrollo sea integral y no sólo económico en términos de indicadores engañosos como lo la renta per cápita toda ves que la mayor parte de la población se encuentre muy por debajo de esta media.

La industria turística, por ser una industria sin chimeneas, se ha considerado como una actividad de bajo impacto por lo que por mucho tiempo se ha pensado en ella como una actividad que se puede desarrollar de forma descontrolada y con las mínimas regulaciones sobre todo en carácter ambiental; sin embargo ahora podemos observar que los sitios turísticos han sufrido una fuerte degradación ambiental como consecuencia del flujo de visitantes que están temporalmente en el sitio, con fuertes demandas de recursos muchas veces de baja disponibilidad y generadores de grandes volúmenes de residuos sólidos que sin un manejo adecuado se vuelven un problema incontrolable dentro de los territorios que desarrollan estas actividades.

La actividad turística, para su desarrollo, a menudo requiere de amplias áreas naturales causando un impacto sobre el medio ambiente (medio acuático, atmosférico, terrestre, biótico y antrópico), originando problemas ambientales como la acumulación de desechos sólidos y el deficiente o nulo tratamiento de aguas residuales, entro otros (Fullana y Ayuso, 2002), lo cual da lugar al surgimiento de conflictos relacionados con la falta o escaza regulación y ocupación del uso del territorio, falta de control por la generación y destino final de los residuos sólidos y la falta de políticas públicas efectivas para el manejo y cuidado del agua.

Esta investigación, busca conocer las contradicciones y conflictos resultantes por la falta de regulación o el escaso control de la misma en relación a la preservación del medio natural y por tanto deterioro de la calidad de vida de los habitantes. El lugar donde se centra el estudio es el municipio de Isla Mujeres, donde se están produciendo en la actualidad procesos de desarrollo turístico, de inmigración nacional con carácter laboral enfocado al turismo y la entrada de capitales inversionistas de diferente origen con finalidad de explotación turística.

Para que la actividad turística sea realmente sustentable es necesario que se reconozca el papel de la población local como los pilares de la industria y por consiguiente que esto se refleje en beneficios económicos, sociales y culturales, con el fin de preservar esta fuente de subsistencia para los futuros pobladores del territorio, cuya participación es indispensable para el manejo integral de los recursos en coordinación con las instituciones, empresarios, asociaciones civiles y la población. Interesa por tanto desarrollar modelos de gestión participativa, con la creación de redes de trabajo para el desarrollo integral de la comunidad y minimización del impacto ambiental.