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MORIN Y EL “MÉTODO” CONSOLIDACIÓN DE SU CORPUS TEORICO: UNA LECTURA DESDE EL PARADIGMA ECOLÓGICO

Germán López Noreña




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1.3.1 Transición De La TI a la TC

El estudio de la comunicación del latín communis, pensada como el compartir de significados entre individuos a través del intercambio de signos y códigos compartidos, no es cosa de nuestros tiempos, lo es muy antiguo, incluso desde la antigua civilización griega. Los primeros indicios del estudio del fenómeno comunicativo en la modernidad se evidencian a partir del modelo de Harold D. Lasswell (1985), alrededor de responder las preguntas –quién le dice qué, a quién, y con qué efecto- implícitas en el proceso de la comunicación. Cuestionamientos que sitúan la existencia de emisor, mensaje, receptor y un efecto en este último.

Gracias a autores, como Von Foerster con la introducción de la retroalimentación positiva de la cibernética a los procesos de la comunicación, se logró un mayor nivel comprensivo de la complejidad de las comunicaciones interpersonales. Lográndose así la transición de lo lineal a la circularidad, en la que el ruido no solo afecta la comunicación, sino, que es posible a partir de él, generar orden por ruido, en síntesis, nuevos eventos comunicativos. La teoría de “orden por ruido” de Foerster, les contribuyó a entre otros estudiosos de la comunicación; a Román Jakobson para la gestación del modelo de la comunicación de las ciencias sociales alrededor de los años 1960.

Román Jakobson

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Modelo en el que se deja de lado un alto tecnicismo de la teoría comunicacional, el que años más tarde Winkin (1984), llamó “modelo telegráfico de la comunicación”. La consolidación de la teoría de la comunicación se hace posible años mas tarde con los trabajos investigativos del grupo llamado inicialmente “la universidad invisible” para luego conocerse como “el de palo alto”, conformado por Gregory Bateson , Ray Birdwisthell, Albert Scheflen, Edward Hall y Erwin Goffman. Bateson y Ruesch (1951) publican la obra Comunicación la matriz social de la psiquiatría, en el que sostienen el ser la comunicación la matriz en la que se inscriben todas las actividades humanas. Libro antecesor en más o menos década y media al publicado por Paúl Watzlawick, Don Jackson y Janet Beavin, titulado Pragmática de la condición humana. Un estudio de de patrones interaccionales, patologías y paradojas.

Gregory Bateson

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Obra de gran trascendencia para el grupo de palo alto y para la comunidad científica, en la que se socializa las nuevas ideas de la comunicación en la perspectiva teórica de la cibernética y la teoría de sistemas, considerada en nuestros tiempos como un clásico de la terapia sistémica. En ella se sientan los principios de la comunicación para el mencionado grupo:

1) la esencia de la comunicación reside en procesos de relación e interacción;

2) todo comportamiento tiene un valor comunicativo;

3) los trastornos psíquicos reflejan perturbaciones de la comunicación.

La interlocución de los tres autores del libro, más los aportes conceptuales de Bateson, dieron como resultado los celebres “axiomas de la comunicación”:

1) La imposibilidad de comunicar;

2) Distinción en la comunicación de aspectos semánticos y relacionales entre emisores y receptores;

3) una interacción en su definición está directamente condicionada por la valoración de las sucesiones de comunicación entre los participantes;

4) Toda relación de comunicación es simétrica o complementaria, según se base en la igualdad o en la diferencia de los agentes que participan en ella, respectivamente. (Watzlawick, et al., 1971: págs. 49–71). Axiomas que le dan una efectiva inscripción a la teoría de la comunicación en la dinámica no lineal .

En la “segunda cibernética” o también llamada “cibernética de la cibernética”, ubicó la observación del observador , convirtiendo como objeto del conocimiento, al observador observando su propia observación; dándole de esta forma emergencia a una nueva epistemología, aplicable a todos los campos del conocimiento humano.

Ya realizado este esbozo teorético por los conceptos fundantes de la Teoría de la Complejidad, nos introduciremos en un apartado en el que contemplaremos algunos aspectos a grandes rasgos de una de las personalidades más significativas y representativas de la Teoría de la Complejidad. Siendo el caso del pensador francés Edgar Morin, de quien es él y de su extensa producción intelectual, y muy específicamente de la evolución de su pensamiento; proceso denominado por el mismo como “las reorganizaciones de su pensamiento”.


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